miércoles, febrero 20, 2019

Esteban Fernández sobre Alexandria Ocasio Cortez: ENTRE PEOS Y TROMPETILLAS

ENTRE PEOS Y TROMPETILLAS

Por Esteban Fernández
19 de febrero de 2019

De ambas partes del conflicto hay gente que sin ser agentes encubiertos son tan “militantes de la imbecilidad” que le hacen un tremendo favor – sin querer- al enemigo.

Nosotros en 60 años los hemos padecido en cantidades industriales, pero a nuestros adversarios también les han sobrado.

El último caso en USA es Alexandria Ocasio Cortez. Al principio me endemoniaban sus estúpidas y agresivas declaraciones, y hoy en día le pido a Dios que no se calle, que siga hablando estiércol y echándose un cubo de mondongo encima y salpicando de mierda al socialismo aquí, y en todos los rincones del planeta.

Por mi madre que habla más basura que el guagüero venezolano Nicolás Maduro y eso es mucho decir. Tanto es así que en cualquier momento los que la patrocinan en cualquier momento le dan pirey y la cesantean.

Y el día que la boten Donald Trump -de guilletén- debía darle un sueldo. Porque lo cierto es que nadie está haciendo más por su reelección que esta atrevida y atrabiliaria mequetrefe.

Dice tantas barrabasadas que los líderes izquierdistas del Partido Demócrata tiemblan cada vez que abre la boca.

Lo mejor del caso es cuando sus declaraciones se convierten en coñas y burlas como ahora que culpa a los ‘peos de las vacas’ de ser parte de la causa del calentamiento global, y que debemos deshacernos “de las vacas que se tiran vientos”.

Donald Trump también tiró a relajo las atrabiliarias ideas de esta guanaja diciendo sarcásticamente que “sería fantástico para la llamada ‘huella de carbono’ si eliminamos permanentemente todos los aviones, automóviles, petróleo, gas y el ejército”.

Alguien dijo hace días que Alexandria Ocasio Cortez se ha convertido con sus absurdas declaraciones en la Sarah Pailin de los izquierdistas. Ya quisiera ella para un día de fiesta.

Y de pronto afirma en Twitter que “$21 billones en errores contables del Pentágono podrían haber pagado el 66 % de la propuesta de Medicare”.

Y suelta unas absurdas palabras que no sé si se las enseñó un marinero o un jardinero: “Si vamos a dar vuelta el rumbo de este barco como país, no basta con lanzar una roca al jardín de nuestro vecino, debemos limpiar nuestro propio fondo”.

Si yo fuera un tipo optimista pensaría que todo esto es una gran conspiración de la CIA para desprestigiar al comunismo. O que se trata de una atrevida asalariada y utilizada de George Soros que se vale de cualquiera para conseguir sus propósitos de dominio mundial.

Nada de eso, yo creo que es una atrevida camarera boricua del Bronx hablando lo que pica el pollo.

Y -si de verdad fuera inteligente, que no lo es- para mí que debe olvidarse de los peos de las vaca y darse cuenta de los peos y trompetillas que ya comienzan a tirarles los votantes norteamericanos con dos dedos de frente.