domingo, noviembre 11, 2018

Carlos Alberto Montaner: Las elecciones, Trump y los sexos

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano


¿Carlos Alberto Montaner se estará refiriendo a  la Senadora Elizabeth Warren  cuando en el artículo habla de una dama indígena? ¿Carlos Alberto Montaner conocerá la siguiente información ?:

 Senadora Elizabeth Warren 

Scientists analyzing Senator Elizabeth Warren’s genome assigned 95 percent of her ancestry to Europe. But five pieces of DNA stood out as exceptions, suggesting a Native American ancestor who lived at least six generations ago.CreditCreditJonathan Bachman/Reuters
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The Cherokee Nation condemned Ms. Warren’s analysis in a statement Monday https://www.cherokee.org/News/Stories/20181015_Cherokee-Nation-responds-to-Senator-Warrens-DNA-test.

Using a DNA test to lay claim to any connection to the Cherokee Nation or any tribal nation, even vaguely, is inappropriate and wrong,” said Chuck Hoskin Jr., the tribe’s secretary of state. “Senator Warren is undermining tribal interests with her continued claims of tribal heritage.”

No tengo la opinión  que el Partido Demócrta se haya convertido de alguna manera como el partido de la diversidad y de la tolerancia como afirma  Montaner en su artículo pues ¿Es tolerante que aún desde antes que Donald Trump  tomara posesión  como Presidente de los EE.UU.  se creara ya una campaña para lograr su destitución mediante un  impeachment,? ¿ Es tolerante  un partido cuyo líder de la minoria en el Senado  afirmara que cualquiera que fuera el  candidato propuesto por Donald Trump para juez de la Corte Suprema él se opondría a su nombramiento? ¿ Es tolerante un partido que  permite que una figura de  ese partido como es la Congresista  Maxine Waters  se expresara de la siguiente manera ?:
Recientemente, Waters ha estado en el punto de mira por instar a sus seguidores a “hacer retroceder” a los miembros de la administración Trump que son vistos en lugares públicos y “decirles que no son bienvenidos

Maxine Waters: "God Is On Our Side," If You See A Member Of Trump Cabinet, "Push Back"


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Las elecciones, Trump y los sexos


Por Carlos Alberto Montaner
9 de noviembre de 2018

Lo que sigue es una versión ampliada de unos comentarios radiales que suelo hacer cada semana. Me parece importante examinar los comicios de midterm en Estados Unidos. Lo que sucede en USA estremece al resto del planeta.

Fueron planteados como un plebiscito sobre Donald Trump y se repitió el resultado electoral de noviembre de 2016. Grosso modo, los republicanos ganaron en las zonas “rurales” y los demócratas en las “urbanas”.

De ahí la disparidad en los mapas electorales. Las superficies rojas (republicanas) son mucho mayores que las azules (demócratas), aunque menos pobladas.

(Resultados electorales del 2016  por condados. Imágenes añadidas por  el bloguista de Baracutey Cubano)

Los republicanos se impusieron entre los electores no universitarios y los demócratas entre los que terminaron sus cuatro años de college.

Las mujeres votaron más por los demócratas y los hombres por los republicanos. En general, las minorías optaron por sufragar a los demócratas, incluidos los vastos grupos que se identifican por sostener relaciones sexuales no convencionales.

En definitiva, ¿quién triunfó en las elecciones norteamericanas del 6 de noviembre pasado? Los republicanos y los demócratas dicen que ganaron. Quizás los dos tienen razón.

Los republicanos, porque conservaron el senado y aumentaron su ventaja. Los demócratas, porque ganaron la cámara de representantes y obtuvieron otras gobernaciones.

En todo caso, no fue una barrida demócrata ni republicana. Trump consiguió el triunfo de 9 de los 11 candidatos que defendió públicamente y por los que hizo campaña –lo que no está nada mal-, pero de ahora en adelante tendrá que negociar cualquier medida que proponga con los demócratas de la cámara. Naturalmente, le amargarán la vida.

En todo caso, sí hay un claro triunfador: la diversidad. La diversidad de una sociedad que cada día es más plural porque las electores y elegidos salen de los closets y asumen públicamente identidades particulares.

Recuerdo haberle preguntado a Jaime Bayly por qué salió del closet y su respuesta fue genial: “había tanta gente que el calor era insoportable”. Su última novela, Pecho frío, es magnífica.

Por primera vez hay más de cien mujeres en el Congreso de un total de 435 representantes. Jamás había habido tantas. Fueron electas 9 mujeres como gobernadoras de un total de 50 Estados. Por primera vez habrá dos mujeres musulmanas en el Congreso, a la que se suma una dama indígena.

Ha sido reelecta gobernadora de Oregón una señora bisexual, casada, que no oculta sus preferencias. Nació, por cierto, en Torrejón de Ardoz, provincia de Madrid.

Simultáneamente, ha sido elegido Jared Polis como gobernador de Colorado, un empresario y filántropo de 43 años que es abiertamente gay. Es la primera vez que un caballero declaradamente homosexual alcanza esa posición.

Mientras Tammy Baldwin se ha convertido en la primera senadora que no esconde su condición de lesbiana y aboga por la utilización de la palabra “matrimonio” para calificar la unión de dos personas del mismo sexo, mientras pide que se legalicen estos vínculos.

Recuerdo a un homófobo español, alguien que detestaba a los homosexuales, que admitía, desesperado, por la radio madrileña, que se casaran las personas del mismo sexo, “pero que no se puedan divorciar para que sepan lo que es el horror¨.

Todas estas personas son demócratas. De alguna manera, el partido demócrata se ha convertido en el partido de la diversidad y de la tolerancia. Ahí caben todas las criaturas tradicionalmente segregadas –como dicen los demócratas- por “la falocracia blanca tradicional”.

Durante estas elecciones, los demócratas bombardearon a la prensa y a sus partidarios con abundante propaganda a favor de los afroamericanos, fueran hombres, mujeres, o de cualquier preferencia, y en pro de los candidatos gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, o físicamente impedidos por alguna enfermedad crónica.

La idea era demostrar que el Partido Demócrata representa la diversidad de una sociedad de 325 millones de personas en la que existen numerosas identidades de género, etnia, raza, religión, lengua y origen, unidas bajo el común paraguas del carácter estadounidense.

Mientras esto sucedía, le excongresista republicana, Ileana Ros-Lehtinen, tras servir 28 años en el Congreso, declaraba que no podía evitar cierto dolor porque su partido se había convertido en una organización de varones blancos. Ella tiene un hijo, un excelente muchacho, al que ama profundamente, que nació hija. La libertad también permite esos cambios.

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La subversión ideológica, el relativismo y  las ideas de Antomio Gramsci para tomar el control de una sociedad


Por Pedro Pablo Arencibia
29 de octubre de 2016



El siglo XVII tuvo la sabiduría de considerar la razón como una herramienta necesaria para tratar los asuntos humanos. El Siglo de las Luces y el siglo XIX tuvieron la locura de pensar que no sólo era necesaria, sino suficiente, para resolver todos los problemas. En la actualidad, todavía sería una mayor demostración de locura decidir, como quieren algunos, que con el pretexto de que la razón no es suficiente, tampoco es necesaria”. Jacob, François (2006) El juego de lo posible. Edit. S.L. Fondo de Cultura Económica de España 

La actual decadencia social en muchos países  de occidente  es producto de varios factores; entre ellos  se encuentra el gran auge del relativismo cultural traido por esa  gran corriente relativista que es la posmodernidad. El alto valor otorgado a la razón caracterizó la era moderna; valoración  que en ocasiones fue exagerada, pero actualmente no es difícil encontrar  rechazo a la razón. El relativismo  no es nada nuevo, pero  sí la alta aceptación  que hoy se tiene en muchos países donde la razón  era con anterioridad altamente valorada.

En Wikipedia leemos lo siguiente:

El relativismo es el concepto que sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que sólo una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia. En general, las discusiones sobre el relativismo se centran en cuestiones concretas; así, el relativismo gnoseológico considera que no hay verdad objetiva, dependiendo siempre la validez de un juicio de las condiciones en que este se enuncia; o el relativismo moral, que sostiene que no hay bien o mal absolutos, sino dependientes de las circunstancias concretas. Similares postulados se defienden tanto en el relativismo lingüístico como en el relativismo cultural.
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Tradicionalmente se ha considerado que existen dos posiciones opuestas respecto a la naturaleza de la sociedad y los aspectos humanos, o por lo menos a ciertos hechos sociales: el objetivismo y el relativismo.

El objetivismo sostiene que la verdad es independiente de las personas o grupos que la piensan, o en una forma lógicamente menos restrictiva, afirma que existen algunos hechos objetivos en los que existe acuerdo universal. Por otro lado, el relativismo considera que la verdad depende o está en relación con el sujeto que la experimenta, no existiendo verdades objetivas ni tampoco acuerdos universales compartidos por todos los seres humanos.


Es preciso ser cuidadoso a la hora de definir lo que es relativismo; así, por ejemplo, no es relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas; esto es obvio y nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando además se dice que dichas opiniones son verdaderas si a las personas que las defienden les parecen verdaderas. El relativismo mantiene que existen muchas formas de conceptualizar ciertos hechos sociales, y que ninguna de ellas puede considerarse como "verdadera". En cuestiones humanas y sociales se reconocen tres formas básicas de relativismo:

    Cognitivo
    Moral
    Cultural

Es conveniente tratarlos juntos ya que se hallan estrechamente vinculados. Por ejemplo el relativismo lingüístico considera que existen interrelaciones entre el nivel cognitivo, el nivel cultural y la lengua materna de una persona. Incluso, quienes se adhieren a uno de ellos, generalmente se adhieren también a los restantes, mientras que quienes los rechazan, lo hacen en forma conjunta. Oswald Spengler escribió: “Toda cultura tiene su propio criterio, en el cual comienza y termina su validez. No existe moral universal de ninguna naturaleza
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 Lo paradójico es que  en  países de occidente  se está haciendo dejación  de los  criterios y de los  valores occidentales   producto de la corriente postmoderna y del relativismo cultural que han sido incentivado en las universidades y en gran parte de los medios masivos de comunicación  con el objetivo de hacer cambios políticos en las sociedades  de esos países. Vladimir Ilich Ulianov, conocido mundialmente como Lenin, expresaba: ¿Cuál es nuestra moral? Nuestra moral es la de la lucha de clases. Es decir:  para Lenin todo lo que llevara al comunismo  al Poder político era moral .... . El quebrantamiento y eliminación  de los valores  morales de una sociedad fue, y es, un objetivo fundamental  de algunas fuerzas o grupos sociales  de izquierda o liberales  (en el sentido norteamericano y no en el sentido de los liberales clásicos o europeos del siglo de oro español)  para apropiarse del Poder político y después IMPONER  los ¨valores¨  que sirvan a sus intereses. La sociedad norteamericana desde hace décadas  ha sido un objetivo a desmoralizar. 

Yuri Bezmenov, quien  desertó del KGB, expuso en los años 80 del pasado siglo XX las técnicas para subvertir y crear desafección en una sociedad. Los  dos primeros videos son  fragmentos de una entrevista de 1983 con el ex-agente de la KGB Yuri Bezmenov  (Thomas Schuman);  el tercer video (no traducido del idioma Inglés al idioma español)  es una conferencia que impartió en Los Ángeles, EE.UU. El cuarto video está subtitulado en idioma portugués, pero se lee facilmente por aquellos que conocemos el idioma español; es una recopilación de todos los videos que hay de las conferencias y entrevistas de Bezmenov.

Las ideas del marxista  Antonio Gramsci tienen mucho que ver con esas técnicas para que el comunismo tome el control de una sociedad; al final de este post hay un fragmento de un artículo sobre las ideas de Antomio Gramsci para tomar el control de una sociedad, las cuales se pueden resumir en: tomar control del poder de una sociedad mediante la cultura: los intelectuales, los medios de información, la educación, etc.. Para Gramsci,  no es la clase obrera (como pensaba Karl Marx) o  los obreros y campesinos (como pensaba Lenin) los que tomarían el Poder, sino los intelectuales (aunque para Gramsci todo ser humano era un intelectual). Esa es la razón por lo que en la Cuba Castrista antes del derrumbe del Socialismo en Europa del Este en 1989, la obra de Gramsci era ignorada (pese a que se usaban y usan sus técnicas, conjuntamente con la represión y la escasez de productos de primera necesidad, para controlar a la sociedad cubana) y si se le mencionaba era para decir que Gramsci era un revisionista.  Después del mencionado derrumbe,  los intelectuales marxistas de Cuba  tomaron el estudio de la obra de Hegel y de Antonio Gramsci, ya que se habían quedado ¨colgados de la brocha¨.

 Videos de Yuri Bezmenov quien desertó del KGB soviético donde explica las técnicas para subvertir y crear desafección en una sociedad. En sus palabras encontraremos la explicación de algunos fenómenos del pasado reciente y actuales en nuestros países incluyendo los EE.UU.


 Yuri Bezmenov habla de la Desmoralización y la subversión ideológica de Occidente

Parte 1



Parte II


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Tomado de http://www.jornada.unam.mx/2014/01/19/sem-arnaldo.html

Antonio Gramsci: la cultura y los intelectuales

Por Arnaldo Córdova
19 de enero de 2014
(Fragmento)

Para Gramsci, la revolución se cifra en una completa y total reforma intelectual y moral de la sociedad. Para ello se necesita a los intelectuales o, por lo menos, que los intelectuales estén de acuerdo con ello. Cuando eso ocurre, entonces la reforma se pone en marcha, para dar lugar a un nuevo bloque de fuerzas que miran a transformar a la sociedad. Es por ello esencial para todo grupo que aspira a imponer su hegemonía hacerse del mayor número de intelectuales y convertirlos en intelectuales orgánicos. De ellos va a depender el futuro político del grupo. Gramsci lo dice así: “Una de las características más relevantes de cada grupo que se desarrolla hacia el dominio [de la sociedad] es su lucha por la asimilación y la conquista ‘ideológica’ de los intelectuales tradicionales, asimilación y conquista que son tanto más rápidas en tanto el grupo dado elabora simultáneamente sus propios intelectuales orgánicos” (Quaderni…)

(Antonio Gramsci)

Atraerse a los intelectuales, en general, va a depender de que el grupo que se encamina hacia el dominio hegemónico de la sociedad sepa formar (elaborar) a sus propios intelectuales. Al respecto, se debe anotar que “no existe una clase independiente de intelectuales, sino que cada grupo social tiene una formación de intelectuales que le es propia o tiende a formársela; pero los intelectuales de la clase históricamente (y realistamente) progresista, en las condiciones dadas, ejercen tal poder de atracción que terminan, en último análisis, por subordinarse a los intelectuales de los otros grupos sociales y, por tanto, por crear un sistema de solidaridad entre todos los intelectuales con ligámenes de orden psicológico (vanidades, etcétera) y, a menudo, de casta (técnico-jurídicos, corporativos, etcétera)”.

Finalmente, este hecho es tan importante para la definición de la misma hegemonía social y política del grupo en cuestión, que Gramsci no duda en hacer depender de que haya una gran formación intelectual ligada al grupo dominante el modo como se ejerce el poder. Si los intelectuales imponen abiertamente su presencia, tendremos una dominación que será, ante todo, intelectual; la ausencia de intelectuales en la política va acompañada, por lo general, de un ejercicio autoritario y despótico del poder. Gramsci anota al respecto que la atracción de los intelectuales “se verifica ‘espontáneamente’ en los períodos históricos en los cuales el grupo social dado es realmente progresista, vale decir, hace avanzar de hecho a toda la sociedad, satisfaciendo no sólo sus exigencias existenciales, sino ampliando continuamente sus propios cuadros por la continua toma de posesión de nuevas esferas de actividad económico-productiva. Apenas el grupo social dominante agota su función, el bloque ideológico tiende a fracturarse y, entonces, a la ‘espontaneidad’ puede sustituirse la ‘constricción’ en formas siempre menos larvadas e indirectas, hasta las medidas de auténtica policía y los golpes de Estado”.