De cómo comenzó a caer la noche en Cuba
Alberto Lamar Schweyer, autor de Cómo cayó el presidente Machado: una página oscura de la diplomacia norteamericana.
Por Armando de Armas
Marzo 12, 2020
El libro de Alberto Lamar Schweyer
Cómo cayó el presidente Machado: una página oscura de la diplomacia norteamericana, publicado originalmente por Espasa-Calpe, en 1934, y reeditado por Exodus, en 2020, es un texto-testimonio fundamental para entender la historia de Cuba por al menos los últimos noventa años que, por si fuera poco, se lee de un tirón como si de un thriller político se tratase.
Contrariamente a lo que se nos ha asegurado por parte de la historiografía al uso en ambas orillas, y coincidiendo con Lydia Cabrera, Gastón Baquero y Orestes Ferrara, la Revolución del 33 es uno de los acontecimientos más funestos de la historia isleña, al punto que puede apuntarse que con la caída del general Gerardo Machado se desencadenan los problemas sin solución en la isla para recalar en las miasmas de 1959.
Así la Revolución del 33 es un antecedente directo de la revolución castrista. Suele oírse el lugar común, repetido hasta la saciedad, de que sin Batista no hay Castro. Pero lo cierto pareciera ser que sin el 33 no hay Batista; ni tampoco Castro. Hasta el 33 prevaleció la República de los hombres de la independencia, la soñada por Martí, Maceo, Gómez, Céspedes, Agramonte, Francisco Vicente Aguilera y tantos otros. Es el periodo en que Cuba empieza a sedimentar una élite -después que la élite nacional hubiese sido escabechinada durante treinta años de guerra contra España- y a erigir grandes obras arquitectónicas como el Capitolio Nacional y la Carretera Central.
Pero después del 33 empieza la República de los revolucionarios, sin apego a la ley y con la voluntad de gobernar a punta de metralleta. A partir de ese momento tenemos una República que se aleja de lo constitucional y apuesta decididamente por lo social; por una democracia social. La misma Constitución que se dieron los cubanos en 1940, tan cantada aún, es un ejemplo de cuán hondo habían calado en el imaginario nacional las reivindicaciones revolucionarias y sociales.
Es un periodo de mucha inestabilidad política, de mucha violencia, de grupos gansteriles dirimiendo las querellas revolucionarias a tiro limpio en las calles, de la inauguración del terrorismo en la isla, del terrorismo a gran escala como método de lucha válido para alcanzar el poder.
(Orestes Ferrara, primero de izquierda a derecha en la foto y al centro el Presidente Gerardo Machado y Morales Fotos en el texto añadidas por el Bloguista de Baracutey Cubano)
En Cómo cayó el presidente Machado se lee: “Se mataba y se moría exactamente como entre los gánsteres de Chicago y con las mismas ametralladoras “Thompson”. Además, los jóvenes terroristas cubanos introdujeron un arma nueva y terrible: la escopeta de caza con el cañón recortado y cargada de balas de diversos tamaños. Con este equipo y con bombas de dinamita, por ellos mismos confeccionadas, se lanzaron a batir a Machado. No murió Machado, que estaba en Palacio o en su finca, pero, en cambio, murieron numerosas personas”.
(Presidente y general de la independencia de Cuba, Gerardo Machado.)
Y continúa el escritor: “Esto debió haber creado en la opinión pública un movimiento de repulsa hacia el sistema. Posiblemente, en el fondo de la conciencia ciudadana existió ese movimiento, pero nadie se atrevió a manifestarlo. Era extremadamente peligroso ir contra la opinión de aquella muchachada armada en guerra. Los estudiantes habían llegado a la conclusión de que su inexperiencia y su mocedad eran intangibles y que el error era sagrado por ser de ellos. Defendían a sangre y fuego sus teorías políticas y aunque muchos ignoraban quién fue Cromwell lo remedaban en su firmeza de criterio, si bien no en otras cualidades que él tuvo y de las que ellos carecían”.
Rubén Martínez Villena -poeta comunista admirador de Stalin- bautizó a Machado como el Asno con Garras, pero en La Habana, “un niño de cuatro años fue destrozado por una bomba cuando paseaba con su madre. Fue el día de Jueves Santo de 1933 y la bomba iba destinada al Dr. Orestes Ferrara, secretario de Estado. Ese mismo día de Jueves Santo hicieron explosión en La Habana, en el espacio de dos horas, más de treinta bombas. Algunas fueron puestas en las iglesias, y en la del Santo Ángel, junto al Palacio Presidencial, hizo explosión una de ellas”; nos cuenta Lamar Schweyer en su libro.
Estos grupos parecen estar convencidos de que la República no era la de Martí y de que ellos, por decreto histórico, eran los elegidos para cumplirle el sueño a Martí. Ellos sólo cumplían el mandato martiano.
Contaba Baquero que con la caída de Machado la Universidad de la Habana cae al punto de no recuperase nunca más, pues las cátedras no fueron ocupadas teniendo en cuenta el aval académico sino el aval revolucionario. De modo que la degradación de la enseñanza universitaria en Cuba no la empieza Castro sino los revolucionarios del 33, Castro es más bien un producto de esa degradación. En consecuencia, el hombre nuevo en Cuba es bastante viejo, no lo inventa Castro, Castro mismo es un espécimen de hombre nuevo.
En entrevista con la escritora Nedda G. de Anhalt para el libro Dile que pienso en ella, el poeta dice: “La Universidad de La Habana era una de las mejores de América. Se eclipsó con la caída de Machado (…) A Cuba se le rompió la columna vertebral con esa caída y nunca más pudo marchar el país”.
(Gerardo Machado en la Guerra de 1895)
Pero tan importante como el declive de la universidad a manos del revolucionarismo -al punto de que Castro no inventa aquella aberración de que la Universidad para los revolucionarios, pues ya desde 1933 las cátedras universitarias eran ocupadas en la isla no por los intelectualmente más dotados sino por los más revolucionarios- fue el declive del Ejército de la República que como consecuencia directa de la caída del general independentista se convirtió poco a poco en un Ejército de revolucionarios donde, como en el caso de Fulgencio Batista, se podía pasar de la noche a la mañana de sargento a coronel sin haber estado no ya en una academia militar sino sin ganar, o siquiera participar, en una batalla.
Asegura Lamar Schweyer en su libro que Machado garantizaba el orden en la isla a pesar del terrorismo desatado y que por la fuerza era inamovible: “Hacía falta algo más. ¿Qué podía hacerse? En revolución armada nadie osaba pensar. Machado estaba más fuerte que nunca. Tenía tras sí el ejército mejor organizado de Latinoamérica. Ese Ejército no se mezclaba en política”.
Y eso que hacía falta, según nos lo presenta el autor, no fue otro que el embajador estadounidense Benjamín Sumner Welles que, lejos de mediar como se ha dicho, no hizo otra cosa que socavar los intentos de Machado y su Gobierno por sostener el orden y una salida honorable de la crisis, aún a costa de abandonar el poder y dejarlo en manos del general Alberto Herrera –respetado entre los militares y los civiles-, y apostar por los chicos de las ametralladoras y las escopetas recortadas. Por cierto, situación que se repite con Batista en 1958 cuando el Departamento de Estado no acepta otra salida en Cuba que no fuese la de Castro y sus muchachos armados en la Sierra Maestra; por si las dudas ver el libro El Cuarto Piso, 1962, del embajador estadounidense Earl E. T. Smith.
Y de un Ejército y una Policía profesionales en la primera República, pasamos a un Ejército y a una Policía compuesta por revolucionarios en la segunda. De manera que lo que ocurre a finales de los cincuenta en Cuba no es más que una revuelta de revolucionarios que querían el poder contra revolucionarios ya establecidos en el poder. Batista mismo no es otra cosa que un revolucionario. Castro y sus guerrilleros jamás hubiesen vencido al Ejército profesional de la primera República, uno que había peleado y se había fogueado, formado en una guerra real, no en escaramuzas como las libradas en la Sierra Maestra comparables, si acaso, al asalto de un bar en Chicago en los tiempos de Al Capone. El folclor y el furor de los barbudos castristas no hubiesen aguantado un round a las letales tropas del general José Miguel Gómez; más prusiano que cubano en cuanto a su formación militar.
Con la Revolución del 33 se rompe el equilibrio entre el pensamiento de izquierdas y el de derechas, y viene a primar el de izquierdas; sin conciencia cabal de ello. Al punto que las lides electorales en la isla a partir de ese momento se dan entre la izquierda y la izquierda. El supuesto ogro de la derecha isleña, Fulgencio Batista y Záldivar, no sería más que un socialdemócrata radical. Ese desbalance, escoramiento ideológico a la izquierda, está entre los elementos que nos llevan directamente a la dictadura de Castro. No sería así descabellado afirmar que la Revolución del 33 culmina exitosamente en 1959 (a pesar del interregno de la Constitución de 1940 y los muy democráticos gobiernos auténticos de Grau y Prío). Es algo que sin dudas merece más estudios, pero por ahora el análisis desapasionado apunta a esa hipótesis. Castro recoge los frutos de lo que se había iniciado en el 33.
De la República nacionalista pasamos rápidamente a la República social, primero, y a la socialista después. De modo que Machado (1869-1939), como anticipo del destino de muchos cubanos debido a esa infausta fractura, descansa aún hoy en el Cementerio Norte de Woodlawn, en Miami. La lectura del libro de Alberto Lamar Schweyer -lúcido testigo de los acontecimientos que cuenta- sería imprescindible para comprender cómo es que comenzó a caer la noche en Cuba.
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Carlos Manuel de Céspedes y Quesada en la Guerra del 1895-1898
El 24 de febrero de 1895 estalla la Guerra del 95.
Céspedes dona para la causa patriótica la primera venta de su libro, además de los muebles de su apartamento que se vendieron para la revolución independentista.
El 21 de abril de 1895 Céspedes llega a Nueva York desde París a bordo del vapor "La Champagne" junto con toda su familia. Allí se reúne con miembros del exilio cubano en Nueva York, expresando su deseo de regresar a Cuba para continuar con la causa por la que luchó su padre.
Llega a Cuba por Baracoa el 28 de Octubre de 1895 en la Expedición del Laureada, uniéndose al Ejército Libertador. Lucha de 1895 a 1898, alcanzando el grado de teniente coronel.
Durante la guerra estuvo bajo las órdenes del Mayor General Carlos Roloff Mialofsky, que aprovechó sus dotes más de político que de militar.
(Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, teniente coronel del Ejército Libertador, circa 1898)
De esta forma sin participar en grandes combates, Céspedes alcanzó los cargos de jefe de Estado Mayor de la Inspección General del Ejército Libertador cubano, gobernador de la provincia de Santiago de Cuba, y representante del Segundo Cuerpo de Ejército a la Constituyente de La Yaya y secretario de la misma.
Participó en la redacción de la Constitución de La Yaya en 1897. Esta sería la última constitución mambisa.
Fue delegado a las asambleas de Representantes de Santa Cruz del Sur y El Cerro, y en ésta se opuso a la destitución de Máximo Gómez de su cargo de General en Jefe del Ejército Libertador, haciendo pública una elocuente proclama al respecto.
Mucho más sobre Carlos Manuel de Céspedes y Quesada
AQUÍ.
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Sobre la Revolución del 4 de Septiembre de 1933 en Cuba y como se truncó el camino constitucional y democrático para dar paso a caudillos politicamente improvisados
Por Pedro Pablo Arencibia
4 de septiembre de 2019
Al ser electo Franklin D. Roosevelt Presidente de los EEUU, el 8 de noviembre de 1932, un grupo de cubanos cabildearon con el nuevo ejecutivo estadounidense para que éste mediara en la inestable situación cubana que se había desarrollado producto de: la crisis económica mundial desencadenada en 1929, el ¨revolucionarismo¨ isleño, los anarquistas (españoles mucho de ellos) cuyo número había aumentado grandemente en Cuba después de terminadas las obras del Canal de Panamá y por los comunistas dirigidos por la Internacional Comunista de Stalin (que tenían a los anarquistas como una de sus principales ¨canteras¨y la creación de los Frentes Populares como estrategia para la toma del Poder político mediante la vía electoral, haciendo coalición con otros partidos políticos), así como por la consecuente represión machadista.
El Presidente Roosevelt dando respuesta a esa petición y al hecho que la inestabilidad política no es buena para las inversiones ni para los negocios, envió a La Habana al experimentado diplomático Benjamin Sumner Welles (nombrado en mayo de 1933 Embajador en Cuba y delegado especial del Presidente Roosevelt para resolver la situación cubana) para que mediara entre las partes contendientes con el objetivo que el Presidente Gerardo Machado y Morales concluyera su período presidencial y así su salida y el cambio de gobierno en Cuba se produjeran, respectivamente, por las vías pacífica y electoral. A cambio de que los cubanos aceptaran la mencionada mediación y la solución propuesta, los Estados Unidos se comprometían en mejorar la situación económica de la República de Cuba. A esa mediación se opusieron el Directorio Estudiantil Universitario de 1930 y el ABC Radical porque, según ellos, se violaba la soberanía nacional. El ex Presidente Mario García-Menocal y Deop, ex Mayor General del Ejército Libertador y líder de los conservadores, se opuso también pero por otras razones: desconocer al ABC y a la Agrupación Unión Nacionalista de Carlos Mendieta y Montefur, ex Coronel del Ejército Libertador. Para muchas personas la soberanía es el derecho de que los nacionales de un país se agredan y maten unos a otros sin impedimento alguna por parte de elementos externos a ese país. Esas personas no tienen en cuenta que esa ¨soberanía¨ afecta y hasta destruye inversiones y negocios foráneos en el país, además de provocar que miles, centenares de miles y hasta millones de desplazados o refugiados migren hacia otros países. La vilipendeada Enmienda Platt en su arista positiva (tiene también una arista negativa) evitó durante varias décadas que tuviéramos esa ¨soberanía¨.
Al llegar Benjamin Sumner Welles a Cuba, a la que ya conocía por haber desempeñado actividades diplomáticas un poco parecidas cuando el gobierno del Presidente Alfredo Zayas y Alfonso, y entrevistarse con el Dr. Carlos Saladrigas Zayas, uno de los prominentes hombres del ABC, éste lo convence que que no habrá solución alguna para la situación cubana con la premisa que el Presidente Machado se mantenga como Presidente hasta la fecha en que concluiría su mandato. Por otra parte, Orestes Ferrara afirma en su autobiografía que ya en ese tiempo Machado deseaba dejar el poder, pero que no encontraba a la persona que ocupara su puesto para evitar el caos después que el dejara la Presidencia.
La Mediación no pretendía resolver los problemas político-sociales del pueblo de Cuba, pues esos problemas debían resolverlos los gobiernos y la sociedad civil de la República de Cuba, los cuales tampoco se resolverían en un santiamén; la Mediación sólo pretendía sacar de la crisis a Cuba y darle estabilidad, pero inexpertos estudiantes, soldados y trabajadores abortarían el resultado de la Mediación de Benjamin Sumner Welles pues intentarían de la peor manera posible, mediante una Revolución, resolver esos problemas políticos-sociales. El Presidente Carlos Manuel de Céspedes y Quesada era una persona honesta, con experiencia nacional e internacional en los asuntos políticos nacionales e internacionales; el hijo del segundo matrimonio del llamado ¨Padre de la Patria¨ era un patriota sin ambiciones de aferrarse al Poder que hubiera sido un gran factor en un gobierno de transición o provisional que llevara a la elección, mediante elecciones generales, a una constituyente y a un gobierno constitucional y democraticamente elegido que intentara comenzar a resolver los problemas políticos-sociales que tenía Cuba en ese momento. La inexperiencia, las ambiciones personales, el ¨revolucionarismo¨, la manipulación patriotera, la violencia, el caudillismo, etc. se impusieron sobre la prudencia, la gradualidad y el respeto a las leyes y a las instituciones. Dos de los peores resultados de esa etapa fue: 1) sobrevalorar el camino de la violencia como la vía valiente, heroica y decorosa para resolver los problemas 2) concebir a la ¨Revolución como fuente de derechos¨. Hace 60 años sufrimos en Cuba las consecuencias de esos dos peores resultados. La prensa que en grado sumo aduló y apoyó en su momento a Machado se encargaría de sabotear y desprestigiar la persona de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada. Otro factor fue la violencia del ¨revolucionarismo¨ con la cual Céspedes trató de dialogar y negociar evitando reprimirla, lo cual fue visto como una debilidad por grupos ¨revolucionarios¨ y grupos terroristas. De esa manera, la Presidencia de Carlos Manuel, el principal resultado de la mediación de Sumner Welles conjuntamente con la salida de Gerardo Machado de la Presidencia, fracasó. Veamos en detalles lo anterior con una de las organizaciones más importantes y ¨glorificadas ¨ por buena parte de la historia de Cuba.
El Directorio Estudiantil Universitario de 1930, el anterior Directorio fue el de 1927, pidió el 22 de agosto de 1933 que los «elementos sanos de las fuerzas armadas» apoyaran el programa de gobierno de dicho Directorio publicado en esa fecha; era un programa de gobierno hecho por algunas personas con quizás buenas intenciones, pero con muy poca experiencia en política nacional e internacional, inversiones y desarrollo económico de un país, etc. En el Directorio habían algunas personas con buenas intenciones pero con mucha ignorancia en asuntos de democracia y de la práctica política, pues denunció posteriormente y de manera equivocada el importante Decreto del Presidente Céspedes por el cual cesaba en sus cargos a todos los funcionarios electos durante el gobierno de Machado, y llamaba a elecciones generales para febrero de 1934. El Directorio, ante la falta de sólidos argumentos, señalaba irresponsablemente que ese Decreto era una añagaza del imperialismo yankee para mantenernos en una condición semi-feudal. Juventud y sabiduría raramente se encuentran juntas en las personas.
En esas circunstancias es que el 4 de septiembre de 1933 se lleva a cabo una asamblea de sargentos y soldados en el teatro del Club de Alistados de Columbia el supuesto objetivo de los reunidos en esa asamblea era pedir: «No licenciamientos, aumento de sueldos, supresión de los asistentes de oficiales, mejoras en el uniforme que incluía el uso de gorra de plato, botas de tubo y uniforme de gala verde olivo». En esa reunión, la dinámica en el tratamiento de los asuntos llevaría a que Fulgencio Batista, junto a otros, mostrara su liderazgo para asuntos más importantes para Cuba. Fulgencio Batista había conspirado contra Machado en las filas del ABC Radical y en ese momento también conspiraba (al igual que José Eleuterio Pedraza, el cual contrario a Batista sí tenía tropa a su cargo) con la organización «Comité Pro Ley y Justicia» contra el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes. En el libro La Verdadera República de Cuba, escrita por el Dr. Andrés Cao Mendiguren, se narran los hechos de la siguiente manera en sus páginas 394 y 395:
Los primeros civiles llegados a Columbia fueron Ramiro Valdés Daussá, Mario Labourdette, José Willy y Guillermo ¨Willy¨ Barrientos Schweyer. Poco después se unen Carlos Prío Socarrás y Juan Antonio Rubio Padilla. de nuevo Batista da lectura al pliego de reivindicaciones castrenses. ¿ Para qué nos ha mandado buscar? pregunta Prío al terminar Batista su lectura. Con este documento ustedes se condenan al fusilamiento. Nosotros los civiles no seremos fusilados y ahora mismo abandonamos el campamento. ¿Qué se puede hacer? dijo Batista, Constituir el gobierno revolucionario y tomar el poder , respondió Prío. Batista está de acuerdo y pide ampliar el número de civiles y solicita se llame a Sergio Carbó y a José Miguel Irrisari. El Directorio y Pro Ley y Justicia demandan la inclusión de Emilio Laurent, Ramón Grau San Martín, el resto del Directorio y otras figuras civiles opuestas a la mediación. Se habla de buscar soluciones e incorporar a oficiales jóvenes que no estén manchados. Prío Socarrás insiste en darle un contenido revolucionario nacionalista y antimperialista al movimiento. Tras un largo cambio de impresiones se acuerda incorporar el programa-manifiesto del Directorio de Agosto 22 que es leido por Juan Antonio Rubio Padilla tras lo cual se encarga Sergio Carbó de acoplar las aspiraciones castrenses y los principios revolucionarios del Directorio. Los allí reunidos acuerdan constituirse en en Junta Revolucionaria y adoptar el nombre de Agrupación Revolucionaria de Cuba ese día 4 de septiembre de 1933.
Acuerdan nombrar un gobierno colegiado de cinco miembros . Se barajan nombres y se desechan los de Carlos de la Torre por su avanzada edad y el de Gustavo Cuervo Rubio por su filiación menocalista. El Directorio avanza una propuesta concreta: Ramón Grau San Martín, Guillermo Portela, José Miguel Irrisari, Sergio Carbó y Fulgencio Batista.
Pero este último no acepta pues entiende que el pertenece al ámbito militar Rubén León propone a Porfirio Franca que es aceptado. Carlos Prío queda como Presidente de la junta revolucionaria y Batista como jefe militar.
Hago los siguientes señalamientos: el Directorio Estudiantil Universitario se dirigió hacia Columbia después de juzgar en ¨juicio¨ sumarísimo y ejecutar a José Soler. En Columbia ya estaban presentes miembros del ABC Radical de Oscar de La Torre Con la incorporación de Porfirio Franca se tenía en cuenta la representación de las fuerzas conservadoras que estaban por el cambio.
LA PENTARQUÍA la conformaron (no están en ese orden en la foto) Ramón Grau San Martín, Sergio Carbó Morera, Porfirio Franca Álvarez de la Campa, José Miguel Irisarri Gamio y Guillermo Portela Möller y gobernaron del 4 septiembre 1933 a 10 de septiembre 1933). Fulgencio Batista y Zaldivar está sentado en el extremo derecho de la foto y a su lado Sergio Carbó que es el que lo asciende, con la aprobación de otros pentarcas, de Sargento a Coronel para que se entrevistara con Sumner Welles, quien se encontraba hospedado en el Hotel Nacional, y hablaba ¨de un sargento llamado Batista¨. A Batista se le ofreció pertenecer a ese colectivo de gobernantes pero Batista declinó ese ofrecimiento.
PROCLAMA DE LA AGRUPACIÓN REVOLUCIONARIA DE CUBA
EL 4 DE SEPTIEMBRE DE 1933
Proclama al Pueblo de Cuba
La Agrupación Revolucionaría de Cuba, integrada por alistados del Ejército y la Marina y por civiles pertenecientes a distintos sectores encabezados por el Directorio Estudiantil Universitario, declara:
Primero: Que se ha constituido Para impulsar, de manera integral, las reivindicaciones revolucionarias por las cuales lucha y seguirá luchando la gran mayoría del pueblo cubano, dentro de amplias, líneas de moderna democracia y sobre principios puros de Soberanía nacional
Segundo: Estas reivindicaciones de manera suscinta, son las siguientes:
1.- Reconstrucción económica de la nación y organización política a base de una próxima Asamblea Constituyentes.
2.- Depuración inmediata y sanción total para los delincuentes de la situación anterior, tanto de la civilidad como del Ejército, sin las cuales es imposible el restablecimiento del verdadero orden y de la auténtica justicia, salvaguardando la vida y la propiedad de los nacionales y extranjeros.
3.- Respeto extricto de las deudas y compromisos contraídos por la República.
4.- Formación inmediata de tribunales adecuados para exigir las responsabilidades mencionadas.
5.- Reorganización dentro del menor plazo posible, de todos los servicios y actividades nacionales, procurando un rápido retorno a la normalidad.
6.- Tomar, en fin, todas las medidas aún no previstas en este documento para iniciar la marcha hacia la creación a una nueva Cuba asentada sobre las bases inconmovibles del derecho y del más moderno concepto de la Democracia.
Tercero: Por considerar que el actual gobierno no responde a la demanda urgente de la Revolución, no obstante la buena fe y el patriotismo de sus componentes, la "Agrupación Revolucionaria de Cuba" se hace cargo de las riendas del Poder como Gobierno Provisional Revolucionario que resignará el mandato sagrado que le confiere el Pueblo tan pronto la Asamblea Constituyente que se ha de convocar, designe el Gobierno Constitucional que regirá nuestros destinos hasta las primeras elecciones generales.
Este gobierno Provisional dictará Decretos y disposiciones que tendrán las fuerzas de Ley.
Ante el Pueblo de Cuba y con el indudable beneplácito del Pueblo de Cuba, al que saludamos en nombre de la Libertad y de la Justicia, este nuevo gobierno irá adelante garantizando plenamente la estabilidad de la República y se desenvolverá dentro de los tratados, confiando en que Cuba sea respetada como una nueva patria soberana que surge plena de vigor a la gran vida internacional.
Campamento de Columbia, a 4 de septiembre de 1933.
Carlos Prío Socarrás; José Morell; y Romero; Rafael García Bárcenas; Justo Carrillo Hernández; Guillermo Barrientos; Juan A. Rubio Padilla; Laudelino H. González; José M. Irissarri; Oscar de la Torre; Carlos Hevia; Emilio Laurent; Roberto Lago; Ramiro Valdés Daussá; Gustavo Cuervo Rubio; Guillermo Portela; Ramón Grau San Martin; Sergio Carbó; Julio E. Gaunaurd; Fulgencio Batista, Sargento Jefe de todas las fuerzas Armadas de la República.
En otra fuente se lee las organizaciones a la que pertenecían los firmantes:
La Pentarquía fracasó en menos de una semana, pues desde el inicio estaba condenada al fracaso producto de las diferencias de sus miembros en diferentes aspectos esenciales; además, la Pentarquía se hizo insostenible por falta de apoyo popular. Pero veamos ahora como se llevó a cabo el ¨Golpe de Estado¨ o deposición del Presidente Carlos Manuel de Céspedes y Quesada según se lee en la página 396 del mencionado libro del Dr. Cao Mendiguren:
... Mientras tanto el Presidente Carlos Manuel de Céspedes está reunido con su Consejo de Secretarios después de su precipitado regreso de isabela de Sagua -donde recorría la zona afectada por el ciclón- cuando es informado de los acontecimientos. Entrando al despacho del Presidente los miembros de la Pentarquía demandan la entrega del poder. El coronel Horacio Ferrer, Secretario de Guerra y Marina hace resistencia . La discusión se prolonga y Carlos Prío quiere entrar al despacho del Presidente pero se inhibe por no tener chaqueta que perdió durante durante las horas de la agitada madrugada; toma prestada la de un amigo y entra al sitio donde se encuentra Céspedes ¿Quién es usted joven ? -le pregunta el Presidente que se encuentra en medio de los trámites para traspasar el mando del gobierno. Yo soy el presidente de la Junta Revolucionaria que ha dado el golpe de estado. -responde Prío. El Presidente se muestra conciliador y se dirige a los pentarcas: Pero ustedes no me han dicho esto. Todos pueden formar parte del gabinete y no es necesario un vuelco imprudente. Prío responde: Esto es una revolución y le aconsejo que entregue el poder a los señores designados. ¿ Por quién han sido designados? pregunta Céspedes. Por el ejército y la revolución -responde Prío. En ese caso yo me retiro -dice calmadamente el Presidente Carlos Manuel de Céspedes , quien es acompañado por Prío hacia su automovil donde se ha congregado un número de personas . para evitar una reacción desagradable Prío empieza a aplaudir a Céspedes siendo imitado por la turba. El Presidente marcha tranquilamente a su casa y Prío hacia Columbia en un intento de incorporar a oficiales al movimiento pero estos se niegan a tratar con los sargentos. Hasta aquí la versión de los sucesos del 4 de septiembre dada por el ex Presidente Carlos Prío Socarrás al periodista Jorge Zayas a inicios de la década de los años 70.
En una versión de los hechos dada por Manuel Aran (quien fuera miembro de Pro Ley y Justicia y el enlace entre el Directorio y los militares) al mismo periodista en esa misma época, Prío tiene un papel menos protagónico.
(Foto de 1933 añadida por el editor de Baracutey Cubano. En la foto aparece Fulgencio Batista entre Ramón Grau San Martín y Antonio Guiteras; en foto sentado y vestido con la corbata negra Sergio Carbó )
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Cuba. 12 de agosto de 1933: ida, que no fuga ni huida, del Presidente constitucional Gerardo Machado y Morales
Por Pedro Pablo Arencibia
12 de agosto de 2019
Recuerdo que en Cuba vi por la TV castrista, la única existente desde hace 60 años, un documental histórico sobre la República de Cuba antes de 1959 (¡Viva la República! (1972)) que al hablar de la oposición del pueblo cubano a la dictadura de Gerardo Machado mostraron las imágenes de gigantescas manifestaciones populares que según las palabras del narrador, eran de oposición a Machado. Me llamó mucho la atención esas imagénes y con mi viejo video VHS, las pasé cuadro a cuadro para leer un cartel que aparecía un tanto lejano en la multitudinaria manisfestación; el cartel decia: ¡CON MACHADO HASTA EL POLO!, que era una de las consignas más populares. Ante ese respaldo abrumador a Machado, el oportunismo de políticos de los otros partidos políticos llevó a la creación del Cooperativismo, el cual no fue creado por Machado, pues de no aliarse con Machado no obtendrían votaciones significativas en las elecciones . El famoso Trio Matamoros en su canción La Mujer de Antonio habla de cierta manera, del existente respaldo popular que tuvo Machado en determinado momento:
Malalegua tu no sigas
hablando mal de Machado
que te ha puesto alli un mercado
que te llena la barriga
El novelista, ensayista, guionista y director de cine Jesús Díaz Rodíguez (1941-2002), uno de los guionistas del antes mencionado documental, cambió posteriormente su percepción sobre la República de Cuba anterior al 1 de enero de 1959 hasta el punto que siendo fundador y Director de la Revista Encuentro de la Cultura Cubana, dedicaría el número 24 de esa revista para homenajear la República que él tanto vilipendió en otra etapa de su vida.
En Cuba se oculta que los que realmente ¨tumbó¨ a Machado fue una crisis económica mundial que afectó a Cuba y que los militares no quisieron esperar más para dejar de apoyar a Machado. Orestes Ferrara afirma que Machado desde hacía ya un tiempo deseaba dejar la Presidencia, pero que no encontraba a nadie capacitado que pudiera frenar el caos que se iba a desencadenar si él se iba del poder. Machado, creyendo que el Partido Comunista tenía ascendencia para controlar la huelga (que no fue convocada ni iniciada por los comunistas aunque sí aprovechada) intentó terminarla mediante un pacto con el Partido Comunista lidereado por Rubén Martínez Villena (los comunistas cubanos, las pocas veces que hablan de ese pacto, le llaman ¨el error de agosto¨ del cual Blas Roca Calderio también fue responsable por ser de la cúpula dirigente de dicho partido) a cambio de ciertos reconocimientos al partido comunista en Cuba, pero los militares de manera espontánea (no hubo una dirección clara ya que los oficiales intermedios no tuvieron un liderazgo) se opusieron a seguir apoyando a Machado; esa oposición empezó primero en la fortaleza de La Cabaña, posteriormente al Castillo de la Fuerza y después al Campamento de Columbia (La Verdadera República de Cuba, Manuel Cao Mendiguren, página 53). Veamos lo anterior con más detalles:
Está claro que la naturaleza de los fenómenos sociales son casi siempre multifactoriales, pero esos factores conforman diferentes componentes entre las cuales se hayan las llamadas componentes principales. En el caso de la situación nacional e internacional durante el segundo período de mandato de Machado, la primera componente principal es en la que se incluyen los factores económicos, entre los que se destaca la crisis económica mundial y los muy bajos precios del azúcar y sus consecuencias: pobreza en el gobierno y en la población, el no pago de salarios a los empleados públicos, mientras el gobierno pagaba una deuda externa con intereses que provocaban que el gobierno cayera en nuevos empréstitos a pagar, etc.. La segunda componente, de esas componentes principales, es la que incluye factores de carácter ¨social¨ entre los que se encuentra la labor de zapa del anarcosindicalismo y el comunismo internacional en estudiantes y obreros manipulables, ignorantes e inexpertos que provocaban huelgas y más dificultades a la gestión del gobierno; los comunistas y anarcosindicalistas se guiaban en la práctica por el refrán: ¨a río revuelto, ganancia de pescadores¨ siguiendo orientaciones y lineamientos teóricos de otras lejanas latitudes.
Otros elementos, pero no todos, de esa segunda componente principal son la represión, los asesinatos y la censura machadista y la violencia de las escopetas recortadas, las ¨ametralladoras¨ y la dinamita de los luchadores y terroristas antimachadistas. El Ejército, como parte del pueblo cubano, estaba presente dentro de toda esta situación nacional.
No obstante, es falso lo que se dice que Rubén Martínez Villena organizó la huelga general para derrocar a Machado. En el libro La Verdadera República de Cuba del Dr. Andrés Cao Mendiguren se lee:
¨Ya terminando el mes de julio, los obreros del transporte de La Habana fueron a una huelga. Enrique Izquierdo, el sustituto del Alcalde, ya que no había Alcalde, sino un jefe de distrito central, había impuesto un gravamen extra a los dueños de transporte. Estos no lo aceptaron, y los obreros fueron a la huelga. Este incidente provocó escalonadamente, sin que nadie lo hubiera organizado ni dirigido, una huelga general revolucionaria, a la cual se fueron sumando progresivamente todos los gremios, estuvieran sindicalizados o no lo estuvieran, y llegó a paralizarse completamente la nación, pese a los esfuerzos de las fuerzas policiales.
El 5 de agosto se corrió la especie de que Machado había renunciado. El pueblo se lanzó a las calles y fue ametrallado a mansalva en los alrededores de Palacio. Nunca pudo saberse de quién procedía la radio pirata que dio la noticia ni qué fines buscaba. Ante la grave situación que lo rodeaba, Machado trató desesperadamente de detener la huelga y creyó que los comunistas eran capaces de hacerlo. Recibió a una delegación en el Palacio dirigida por Martínez Villena y formada por Jorge Vivó y Joaquín Ordoqui, con los cuales hizo un pacto: reconocería al Partido Comunista legalmente , promulgaría un decreto ley para la jornada de 8 horas y les daría otra serie de facilidades de organización obrera a los comunistas, con tal de que ellos detuvieran la huelga.
Los comunistas aceptaron, pero no podían parar la huelga porque primero, ni la habían organizado, y segundo, ni tenían preponderancia en general sobre el sector obrero cubano, sino sobre algunos pequeños sindicatos, que no representaban ni con mucho la mayoría de la situación. La Huelga continuó y la cosa se siguió poniendo en malas condiciones.¨ (páginas 369-370).
Se narra que cuando el Presidente Machado fue a pedir ayuda a los militares, un alto oficial le aconsejó que reuniera a su familia y partiera del país.
Deseo señalar que Rubén Martínez Villena (hijo de Luciano Rogelio Martínez Echemendía 1876-1954, Profesor de Metodología Pedagógica en la Escuela de Educación y de Filosofía y Letras, de la Universidad de La Habana y que en 1935 sería Secretario de Educación y Secretario de Estado (interino)) descaradamente le llamó ¨asno con garras¨a Machado, mientras adoraba a Iosef Stalin principal responsable de la muerte de MILLONES de personas rusas, ucranianas, etc. pese haber estado en la Unión Soviética en su intento de curarse de la tuberculosis que lo llevó a la muerte. Rubén Martínez Villena le vió las garras a Machado pero permaneció ciego ante las masacres y persecuciones stalinistas. Por cierto, Villena por su terquedad y sectarismo destruyó al movimiento Minorista en Cuba y eso en la historia que se estudia en Cuba apenas se dice. Es interesante conocer que la casa donde se escondió Martínez Villena, en determinado momento de la persecución Machadista, fue la casa de José M. Irrisari quien llegaría a ser uno de los miembros de la Pentarquía y que fue la persona que le consiguió, a través del importante e influyente Ministro machadista Carlos Miguel de Céspedes, el permiso para salir de su refugio y viajar a la Unión Soviética para tratar su enfermedad.
Sumner Welles trató de ayudar a darle una salida lo menos traumática a la situación en Cuba pues los EE.UU. , como en el 1906, no querían intervenir en Cuba pero deseaban su estabilidad. Según la entonces Constitución vigente le correspondía al Secretario de Estado sustituir al Presidente de la República cuando este faltara por una licencia de vacaciones, etc., pero en esos días Ferrara todavía estaba en Europa y cuando regresó ya era muy tarde; además, el traspaso también llevaba su tiempo para poder aplicarlo. Para darle solución a esa situación hubo que nombrar primero Secretario de Estado al entonces jefe del Ejército (General Alberto Herrera Franchi) y posteriormente Presidente (para ello hubo que cambiar las normas establecidas como fue, por ejemplo, el tiempo necesario para hacer el nombramiento) y este traspasó el poder inmediatamente a Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, quien era una persona que conocía muy bien la situación cubana, pues había ocupado varios altos cargos en diferentes gobiernos de la joven República de Cuba. El hijo, del segundo matrimonio de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo (Padre de la Patria cubana) se había unido a la lucha y peleado en combate por la independencia de Cuba, arribando en una expedición desde EEUU donde se había criado cuando fue llevado por su madre debido a la Guerra de los Diez Años y el relevante papel protagónico que tuvo en ella su padre. Estas maniobras se llevaron a cabo con la aprobación de Gerardo Machado, hasta entonces Presidente elegido constitucional y democráticamente, y la de otros políticos presentes en una residencia cercana al entonces Hospital Reina Mercedes, que es donde hoy está ubicada la Heladería Coppelia.
Carlos Manuel de Céspedes era el individuo ideal para un gobierno de transición, pues no tenía ambiciones de poder, era honesto, capaz, conciliador, etc., pero la prensa (la misma que había adulado intensamente a Machado) lo tildaba, injustamente, como una persona débil pues querian ver resultados de la noche a la mañana; por otra parte, el revolucionarismo, solamente experto en formar revueltas, poner bombas y hacer atentados, querian en el poder a un hombre fuerte que les diera cuotas de poder en la estructura política del país.
Sobre el carácter espontáneo (en el sentido de no haber sido previamente programado o fijado y sin un liderazgo claro) del golpe militar que depuso al Presidente Gerardo Machado y Morales leemos lo siguiente en el antes mencionado libro:
¨... Pero ya el 12 de Agosto de 1933 ocurrió la deposición de Machado. Fijémonos bien en el siguiente detalle: Machado fue depuesto por un golpe militar que comenzó en la Fortaleza de La Cabaña, se extendió al Castillo de la Fuerza y después al Campamento de Columbia. Un golpe militar que a todas luces fue espontáneo porque no tuvo una dirección clara ya que los oficiales intermedios del Ejército, que eran los que estaban más descontentos, no tuvieron un líder que se hiciera cargo de la situación. Simplemente la situación era tan insostenible que depusieron a Machado.
Ante este hecho el Presidente Machado se reunió en Palacio con Sumner Welles, algunos oficiales del Ejército y con el General Herrera que era su Secretario de la Guerra para analizar cual podía ser la línea de acción. La ¨neo¨ Constitución que operaba en Cuba desde la prórroga y las modificaciones en 1927, había eliminado el cargo de Vicepresidente, luego Machado no tenía sustituto inmediato. Se podía pensar en que Machado firmara su renuncia, pero la Constitución vigente establecía que se deberían esperar seis meses para que su Secretario de Estado lo sustituyera, y ese sería un período demasiado largo para un país en plena efervescencia política. Se podía pensar en que Machado pidiera seis meses de licencia, pero entonces la sustitución sólo podría realizarse en el período de un mes, y el pueblo no se sentiría satisfecho de que Machado no fuera depuesto de una vez y por todas. Si se pensaba en una licencia, que era lo más rápido, el sustituto reglamentario debía ser el Secretario de Estado que era Orestes Ferrara, pero este se encontraba en Londres realizando una misión diplomática. Podía también pensarse en que Machado moviera al General Herrera de la Secretaría de Guerra a la Secretaría de Estado, pero en cualquiera de ambos casos considerados el sustituto tendría que esperar un mes antes de tomar posesión y el país no estaba en condiciones de sentirse sin gobierno. Además a Herrera había que descartarlo porque los militares lo consideraban un traidor a la causa del Ejército. Se querían hacer todos los esfuerzos posibles para mantener los hechos dentro de un formato civilista y al que no se le pudiera discutir su legitimidad, pero ¿ quién sería pues el que podría cubrir aquel vacio de poder? Y fue precisamente el General Herrera a quien se escogio para la obra de prestidigitación de Sumner Welles ¿Por qué decimos esto?
General Alberto Herrera, cuando joven, y Carlos Manuel de Céspedes y Quesada
Aquello no parecía tener solución pero Sumner Welles sí creyó que la tenía. Con un pequeño resto del Congreso que fue llamado a Palacio para convalidar unos últimos Decretos del Presidente Machado, se dictó un Decreto Presidencial que anulaba aquella parte de la Constitución que hablaba de los seis meses de espera para una sustitución en el caso de una renuncia presidencial. Con otro Decreto se anulaba la parte de la Constitución que para el caso de una licencia presidencial establecía el requisito de un mes de espera para la sustitución por el Secretario de Estado. Con otro Decreto se nombró como nuevo Secretario de Estado al General Herrera, lo que era una facultad del todavía Presidente Machado, y que ante la renuncia de éste y por los Decretos dictados y convalidados, ya pasaba automáticamente a convertirse en el nuevo Presidente. Una vez que Herrera ocupaba el nuevo cargo en propiedad pudo pedirle la renuncia a todos los demás Secretarios. El siguiente paso también lo dió Herrera al nombrar a Carlos Manuel de Céspedes como su Secretario de Estado. Y entonces sólo faltó la renuncia de Herrera para que se cumpliese el objetivo final de sustituir a Machado por Carlos Manuel de Céspedes.¨ (páginas 53.55)
(Gerardo Machado y su familia)
Todos los trámites anteriores ocurrieron gracias a que los militares sublevados (el día 11 de agosto se sublevó La Cabaña y marcharon hasta el Castillo de la Fuerza) se detuvieron en el Castillo de la Fuerza, pues el objetivo de los militares sublevados no era luchar contra Machado sino presionar para que renunciara; por otra parte, Machado había ido al Campamento Militar de Columbia y la respuesta del jefe de ese campamento, el Coronel Rogerio del Castillo le había expresado: ¨General, póngase a buen recaudo y salve su vida y la de su familia¨. Machado regresó, hizo los trámites antes narrados, y posteriormente con sus familiares y algunos de sus más cercanos seguidores se fue del país. El escritor Roberto Luque Escalona en su libro Los niños y el tigre escribe que Machado antes de irse almorzó, durmió la siesta y posteriormente se fue vía aérea a Nassau. Gerardo Machado y Morales tendría garras y dientes, no por gusto llegó a ser el general más joven del Ejército Libertador (terminó la guerra con el grado de Coronel pero posteriormente fue ascendido a General) pero no era ni asno ni cobarde.
Más adelante en la misma página 55 del libro del Dr. Cao se lee:
¨...
Pero el Ejército no estuvo de acuerdo y no apoyó a Céspedes, además de estar disgregado, disperso, carente de líderes y sin voluntad de actuar. Mientras tanto las fuerzas revolucionarias, que no fueron las que depusieron a Machado, siguieron en su rutina de violencia durante el breve tiempo que duraría la Presidencia de Carlos Manuel de Céspedes. Y puede decirse sin temor a mentir, que durante ese tiempo el país estuvo en total anarquía y carente de gobierno.¨
Una persona que posteriormente durante esa década de los años 30 ayudó a encausar al país hacia la normalidad fue el sargento convertido en Coronel Fulgencio Batista y Zaldivar; grado militar no otorgado por sí mismo, sino por el miembro de la Pentarquía Sergio Carbó, y con la aprobación de otros miembros de la Pentarquía, cuando ese colectivo de cinco personas presidía la República de Cuba. El nombramiento de Carbó a Batista fue motivado porque Sumner Welles en correspondencia a sus superiores hablaba ¨de un sargento llamado Batista¨ y Batista se iba a entrevistar con Sumner Welles. Es poco conocido que Fulgencio Batista y Zaldivar fue miembro clandestino del ABC Radical cuando Machado. En esa década y parte de la siguiente Batista era ideológicamente de ¨centro izquierda¨, que tampoco quiere decir que era comunista.
(Sucesión de Presidentes y gobiernos no elegidos en elecciones en 1933: General Alberto Herrera Bianchi convertido en un ´santiamén¨ Secretario de Estado para poder ser nombrado Presidente, Presidencia que le traspasó inmediatanamente a Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, el cual fue depuesto por militares y estudiantes, le sucedió la Pentarquía (José M. Irrisari, Porfirio Franca, Guillermo Portela, Ramon Grau San Martín, y Sergio Carbó; a Batista, que en la foto sin recortar está al lado de Carbó, se le invitó a pertenecer a la Pentarquía pero el declinó esa invitación) y Ramón Grau San Martín, quién ocupó alegadamente el cargo de Presidente porque los restantes miembros de la pentarquía fueron renunciando y Grau argumentó que cómo el Directorio Estudiantil no se había retirado de la junta de organizaciones de la revolución que conformaron a la Pentarquía el se quedaba al frente del Gobierno. A los aproximadamente 126 días de su ¨gobierno de los 100 días¨ el Directorio Estudiantil se autodisolvió en una reunión en la Universidad de La Habana y Grau, ante esa situación, tuvo que dejar la Presidencia de un gobierno que no fue constitucional (Grau rehusó jurar con la Constitución de 1901 por ella tener la Enmienda Platt) ni elegido democraticamente en elecciones por el pueblo cubano. Es importante conocer que en su gobierno constitucional y democraticamente elegido de 1940-1944, Grau no tenía en cuenta a las dos Cámaras del Congreso cubano para gobernar ni aún cuando en el Congreso su partido tuvo la mayoría dos años después de comenzado su mandato. En ese período firmó más de 17 000 dictámenes personales. Durante la Presidencia de Carlos Prío Socarrás (1948-1952) que era también del Partido Auténtico y al que Grau había ayudado a ser Presidente (lo que trajo el disgusto de Eduardo R, Chibás y la creación del Partido Ortodoxo), Grau tuvo sus desavenencias con Prío y fundó otro partido político; es poco conocido que en un momento de la década de los años 30 del siglo XX Grau fue separado del Partido Auténtico al que posteriormente se reintegró. Grau, en 1958 y pese a su edad, no le dio paso a otra figura de su partido político para aspirar a la Presidencia de Cuba ya que ¨padeció¨ de mesianismo, esa enfermedad de la que adolecen tantos políticos. No se conoce que personalmente Grau haya robado, aunque en su gobierno estuvieron presente la corrupción y el pandillismo político)
Hago notar estas dos siguientes observaciones para que el lector reflexione y saque conclusiones sobre la impronta que dejó ¨el Machadato¨ en la población cubana de aquellos tiempos:
- Que pese a Orestes Ferrara haber estado muy vinculado al gobierno de Gerardo Machado, el fue elegido por el pueblo cubano para ser uno de los delegados a la constituyente que le daría a Cuba la muy relevante Constitución de 1940.
- Que el Partido Liberal, que fue el que llevó a Gerardo Machado a la Presidencia de la República en 1925, ocupó el segundo lugar (empatado con el partido político liderado por el ex Presidente Mario García Menocal) en el número (17) de delegados a la Constituyente de 1939 de la cual surgió la Constitución de 1940., el cual fue sólo superado por el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) que alcanzó 18 delegados.
Dos libros de memorias: Ocho Años de Lucha y Orestes Ferrara. Una mirada sobre tres siglos que nos dicen respectivamente los puntos de vista de Gerardo Machado y Morales y de Orestes Ferrara sobre diferentes períodos de la historia política de Cuba. Libros escritos por Gerardo Machado y Orestes Ferrara.
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Tomado de http://nuevoaccion.com
VINDICACIÓN DEL PRESIDENTE GERARDO MACHADO Y MORALES
Por Frank Escobar
(11-22-13-3:10PM)
Exclusivo para Nuevo Acción
Gerardo Machado Morales ha sido quizás el presidente más vilipendiado de nuestra historia. Hasta un político fallido como el egotista intelectual Alfredo Zayas Alfonso que en vida se erigió una estatua y llevó a la bancarrota a la Primera República Cubana con el saqueo del dinero público y la incompetencia administrativa ha sido tratado con más compasión. A pesar del hecho que Zayas era conocido por la valentía y el heroísmo no propios sino de su hermano el General y Jefe del Estado Mayor de Antonio Maceo: el Dr. Juan Bruno Zayas y por el contrario el Coronel Gerardo Machado había peleado con valentía en la Guerra de Independencia y había llegado por méritos propios a Jefe del Estado Mayor del Mayor General José Miguel Gómez y ya en la República a General de Brigada. Pero Machado como César poseía grandeza y esa condición crea muchos enemigos que envilecen su carácter con el gusano de la envidia.
A Machado le vino encima tanto la ideología revolucionaria socialista que venía importada de Europa como la ideología mundialista del “Nuevo Orden Mundial” que desde entonces conspiraba para destruir el capitalismo y que a Cuba llegó temprano de la mano del factótum de House y Vicepresidente fundador del Council of Foreign Relations: el homosexual Benjamín Summer Welles, enviado especial del presidente recién electo Franklin Delano Roosevelt. Aquellos molinos trajeron las aguas putrefactas que estamos recibiendo hoy.
Comencemos con el desmontaje de las mayores falacias con las que se ha denostado sin misericordia
a quien merece nuestro reconocimiento y admiración.
(Gerardo Machado y Morales)
La primera falacia: Machado(foto) era un fascista, “el Mussolini Tropical”, la favorita del Comunismo Internacional y también de los liberales del New York Times y la revista “Times”. Machado no tuvo pasado socialista como Mussolini y el propio Hitler y tampoco estableció un estado totalitario, su programa de gobierno que fue cumplido en su primer mandato 1925-1929, establecía una estricta limitación de los poderes del Estado y una oposición total al crecimiento de la burocracia en los servicios públicos. Contradecía tácitamente los dos pilares indiscutibles sobre los que se empinaron los regímenes fascistas en Italia y Alemania.
La segunda falacia: Machado fue un ladrón. Antes de iniciar su vida politica en el gabinete liberal del presidente José Miguel Gómez- el ”tiburón” que salpicaba- Machado había sido un exitoso hombre de negocios en las ramas de la electricidad y la industria azucarera. Cuando se convirtió por una amplia mayoría en el quinto presidente de la República de Cuba ya Machado era millonario. Que le gustaba el poder y que sabía que tenía capacidades extraordinarias para conseguir lo que otros no habían logrado, es cierto pero que usó la presidencia para enriquecerse como lo hicieron después sus enemigos políticos de entonces con el visto bueno de la embajada rooseveltiana, es una mentira. Antes de llegar a presidente de Cuba ya Machado era propietario de la fastuosa hacienda donde invitó a almorzar al presidente Coolidge, de su yate, de sus empresas, de sus residencias y de sus inversiones.
La tercera falacia: Machado era un títere vendido a los intereses de las corporaciones americanas. A Machado por suerte no le tocó lidiar con los presidentes imperialistas del “Big Stick” y la “Diplomacia del Dólar” sino que por el contrario pudo gobernar con un presidente cordial en Washington, el “silencioso” Calvin Coolidge que defendía el “laissez faire laissez passer”, es decir la economía funciona mejor sin la interferencia del gobierno. Hoy Coolidge es un presidente de culto para los nuevos conservadores americanos y Coolidge siempre valoró a Machado como un excelente administrador y un presidente preocupado por mantener a su país en buen estado crediticio. Como ejemplo del buen crédito con que contaba la República de Cuba en 1928 podemos señalar los ochenta millones que recibió de préstamos del Chase Manhattan Bank of New York un año antes del crack del 29. Machado y Coolidge eran “anti mundialistas” pero defendían la “Doctrina Monroe” y por esa razón priorizaban las relaciones financieras interamericanas, diferente a lo que ocurría en América del Sur. Machado se negó a que el presidente de la Liga de las Naciones asistiera a la Conferencia Panamericana y lo mismo dijo al embajador español. Sin embargo desde el Consulado español en la Habana se envió un despacho, el No 99 del Ministro Plenipotenciario de España en Cuba del 18 de junio de 1925 donde se insistía en la llegada al poder de alguien ¨con un programa de honradez y rectitud extremada, con unos valores morales muy distantes de los mandatarios anteriores¨. No olvidemos que en España gobernaba entonces por un golpe de estado el general Primo de Rivera. Machado se expresó asi frente a Coolidge en la Sexta Conferencia Panamericana de La Habana:
"Intenso es nuestro júbilo y absoluta nuestra confianza en los futuros destinos de este Hemisferio, al pasear la mirada por esta sala y contemplar, dando realce al de suyo trascendental acto que celebramos, la prestigiosa figura del Excelentísimo Señor Presidente Calvin Coolidge, primer magistrado de la más grande de las democracias, Jefe del gran pueblo que tuvo Cuba la honra de ver a su lado, en su sangrienta lucha por la independencia disfrutada hoy sin limitaciones, como fue consignado en la Resolución Conjunta, el 20 de abril de 1928, aplicada honorablemente e inspirada en los mismos principios formulados en la eternamente célebre Declaración de la Independencia norteamericana, el monumento más grande de la libertad y el evangelio de los derechos del hombre y de los pueblos; y contemplar igualmente al grupo de personalidades ilustres que forman las delegaciones de las nacionalidades de América, que en el curso de un siglo han contribuido con intensa actividad al bienestar del mundo y al gran progreso de su último período histórico".
Cuarta falacia: Machado fue un dictador intransigente que se negó a abandonar el poder y mandó a matar en Méjico a Julio Antonio Mella. A Julio Antonio Mella lo mató el asesino a sueldo de Stalin Vittorio Vidali en complicidad con su querida Tina Modotti.
En Julio de 1928, apoyado por delegados obreros y campesinos, Mella, junto a Diego Rivera y Frida Kahlo habían ganado la votación y los dirigentes de la Internacional Comunista se vieron obligados a admitir la Confederación Sindical Unitaria de México (trotskista) que se opondría a la oficialista CROM (estalinista). Esto no fue del agrado de Moscú y en septiembre de 1928, el PCM pidió la expulsión de Mella-que ya había sido expulsado años antes del PCC- por el crimen de trabajar contra la línea del partido. Apoyaron la moción Xavier Guerrero, Rafael Carrillo y Vittorio Vidali. Mella fue destituido del Comité Central y aislado. En diciembre de 1928, un mes antes de su asesinato, durante una acalorada reunión en la calle de Mesones, la última en la que Mella participó, Vidali lo amenazó: "No lo olvides nunca: de la Internacional se sale de dos maneras, ¡o expulsado o muerto!"
El poeta y líder comunista Rubén Martínez Villena -que murió en Moscú al abrigo de Stalin mientras se perpetraba el “holocausto ucraniano” de casi cuatro millones de seres humanos muertos de hambre como resultado de la represión estalinista a los “kulacs”- llamó a Machado “asno con garras” y lo acusó del asesinato de Mella en 1929. Sin embargo Machado que conocía personalmente al padre de Mella, un famoso sastre, solo había dicho: “Nicanor Mella es un buen sastre pero su hijo es un desastre”.
Machado fue un hombre de su tiempo. El panorama de la Europa de entreguerras donde comunismo, nazismo y fascismo campeaban por su respeto era lúgubre. En América Latina fueron cayendo al menos siete gobiernos por golpes de estado. Machado había afirmado en repetidas ocasiones su intención de servir por un solo período constitucional de cuatro años. Pero ante la tentación del poder y la imposibilidad práctica de poder terminar en cuatro años sus titánicos proyectos se aferró a la presidencia. Él tenía la reforma constitucional como parte importante de su campaña porque se había propuesto la derogación de la Enmienda Platt, la elaboración de un Nuevo Tratado Permanente con los Estados Unidos, la recuperación de la isla de Pinos y el establecimiento del sufragio femenino.
Machado contaba a su lado con un asesor legal de lujo, el Dr. Antonio Sánchez de Bustamante y Sirven, autor del Código Bustamante de Derecho Internacional que se usó en el Tribunal de Nuremberg y era un miembro permanente del Tribunal Internacional de la Haya. Según cuenta Antonio Sànchez de Bustamante y Montoro, el “nieto famoso”, en una ocasión ya siendo su abuelo de edad muy avanzada y encontrándose él con un grupo de condiscípulos de la Universidad estudiando en su casa, allá por los años cuarenta, uno de ellos alzó la voz un poco y trató de desafiar al abuelo , indirectamente, por su apoyo a Machado y a la dudosa legalidad de la prórroga de poderes y la reacción de Bustamante y Sirven fue la de acercarse sonriendo y contestarle amablemente: “Joven, haciendo un recuento de mi vida puedo asegurarle que si volviera a vivir mi vida de nuevo hay un hecho muy significativo que cambiaria, me casaría con mi esposa mucho antes que cuando lo hice”…Es decir no se arrepintió nunca del apoyo que le dio a Machado. Eran hombres de carácter y con estilo: Machado, Bustamante, Ferrara, De Céspedes, Averof.
La Cámara de Representantes de Cuba, aprobó en la primavera de 1927, una ley que establecía, entre otras cosas, la prórroga del poder por dos años más. Es decir el periodo presidencial seria no de cuatro sino de seis años sin posibilidad de reelección. La visita del presidente Machado a Washington tuvo lugar después de la aprobación de esa legislación por parte de la Cámara de Representantes de Cuba, y por consiguiente Machado obtuvo la aprobación tácita del gobierno de Coolidge a los principios generales consagrados en esa ley. Tras el regreso del presidente Machado a Cuba, el Congreso en pleno aprobó la Ley de Reforma Constitucional, con la condición de que el mandato del presidente solo fuera prorrogado por un período de solo dos años.
Con respecto a la pregunta que si Machado fue o no un dictador mi respuesta es sí, aunque “técnicamente” no violó la Constitución una vez reformada y aprobada por el pleno del Congreso. Él mismo lo habría reconocido después con la espontaneidad y la franqueza que le caracterizaban: "Los pueblos más civilizados de la época actual han comprendido que el único gobierno posible es el de uno solo. Por ello florece la dictadura en todo el mundo". Se apegó al poder y quiso mantenerse hasta el 35 porque había hecho más que nadie y creyó que se lo merecía y contó con todos los tecnicismos legales para hacerlo: “No quiero más campañas antiimperialistas. iYo soy imperialista!”
El 26 de mayo de 1931 el Presidente Machado propuso un plan de reforma constitucional que establecería el cese de su mandato en 1933, pero no fue aceptado por los intransigentes del ABC que como Marat exigían la cabeza y se mantuvo el terrorismo como arma política. El 16 de enero de 1932 el presidente Gerardo Machado quiso llegar a un entendimiento con la oposición, pero de Nuevo el ABC preparó una campaña terrorista contra el gobierno. El intransigente Rubén Martínez Villena sin embargo firmó a nombre de los comunistas un pacto con Machado para suspender la huelga general en 1933. Pero la traición ya estaba en camino y venia de Washington.
El Embajador Welles ejerció entonces presión sobre las Fuerzas Armadas. La sublevación de algunos oficiales y algunas unidades del Ejército, el 11 de agosto de 1933, precipitaron la caída del Gobierno el día 12. El General Machado, que ya se había visto obligado, dos o tres días antes, a convenir en renunciar su alto cargo, aceptó las renuncias de los Secretarios del Despacho, con la excepción del General Alberto Herrera que quedaría al frente del gobierno y firmó entonces un decreto dirigido al Congreso, en el cual renunciaba a la presidencia, y en la tarde de dicho día 12 de agosto salió en un avión rumbo a Nassau.
Ningún período político de nuestra historia republicana ha sido más popular ni ha desbordado más la cubanía que el ordinario del presidente Gerardo Machado y Morales desde 1925 hasta 1929, fue también la mejor época de la música cubana, la mejor música del mundo, Miguel Matamoros, uno de los más grandes lo expreso asi en “La Mujer de Antonio: ”
“Mala lengua conocida
hablando mal de Machado
que te ha puesto allí un mercado
que te llena la barriga
la mujer de Antonio
camina así...
cuando viene de la plaza
camina así.
Etiquetas: asno con garras, Batista, Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, Carlos Prío, cuba, diplomacia norteamericana, Fulgencio Batista, gerardo machado, gobierno, Martínez Villena, Mediación, Sumner Welles
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