Roberto Álvarez Quiñones: La 'estrategia del sándwich' para acabar con el comunismo en Cuba. 'Para decirlo en términos castrista-leninistas, en Cuba están dadas las condiciones objetivas para el sándwich.'
Tomado de https://diariodecuba.com
La 'estrategia del sándwich' para acabar con el comunismo en Cuba
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'Para decirlo en términos castrista-leninistas, en Cuba están dadas las condiciones objetivas para el sándwich.'
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Por Roberto Álvarez Quiñones
Miami
17 noviembre 2023
Muy probablemente el mayor consenso entre los cubanos sobre la crisis del país es que los militares no van a soltar el poder si no los sacan a la fuerza. Y ahí está el detalle, de qué fuerza estamos hablando.
Porque en el mundo hay dos tipos de dictaduras y su final llega de forma diferente. Están las autocracias, llamémosle convencionales, que monopolizan los poderes del Estado, reprimen y censuran a los medios de comunicación. Por lo general sucumben con golpes de Estado, rebeliones políticas, huelgas, o el dictador renuncia, huye del país, o muere.
Las tiranías totalitarias son iconoclastas, arrasan con todo. Empleando el léxico marxista no solo se apoderan de la superestructura de la sociedad sino de la estructura económica que la sustenta. Estatizan la economía, los medios de comunicación, la educación, la cultura, modifican la psicología social, la ética, la moral, y erradican la religión.
La mejor definición del totalitarismo la hizo el ministro nazi de Propaganda, Joseph Goebbels en 1933: "Nuestro partido ha aspirado siempre al Estado totalitario (...) la meta de la revolución nacionalsocialista tiene que ser un Estado totalitario que penetre en todas las esferas de la vida pública".
Derrotar a las dictaduras totalitarias es más difícil. Ocurren mediante una intervención extranjera (contra el fascismo), o con fractura en la cúpula político-militar del régimen, que puede ser causada por presión popular interna abajo y presión externa arriba que compriman en el medio al mando militar-civil dictatorial hasta provocar su fractura y fin, pacífico o cruento. Es lo que llamo el "efecto sándwich" o "estrategia del sándwich".
En Cuba sobra presión interna: rechazo abrumador de la población a un régimen que los hambrea y es una cárcel gigante. Está contenida por una colosal maquinaria represiva, pero la temperatura de la caldera social está al máximo y una chispa la puede hacer estallar.
Por muchos cubanos que emigren siempre habrá más en la Isla
El régimen en Cuba promueve la emigración para disminuir el número de descontentos y de bocas a alimentar, pero al mismo tiempo eso reduce el flujo de remesas, paquetes y viajes de cubanos emigrados a la Isla, pues hay menos familiares a visitar y a enviarles dinero y paquetes.
Además, por muchos cubanos que emigren siempre habrá muchísimos más en Cuba, pasando hambre y calamidades. De la Isla no se puede salir caminando hacia el extranjero. No pueden emigrar millones de ciudadanos en corto tiempo. Tampoco todos tienen familiares en el exterior que paguen los miles de dólares que cuesta emigrar.
En cuanto a la presión externa, desgraciadamente es muy débil por el dominio o influencia que tiene la izquierda en los medios de comunicación, en la ONU, y en la mayoría de los gobiernos de Occidente. Y la labor exitosa de la inteligencia castrista en América Latina, EEUU y Europa.
El Gobierno de EEUU, único que puede ejercer gran presión contra la dictadura castrista dada la enorme dependencia financiera y comercial que hoy tiene Cuba de su vecino del norte, no lo hace. Al contrario, la Administración Biden levanta sanciones que ya existían.
No se visualiza ahora una ruptura en la cúpula, pero la habrá
Así llegamos a la parte comprimible del sándwich, la cúspide militar y política castrista. No se visualiza por ahora una fractura, pero están presentes los ingredientes para que ocurra, incluso con Raúl "el “Cruel" vivo. Hay descontento entre los militares no corruptos y no enganchados a GAESA, y con mando directo de tropas.
En las FAR y el PCC hay jerarcas conscientes de que el Ancien Régime es ya insostenible. La situación es parecida a la que llevó a Gorbachov, Boris Yeltsin, y otros miembros del Buró Político del Partido Comunista de la Unión Soviética a lanzar la perestroika.
Claro, hay dinosaurios en la crème de la crème castrista que quieren un neocastrismo híbrido ruso-chino: dictadura arriba y capitalismo abajo, pero más limitado que en Rusia y China.
Para decirlo en términos castrista-leninistas, en Cuba están dadas las condiciones objetivas para el sándwich. Si no se liberan las fuerzas productivas rurales y urbanas habrá una crisis humanitaria y el país prácticamente se volvería ingobernable.
Ni Rusia ni China podrán evitar ya el fin del desastre castrista
Solo un tonto puede creer que inversiones de Rusia y China salvarán al castrismo. Ni Rusia es la URSS, ni China regala nada. Tampoco Cuba cuenta ya con infraestructura ni fuerza de trabajo calificada para asimilar capital y tecnología extranjeros. Tendría que ser invadida por obreros calificados e ingenieros rusos y chinos, ¿Quién las va a pagar sus salarios en divisas?
Así las cosas, en Cuba podría funcionar un sándwich antitotalitario de nuevo tipo, inédito: una gruesa rebanada de pan aplastante en este caso encima (presión interna), y otra delgadita, o ninguna, abajo (presión externa). Pero la clave para que funcione correctamente es que la sociedad civil cubana esté organizada y sea también protagonista en cualquier escenario posible.
La maquinaria represiva castrista es apabullante, pero, ojo, de producirse una crisis humanitaria con una hambruna, parcial o total, todo se desbordaría. Y la Policía o tropas regulares del Ejército (integradas por reclutas que también pasan hambre), muy difícilmente dispararían contra manifestantes civiles desarmados en las calles. ¿Para salvaguardar al régimen que los hambrea?
Por eso resulta útil echarle un vistazo a cómo fue desmantelado el comunismo en Europa. Como dije en mi artículo anterior, salvando las diferencias culturales, históricas, sociales, de idiosincrasia, desarrollo económico, represión, etc.
Tomemos el caso de Checoslovaquia, conscientes de que la realidad cubana es muchísimo peor que la checoslovaca en 1989, y que el dictador Gustav Husak no era un matarife mafioso como Raúl Castro.
Allí el detonador fue el aire renovador llegado con la perestroika soviética. Los días 16 y 17 de noviembre de 1989 comenzaron las protestas callejeras, violentamente reprimidas, mientras el régimen advertía por la TV que "el marxismo es la única opción para Checoslovaquia".
Esa presión popular activa causó un enfrentamiento entre los inmovilistas encabezados por Husak, y los reformistas lidereados por Ladislav Adamec, quien recibió a los líderes opositores y les prometió incluir a no comunistas en el Gobierno.
El rumor de que la Policía había matado (no era cierto) a un manifestante, provocó la "Revolución de Terciopelo": marchas masivas en las calles, y huelgas en teatros y cines el 18 y 19 de noviembre, atacadas por la Policía.
El propio 19 de noviembre se creó el Foro Cívico, en la casa del disidente Vaclav Havel, quien fue elegido como su presidente. Aglutinó a 14 partidos y movimientos políticos y cívicos de diferentes y hasta opuestas ideologías, que se unieron tácticamente sin perder su identidad partidista particular para unidos acabar con el comunismo.
Hubo una huelga general de dos horas el 27 de noviembre que prácticamente paralizó al país. La situación para el régimen se iba haciendo insostenible, y el 10 de diciembre de 1989 renunció Husak. Días después, el 29 de diciembre, Vaclav Havel se convertía en el primer presidente de la Checoslovaquia postcomunista.
En Hungría ocurrió lo mismo, protagonizado por un frente unitario opositor que se llamó Mesa Nacional, con iguales características que el Foro Cívico. En Polonia el Sindicato Solidaridad llegó a agrupar a casi todo el pueblo polaco. En Bulgaria el frente nacional opositor se denominó Unión de las Fuerzas Democráticas y contó con 16 organizaciones contrarias al comunismo.
Excepto en la Alemania Oriental, donde los berlineses derrumbaron físicamente el muro que los cercaba, y el final sangriento en Rumanía (sin frente opositor unitario), en el colapso del comunismo europeo fue decisiva la unificación de fuerzas de la sociedad civil.
Si bien todo ocurrió como efecto dominó al influjo de las reformas en la URSS, de no haberse unido las fuerzas opositoras el epílogo habría sido muy diferente, o traumático. Los aparatchick comunistas en el poder con reformas superfluas, o solo económicas, habrían podido reacomodarse y continuar gobernando no se sabe por cuánto tiempo.
En Rusia no hubo ningún frente político unitario como alternativa de poder y el régimen soviético mutó a otra dictadura, y a otro tipo de imperialismo, igualmente neocolonialista y enemigo de la democracia occidental.
Etiquetas: autocracia, autoritaria, castrista, comunismo, crisis, cuba, desastre, dictadura, EE.UU., emigración, estrategia, externa, FAR, humanitaria, interna, PCC, presión, sándwich, totalitaria
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