Mario Herrera: EL SÁNDWICH CUBANO “ORIGINAL”. Esteban Fernandez: EL "APELLIDO CUBANO”. OTRO SÁNDWICH DE CUBA: SÁNDWICH ELENA RUZ
Tomado de https://www.facebook.com
EL SÁNDWICH CUBANO “ORIGINAL”
Por Mario Herrera
7 de julio de 2018
Como todo lo que tiene un éxito internacional muchos son los que quieren acreditarse “la paternidad” del sándwich cubano, pero como su nombre lo indica este delicioso elemento de la gastronomía cubana nació en La Habana, Cuba, donde se le nombraba simplemente “Sándwich”
Se origina en Cuba en el siglo XIX con el propósito de obtener una comida fácil que sustituyera el almuerzo o la cena. Por su exquisito sabor, pronto se convirtió en parte fundamental de la gastronomía cubana.
Algunos lugares en La Habana eran muy conocidos desde el principio del siglo XX por la buena calidad en la confección del sándwich, sin pretender nombrarlos a todos, algunos ejemplos; “El Bar OK”, en Zanja esquina a Belascoaín; “El Bar Encanto”, en Galiano, cerca de la tienda de ese mismo nombre; el “Café El Siglo XX”, en Belascoaín y Neptuno, el bar “El Polo”, en Reina y Ángeles y “La Bodega de Paco”, en 23 y 8, en el Vedado, hasta que Paco decidió sentar tienda en la “Cafetería Niágara”, en Santa Catalina y Juan Delgado, en la localidad de Santos Suárez.
En los bares y cafeterías una vidriera alta en la que se leía la palabra “Lonchero” era el predio exclusivo y privilegiado del artista que confeccionaba los sándwich. El lonchero era desde los tiempos de la dominación española en Cuba, el experto cortando las lonchas (lascas) delgadas de jamón y queso, utilizando cuchillo y tenedor.
Cualquiera que fuera el lugar donde prepararan los sándwich, un buen lonchero era un artista que, con gracia de movimiento y ritmo, movía y entrechocaba su cuchillo y tenedor en el aire para colocar sobre una tapa de pan las lonchas de los ingredientes que trabajaba sobre un pedazo de madera. Era todo un ritual.
Al final cortaba el pan al medio, de una manera oblicua que facilitaba la mordida y con lo que formaba dos cuñas que disponía con los cortes hacia fuera para que el cliente apreciara lo que aprisionaban. Todo era a base de cuchillo y tenedor, sin empleo de las lasqueadoras eléctricas, artefactos que llegaron después.
Los clientes podían mirar con la boca hecha agua, la confección de sus sándwiches ordenados.
RECETA ORIGINAL
El pan es muy importante para un buen sándwich cubano original, se debe utilizar un pan parecido al pan francés pero con una consistencia más ligera, antiguamente se le llamaba “Pan de flauta o Pan de agua”
El sándwich cubano original lleva lascas finas de pierna de cerdo asada, jamón de pierna, (no jamón prensado) queso suizo y pepinitos encurtidos cortados en lascas bien finas. Al pan se le pone en una tapa mantequilla de buena calidad (En la Cuba republicana la mantequilla que usaban la mayoría de los restaurantes y cafeterías era enlatadas, importadas de Holanda) y a la otra tapa del pan un poquito de mostaza.
Jamás deberá colocársele, salami, chorizo, jamonada, lechuga ni ruedas de tomate y mucho menos mayonesa, estas son otras variantes que tuvo nuestro sándwich debido a la escases de los productos de la receta original o a cambios y adulteraciones de los diferentes gustos de otros lugares. Barnizando su exterior con mantequilla.
Solo falta ponerlo en la plancha y tostarlo ligeramente.
Los sándwiches cubanos se sirven calientes, inmediatamente después de salir de la plancha, donde se aplastan hasta que el queso se derrita ligeramente y el pan este también ligeramente tostado, de tamaño grande y siempre cortado en forma triangular.
¡Buen apetito!
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Por Esteban Fernandez
16 de octubre, 2021
Aquí en el destierro a todo le agregamos la palabra CUBANO: la música cubana, el chiste cubano, el acto cubano, el médico cubano, el abogado cubano, las costumbres cubanas, los recuerdos cubanos, el pasado cubano, el periódico cubano, el yerno cubano, las frutas cubanas, la frita cubana.
Uno de los problemas que tendremos, creo yo, en la Cuba libre del futuro (y supongo que tienen los cubanos que visitan la Isla) entre un millón de problemas verdaderamente serios, es que como en el exilio vivimos rodeados de personas de todas partes del Mundo, nos hemos acostumbrado a ponerle el apellido “cubano” a todas nuestras cosas.
En la Cuba que yo viví (y en la Cuba del futuro necesariamente) lo nuestro era indiscutiblemente nuestro y no había necesidad de aclaraciones. Aquí en Estados Unidos tenemos que especificar, recalcar y defender lo nuestro, y así y todo, nos lo quieren regatear y quitar.
¿No sería ridículo que en una Cuba libre lleguemos a una cafetería y le digamos al camarero: “Mi socio, por favor sírveme un CAFÉ CUBANO”. Y después del café le pidiéramos al mesero: “Y ahora me das un TABACO CUBANO”. Posiblemente el tipo se burle de nosotros y nos diga: “No, compadre, le voy a dar un café coreano y un tabaco chino”.
Porque la verdad es que aquí nos pasamos la vida diciendo: “Ahora me voy a comer un SÁNDWICH CUBANO. Y eso en Cuba, ayer, hoy y mañana, es y será siempre, simplemente un SÁNDWICH , vaya, sin apellido.
A la primera persona que llegue allí y diga: “Yo quiero un SÁNDWICH CUBANO” todo el mundo se va a reír y pensar: “¿Qué se cree el gringo éste, que le vamos a dar un sándwich polaco, o qué?"
Hasta risa me da imaginar el papelazo que yo hiciera si llegara en una Cuba libre a mi pueblo y dijera: “Me voy al RESTAURANTE CUBANO de la calle Almohalla”. La gente me diría arrastrados de risa: “Ni vayas para allá, muchacho, aquello ahora es un RESTAURANTE FRANCÉS”.
Y nos hemos acostumbrado a que cada vez que a un desconocido se le escapa delante de nosotros una de esas malas palabras tan típicas de nuestros compatriotas, aunque estemos de turistas en Roma, le preguntamos “¿Es usted cubano, señor?”. A lo mejor en una Cuba libre vemos a un grupo de hombres tocando las tumbadoras y sonriente le preguntamos: “¿Ustedes, por casualidad, son cubanos?” Y a lo mejor nos dan un sopapo creyendo que nos estamos burlando de ellos queriendo decir que “son haitianos, o nigerianos, o congoleses”.
¿A usted no lo llaman por teléfono sus amigos cubanos (vamos, y ya sin darme cuenta le puse el apellido “cubanos” a los amigos y ¡allá en Cuba todos los amigos son cubanos!) y le dicen: “Oye, pon la televisión que están hablando de Cuba, están poniendo un PROGRAMA CUBANO”. Y ya nos hemos acostumbrado completamente a eso.
Y desde luego, hacer eso en la Cuba del futuro sería hacer el ridículo, pero estoy seguro que nos va a pasar.
Por lo menos en los tres primeros meses cada vez que alguno de nosotros encienda la televisión y vea que están hablando de “cosas de Cuba” (sin percatarnos que allí TODO LO QUE SE HABLE Y SE ESCUCHE en la televisión son y serán COSAS CUBANAS) vamos a llamar a alguien y decirle “¡Pon, pon C.M.Q. que están diciendo algo de Cuba”. Y la gente nos contestará: “Está bien, chico, por favor, cuando pongan algo japonés llámame de nuevo”…
En Miami yo he visto a un hombre vendiendo mamoncillos por la calle, le he dicho a un amigo : “¿Esos mamoncillos son traídos de Cuba, son MAMONCILLOS CUBANOS? chico, para el carro que voy a comprar un montón”. Imagínese usted que en una Cuba libre, en pleno Cienfuegos, yo pare a un vendedor ambulante y le pregunte: “Señor, ¿esos mamoncillos son CUBANOS?” El tipo me responderá: “¡No, Mister, esos mamoncillos son importados de Suiza!”
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OTRO SÁNDWICH DE CUBA: SÁNDWICH ELENA RUZ
Story behind the Elena Ruz sandwich #Elenaruz (part 2)
How to make Elena Ruz sandwich (Pt.1) #sandwichElenaRuz #comidaCubana
Etiquetas: apellido, cafetería, cuba, cubano, culinaria, Elena Ruz, esteban fernandez, Mario Herrera, sándwich, sándwiches
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