jueves, junio 17, 2021

José Gabriel Barrenechea desde Cuba: Aquellos «Maravillosos Años Soviéticos»

 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Uno de los comentarios que dejaron en el sitio Cuba Encuentro sobre el artículo Aquellos «Maravillosos Años Soviéticos» , de José Gabriel Barrenechea,  fue el siguiente:

Cabe aclarar que esa "ideal relación de complemetariedad" fue acceptada por la URSS, a cambio de que Castro prometiera cambiar su alocado modus operandi y adoptara el modelo Soviético en lo económico, político y militar. Eso fue equivalente a que Castro entregara a la URSS, su tan cacareada e idolatrada devoción a la Soberanía nacional (tantas veces usada y mal usada para justificar su guerra a muerte contra los EUA). (Isidro Quiroga:)

Muchos cubanos  que vivimos todos esos años  (años nada maravillosos que me hacen recordar las coplas de Jorge Manrique de Figueroa escritas a la muerte de su padre  que   expresan que ante la muerte a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejorsabemos que no hubo generosidad ni gratuidad por parte del régimen soviético ni por parte de la dictadura totalitaria encabezada por Fidel Castro; pues ambos perseguían fines perversos para sus agendas políticas, ideológicas, militares  y personales. Eso no me impide agradecerle personalmente a los profesores soviéticos, y de otros países,  que tuve en mi formación escolar y académica en el campo de la Matemática.

Próximamente detallaré  aquí algunos de mis argumentos para sustentar  la opinión que escribí en el  anterior parrafo;  por ahora sólo diré  que detrás de todos  esos datos del Anuario  Estadístico de 1981 hay grandes manipulaciones; como es, por sólo dar un ejemplo,  la utilización de la presión  de la dictadura para obtener muy altos y hasta el  100% de promoción en  un número extremadamente alto de escuelas del país cuando históricamente las promociones eran del  70% aproximadamente; el PROMOCIONISMO acompañado del FRAUDE escolar se instituyó  en el país (con la complicidad de muchos directores de escuelas, profesores y, por supuesto, de alumnos)  mientras la dictadura usaba las cifras escolares y de graduados en los diferentes niveles, incluyendo el universitario,  como propaganda política a favor del sistema de estudio-trabajo y del sistema político comunista impuesto por la tiranía Castrista: Veamos:

FRAGMENTO DEL DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN LAS CONCLUSIONES DEL ACTO DE GRADUACION DE 2 095 ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA, EFECTUADO EN EL TEATRO DE LA CTC, EL 8 DE DICIEMBRE DE 1972.

Y como ustedes saben, para esas escuelas secundarias no había siquiera suficientes profesores.  ¿Cómo íbamos a resolver el problema de los profesores en las escuelas secundarias, de esos profesores que tienen que estar en el interior y que tienen que estar en el campo, si el país no tenía profesores? 

Pues se resolvió precisamente mediante la aplicación del principio del estudio y del trabajo:  mediante el reclutamiento de jóvenes graduados de décimo grado que quisieran empezar a enseñar como profesores en esas escuelas, guiados por un pequeño colectivo de profesores de más nivel, y a la vez estudiar para profesores. 

De manera que la aplicación del principio del estudio y del trabajo ha sido la única solución posible para dotar de profesores a estas escuelas.  Porque para 50 no teníamos profesores, ¿cómo íbamos a tenerlos después para 200?  ¿Cómo íbamos a tenerlos después para 500?  ¿Cómo íbamos a tenerlos después para 1 000 o para 2 000 escuelas, entre institutos tecnológicos, escuelas politécnicas, preuniversitarios y secundarias básicas?  Sencillamente mediante la aplicación del principio del estudio y del trabajo

Y aquí vemos los resultados:  el promedio histórico de promociones a final de curso (que siempre son más altos al final que en las primeras pruebas) estaba alrededor de 70 ó 70 y tanto por ciento.  Y ya en estas 50 escuelas solamente una escuela estuvo por debajo del 70% de promoción con el 68%; y otras 24, tuvieron promociones entre el 70% y el 90%; y 25 escuelas han tenido promociones de más del 90%; y 13 escuelas de las 50 han estado por encima del 95%.  Y aquí tenemos escuelas como “Carlos Liebknecht”, de Santa Clara, que tiene 98,2%; escuela Vanguardia de La Habana, en Isla de Pinos, que tiene 98%; Héroes de Varsovia, en Ariguanabo, La Habana, que tiene 97,8%; General “Antonio Maceo”, de Ceiba, en La Habana, 97,6%; Primero de Mayo, en Santa Clara, 97,3%; General “José Artigas”, de Ariguanabo, La Habana, 97,3%; Comuna de París, de Ariguanabo, La Habana, 96,8%; General “Máximo Gómez”, de Ariguanabo, La Habana, 96,7%; República Popular de Bulgaria, de Artemisa, La Habana, 96,6%; General “Bartolomé Masó”, Holguín, 95,7%; “Mariana Grajales”, de Holguín, Oriente, 95,7%; República Democrática Popular de Argelia, de Quivicán, Habana, 95,3%; Batalla de las Guásimas, Ciego de Avila, Camagüey, 95%.  De siete secundarias básicas de Oriente, cinco tienen más del 90% de promoción en estas primeras pruebas.  De manera que es un fenómeno que se observa no solo en La Habana, sino se observa también en Isla de Pinos, se observa en Las Villas, se observa en Oriente, se observa en Camagüey

¿Y cuándo en nuestro país una escuela secundaria obtuvo en unas pruebas una promoción de 98,2%, o de 98%, o de 97,8% o de un 90%?  ¿Cuándo?  Si ustedes se ponen a hurgar en los archivos de todas las escuelas secundarias que ha habido en este país, no se encuentran este fenómeno

De modo que uno de los resultados más asombrosos de la aplicación del estudio y del trabajo en los niveles de secundaria básica son precisamente los resultados pedagógicos.  Es decir, digamos ya los resultados académicos, para darle a lo pedagógico una concepción más global.  Los resultados académicos son asombrosos, a pesar de que la inmensa mayoría de estas escuelas son nuevas, a pesar de que los profesores todavía no pueden tener gran experiencia, a pesar de que el Ministerio de Educación no ha podido todavía recoger todas las enseñanzas que se derivan de la práctica con estas escuelas, en todo lo que se refiere al perfeccionamiento de los métodos de dirección y de trabajo con los profesores y con los alumnos, a pesar de que una gran parte de los profesores son alumnos del destacamento pedagógico. 

¿Qué será cuando tengamos junto a cientos de escuelas, a más de 1 000 escuelas, a 2 000 escuelas, en la industria y en la agricultura, combinando el estudio y el trabajo en los alumnos de nivel medio.  ¿Qué será cuando tengamos profesores graduados y con muchos años de experiencia?  ¿Qué será cuando miles y miles de esos jóvenes del destacamento pedagógico se hayan graduado ya como profesores después de cinco años de combinación de estudio y trabajo?  Estudiando y trabajando precisamente en esa escuela, ¿podrá o no podrá nuestro país proponerse un día promociones superiores al 90%?  Ya nosotros no tenemos la menor duda de que el promedio de promoción de las 51 escuelas que comenzaron este curso será de más del 90%.  Actualmente en las primeras pruebas, que suelen ser las más bajas, el promedio está algo por encima del 87%

Ahora el Ministerio puede inmediatamente dirigir sus esfuerzos a ver cuáles fueron las razones por las que una escuela sacó el 68%.  Si hubo mala dirección, si hay ineficiencia de los profesores, o hubo concentración de alumnos que, procedentes de la primaria, tenían muy bajo nivel.  Para el funcionamiento del propio Ministerio de Educación estas escuelas típicas con un sistema típico de estudio y de trabajo le será mucho más fácil ver cuáles son los fallos, cuáles son las dificultades, y aplicar en las escuelas más atrasadas las experiencias de las escuelas más adelantadas. 

Observen como  Fidel Castro ¨se preocupa¨ por la escuela  que obtuvo resultados  similares a los históricos en ese nivel y no en las escuelas  que obtuvieron increibles resultados. La amenaza o advertencia velada (similar al ¨modus operandis¨ de algunas pandillas o mafias en un primer momento) fue totalmente captada y el FRAUDE se generalizó e ¨instituyó¨ en casi todas las escuelas del país.  A esos alumnos graduados de décimo grado  se le dio la categoría de estudiantes universitarios  para atraerlos  a que ingresaran en  los Destacamentos Pedagógicos, cuando en Cuba los graduados del  12 grado (o similares) son los que usualmente tienen el nivel escolar requerido para estudiar en las universidades.  Observen  como esos colectivos de estudiantes  son llamados: Destacamentos, una palabra muy usada en la jerga militar.

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Tomado de https://www.cubaencuentro.com/

Aquellos «Maravillosos Años Soviéticos»

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Los Acuerdos Económico-Financieros entre Cuba y la Unión Soviética, del 23 de diciembre de 1972, fueron el comienzo de una etapa a la que muchos cubanos de la isla miran hoy con nostalgia

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Leonid Brézhnev y Fidel Castro.

Por José Gabriel Barrenechea

Santa Clara

16/06/2021

A inicios de los setenta, tras los desastres bíblicos de la Zafra de los Diez Millones, del Cordón de La Habana, y tras el abandono de proyectos faraónicos como la desecación del Golfo de Batabanó, hazaña con la que conseguiríamos hacer lo que Holanda en un milenio para la siguiente celebración del 26 de Julio, el país enfrentaba su primer “periodo especial”: la canasta de productos normados se achicaba por meses —supuestamente para ayudar a los hermanos vietnamitas, los precios andaban por las nubes en el perseguido mercado negro, la poca ropa y zapatos comenzaron a distribuirse por el CDR, y los apagones ocurrían una noche sí, y otra también.

Por fortuna en 1971 la URSS todavía estaba ahí, y poco después, cuando en Punto 0 decidieron ser un tanto más racionales, y apoyar la política exterior imperial de Moscú en Europa del Este y Central, la ayuda económica soviética vino a salvarnos de las consecuencias del Gran Brinco Adelante. Una sucesión de delirios económicos de Fidel Castro, muy semejantes a los contemporáneos de Mao en la República Popular China, en cuya realización se malbarataron los recursos y el capital histórico del país que el régimen fidelista heredó al treparse en el poder en 1959.

Esa ayuda se concretó en los Acuerdos Económico-Financieros del 23 de diciembre de 1972. Los cuales, según ciertos guasones bien enterados, la dirección soviética se decidió a concedérnoslos preocupada por la larga estadía del Comandante en la URSS: durante más de dos meses, entre octubre y diciembre de ese año. Según los citados guasones, en el Politburó se temió que el compañero se les quedara por allá, que obtuviera la ciudadanía soviética, ingresara en el PCUS, y finalmente conquistara el Kremlin con el apoyo de los halcones del Ejército Rojo… lo cual, dado el desespero por disparar primero demostrado por el Comandante durante la Crisis de octubre de 1962, no le hubiera augurado nada bueno a la especie humana.

Al decir del propio Fidel, estos Acuerdos significaron: “una forma verdaderamente ideal, una forma ejemplar de relaciones económicas entre un país industrializado y un país pobre y subdesarrollado como es nuestro país… no existe a nuestro juicio, ningún precedente en la historia de la humanidad de tan generosas relaciones”. Lo que sin lugar a duda es cierto.

Pero dejemos que sea el mismo Fidel quien nos explique en que consistieron los referidos acuerdos:

“En primer lugar, sobre la deuda exterior, es decir los créditos: tanto créditos comerciales —para satisfacer el desbalance comercial que hemos tenido todos estos años— como los créditos para el desarrollo, las deudas contraídas por estos conceptos, se pospone su pago hasta el primero de enero de 1986, es decir, para dentro de 13 años, para pagar con productos cubanos en 25 años, y, además, sin ningún interés a partir del momento de la suscripción de estos acuerdos. Es decir, una fórmula óptima para abordar el espinoso problema de la deuda exterior, problema agobiante hoy para la inmensa mayoría del mundo.”

“En segundo lugar, nuevos créditos con relación al intercambio comercial; para los futuros años en que nosotros necesitamos créditos comerciales para compensar el intercambio. De nuevo se trata esta cuestión de una manera óptima: se le facilita a Cuba los créditos necesarios para la importación de la mercancía que requiere anualmente de la Unión Soviética en los próximos tres años —y son cantidades grandes—, y del mismo modo se pospone su pago para 1986, para pagar en 25 años, y no devengarán interés alguno.”

“Por otro lado, créditos no comerciales, sino créditos para nuevas inversiones, créditos para el desarrollo. Se nos conceden los créditos con un interés muy bajo y para pagar en 25 años —no en cuatro ni en cinco ni en diez ni en quince: ¡para pagar en 25 años! Otra fórmula realmente ideal para abordar los problemas del desarrollo para cualquier país en las condiciones de Cuba.”

“Y por último, con relación a nuestros productos, a nuestras exportaciones principales, la Unión Soviética nos concede precios altamente satisfactorios. Se elevan considerablemente los precios que nos venían pagando por el azúcar, que eran superiores al precio promedio del mercado mundial, y nos garantiza esos precios en el futuro, precios equivalentes a 11 centavos (dólar) la libra. ¿Qué significa esto? Que por cada millón de toneladas que exportemos recibiremos aproximadamente 100 millones más de pesos, ¡por cada millón de toneladas! La diferencia entre el precio que existía de algo más de seis centavos, a estos precios actuales.”

“Y lo mismo ocurre con el níquel. Los precios promedios de estos años han estado entre dos y tres mil dólares la tonelada en el mercado mundial, y ellos nos conceden precios aproximadamente de cinco mil dólares la tonelada.”[1]

O sea, lo que ya se debía en 1972, y todo lo que se nos prestara desde entonces y hasta 1986, se posponía su pago hasta ese último año, lo cual se haría en un plazo de 25 años, sin ningún interés y en productos cubano. Solo se les cobraría un interés muy bajo a los créditos no comerciales, para inversiones.

Esta “forma verdaderamente ideal de relaciones económicas entre un país industrializado y un país pobre y subdesarrollado”, no solo permitió que la sociedad cubana superara las consecuencias de los delirios faraónicos de Fidel Castro durante la década de los sesenta. En realidad, para cualquier historiador que estudie hoy las series estadísticas relacionadas con la calidad de vida de la población en Cuba, únicamente a partir de la firma de estos Acuerdos se puede constatar un cambio social para mejor en Cuba, no antes.

Veamos, por ejemplo, las series históricas del per cápita de alimentación, del número de médicos en ejercicio, de los niveles de universitarización, o del índice de mortalidad infantil, entre los años cincuenta y los ochenta:

(Observación del Bloguista de Baracutey Cubano:

En la tabla  no se se indica si la mortalidad es relativa a los fallecidos  menores de 1 año por cada 1000 nacidos vivos o los menores de 5 años por cada 1000 nacidos vivos que son las más utilizadas; en Cuba en 1958 era de 32 menores de un año por cada 1000 nacidos vivos  y era de las mejores a nivel mundial. Esta cifra seguiría  disminuyendo con los avances  en las ciencias médicas y tecnológicas  así como con el desarrollo económico y social del país que  de manera sostenida y desde 1902 tenía la República de Cuba, desarrollo alcanzado por el propio esfuerzo del pueblo cubano ya que Cuba  en 1958  tenía solamente una Deuda Externa de menos de 7 pesos (dólares) por habitante, la cual  era irrisoria comparada con la Renta Nacional y el Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Al imponerse en Cuba  (de diferentes maneras, por parte de la dictadura) el rechazo a las  ideas religiosas y  definirse el ¨Estado¨ revolucionario  como ateo, se practicaron casi de manera generalizada  los abortos de aquellos embriones y fetos cuyos bebes al nacer pudieran morir antes del año y así afectar las cifras y la propaganda política del régimen Castrista, el cual tomaría  represalias  contra aquellos individuos e instituciones médicas a los diferentes niveles donde ocurrieron esas cifras. No sólo se falsearon las estadísticas; se  llegó, en ocasiones, en dejar morir a bebes recien nacidos que podrían morir antes de cumplir 1 año  para declarar que esos bebes  habían nacido muertos.)

(Añadido por el Bloguista de Baracutey Cubano: En la nota del Bloguista  de Baracutey Cubano he tocado ya este punto sólo deseo  añadir lo siguiente:

Es importante puntualizar que en Cuba antes del triunfo de la revolución de 1959 había educación gratuita  desde la escuela primaria hasta la universitaria.   En los años 50 del pasado siglo más del 20% de la matrícula de la Universidad de La Habana eran matrícula gratis pese a que la carrera más  costosa era la de Medicina  con un costo de 70 pesos cubanos anuales   (incluyendo 5 pesos por el uso del estadiun universitario)  y el pago se podía hacer en tres cuotas. También existía educación privada. El Estado cubano en esa época era uno de los Estados de América Latina que  dedicaba, de su presupuesto anual, el mayor porciento a la Educación de sus habitantes.
FIDEL CASTRO RUZ EN EL DISCURSO PRONUNCIADO EN CONMEMORACION DEL XX ANIVERSARIO DEL ATAQUE AL CUARTEL MONCADA  EL 26 DE JULIO DE 1973 EXPRESÓ: En la educación está el instrumento fundamental de la sociedad para desarrollar los individuos integrales capaces de vivir en el comunismo.  
 
Tampoco podemos ignorar que el Estado Castrista  le pagaba y paga de por vida salarios indecorosos  a todos sus trabajadores, incluyendo a los profesionales. Durante décadas  más del 90% de la fuerza laboral de Cuba tenía como patrón al Estado con sus escalas salariales. 

Finalmente: 
 
Una de las ideas fundamentales del comunista Antonio  Gramsci puede resumirse en su frase: “Tomen la educación y la cultura y el resto se dará por añadidura”.

)

(Añadido por el Bloguista de Baracutey Cubano: La entrada de Cuba al comunista CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica)  fue un factor  negativo respecto al  desarrollo y diversificación de la economía cubana ya que  situó a Cuba como un país prácticamente moproductor y monoexportador  de azúcar  para ese bloquem,  mientras llegaban a Cuba, por ejemplo, pepinos desde Bulgaria envasados en pomos,  pese a que en Cuba siempre se habían cultivado y consumidos pepinos en Cuba. Las kilocalorias  no dicen mucho respecto a la calidad del consumo de alimentos o dieta  del pueblo cubano  pues, por ejemplos,  tomando  agua con azúcar¨ y comiendo boniato se ingiere un muy alto consumo de calorias. Desde 1962 existe una Libreta de (des)Abastecimiento  que realmente es una Cartilla o Libreta de Racionamiento que NUNCA ha cubierto  las necesidades alimenticias del pueblo cubano después que la dictadura totalitaria Castrista se apropió (en los primeros años de la década de los años 60 del pasado siglo )  de prácticamente  todos los medios de producción, comercio, transporte y servicios así como   de las fuerzas productiva del país,  llegando hasta tener el 97%   de éstas últimas en sus nóminas.

Desde antes de 1959, Cuba sobrepasaba en un 10% los límites mínimos de calorías que planteaba la FAO, pues los cubanos consumíamos como promedio 2500 calorías por habitantes al día; debo aclarar que esas calorías no se alcanzaban como hoy, tomando “agua con azúcar” también llamada "sopa e'gallo" y en el presidio y en las Escuelas en el Campo como "milordo" .

Con relación al consumo de proteínas diré que antes de 1959 los cubanos teníamos el tercer mayor consumo de proteinas en el Continente Americano. Habían alimentos fuentes de proteínas “para todos los bolsillos”, desde los costosos mariscos hasta el picadillo de res, el bacalao, el tasajo y los recortes de tasajo que estaban al alcance de los más humildes; el hueso de res para la sopa, antecedente de las emergentes “pastillitas” de hoy, lo daban gratis en la carnicería 
La siguiente tabla extraida del libro, escrito en 1957, del comunista Oscar Pino Santos lo refleja en cierta medida:

El único bloqueo que existe en Cuba es el de la tiranía Castrista  a la liberación  de las fuerzas productivas para aprovechar  el ingenio y las capacidades laborales y empresariales  del  pueblo cubano.

El  embargo norteamericano a la tiranía Castrista es una  medida de respuesta del gobierno de EE.UU.  por el robo de las propiedades norteamericas en Cuba por parte de dicha tiranía. El Embargo no justifica, de ninguna manera,  la  gran carencia de productos  agrícolas y pecuarios  que tradicionalmente se cultivaban o se criaban en Cuba,  así como los  productos del mar que se pescaban  en aguas cubanas y de otros mares cercanos.)

Las gráficas construidas a partir de dichas series muestran una inflexión positiva no en los años que siguen inmediatamente a 1959, sino en los posteriores a 1972. La mortalidad infantil solo comienza a caer de un valor de 38 por mil, que se ha mantenido casi constante durante la década de los sesenta, en el primer lustro de los setenta. El índice de universitarización mantiene la misma lenta tendencia a crecer del periodo republicano, hasta el curso 1972-73, en que comienza a acelerar su crecimiento en concordancia con las tendencias latinoamericanas, de las que Cuba ha sufrido un ligero desfase en el segundo quinquenio de los sesenta. El número de médicos, que en 1963 había caído a unos 3.000, a resultas de la emigración de profesionales al inicio de la Revolución, deberá esperar 10 años hasta 1973 para multiplicarse por dos y llegar a 6.000, mientras que a partir de esta última fecha en solo otros 5 años vuelve a doblarse, para ser 2,5 veces mayor en 1980. En cuanto al per cápita de calorías ingeridas por el cubano promedio, este sufre una caída en los duros años de inicios de los sesenta, sobre todo por el empeoramiento de la alimentación en las clases medias y altas, para después sufrir una caída general entre 1969 y 1972, que solo comienza a remontarse hacia 1974.

Evidentemente esas mejoras del primer quinquenio de los setenta, en la calidad de vida del cubano, no pueden ser explicadas como logros propios de un Gobierno Revolucionario que, en la década precedente, estuvo demasiado distraído en la consecución de los delirios del Gran Brinco Adelante fidelista —el cual nos pondría en el Comunismo en par de celebraciones del 26 de Julio más, sino, en todo caso, en el logro indirecto de haber conseguido establecer a esa relación ideal con la URSS.

Nos permitimos ser más absolutos: Fue sin duda la masiva ayuda soviética, posterior y a consecuencia de los mencionados Acuerdos, la que permitió cualquiera de los famosos logros de la Revolución. Desde la masiva construcción de escuelas en el campo, que tuvo su pico en los años que siguen a 1972, hasta la revolución de los servicios médicos, que ocurrió también a posteriori de esa fecha, pasando por nuestro deporte, que es solo en los setenta, gracias a la ayuda técnica del Campo Socialista, que comienza a tener aquel nivel de desempeño del que hoy estamos muy, pero muy lejos.

Los Acuerdos, durante el tiempo en que estuvieron vigentes, marcan el único periodo realmente especial, de relativa prosperidad, en medio del día a día de carencias, apagones y falta de oportunidades en la Cuba de Fidel, luego en la de Raúl, y ahora en la de Miguel Díaz-Canel. Los Maravillosos Años Soviéticos.

Durante los dieciséis años que siguieron a la firma de los Acuerdos, los soviéticos demostraron tener una inagotable voluntad política de ayudar al mejoramiento de las condiciones de vida en Cuba. Así, cuando al año y pico de haberse suscrito los mismos el precio del azúcar en el mercado mundial se disparó hasta los 29 centavos por libra, muy por encima de los 11 a que ellos nos la pagaban en base a lo acordado, de inmediato readecuaron al alza sus precios de compra.

La tabla siguiente, tomada de Cuba y la Economía azucarera mundial, del Doctor Marcelo Fernández Font, nos permite observar hasta qué punto llegaba esa buena voluntad soviética: hasta pagarle el azúcar al estado cubano a cuatro veces su precio en el mercado mundial.

Utilizando además los datos que este libro da de los volúmenes de azúcar comprados por la URSS —como promedio algo más de 3 millones de toneladas, podemos calcular cuánto obtuvo el Estado cubano por encima de lo que habría logrado en el mercado mundial, gracias a dichas ventas: Solo en estos cinco años, y en el único caso de la URSS, aproximadamente $7.481 millones. Pero si además incluyéramos lo que se obtuvo gracias a las ventajas que a su vez nos daban los demás países más desarrollados del CAME, la cifra total resultaría de alrededor de $9.000 millones en solo estos cinco años.

Podemos afirmar en consecuencia que, únicamente por los precios preferenciales del CAME a nuestra azúcar, y solo entre 1973 y 1989, el Estado cubano obtuvo la exorbitante cifra de entre $20.000 y $27.000 millones de la época. Lo que a su vez equivaldría a mucho más dinero del que gracias al Plan Marshall recibieron algunas grandes naciones de Europa occidental, con una población en 1945 cuatro o cinco veces superior a la de nuestro país en 1989.

Mas durante este periodo realmente especial la ayuda soviética no solo se concretó en los precios preferenciales en que nos compraban el azúcar, el níquel, o todo lo demás, sino también a su vez en los precios increíblemente favorables en que nos vendían casi todo —a excepción del armamento, que nos lo regalaban: en 30 años nos regalaron más de 2.000 tanques, por encima de 400 aviones de combate a reacción, una treintena de coheteras y torpederas, unos 400 obuses y cañones…

Por ejemplo, a los pocos meses de firmados los Acuerdos, en 1973, el precio del barril de petróleo crudo en el mercado internacional se disparó. Para 1974 su precio, que nunca antes había excedido los 3 dólares, se situó en los 12… seis años después, en 1980, promediaba los $30.

En esa situación la URSS nos vendió el petróleo a solo la mitad, o a las dos quintas partes del precio que habría podido obtener por él en el mercado mundial. Lo cual resulta más a destacar, porque los Maravillosos Años Soviéticos en Cuba coinciden con los años de Estancamiento Brezhneviano en la URSS. En que una de las pocas fuentes para contrarrestar los efectos del retroceso económico con que contaba Moscú, era precisamente la venta de petróleo a ese mercado mundial que absorbía cualquier cantidad de oferta, sin que a su vez bajaran los precios.

(Añadido por el Bloguista de Baracutey Cubano: El petróleo soviético vendido a Cuba  fue uno de los factores más significativos  del llamado ¨subsidio soviético¨ a la tiranía Castrista, la cual llegó hasta vender entre el 15% y el 20%  de ese petróleo comprado a bajo precio, a los altos precio del  mercado mundial a otros países convirtiéndose Cuba en un país exportador de petróleo... Ese subsidio soviético  perseguía el objetivo político de mostrar a Cuba  como una  atractiva  vitrina del Socialismo  en Latinoamérica y tener  en Cuba una base política, ideológica y hasta  militar en el continente americano  en el mismo  traspatio de los Estados Unidos de América, pues servía, por ejemplos:   para que las flotas de buques de guerra y de espionaje soviéticos hicieran escalas en Cuba, que submarinos atómicos soviéticos tuvieran una base, si mal ni recuerdo, en la Bahía de Cienfuegos; tener una gran base de espionaje electrónico dirigida, fundamentalmente, para espiar las comunicaciones militares y civiles de los EE.UU., tener hasta finales  de los años 70s en Cuba  de manera  oculta una brigada soviética de combate, etc., etc., etc., No debemos de olvidar que en varias  aventuras militares con tropas regulares  del Castrismo en otros países, Cuba ponía los soldados y los soviéticos ponían la logística; el ejemplo más conocido es el de la guerra en Angola que duró aproximadamente 15 años; otro ejemplo, menos conocido,  es el de 1973 en la  Guerra del Yom Kipur, en que hubo un supuesto duelo de cañones de tanques contra tanques israelitas; los tanques eran soviéticos y los tanquistas eran cubanos mandados por López Cuba. No olvidemos  que se decía entonces que las armas  soviéticas que llegaban a Cuba eran gratuitas por la solidaridad entre Cuba y la URSS  y con el objetivo  que Cuba se defendiera de una invasión norteamericana. El General Andollo cuando era jefe o subjefe del Estado Mayor del MINFAR, expresó que Cuba llegó a tener  5 veces la cantidad de soldados que necesitaba Cuba para enfrentar una invasión norteamericana; eso lo dijo Andollo en los años 90s en la televisión de la isla cuando la llamada ¨Demanda del Pueblo Cubano contra el Imperialismo Norteamericano¨ pero  la presencia militar de Cuba en los conflictos de 1963 en Argelia, , la crisis en  el Congo 1964-65, la base de Punta Negra en la República Popular del Congo,    La Guerra en Angola, la Guerra en Etiopía, etc. demuestra que esa hipertrofia de las fuerzas armadas Castristas perseguían otros fines.   Hay una canción del hace años ya fallecido trovador Pedro Tamayo cuyo título  es ¨Mi País ¨que dice en su estribillo:

Mi país, mi país

primer país liberado

paga su pan y cebolla

con camiones de soldados

)

La bonanza que implicó la relación económica “ideal… ejemplar… entre un país industrializado y un país pobre y subdesarrollado”, como la establecida por nuestro país con Moscú durante los Maravillosos Años Soviéticos, terminó en 1989, tras la visita a Cuba en abril de ese año de Mijaíl Gorbachov. Entonces el Comandante en Jefe quiso convencer al Secretario del PCUS de que le diera atrás a la Perestroika, y sobre todo al Glasnost. Gorbachov, que estaba suficientemente bien informado como para saber que los logros sociales de la Revolución Cubana se debían a la generosidad de su país, e incluso que era su país quien pagaba por los renacidos delirios faraónicos de su interlocutor, ni corto ni perezoso lo mando a freír tusas.

A partir de ese momento la Cuba revolucionaria y fidelista regresó a la normalidad… a los apagones, a las carencias, a la inexistencia de otras oportunidades que dedicarse por entero a cumplir los delirios del Jefe, o en su defecto a emigrar —algunos, paradójicamente, emigran para sentirse más libres de defender al régimen cubano.

Los Maravillosos Años Soviéticos viven hoy en las nostalgias de aquellos que pasamos de los cuarenta, y recordamos los juguetes una vez al año, ahora que desde 1990 muchos niños no los han tenido nunca, los muñes rusos —que me siguen gustando más que los yumas, los minúsculos bistecs de carne de res que nuestras madres o esposas se ingeniaban para freírnos los domingos, con la exigua cuota de cada nueve días, el transporte de fábula —¡Ariadna Barrenechea no me quiere creer que en 1989 había tres guaguas diarias de Encrucijada a La Habana, más de veinte a Santa Clara, y cuatro salidas de trenes a Sagua la Grande!, o la ropa de poliéster y el sarpullido indisoluble a ella en los trópicos.

Los Maravillosos Años Soviéticos se han convertido también en una especie de Arcadia, el ideal de sociedad cubana soberana, igualitaria y con cierta relativa prosperidad, al que nos proponen regresar personajes como Díaz-Canel, o ese programa televisivo que dirige Iroel Sánchez, la Pupila Asombrada. Sin aclarar, sin embargo, que esa relativa prosperidad no se debió a la capacidad intrínseca de la sociedad cubana de proporcionarla, sino a la ideal relación de complementariedad a la que accedió una economía como la nuestra, incapaz de la autarquía.

[1] Comparecencia de Fidel Castro ante las cámaras y la televisión nacional, La Habana, 3 de enero de 1973. Tomado del número 2 del año 62 de la revista Bohemia, correspondiente al 12 de enero de 1973.

© cubaencuentro.com

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Sobre la palabra generosidad

Real Academia Española

Diccionario de la Lengua Española

generosidad

Del lat. generosĭtas, -ātis.

1. f. Cualidad de generoso.

2. f. p. us. Valor y esfuerzo en las empresas arduas

generoso, sa

Del lat. generōsus.

1. adj. Dadivoso, franco, liberal.

2. adj. Que obra con magnanimidad y nobleza de ánimo. U. t. c. s.

3. adj. Abundante, amplio. Plato generoso. Escote generoso.

4. adj. Excelente en su especie. Caballo generoso.

5. adj. p. us. Noble y de ascendencia ilustre.

dádiva

Del b. lat. dativa, pl. n. de dativum 'donativo', con infl. del lat. debĭta 'deudas'.

1. f. Acción de dar gratuitamente. No escatimaba sus dádivas.

2. f. Cosa que se da gratuitamente.

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