jueves, septiembre 26, 2019

Zoé Valdés: Infancia robada: carta abierta a Greta Thunberg sobre el verdadero sufrimiento de la humanidad, le contaré mediante esta misiva acerca de infancias robadas


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Infancia robada: carta abierta a Greta Thunberg

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Como usted no se informa, y al parecer tampoco le importa demasiado hacerlo, sobre el verdadero sufrimiento de la humanidad, le contaré mediante esta misiva acerca de infancias robadas.
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Greta Thunberg


Por Zoé Valdés
2019-09-26

Señorita Thunberg –aunque tal vez usted prefiera que le llame "compañerita" o "camarada", yo uso el trato respetuoso de "señorita", porque, pese a su conducta, usted físicamente lo es, según los cánones de la todavía civilizada sociedad occidental–, sé que para una gran cantidad de sus seguidores el hecho de que yo me dirija a usted mediante una carta abierta será considerado una especie de ataque, agresión insoportable o lo que sea, al ser yo una adulta y usted una adolescente (casi en la segunda adolescencia). Lo siento, pero debo dirigirme a usted, y no a sus padres, aunque también. Y aunque no lo crea, mucho lo he dudado, pero me he dicho que debo hacerlo, porque si sus padres no se atreven a detenerla, o les conviene no detener sus impulsos y se sirven de ellos, como según se comenta, alguien tiene que frenarla y ponerla a pensar de manera formal.

Entre todas las barbaridades que usted suelta por su inexperta boca, provenientes de su más inexperto cerebro, todavía en formación, desde que abandonó la escuela, hace más de un año, hay una que no he podido soportar, y que no es posible que se la dejemos pasar.

Usted, niña sueca privilegiada, que lo mismo viaja en primera clase de trenes ultrarrápidos comiendo opíparamente (por cierto, usando envases plásticos) como se desplaza en yates pertenecientes al heredero de una monarquía mitad hollywoodiense cuyo país es un pretendido paraíso fiscal con grandes ventajas impositivas, ha dicho en su histérico y lloriqueante discurso en la ONU que le han –o hemos– robado su infancia, y que cómo nos atrevemos.

Bien, como usted no se informa, y al parecer tampoco le importa demasiado hacerlo, sobre el verdadero sufrimiento de la humanidad, le contaré mediante esta misiva acerca de infancias robadas. No me remitiré a nada personal, aunque pudiera, porque yo sí puedo considerar que el régimen totalitario castro-comunista de Cuba me robó mi infancia, desde que nací hace 60 años, y sin derecho a clamarlo en la ONU. Los mismos que a usted le han autorizado esa lamentable escena falsamente reivindicativa, a mí me lo habrían prohibido, y lo siguen haciendo, por muchas verdades que tuviera que decir. O tal vez por eso.

Tampoco le tocaré el tema, en el que coincido con mi apreciado amigo Víctor Fernández

escuelas al campo, muertes en actividades productivas por no tener la edad adecuada, violaciones masivas, actos abusivos sexuales entre todos incluidos los adultos en esas escuelas y concentraciones, el hambre, el frío, el excesivo calor, la insalubridad, la mala alimentación, las condiciones de esclavitud, las carencias de todo tipo; el vaso de leche quitado a los 7 años que nunca en 60 años llegó. Las 4 onzas de carne de res por quincena, la pata de pollo por quincena. Los tres juguetes aquellos, cuando tocaba el rastrojo que tocaba por la libreta de racionamiento. El adoctrinamiento constante, que no educación. Las solicitudes de los maestros para que se chivateara (delatara) a familiares y amigos a los que se escuchara diciendo cosas contra la revolución y Fidel... en fin, para qué seguir, se me parte el alma recordando.

Y a ese comentario habría que añadir la masacre espantosa de doce niños y cuarenta y un adultos en el remolcador Trece de Marzo en medio del mar en el año 1994. Esas sí son vidas truncadas, vidas arrebatadas, vidas silenciadas.

Todavía no he oído a ningún niño o niña, seguidoras suyas, de las que como usted se vanaglorian de defender y querer salvar al planeta, exigir un enjuiciamiento contra los criminales que sí arrebataron la infancia a esos niños cuyo único deseo era llegar a tierras de libertad, a Estados Unidos, y poder contar el horror en el que nacieron y crecieron (los que pudieron, algunos fueron asesinados cuando sólo contaban meses de edad). Aunque ninguno de ellos iría a llegar como llegó usted, en un yate lujoso, sino en una modesta embarcación que fue hundida, y tampoco hubieran podido ser oídos como lo ha sido usted, en la ONU, ni les hubieran invitado a denunciar las barbaridades del régimen comunista de Cuba. Sus familiares, los que han sobrevivido, fueron atendidos en la ONU porque no les quedó más remedio, pero nada todavía se ha hecho por culpar y enjuiciar a esos asesinos que todavía ejercen el poder en mi país.

En esta carta voy a concentrarme, sin embargo, en una joven que tenía más o menos su edad, aunque más joven, doce años apenas. Lilian Ramírez Espinosa. Cubana y bayamesa. Debió prostituirse, o al menos eso es lo que dijeron, con esa edad, para dar de comer a sus hermanos menores y a sus padres, allá en el paraíso comunista de los Castro. Pues bien, fue asesinada en Cuba, por perversos extranjeros (condenados por la justicia, al fin).

Se testimonió que durante una fiesta fue casi asfixiada en extremo, mientras iba siendo abusada por todos los allí presentes, turistas y cubanos, y después enterrada viva. Los vídeos de la reconstrucción de los hechos son espantosos. La ONU ni siquiera se habrá molestado en verlos.

Eso sí que es una infancia robada (no la única, la lista es larga), esos hechos sí que debieran ser condenados por todos los países de este planeta.

En nombre de esa niña y en el de todos los niños cubanos y los niños víctimas del comunismo, y a los que verdaderamente les han robado la infancia, es que debieran salir masivamente a las calles los niños, los adolescentes, los adultos y los ancianos de todas partes de este maravilloso planeta que tanto nos ha dado hasta ahora y al que tantas vidas hemos entregado también, acalladas injustamente. ¡Atrévase, ose, Greta, a tomar esa bandera como ha tomado la de la defensa del clima!

Desde joven, siempre oí a los ancianos, que son las voces de la sabiduría, ayer, hoy y siempre, no sólo porque han vivido más, además porque han estudiado. Ayer estuve hablando mediante mails con uno de esos sabios. Yo estaba que me hervía la sangre con su intervención en la ONU, con esa desarticulada y aspaventosa presencia suya, Greta, en la ONU. El anciano me escribó algo de manera muy serena: "Dejadla que se exprese, así veremos lo que tiene o no tiene en el cerebro". Y así ha sido. Usted sólo tiene en el cerebro esquemas muy perturbados de la realidad, consignas, lemas que le habrán inculcado. Cuánta pena siento por usted. Pero más pena siento por los que teniendo su edad o más jóvenes no tuvieron el derecho a seguir en este mundo.

Sin duda lo más grave es que esos que la aplaudieron a usted, esos adultos que allí la aclamaron, tampoco guardan nada valioso en sus cerebros. Sólo ignorancia u odio. Y ese odio esos mismos no dudarán en verterlo contra usted el día en que ya la adolescente que es hoy no les sirva para enriquecer sus arcas ni para estremecer con un lamentable espectáculo a los idiotas de un sistema totalitario, al que usted está contribuyendo con su posición, anudando la soga al cuello a su generación y a las futuras generaciones.

Piense en esa niña cubana, a la que sí le truncaron la vida de manera irremediable e inadmisible. Denúncielo, si es que se lo permiten. ¡Atrévase, Greta!
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Premio Nobel desmiente Calentamiento Global


Sobreactuación:

Greta Thunberg's full speech to world leaders at UN Climate Action Summit

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Los padres de la criatura: la esperpéntica familia de Greta Thunberg

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Los padres de la activista se dedican al mundo del espectáculo en Suecia. Ahora, sus carreras están volcadas en representar a su hija.
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Svante Thunberg y Malena Ernman

Por Elena Berberana
2019-09-27

(fragmentos)

La estrella de la gran farsa sobre el cambio climático, Greta Thunberg, ha declarado recientemente que "le han robado su niñez y su etapa en el colegio". Con el rostro desencajado, culpaba a las autoridades políticas e instituciones del apocalipsis final en la Tierra. Tras el espectáculo dantesco por los gestos protagonizados de una niña que padece diagnóstico de Asperger y TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), cabe preguntarse quiénes son sus padres y si, realmente, son los verdaderos responsable del "robo de su niñez".

Antes de que naciera Greta, sus padres ya sabían lo que era estar ante el público. Son empresarios del mundo del espectáculo sueco. Él, Svante Thunberg, con un look al estilo Pablo Iglesias, coleta y barba, un bohemio adinerado, es un productor de teatro y actor de televisión de largo recorrido. Ella, Malena Ernman, una cantante de ópera que terminó en Eurovisión. Dosis interpretativas no les faltan a ninguno de los dos.

Los dos conocen el mundo del espectáculo desde que eran niños. En el caso del padre, es hijo de los actores Olof Thunberg y Mona Andersson. El actual productor ha ido saltando de decorado en decorado, ha aparecido en obras teatrales como Peter Pan, cantado como corista en Romeo y Julieta y hasta protagonizó un capítulo de la serie de televisión sueca Skärgårdsdoktorn en 1998, entre otros muchos trabajos.

Desde que conoció a su mujer y madre de Greta, Malena Ernman, sus papeles como actor se han ido reduciendo en beneficio del protagonismo de su esposa de quién es representante y coproductor. Pero la verdadera estrella de los Thunberg estaba aún por gestarse. En 2003 nace la activista medioambiental y su padre se vuelca totalmente en ella y su carrera pública.

Una folklórica del cambio climático

Svante está detrás de las cámaras cuando su hija aparece ante el púlpito. Greta siente, padece, se desgarra y llora por las abominaciones meteorológicas  que imagina que podrían pasar en el mundo cuando ella crezca. Polos derretidos, tsunamis que entierran pueblos playeros, desertización; historias que alimentan sus trastornos mentales obsesivos y que parece que nadie está dispuesto a frenar.

Mientras tanto, Svante la mira, la teledirige como una niña folklórica de la posguerra española, la Lola Flores del cambio climático. La copla medioambiental de Greta ya la cantan políticos y científicos de nuestra era. Greta termina su discurso ante las Naciones Unidas, su padre aplaude. La niña se baja del escenario aparentemente rota.

La madre de Greta y Eurovisión

Sara Magadalena Ernman, la madre de la adolescente ecologista, es al igual que su marido, una profesional del mundo de la farándula. Se atreve con lo que le echen. La mezzosoprano es un portento, lo mismo interpreta un anuncio friki, que protagoniza El Barbero de Sevilla en la Ópera Real, o bien, representa a Suecia en Eurovisión.

En 2009 y aconsejada por el padre de Greta, cantó en el festival de la música europeo el tema La Voix. Una canción que podría afectar al cambio climático que tanto preocupa a su hija. Con bases electrónicas Malena combinó una letra con cantos de ópera que la llevó al puesto 21 en Eurovisión.

La madre de Greta es miembro de la Real Academia de la Música sueca. Y su obsesión por el reconocimiento de la crítica dio sus frutos. El rey Carlos XVI Gustavo de Suecia le otorgó el título de cantante de la corte en 2010.

La artista ha sido cuestionada por medios de comunicación suecos y británicos ya que varios periodistas la responsabilizaban de proyectar en Greta sus deseos y ambiciones de diva, algo que ella ha negado siempre. Pero lo que es una realidad latente es que sus negocios ya están ligados a los de su pequeña. Como madre está volcada en la proyección mundial de Greta, y, su segunda hija, Beata.

La hermana de Greta, Beata

Entre los vaivenes artísticos de sus progenitores nació Greta en 2003. Posteriormente, vino al mundo su hermana pequeña. Beata Ernman Thunberg, de 14 años, también, padece un trastorno. En su caso, sufre TDAH (déficit de atención con hiperactividad) y TOC.

Todavía la pequeña del clan Thunberg no es conocida en Europa, aunque sí en su país. Pero ella (o sus padres), no han elegido el activismo ecologista como tema central para sus apariciones públicas. Beata prefiere luchar contra el bullying (acoso escolar) y ya ha participado en varias campañas publicitarias contra la violencia en los centros educativos.

También canta. Beata sigue los pasos de su madre y quiere ser artista y escritora. La hermana de Greta ha colaborado en el libro que ha escrito la familia Thunberg en conjunto, a cuatro manos: Nuestra casa está ardiendo. Historia de una familia y de un planeta en crisis (Editorial Lumen 2019).

El sufrimiento de Greta

"Quiero que entres en pánico. Quiero que sientas el miedo que siento todos los días", dijo Greta cuando se dirigió a los líderes mundiales en Davos. Para entender lo que existe detrás de esta frase basta con leer el libro publicado por la familia. La editora de Quillette, Paulina Neuding, especifica en un artículo el sufrimiento atroz que relatan los padres de Greta y Beata, y que siguen viviendo en sus carnes día a día.

La cantante de ópera cuenta cómo su hija Greta ha querido morir de inanición. Matarse de hambre, sí. Y lo hace a menudo. Quizás después de que el mismísimo Papa Francisco, la recibiera y aplaudiera su discurso. Según Neuding, los padres recuerdan "las dificultades médicas y los eventos que llevaron a la ahora famosa huelga escolar por el clima, en la que cientos de miles de niños se han negado a asistir a la escuela para protestar por la inacción del gobierno".

"Se nos ofrece una historia de una familia en crisis y un planeta en crisis, dos fenómenos que se presentan vinculados. El libro plantea que la opresión de las mujeres, las minorías y las personas con discapacidad se deriva del cambio climático, una forma de vida insostenible. La crisis privada de la familia y la crisis climática global, son simplemente síntomas del mismo trastorno sistémico", argumentan los progenitores de Greta en el libro.

El calvario de su hermana Beata no es menor. Según recalca la editora, "es propensa a repentinos estallidos de ira, durante los cuales le grita obscenidades a su madre. Lo que normalmente sería una caminata de 10 minutos, a Beata le supone un infierno de casi una hora. Insiste en caminar con el pie izquierdo al frente y se niega a pisar ciertas partes de la acera. Además, exige que su madre camine de la misma manera. También suele pedir que la soprano la espere fuera durante la clase; no la permite moverse, ni siquiera para ir al baño". Desde luego, capítulos terroríficos que sintetizan el suplicio mental al que se enfrentan las adolescentes suecas.

Neuding prosigue su exposición con una reflexión final sobre la responsabilidad de los adultos que están siguiendo la corriente de Greta: "Ellos tienen la obligación moral de seguir siendo adultos en relación con los niños y no dejarse llevar por las emociones, iconos, selfies, imágenes de protestas masivas o sueños mesiánicos o revolucionarios. Greta fue nombrada recientemente 'Mujer del Año' por un periódico sueco. Pero ella no es una mujer, es una niña. Es hora de que nos detengamos a preguntar si la estamos usando, fallando e incluso sacrificándola, por lo que percibimos como un bien mayor", lamenta la autora.

¿Será Greta una muñeca rota? Desgraciadamente, puede que ya lo sea.

2 Comments:

At 8:39 p. m., Blogger Angel Riguero said...

Compatriota Zoe Valdes..Certero comentario sobre la enana mental que comparecio en la ONU
a exponer toda la bazofia para la cual siguio un agresivo curso de lavado de cerebro,
donde le inyectaron en su cuadrada cabecita elementos del marxismo, de la teologia de la
Liberacion y las dogmas del padre del calentamiento global Al Gore, y posiblemente
la tuvieon sentada en un orinal por varios meses frente a un televisor que solo mostraba
las falacias y mentiras de CNN CBS,NBC,ABC, Univision y Telemundo y todo frente a una
gigantesca foto del nuevo mesias de socialismo global..George Soros y finalmente le
suministraron las imbeciles encuestas de la vaca peorra de New York, la ahijada de
Galimatias...AOC.
***********LIFE IS FULL OF QUESTIONS, IDIOTS ARE FULL< OF ANSWERS*******8****

 
At 11:11 p. m., Blogger antoniiov said...

Está cabra de mierda malcriada..ella dice de infancia robada. Que queda entonces para los niños del holocausto nazi..donde niños de todas edades fueron asesinados...y los niños alemanes enviados muchos al frente de batalla. Verguenza deberia darte descarada.

 

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