Víctor Manuel Domínguez desde Cuba: Miguel Díaz-Canel, el hombre que recordó que Cuba estaba rodeada de mar
Tomado de https://www.cubanet.org/
Díaz-Canel, el hombre que recordó que Cuba estaba rodeada de mar
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Ya es tiempo de olvidar las patrioteras y estupidizantes consignas del tipo “A Cuba ponle corazón” y sustituirlas por algo tangible como carne, arroz, frijoles, viandas y hortalizas sobre la mesa
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Por Víctor Manuel Domínguez
25 de diciembre, 2022
LA HABANA, Cuba. – El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, recordó hace poco que la Isla estaba rodeada de mar. Ahora, ¿los trabajadores cubanos podrán ver sobre la mesa unas ruedas de cherna, algunos filetes de pargo o una langosta enchilada, entre otras especies y recetas de pescado solo conocidas en el acuario nacional, la revista Mar y Pesca, programas de televisión y tiendas en el exterior? En mi criterio no.
Antes, los funcionarios del régimen deberían levantar el bloqueo que impide a los cubanos ser dueños de una embarcación y permitir a los pescadores en el Malecón, en las riberas del Cauto, Guamo Viejo o cualquier otra parte del archipiélago hacer su faena. Además, deben aceptar que los pescadores vendan sus productos sin imponerles multas ni decomisarles su pesca o apresarlos. Y tienen que rebajar los onerosos impuestos. Eso, por desgracia, ¡nunca sucederá!
Además, mientras se mantenga en el poder el grupúsculo corrupto y leguleyo, por muchas promesas hechas o medidas tomadas por sus funcionarios y burócratas, solo los cubanos con ciertas enfermedades crónicas podrán acceder a dietas médicas de merluza y jurel sin cabeza, como hasta hoy.
Eso, si no les dan pollo por pescado, como sucede a menudo. Mientras, el resto de los cubanos continuará detrás del picadillo de tenca y las croquetas de claria, así como tratando de freír el caracol gigante africano o el pez león, especies invasoras de nuestro ecosistema, y de las que sospechosamente ya nadie habla.
Las quiméricas leyes sobre soberanía alimentaria, pesca y fomento y desarrollo de la ganadería crecen como la mala hierba en medio del desabastecimiento y la escasez en el país. Pero, a diferencia de otros tiempos, los cubanos ahora no aceptan los delirios egocéntricos y megalómanos como aquellos del caudillo que prometió llenar la Bahía de La Habana de leche de vaca, producir más mantequilla que Holanda, multiplicar el café caturra y el plátano microjet y mucho más.
Ya es tiempo de olvidar las patrioteras y estupidizantes consignas del tipo “A Cuba ponle corazón”, “Sembrando con ciencia”, “Arrancarles cada día un pedacito a los problemas” y “Somos continuidad”. Deben ser sustituidas por algo tangible como carne, arroz, frijoles, viandas y hortalizas sobre la mesa. No importadas. Producidas por nuestros campesinos. Por una vida sin apagones y un Estado capaz de garantizar salud pública, educación de calidad y servicios comunales.
Afirmar que “la limonada es la base de todo” o que las “gallinas decrépitas”, los “kilómetros de tripa”, el avestruz y la jutía conga salvarán a los cubanos de la inanición es cuando menos un disparate, un insulto o un atracón de catibía.
En realidad, ¿hay voluntad política para mejorar el país? Si es así, sugiero a los gobernantes cubanos que acudan a la “resistencia creativa” y escojan a los funcionarios más gordos para que lleven en parihuela a los muertos al camposanto, ante la falta de carros fúnebres.
También, en una versión criolla del libro Los tres gordinflones podríamos tomar a los tres más hermosos miembros del Consejo de Ministros, el Comité Central, o el Parlamento, para el caso lo mismo, y hacerles que lleven a sus palacios a cualquiera de los cubanos que gastan su vida en colas para comprar el pan, de tal manera que ellos adelgazan y los “adoptados” se repongan. De esa forma, construiremos realmente un socialismo próspero y sostenible.
Mientras, esperamos a la próxima sesión del Parlamento, donde Díaz-Canel descubrirá que las reses se alimentan de forraje. Así, pronto veríamos a nuestros bisnietos con su vaso de leche.
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Tan pronto Fidel Castro asaltó el poder a tiros, y azuzado por el estalinista confeso Che Guevara, a fines de 1960 el régimen estatizó la industria azucarera. En solo dos años la producción se desplomó de 6,8 millones de TM a 3,8 millones en la zafra 1962-1963.
.TABL A DE LA CUAL SE INFIERE LA CANASTA BÁSICA DEL CUBANO DE ESA ÉPOCA:
Etiquetas: agrícolas, alimentación, alimentos, canasta básica, cuba, díaz-canel, discurso, economía, importación, mar, oscar pino santos, palabras, peces, pescado, prerevolucionaria, producción, rendimientos
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