jueves, octubre 19, 2023

El supuesto alegato La Historia me absolverá, es un documento espurio. Orlando Freire Santana desde Cuba sobre el daño causado por Fidel Castro a la memoria histórica de Cuba


Nota del Bloguista de Baracutey Cubano


Las actas de los dos juicios sobre el ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953  desaparecieron  muy tempranamente de los archivos de  la Audiencia de Santiago de Cuba; las actas criminales deben estar en los archivos durante 25 años. La existencia de esas actas de los juicios del Moncada desmentían  la propaganda  del incipiente Movimiento 26 de Julio con la distribución del supuesto alegato de Fidel Castro en su juicio sobre el ataque al Cuartel Moncada. Hay versiones que vinculan al cercano amigo  y cómplice  en hechos de matonismo y de juergas de Fidel Castro, al ya fallecido abogado Baudilio ¨Bilito¨ Castellanos (cuyas hijas viven en Francia desde hace muchos años)  con la temprana desaparición de esas actas donde se recogían lo expresado por las diferentes partes, incluyendo a los acusado;  hecho muy necesario para fabricar el mito del alegato de Fidel Castro en el Juicio del Moncada . Un abogado conocido mío sí me expresó en los años 70s en Cuba, que Juan Almeida sí había sido muy valiente en el juicio.

Por cierto:  ¿ alguien ha oido o leido algo escrito por Fidel Castro en que se emplee el galicismo: ¨OS VOY ...¨que aparece al inicio del capítulo XII de La Historia me Absolverá, conocedores de las técnicas de crítica textual apuntan que la mano, entre otras,  de Jorge Mañach está en ese inventado alegato. La entonces batistiana ( razón esta por la que se le permitió ser la primera periodista en entrar al Moncada y en asistir al juicio de Fidel Castro) Marta Rojas ha sido la única fuente del oficialismo  que estuvo presente y que asegura que Fidel  Castro expresó en el juicio lo que aparece en La Historia me absolverá, pero el testimonio  de Marta Rojas no es confiable, pues para su beneficio dice y escribe lo que le es conveniente. Veamos esta carta que le escribió a Fulgencio Batista después del ataque al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957.


Mi aporte  en la búsqueda  de la verdadera historia de Cuba :



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 Tomado de https://diariodecuba.com/

El daño causado por Fidel Castro a la memoria histórica de Cuba

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'La historia de Cuba precisa de una nueva reescritura. Esta vez para recuperar la objetividad que le fue arrancada por la arbitraria y sesgada visión castrista del pasado.'

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Por Orlando Freire Santana

La Habana

18 octubre 2023 

Son muchos los perjuicios causados por Fidel Castro y sus huestes a la nación cubana. La destrucción de la economía al estatizar todas las empresas y entidades, la eliminación de las libertades individuales, las muertes inútiles en las aventuras militares en África, las desapariciones de cubanos en el estrecho de la Florida, el haber convertido a la Isla en un país de emigrantes…. Y poco faltó para que su orgullo y obstinación nos borraran del mapa, de no haber sido por la cautela de John Kennedy y Nikita Jrushov.

Por estos días el oficialismo cubano ha recordado el aniversario 70 de la autodefensa realizada por Castro en el juicio que se le siguió tras la temeraria acción del asalto al cuartel Moncada. Juicio que mostró la benevolencia de la Justicia en la Cuba republicana. Primero, al permitírsele la autodefensa, que le posibilitó pasar de acusado a acusador del Gobierno de Batista y, después, la benigna condena a 15 años de prisión ante tan grave comportamiento. Y como colofón, un indulto presidencial tras solo dos años de prisión.

¡Qué diferencia con lo que hubiese sucedido actualmente!  Imaginemos un ataque armado contra cualquier unidad militar u organismo de la Administración Central del Estado. Lo menos que la Justicia castrista les impondría a los ejecutantes de tal acción sería la cadena perpetua. Y ni pensar en un indulto.

El entonces joven Fidel Castro, al preguntársele sobre la autoría intelectual de esa acción armada, respondió con la que quizás sea una de las declaraciones más irresponsables de su vida: José Martí era el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada.

Semejante afirmación,  a la que tal vez no se le concediese mucha importancia en el momento de ser pronunciada, iba a cobrar una gran connotación después de la llegada al poder de Castro y sus barbudos de la Sierra Maestra. Penetraría como un virus maligno para envenenar la memoria histórica de la nación.

Porque en la Cuba castrista, con un sistema político tan totalitario como el de la Alemania nazi, se pondría de manifiesto la máxima esgrimida por el ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels: una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.  

De esa manera, la gran mentira dicha por Castro en el juicio del Moncada, repetida hasta la saciedad por la historiografía castrista, se ha convertido lamentablemente en una "verdad" para varias generaciones de cubanos que no han contado con otra visión del pasado.

La consecuencia de ello reporta un alto grado de nocividad. Un gran número de jóvenes cubanos que llegan al exilio, así como también muchos de los que permanecen en la Isla, no quieren saber nada acerca de José Martí, al que consideran  responsable, en el fondo, del caótico estado de cosas existente en Cuba.

El intelectual comunista José Antonio Portuondo, en los tempranos años 60 de la pasada centuria, insistía en la necesidad de reescribir la historia de Cuba para superar el decadente discurso burgués, y abrirle paso al materialismo histórico de Marx.

Parafraseándolo,  diríamos que la historia de Cuba precisa de una nueva reescritura. Esta vez para recuperar la objetividad que le fue arrancada por la arbitraria y sesgada visión castrista del pasado. Para que, entre otras cosas, José Martí y otros próceres ocupen el lugar que verdaderamente les corresponde en nuestra memoria histórica.

A pesar de haber recibido honores en la Isla, y de reposar inmerecidamente sus restos en un preeminente sitial del cementerio de Santa Ifigenia, no dudamos de que Fidel Castro ya haya sido condenado por la Historia. 

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 La Historia me absolverá: una mentira olímpica

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Nos dijo lo que queríamos escuchar y, en menos de cinco meses, sin necesidad de Internet, su funesta y ruin comedia ya había recorrido la isla de San Antonio a Maisí.
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Por Juan Juan Almeida
20 de octubre de 2014

La Historia me absolverá , más que un documento histórico, es una invención fabricada que nunca es tarde para desmontar. Y no me refiero al hecho de que los actos denunciados en la conocida soflama, continúen teniendo vigencia.

Conocemos la autobiografía del fracaso y nuestra bancarrota moral, sabemos que los males que aquejaban a la sociedad cubana de entonces, hoy se multiplican. Los cubanos continuamos padeciendo a un dictador, la prostitución prolifera, la pobreza es una pandemia, los problemas de vivienda son el pan de cada día, y los militares y reclutas continúan trabajando sin paga en las fincas de los Generales. Nada de aquello ha cambiado, no hay una ley de transparencia que nos ayude a evidenciar, por ejemplo, el escandaloso gasto de una modesta funcionaria que a nombre del CENESEX, viaja por el mundo con acceso a un presupuesto que supera los $100.000 diarios.

No, yo hablo del documento, porque hace unos días leí que el pasado 16 de octubre se conmemoraron 61 años de "La Historia me absolverá", alocución de autodefensa pronunciada por Fidel Castro ante el tribunal de urgencia del Palacio de Justicia santiaguero; donde fue encausado junto a sus compañeros, los llamados Generación del Centenario del Apóstol, por los asaltos al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, el 26 de julio de 1953.

Primero, debo aclarar que las personas procesadas por la causa número 37 de 1953 fueron juzgadas en el Palacio de Justicia de Santiago. Mucho se ha dicho, tanto que empalaga, sobre los 29 acusados que fueron sancionados a entre seis meses y trece años de privación de libertad, del tiempo que pasaron juntos en el Presidio Modelo de Isla de Pinos, luego el indulto y posterior salida hacia México. Pero muy poco se conoce sobre un grupo de acusados que al ser considerados ciudadanos ajenos a los hechos, luego de finalizado el juicio, y de guardar prisión preventiva, inmediatamente fueron puestos en libertad. De ellos hablaré en otro momento; los menciono únicamente para que no nos engañen.

Fidel Castro no fue juzgado junto a sus compañeros de causa, su juicio fue el 16 de octubre en la sala de enfermeras del hospital Saturnino Lora, junto al encamillado Abelardo Crespo y Gerardo Poll.

Sin dudas, la defensa existió y, como cualquier reggaeton, fue una expresión muy barroca de verborrea inspiracional. Cuatro horas de entretenimiento oral salpicado de emotiva crítica social y adornado con narraciones épicas; que dista por mucho de lo que conocemos hoy.

Casi toda realidad encierra alguna entelequia, y "La Historia me absolverá" no es realmente el alegato, sino una libérrima versión adaptada a la literatura por la fantasía de Fidel. Me lo contó Melba Hernández, una de "las heroínas del Moncada": el documento lo escribió después, rodeado de libros en su propia biblioteca en el Presidio Modelo. Por cierto, el entonces joven abogado Castro Ruz nunca tuvo acceso a los apuntes que escribió durante el juicio la periodista Marta Rojas, ni a las transcripciones del letrado. Siempre a su favor, magnificó el hecho y modificó los datos.

Nos mintió olímpicamente y aceptamos por desidia, por ignorancia, por mala voluntad o por cualquier otra razón que ahora ni viene al caso. Nos dijo lo que queríamos escuchar y, en menos de cinco meses, sin necesidad de Internet, su funesta y ruin comedia ya había recorrido la isla de San Antonio a Maisí. Pero siempre habrá quien hable porque –como decía mi abuela, a quien le faltaba escuela pero le sobraba mundo–: "Ni todos los ojos abiertos ven, ni todos los cerrados duermen".
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