Dimas Castellanos desde Cuba: ¿'Más democracia', o democracia sin más?
¨Más allá de sombras, contradicciones y tensiones cuentan los resultados. Y locierto es que la República partió de una realidad terrible en 1902 y que, como prueban varios de los trabajos que publicamos, en 1959 la Cuba republicana estaba situada no solo entre los primeros países de América Latina en muchos de los principales indicadores de desarrollo económico, social y cultural, sino que tam- bién superaba en algunos de ellos a países europeos como España, Portugal, Gre- cia o la propia Italia. La Cuba republicana era una nación que acogía inmigrantes —españoles, chinos, judíos, árabes, italianos, jamaiquinos, haitianos—; la Cuba actual, en cambio, es desde hace años y años una fuente inagotable de exiliados que emigran hacia los más diversos países con la esperanza de encontrar en ellos lo que el nuestro les niega¨
En el libro La verdadera República de Cuba, escrito por el Dr. Andrés Cao Mendiguren, uno de los mejores libros sobre la república cubana (1902-1958 ) que se ja escrito (quizás el mejor de los que he leido en mi vida), incluyendo la monumental obra en 10 tomos Historia de la Nación Cubana, aunque este último incluye el período colonial y llega hasta el año 1952, se lee:
¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad porque esa nación se alcanzó muy pronto en décadas posteriores, aunque en 1959 fue demolida por los que usurparon el poder, y ha sido vilipendeada por una oleada de intelectuales comprometidos o mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba las primeras posiciones en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros tan destacados no se hubieran podido conseguir si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores, no hubieran tenido interés y acierto para resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran dado una legislación avanzada y moderna, o si el pueblo cubano no hubiera estudiado y trabajado para superarse. El pueblo cubano era exigente y siempre aspiraba a lo mejor, pero tenemos que acusarnos de un pecado, y es que cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar los fallos y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨ (Cao, 2008, p. 87)
Lo que sucedió en Cuba fue lo que ya había advertido la Comisión Truslow en las conclusiones de su informe al hacer un estudio, a petición del Presidente Prío Socarrás, para la dinamización de la economía cubana; veamos:
En 1950 la Misión Truslow, comisión internacional solicitada al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) por el gobierno presidido por el Dr. Carlos Prío Socarrás para que hiciera un diagnóstico de la economía cubana y recomendara medidas para dinamizarla, planteó, entre otras cosas, que Cuba debía diversificar su economía teniendo al azúcar como punto de partida y que Cuba poseía los recursos humanos, financieros y materiales necesarios para ello salvo el combustible; alertó que la prosperidad bélica (II Guerra Mundial y Guerra de Corea) había propiciado nuevos niveles de vida para muchas personas y que el actual crecimiento económico no satisfacía las necesidades de su creciente población y que si la economía era incapaz de sostener ese nivel en tiempos menos prósperos, sobrevendría una gran tirantez política (Zuaznábar, 19 y 20). Como elemento conclusivo planteó:
¨Si los líderes se han descuidado en prever esta posibilidad, la opinión pública los inculpará. Y si ello ocurriera, el control podría pasar a manos subversivas y engañosas, como ha ocurrido en otros países donde los líderes no se han dado cuenta de las corrientes de estos tiempos. ¨ (Zuaznábar, 20)
¿'Más democracia', o democracia sin más?
Dimas Castellanos
La Habana
25 de Agosto de 2018
Fulgencio Batista fue derrocado hace seis décadas. A los cubanos de hoy, inmersos en la sobrevivencia, poco les importa ese hecho. Sin embargo, el periodista oficialista Iroel Sánchez usó una página del diario Granma para explicar con su artículo "Frente al cerco, más democracia", que Batista contaba con el apoyo de Estados Unidos y que voceros de esa administración lo exaltaban como un aliado confiable y un buen amigo.
Entre otras cosas, Sánchez escribió: "La verdad es que los gobiernos electos que antecedieron a Batista se caracterizaron por la corrupción, el gansterismo, el entreguismo y el asesinato de sindicalistas".
Lo que no menciona Sánchez es la otra cara de la medalla. Aquellos gobiernos tenían que enfrentarse a las urnas cada cuatro años y podían ser cambiados por el pueblo, tal y como lo explicó el propio Fidel Castro en octubre de 1953, durante su defensa por el asalto al cuartel Moncada: "Os voy a referir una historia. Había una vez una república. Tenía su constitución, sus leyes, sus libertades; Presidente, Congreso, tribunales; todo el mundo podía reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad. El gobierno no satisfacía al pueblo, pero el pueblo podía cambiarlo y ya sólo faltaban unos días para hacerlo. Existía una opinión pública respetada y acatada y todos los problemas de interés colectivo eran discutidos libremente. Había partidos políticos, horas doctrinales de radio, programas polémicos de televisión, actos públicos…"
También dice Sánchez: "A pesar de una Constitución, proclamada en 1940, cuyas concepciones de avanzada para la época, en buena medida impulsadas por seis constituyentes comunistas, nunca se implementaron".
Es cierto que algunas leyes complementarias quedaron pendientes, pero restar valor a la Constitución de 1940 porque algunas leyes "nunca se implementaron" es insostenible. Un solo ejemplo basta para refutar su afirmación. Los 27 artículos acerca del trabajo, recogidos en el Título VI, refrendaron la jornada de ocho horas; el pago de 48 horas por 44 trabajadas; descanso retribuido de un mes por cada once de trabajo; protección a la maternidad obrera, con pago de seis semanas antes y después del parto; derecho de sindicación a patrones, empleados privados y obreros; el derecho de los trabajadores a la huelga y el de los patrones al paro. De ellos, el descanso retribuido de un mes y la jornada de 44 horas equivalente a 48 no existía en países más desarrollados que Cuba.
Supuestamente para restituir plenamente la Constitución de 1940, que incluía introducir las leyes complementarias pendientes, se asaltó el Moncada. Sin embargo, en febrero de 1959, dicha Constitución fue sustituida, sin consulta popular, por la Ley Fundamental de la República de Cuba. Y solo 17 años después se institucionalizó el país con la Constitución de 1976, copiada en buena medida de la carta magna soviética.
Por otra parte, eso que afirma Sánchez de que "las concepciones de avanzada para la época, en buena medida impulsadas por los comunistas", es una verdad a medias.
La Constitución recogió los resultados de las luchas sociales desde inicios de la República. En materia de trabajo quedaron resumidos en el Decreto 798 de abril de 1938: la legislación laboral más avanzada hasta el día de hoy, emitida durante el gobierno del coronel Federico Laredo Brú.
La presencia de los convencionales comunistas sí fue una prueba de democracia. El pueblo cubano eligió libremente a sus representantes a la Convención, entre ellos a los seis comunistas, que siendo minoría participaron en la elaboración del texto, cuyo carácter de avanzada resultó del consenso entre todos los participantes, como solo puede ocurrir en democracia sin más.
La Constitución de 1940 refrendó "la existencia y legitimidad de la propiedad privada en su más amplio concepto de función social sin más limitaciones que aquellas que por motivo de necesidad pública o interés social establezca la ley". Es decir, prohibió la confiscación —apoderamiento arbitrario de la propiedad ajena sin pagarla— a pesar de que los comunistas presentaron una enmienda para limitar esa prohibición. Eduardo Chibás calificó la enmienda comunista como "lo más antiliberal, lo mas antidemocrático y lo más antiprogresista que se ha traído al seno de esta Asamblea Constituyente". La propuesta comunista fue rechazada.
La atribución a la propiedad de una función social venía de Roosevelt, quien en 1910 expuso la necesaria intervención del "Estado y de la nación sobre los medios ilícitos de ganar dinero". "Hay que modificar las circunstancias —explicaba Roosevelt- que permiten acumular un poder no consagrado al bienestar general. Sólo permitiremos que se gane, si de ello dimanan beneficios para la colectividad".
Es decir, una acción vigilante y correctiva del Estado, pero no arbitraria ni confiscatoria, porque se anularía el derecho de propiedad y con ella su función social.
Dice Sánchez: "A momentos críticos, Cuba siempre ha respondido con más democracia".
¿En qué consistió y consiste esa "más democracia"? ¿En opinar sobre un texto cuya esencia está predeterminada por un partido político? ¿En negar al cubano —viva o no fuera de la Isla— a ser empresario en su país? La restitución de las libertades que fueron refrendadas en 1940 para que los cubanos participen como ciudadanos en los destinos de su nación, eso es democracia.
En lugar de presentar año tras año en la ONU un proyecto de resolución contra el embargo, desarrollar campañas ideológicas contra el imperialismo o recordar que Estados Unidos era amigo de Batista, como ha hecho Iroel Sánchez, se debería, como hizo Vietnam, introducir mecanismos de mercado, dar autonomía a los productores y derecho a los nacionales a ser empresarios, para estimular la iniciativa, el interés y la responsabilidad de los cubanos. Eso sí es democracia.
Aunque L. H. Jenks escribiera el libro Nuestra Colonia de Cuba, Cuba republicana no fue nunca colonia de los Estados Unidos, de la misma manera que la tiranía cubana no fue tampoco una colonia o un satelite de la Unión Soviética. Entre la tiranía isleña y el régimen comunista de la URSS lo que existía realmente era una fuerte relación simbiótica desde el punto de vista político, la cual incidía muy significativamente en el aspecto económico de las relaciones. Los múltiples desencuentros entre las partes, en ambas etapas de nuestra Historia, niegan la existencia de una relación Colonia-Metrópoli entre ellas.
Esos resultados económicos se obtuvieron pese a la inestabilidad política que presentó el país y a las medidas económicas norteamericanas que afectaron a la economía cubana: solamente la aprobación norteamericana en 1956 de reducir del 96% hasta el 29% la participación cubana en el mercado azucarero norteamericano dieron a Cuba pérdidas de 240 millones de dólares según las páginas 14 y 15 del libro El último año de aquella república de Ramiro J. Abreu al dejar de exportar a Estados Unidos 1 156 902 toneladas métricas de azúcar según se lee en la página 52 del libro La Economía Cubana en los años 50, del entonces economista oficialista Ismael Zuaznábar. Ramiro J. Abreu, fue ex oficial del Ministerio del Interior de la tiranía de los Castro y, en el momento de publicarse ese libro en Cuba (con prólogo del entonces miembro del Buró Político del PCC Carlos Rafael Rodríguez) funcionario del Departamento América, un departamento de Inteligencia y Subverción del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que recibió inicialmente el nombre de Liberación y que tuvo como jefe a Manuel Piñeiro Losada, conocido como ¨Barba Roja,
Esas medidas norteamericanas fueron producto del lobbysmo en los EE.UU.en contra del gobierno de Fulgencio Batista por este haber tomado medidas a favor del desarrollo de la economía en Cuba que afectaban a intereses norteamericanos como fueron:
- El desarrollo de planes arroceros en Cuba, pues afectaba a los intereses de los arroceros norteamericanos de la cuenca del Mississippi. Cuba llegó a exportar arroz. El Paln de Alonso de Rojas, Pinar del Río, fue uno de ellos.
- La decisión de construir un molino de harina en Santiago de Cuba que le quitaba el monopolio al molino ubicado de La Habana, que era de propiedad norteamericana.
- El desarrollo en Cuba de la industria de aceites vegetales, pues afectaba a los exportadores norteamericanos de manteca o grasa de cerdo, la cual no era consumida por los norteamericanos.
- Ventajaseconómicas a una planta de Niquel, de la cual Batista era uno de sus accionistas, que perjudicaba a la otra planta que existía en el país, la cual era norteamericana.
- Cuando se fue a renovar el parque de ferrocarriles, que estaban nacionalizados, las locomotoras se las compraron a los alemanes en lugar de comprárselas a la norteamericana General Motors,
- El papel de la prensa cubana se compraba a Estados Unidos, lo cual fue afectado cuando Cuba instaló varias papeleras que usaban bagazo de caña como materia prima.
- Se iba a llevar a cabo una revisión de las tarifas proteccionistas que perjudicaría a los Estados Unidos.
- Planes para producir materias en Cuba que hasta el momento eran compradas fundamentalmente a los Estados Unidos; uno de esos materiales era el cemento. Dos marcas de cemento que recuerdo eran Santa Teresa y El Morro.
- Una compañía norteamericana cuyo presidente era hermano del entonces Presidente de los Estados Unidos Dwight Einsehower hizo gestiones para que la obra del túnel de la bahía de La Habanase la adjudicaran a su compañía, pero Batista se opuso a esas gestiones y la puso en licitación para que el proyecto mejor y más barato fuera el escogido. Una compañía francesa se ganó la obra.
Ya durante el gobierno del Presidente Gerardo Machado y Morales se llevaron a cabo sanciones norteamericanas contra el gobierno de Machado por este llevar a cabo una política para desarrollar la industria nacional en Cuba. La Ley Arancelaria de 1927 emitida por el gobierno de Machado afectaba a muchos intereses norteamericanos, los cuales usando a sus lobbystas promovieron sanciones del gobierno de los EE.UU. contra el gobierno de Gerardo Machado en el marco de la Gran Depresión de 1929 que tuvo un alcance mundial y de la cual solamente se salió por el desarrollo de la industria de armamentos durante la II Guerra Mundial.
En Cuba se falsea la historia. Un ejemplo es presentar a la República de Cuba como una neocolonia norteamericana y al Presidente Don Tomás Estrada Palma, primer Presidente de la república cubana, como un perrito faldero de EE.UU., pese a que ha sido, aún hasta hoy, el único presidente cubano que ha expulsado de Cuba a un embajador norteamericano, pues expulsó al Ministro Plenipotenciario de Estados Unidos en La Habana, Mr. Hebert G. Squiers, por hacer declaraciones a favor de los norteamericanos residentes en Isla de Pinos que en 1903 iniciaron un movimiento con el objetivo que la mencionada isla fuera anexada a los Estados Unidos (leer página 257 de la obra Documentos para la Historia de Cuba, Tomo II, de la historiadora Hortensia Pichardo), lo cual nos habla claramente en contra de la adjudicación a Estrada Palma de un papel de hombre fácilmente manipulable, el cual nunca tuvo; también debemos hablar sobre sus discusiones con respecto al número de bases carboneras norteamericanas en Cuba y con respecto a las gestiones que realizó, a inicios de 1904, para concertar un Tratado de Reciprocidad con Inglaterra. Hortensia Pichardo opina lo siguiente sobre las negociaciones que se llevaron a cabo con los E.U. con relación a las carboneras o estaciones navales:
"Un triunfo diplomático se anotó Cuba al conseguir que las bases fueran arrendadas, no vendidas o concedidas y que La Habana de ningún modo figurara entre ellas.
Es importante señalar que esas negociaciones con relación a las carboneras así como las gestiones que se llevaron a cabo para concertar el Tratado de Reciprocidad con Inglaterra hicieron posible el Tratado Hay-Quesada del 2 de marzo de 1904 por el cual los Estados Unidos renunciaban a favor de la República de Cuba toda reclamación del derecho a Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud.
" Solemnemente conjuro a todos los patriotas cubanos a unirse estrechamente para que olviden sus diferencias, todas sus ambiciones personales, y recuerden que el único medio de conservar la independencia de su república es evitar, a todo trance, que surja la necesidad de una intervención exterior para salvarla de la anarquía y de la guerra civil.
Espero ardientemente que estas palabras de apelación, pronunciadas en nombre del pueblo americano, por el amigo más firme de Cuba y el mejor intencionado hacia ella que pueda existir en el Mundo, serán interpretadas rectamente, meditadas seriamente y que se procederá de acuerdo con ellas, en la seguridad de que, si así se hiciere, la independencia permanente de Cuba y su éxito como República se asegurarán." (Obra citada de Pichardo, p. 283)
En el telegrama de Roosevelt a Estrada Palma del 25 de septiembre, éste le escribe en un tono invocatorio y suplicante:
" Bajo su gobierno y durante cuatro años, ha sido Cuba República independiente. Yo le conjuro, en bien de su propia fama de justo, a que no se conduzca de tal suerte que la responsabilidad por la muerte de la República, si tal cosa sucediere, pueda ser arrojada sobre su nombre. Le suplico proceda de manera tal, que aparezca que Ud. por lo menos, se ha sacrificado por su país y que lo deja aún libre cuando abandone su cargo." (Obra citada de Pichardo, p. 285)
Estrada Palma permaneció intransigente y convocó al Congreso para renunciar pese a que los sublevados no pedían su renuncia. Se creó una comisión para convencerlo que retirara la renuncia pero el resultado fue negativo. No pudieron obtener arreglo alguno con Estrada Palma, el cual, para colmo, le pidió al Vicepresidente que también renunciara, dejando así acéfala a la república.
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