miércoles, enero 23, 2019

Esteban Fernández: LOS “INHABILITADOS POLÍTICAMENTE”

LOS “INHABILITADOS POLÍTICAMENTE”

 
Por Esteban Fernández
22 de enero de 2019

Por el millón de mentiras diseminadas por el castrismo -desde el mismo primero de enero del 59- es muy fácil perder de vista, ignorar, desconocer y hasta olvidar algunas de ellas.

Sin lugar a dudas uno de los principales paquetes- prácticamente una amenaza- fue aquel de inhabilitar políticamente para el futuro a los que participaran en las elecciones de 1958.

El embuste era garrafal porque Fidel Castro y sus compinches perfectamente sabían de antemano que no iban a celebrar elecciones libres más nunca. Así es que eso fue solamente un alarde del gran farsante.

En segundo lugar, fue obvio que independientemente de todo delito que pudo haber cometido cualquier cubano, el gritar “Viva Fidel” era como un “Rio Jordán” que limpiaba todo pecado concebido.

Desde luego que muchos dirigentes no estaban al tanto de este palo “pa’ rumba” y cuando mi gran amigo Ángel Torres fue a Camagüey junto a un grupo de “Auténticos” a interceder por un compatriota de apellido Rojas -que había sido candidato a representante por ese Partido- Huber Matos les respondió: “Yo no puedo hacer nada al respecto, alégrense que no lo fusilo”.

(Ramón Grau San Martin, Carlos Márquez Sterling y Alberto Salas Amaro)

Desde el mismo instante en que el recién instalado dictador vocifero que “Elecciones ¿para qué?” ahí mismo les brindó un salvoconducto a los políticos que fueron seguidores de Andrés Rivero Agüero, y de los oposicionistas Alberto Salas Amaro, Ramón Grau San Martin y Carlos Márquez Sterling y se unieron al carro destructor de la nación. Los que sí fueron disueltos fueron los partidos políticos, menos el Socialista.

Otra frase del gran desmadrado invalidó de cuajo la amenaza contra los políticos que buscaban una solución política para la crisis nacional: “No me digas lo que hiciste anterioridad dime lo que estás dispuesto a hacer por la revolución”.

(Universo Sánchez en la Sierra Maestra, en su responsabilidad de ser el primer guardaespalda de Fidel Castro. Universo años después  asesinó con tiros a un ex oficial retirado del MININT que pertenecía al mismo  Núcleo Zonal del PCC en que estaba Universo,  porque éste en una reunión  de ese núcleo criticó el hecho de que Universo criaba puercos en un área urbana donde ambos vivían, algo que está prohibido en Cuba. Raúl Castro al conocer este hecho expresó sonriéndo a una de sus amistades: ! Este Universo está loco!. Fotos y comentario añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)

Es decir que prefería (si se le ponían de rodillas) a un Batistiano, un Grausista, o alguien que no hizo nada por tumbar a Batista, que un coordinador del 26 de julio que se rebelaba. Lo de invalidar políticamente a los candidatos pasó al olvido.

Porque lo cierto fue que en un país donde un comandante llamado Universo Sánchez podía ultimar a balazos en el medio de la calle a un vecino y no le pasaba nada, que importancia tenía el haberse postulado para alcalde de un Municipio por el “Partido Meneíto” de José Pardo Llada si se le plegaba y ponía un letrero en la casa de “Esta es tu casa Fidel”.

Por lo tanto, por si usted no lo sabía, yo creo que este fue el MILLÓN UNO de los embustes.

**********
A partir del instante de los 4 minutos y 19 segundos habla de los ataques del M-26-7,   comandado ya entonces por Fidel Castro Ruz,  a Carlos Márquez Sterling y a otros políticos por ellos querer  participar en las elecciones  de 1958



 **************
Carlos Márquez Sterling y las elecciones de 1958



(Fragmento del ensayo Fusilamientos de la reputación: la política republicana. Carlos Márquez Sterling y las elecciones de 1958, por Uva de Aragón)



Publicidad del Partido del Pueblo Libre y de su candidato Carlos Márquez Sterling en el proceso electoral de 1958. El pie de foto original dice: «¿Quién conspira contra la felicidad de los cubanos, los que afirman de antemano que van a dar la brava, o los que llaman al pueblo para evitar que den esa brava?... » «No aceptes la brava de antemano; obliga al Gobierno a dar la brava si es que se atreve a darla nuevamente. ¿Cómo lo obligas? Pues teniendo tu cédula y concurriendo a votar…» Carlos Márquez Sterling.

Carlos Márquez Sterling fue el principal candidato presidencial de la oposición contra el candidato oficialista, Andrés Rivero Agüero. Uno de sus lemas de campaña fue «Ni con botas ni con balas, con votos». Ofreció una amnistía general a los revolucionarios, garantías para que depusieran las armas y se organizaran políticamente, y convocar a elecciones generales en dos años, no cuatro como estaba previsto en la Constitución que durara su mandato de ganar en las urnas. No aspiraría en dichos comicios. Buscaba facilitar un gobierno de transición.[1] Muchos fueron los «mensajes» que recibiera de los revolucionarios y de Castro personalmente durante la campaña política. Me limito a narrar dos. El primero fue el intento de apuñalearlo, el 2 de febrero de 1955, durante la irrupción en los salones de la Artística Gallega de miembros del 26 de Julio cuando se celebraba la Asamblea del Partido de Pueblo Libre y la proclamación de su candidatura a los comicios. [2] El otro ejemplo es el mensaje que Castro envía a Márquez Sterling de que se retire de los comicios, apoye la Revolución y él lo nombrará Presidente cuando triunfe. Márquez Sterling le contesta que así no desea llegar a la Presidencia, y que Castro lo que debe hacer es recomendarle a la ciudadanía que vote en vez de amenazarla.[3]

El argumento esgrimido contra las elecciones es que le «hacían el juego a Batista». O sea, que ayudarían a legitimar la dictadura. Márquez Sterling aseguraba, por el contrario, que un fraude no se produciría con una votación en masa y en caso de haberlo en tales circunstancias, confirmaría la falta de buena voluntad del régimen y surgirían «diez Sierras Maestras». Su fe en que Batista respetaría las urnas no era infundada. Se basaba, en primer lugar, en conversaciones con el entonces primer ministro Jorge García Montes, durante las cuales el alto funcionario se comprometió, en nombre de Batista, a que se acataría el resultado de las urnas, mientras que Márquez Sterling daba su palabra de que el Partido del Pueblo Libre no conspiraría contra el gobierno. Existía también el precedente de que Batista había llevado a cabo unas elecciones honestas en 1944 y transferido la presidencia a Ramón Grau San Martín, del Partido Auténtico. La lógica, además, hacía pensar que Batista comprendería la imposibilidad de mantenerse en el poder a la fuerza, y que aceptar la derrota de su partido en los comicios le ofrecía una salida sin sangre al país.

Sin embargo, como había predicho Márquez Sterling, la participación en los comicios se vio menguada por el acoso violento, lo cual facilitó el fraude electoral y la guerra civil cobró mayor auge tras el fracaso electoral.

Márquez Sterling fue detenido el 4 de enero de 1959 y aunque le permitieron regresar a su hogar al día siguiente, sufrió presidio domiciliario hasta marzo de ese año. Sus cuentas bancarias y su bufete de abogado fueron confiscados. Simultáneamente empezó a rumorarse que se preparaban unas pruebas falsas en su contra para enjuiciarlo y separarlo de su cargo universitario. A principios de junio el periódico Combate publicó una reproducción de 3 cheques emitidos por el gobierno de Batista de $50,000 cada uno pagaderos a las siglas CMS. No se mostraba ninguna firma al dorso que indicara si los cheques habían sido cobrados ni por quien. El periódico aseguraba, sin embargo, que representaban el pago a Carlos Márquez Sterling por haber participado en las elecciones. Un mes después, el 13 de julio de 1959, Márquez Sterling se asiló en la Embajada de Venezuela y se marchó del país. Murió en Miami a los 92 años de edad en 1991.

Estos cheques que no aparecen como cobrados y no llevan el nombre de Márquez Sterling, como es de rigor, sino sus iniciales, son la única pretendida prueba que el régimen ha ofrecido en 50 años sobre el soborno que supuestamente recibió para prestarse a la farsa electoral. Sin embargo, esta información aparece en los Archivos Nacionales de Cuba y en libros tan recientes como uno publicado en el 2008, en donde la cantidad se aumenta a $250,000, pero sin evidencia alguna de quien era realmente el destinatario de los famosos cheques ni de que hayan sido cobrados por persona alguna.[4] No sólo no se han producido jamás comprobantes ni indicios de ninguna transacción monetaria entre el gobierno de Batista y Márquez Sterling, que en el exilio vivió de su trabajó hasta los 80 años y murió pobre.

[1] Ver artículo de primera plana de Márquez Sterling en Diario La Marina, La Habana, 9 de agosto de 1958
[2] Márquez Sterling, Carlos. Historia de Cuba. Desde Colón hasta Castro. Nueva York: Las Americas Publishing Company, 1963, 416-417.
[3] Idem, 434
[4] Jiménez, Guillermo. Los propietarios de Cuba 1958. La Habana: Instituto del Libro Cubano, Tercera Edición, 2008., 503. Márquez Sterling no aparece como propietario, pues en 1956 había vendido su única propiedad, una casa en el reparto la Víbora, y se había ido a residir a la de su segunda esposa, Uva Hernández-Catá, viuda de Aragón. La referencia aparece en una entrada sobre su consuegro Antonio Sánchez Vaillant, dueño de un comercio de autos.
 *************
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Fulgencio Batista buscó una salida electoral ante la insurrección armada;veamos:
 
En enero de 1958 Fulgencio Batista había restaurado después de un breve tiempo, las garantías Constitucionales en el país pese a la actividad subversiva existente. Según se lee en el libro oficialista En el último año de aquella República, del autor Ramiro J. Abreu (ex oficial del MININT y funcionario del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en los años ochenta del pasado siglo XX, años en que fue publicado dicho libro en Cuba; libro prologado por Carlos Rafael Rodríguez), Batista hizo ciertos cambios en su gabinete, compulsado por ciertas fuerzas políticas nacionales y extranjeras y hasta por el propio Nuncio, Monseñor Luigi Centoz, que conllevó a una nueva imagen de su régimen y a una posible solución no violenta a la situación política del país. Leemos en sus páginas 81 y 82:
¨… Ya, desde antes, permitió la reestructuración de los partidos políticos de ´oposición´, restableció ´la libertad de prensa ´ y las garantías constitucionales´, y el 10 de marzo dio el indulto a 40 personas. Con el mismo propósito, Batista se deshizo de su Premier, Jorge García Montes, y nombró en ese cargo a su Embajador en Estados Unidos, Emilio Núñez Portuondo, De esta forma, dio paso al llamado gabinete de la concordia, con el cual procuró tener una apariencia de Gobierno flexible con ribetes liberales …¨
En ese libro también se lee, en sus páginas 99 y 100, que Batista en marzo de 1958 le propuso al Movimiento 26 de Julio que participara como un partido político en las próximas elecciones junto a los otros partidos. Fidel Castro se negó alegando que esa proposición era una trampa de Batista. Los que hemos padecido la tiranía Castrista más de medio siglo, sabemos que la verdadera razón de la negativa de Fidel Castro era que no quería Poder, sino todo el Poder y de por vida. En varios países de Latinoamérica han gobernado, y gobiernan hoy, individuos que fueron líderes de la lucha armada en países donde se llevaron a cabo diferentes Procesos de Paz cuando en ellos mandaban regímenes más autoritarios y represivos que el de Fulgencio Batista en Cuba. En el libro de Ramiro J. Abreu leemos:
¨Para estar a tono con este clima político, el Episcopado hizo un llamamiento público a la paz y a la concordia; esta gestión determinó de inmediato, la constitución de una Comisión de Concordia Nacional, integrada por distintas personalidades de la época: la encabezó el ex coronel de la Guerra de Independencia Cosme de la Torriente; los ex vicepresidentes de la república, doctores Raúl de Cárdenas y Gustavo Cuervo Rubio; y los también doctores José Manuel Cortina y Ricardo Núñez Portuondo; Víctor Pedroso, presidente de la Asociación Nacional de Bancos; y un representante del Episcopado, Reverendo Pastor González, secundados a su vez por la élite de los hacendados, banqueros y comerciantes. En síntesis esta comisión procuró lograr un arreglo entre Fidel y Batista, mediante el cual el Ejército Rebelde depondría las armas, se liberarían a los presos políticos, se permitiría el regreso de los exiliados, se restablecerían las garantías constitucionales y se efectuarían elecciones libres con la participación del Movimiento 26 de Julio como un Partido político tradicional más. Es evidente el carácter maniobrero y de completo servicio al régimen que tenía esa gestión de paz. El Comandante Fidel Castro denunció el 9 de marzo de 1958, en carta pública, los objetivos de esa comisión, con la cual terminó la corta vida de la misma.¨