Luis Cino: El dilema de Cuba no es entre derecha o izquierda
El dilema de Cuba no es entre derecha o izquierda
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El dilema de Cuba hace mucho que va más allá de la dicotomía izquierda-derecha. Se trata de libertad o dictadura.
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Por Luis Cino
24 de noviembre, 2021
LA HABANA, Cuba. – Me asombran las reacciones que ha tenido y las muchas ronchas que ha levantado mi artículo La manía izquierdista de la novísima disidencia publicado hace pocos días en CubaNet.
Particularmente me asombró la reacción de Mónica Baró, una colega a quien admiro, quien me reprocha lo que considera mi violencia verbal, falta de rigor periodístico y “ejercicio irresponsable de la ofensa y la difamación”
Mónica Baró y varios comentaristas que han saltado en las redes sociales me acusan de intolerante, ofensivo, malintencionado y lo que es peor, de ser excluyente y de intentar desunir.
Suelo decir las cosas como las siento, sin dar demasiados rodeos. Puede que Mónica Baró tenga razón y haya predominado en mí el narrador y no el periodista. Tal vez. Recuerden que como “la universidad es solo para revolucionarios”, no pasé por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
No hay que exagerar. Es estupendo que discrepen conmigo, pero que no lo hagan con sus fantasmas y ansiedades. Si al leerme cuando hablo de “pioneritos por el socialismo” llegan a confundir el pasado con el futuro, entonces que resuelvan su problema con un psicólogo.
Con mi artículo solo me propuse retratar una tipología perfectamente reconocible y que está proliferando entre algunos de la novísima disidencia que por oportunistas, arrogantes, elitistas e inconsecuentes en su enrevesado y utópico continuismo socialista revoltoso, están haciendo daño al activismo pro-democracia y pueden ser utilizados por el régimen para alguna de sus aviesas maniobras.
En dicho artículo, donde solo mencionaba en el primer párrafo a Yunior García Aguilera y no precisamente para hacer leña de él ni cuestionar su actitud, no intenté aludir a nadie. Las fotos de Yunior García, del escritor Carlos Manuel Álvarez y del bloguero Harold Cárdenas que ilustran el artículo no fui quien las eligió. Pero, si a eso vamos, los tres tipifican algunas, no todas, de las características que enumero. Uno por su ingenuidad romántica, otro por ser demasiado irreverente y epatante, y el tercero por pintarse más marxista que Marx y más guevarista que Che Guevara.
Pero con tantos como se han sentido aludidos y ofendidos, parece que los personajes con las características a las que me refiero abundan más de lo que yo pensaba. Y eso es para preocuparse.
A juzgar por muchos de los comentarios que he leído, parece que sus autores imaginan que soy de extrema derecha, ultraconservador. Pues se equivocan. Soy un tipo libertario, anticonvencional, desprejuiciado, con reservas hacia el libre mercado como panacea reguladora de la economía y la sociedad, simpatizante de la social-democracia al estilo nórdico, ambientalista, animalista y para nada machista ni homofóbico. Los que me conocen pueden dar fe de ello.
No tengo nada en contra de la izquierda ni tampoco de la derecha, siempre que no sean extremas. Lo que me molesta y mucho es que algunos se escuden en discursos de izquierda o de derecha para epatar, reforzar sus egos, y peor aún, para defender tonterías y justificar causas que van contra el mejoramiento humano.
No hay que darle más vueltas. El socialismo de la continuidad castrista no es perfectible. Agotó sus posibilidades. El dilema de Cuba hace mucho que va más allá de la dicotomía izquierda-derecha. Se trata de libertad o dictadura. El rumbo político que tome Cuba, a la derecha o a la izquierda, nos toca decidirlo a nosotros los cubanos, en las urnas, cuando termine la dictadura y vivamos en democracia. Y den por seguro que para entonces estaré conforme con lo que decida la mayoría. Lo cual no quita que siga haciendo periodismo de opinión.
2 Comments:
Se trata de lo que tiene sentido y funciona, no en la teoría o el concepto, sino en la realidad y la práctica. No me interesa nada que suena bonito pero no resuelve. El embuste perverso de la "revolución" sonaba muy bonito al principio, y todavía hay gente que lo compra, pero los cubanos han perdido todo derecho a comer mierda otra vez.
Cino puso a los ofendidos a la defensiva porque lo que dijo de ellos es esencialmente la verdad, la cual no los muestra en muy buena luz que digamos. Se le agradece a Cino su franqueza y puntería, aunque el cuadro es bastante deprimente. Con tales bueyes no se puede llegar a mucho, si acaso se puede llegar a algo. Pero estemos claros: esta "disidencia" izquierdista es mucho más parte del problema que de la solución.
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