sábado, octubre 19, 2019

El arco sobre el proyecto castrista. Andrés Reynaldo: Dos libros de Heberto Padilla y Néstor Díaz de Villegas sostienen un singular arco sobre nuestra historia




El arco sobre el proyecto castrista

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Dos libros de Heberto Padilla y Néstor Díaz de Villegas sostienen un singular arco sobre nuestra historia.
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Por Andrés Reynaldo
Miami
19 Oct 2019

Dos eventos del pasado fin de semana en Miami arrojan a través de medio siglo una misma luz sobre el castrismo: el homenaje a Heberto Padilla por los 51 años de su fundamental Fuera del juego y el lanzamiento en Miami de De donde son los gusanos, de Néstor Díaz de Villegas.

Fuera del juego marcó la desaparición de la libertad de expresión artística en la Isla, ya bastante mermada en 1968 tras la censura al documental PM y las Palabras a los Intelectuales, de Fidel Castro. Fue el canto de cisne de la ilusión revolucionaria de una generación de poetas que dio a la  cubana una renovadora apertura temática y estilística. Dicho entonces por Padilla: "Los poetas cubanos ya no sueñan".

Si algunos, como Roberto Fernández Retamar, Fayad Jamís y Pablo Armando Fernández, por citar entre los más conocidos de esa generación, siguieron fieles a la dictadura, no solo fue a costa de su integridad intelectual sino de su estética. Por supuesto, el arte no tiene que ser moral. Tampoco puede fingir que lo es. Hay una falsificación de la sustancia y, por tanto, una debilidad en la forma, si cantas la felicidad de los obreros a la vez que están prohibiendo los sindicatos.

(Heberto Padilla. TOMÁS GALINDO/ FACEBOOK)

Las crónicas de Díaz de Villegas dinamitan la ilusión raulista. Una experiencia tan particular como la reconstrucción de un apartamento en La Habana y el reencuentro familiar, da pie al poeta para fijar el concluyente testimonio de la perseverancia opresora de la dictadura y la decrepitud física, ética y cultural de la nación. Padilla denuncia el tránsito del castrismo a la más férrea ortodoxia marxista-leninista. Díaz de Villegas nos enseña que el castrismo sobrevive en la síntesis de lo peor del comunismo y lo peor del capitalismo.

Ambos libros sostienen un singular arco sobre nuestra historia. En 1968, Fidel saluda la invasión de Praga. Al cabo de sus coqueteos con Mao, convencido de que no podía ser un nuevo Tito ni dispuesto a encerrarse en el comunismo autista de Enver Hoxha, se entrega en cuerpo y alma a Moscú. El año anterior, la muerte del "Che" en Bolivia lo ha liberado del único competidor con un carisma internacional dentro del núcleo histórico de la Sierra Maestra. Asimismo, ha despejado las amenazas de reforma entre los comunistas con el llamado Proceso de la Microfracción, una purga estalinista con sentencias de dos a 16 años y el suicidio de dos de la treintena de acusados ¡durante los interrogatorios!

(Néstor Díaz de Villegas)

Fuera del juego no podía ser anticastrista sin ser antisoviético, y viceversa. Fidel asumirá, hasta la llegada de Gorbachov, el papel de aguerrido títere de Moscú en el Tercer Mundo, al punto de apoyar en 1979 la invasión en Afganistán mientras presidía el Movimiento de los No Alineados. En la Isla, durante la década de 1970, el proceso de sovietización de las instituciones y la cultura fue sistemático, inapelable y, con frecuencia, ridículo. Puedo recordar, en un festival de música campesina, el amordazado descontento por la premiación de Las Koljosianas de Matahambre.

Al otro lado del arco, De donde son los gusanos registra las ruinas de la más larga, retrógrada y destructiva dictadura americana. Octogenarios generales millonarios, el cuentapropismo como servil fuerza oficialista, la promoción de un turismo sexual que haría sonrojar a Meyer Lansky y Lucky Luciano, las avenidas degradadas a trillos, la corrupción de policías y funcionarios. Oprimidos y opresores reconciliados en su inercia parasitaria, robándose los unos a los otros, con el anhelo de que Washington resuelva el problema mientras lo vaya resolviendo Miami.

Cada uno de estos libros, en su época y en su género, acusan también el miedo, la ligereza, la ambigüedad y el colaboracionismo del establishment intelectual y artístico con residencia en la Isla. Fuera del juego se anticipa a decir lo que aquellos nunca dijeron ayer. De donde son los gusanos dice lo que estos no se atreven a decir hoy.

Al principio y al final, por encima de ideologías, períodos especiales y coyunturas, permanece el poder de la familia Castro. Padilla vio a Birán disfrazarse de proyecto. Díaz de Villegas comprueba que el proyecto es Birán.

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