¿ A QUIEN COGIO LA RUEDA ? AL NEGRO ESE.
Tomado del sitio de la FNCA: http://www.canf.org
¿A quién cogió la rueda? Al negro ése
Desde Cuba por Abel Escobar Ramírez
CIEGO DE AVILA, Cuba - Viernes 23 de Junio de 2006 (CUBANET) -
A mi mente me vino una estrofa de la tarareada canción "Quién tiró la tiza", cuando leí la información del periódico Granma del 21 de junio que daba cuenta de una información del Buró Político sobre el caso de Juan Carlos Robinsón Agramonte, quien durante muchos años fue una figura destacada del Politburó, y ahora fue sancionado a 12 años de prisión.
A pesar de los 47 años divulgando una igualdad virtual, para nadie es un secreto que siempre los negros tienen las de perder. Aunque no cuento con estadísticas de ningún tipo -sólo tenemos derecho a saber lo que el régimen quiera decirnos-, estoy casi seguro de que la mayor densidad en las cárceles cubanas está compuesta por personas mestizas o negros. También son la mayoría cuando se observa en las calles, fundamentalmente en La Habana, los que son interceptados por la policía para registros o sólo para pedirle la identificación.
Por otro lado, me viene a la memoria el explote o la defenestración de miembros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. A muchos sólo se le separa de los cargos y a veces sale en la prensa que se le asignarán nuevas responsabilidades, aunque más nunca se sepa de ellos. Los últimos que puedo recordar son Robaina, Cienfuegos, Ferradas. En estos casos, que se sepa, no pasó de la separación. Curiosamente, todos son de piel blanca.
Como parte de la desinformación o la mala información a que está sometido el pueblo cubano, en esta información se dice estar probado el "tráfico de influencias de carácter continuado". De ayer a hoy he conversado con más de 20 personas sobre el caso y ninguna sabe realmente cómo se come eso. Trafico de influencias pudiera significar asistir al Aeropuerto Internacional y evitar que registren a un extranjero que ingrese al país con 100 kilogramos de cocaína. Pudiera ser también permitir que terroristas buscados internacionalmente se refugiaran en la isla sin el conocimiento de las autoridades, sólo dando la orden por ser un alto dirigente. Recuérdese que la gente de La Guardia, acusados por supuesto tráfico de drogas, tenían la increíble protestad de desviar la vigilancia de defensas antiaéreas y guardafronteras y hasta permitir que aterrizaran aviones y entraran barcos sin un registro oficial.
Como se ve en estos ejemplos, tráfico de influencias puede significar muchas cosas. Por otro lado, de poco debe valerle hacerse el harakiri y reconocerse culpable, decir lo bien que lo trataron. Eso no tenía que decirlo. Tampoco será necesario decir que su situación debe ser privilegiada donde quiera que se encuentre, pues a juicio de este comunicador no irá para ninguna prisión cerrada. Tampoco estará obligado a convivir con los presos comunes, en muchos casos asesinos a que están obligados a soportar los prisioneros de conciencia de la Causa de los 75 y reconocidos como tal por Amnistía Internacional.
No tengo nada contra el señor Robinsón Agramonte, y hasta lo exonero de su culpabilidad de ser uno más de los que firmaron para que fusilaran a los jóvenes Bárbaro Castillo García, Lorenzo Copello Castillo y Jorge Luís Martínez Isaac, el 11 de abril de 2003, por sólo desviar ese mismo mes, sin que hubiera muertos, una lancha con el objetivo de abandonar el país. El y todos los que ocupan altos cargos saben que sus privilegios los pagan con el apoyo incondicional al régimen. Que no es el único que comete a diario este mismo delito, es del conocimiento del pueblo. Ese conocimiento tendrá sin dormir a muchos que ocupan similares cargos. Verán cómo cayó su colega en los privilegios, y sólo les quedará la salida de tratar de escudarse a cada momento bajo el disfraz de seguidor desenfrenado del gobierno. Cuando se acuesten apenas podrán dormir pensando lo que hablaron con sus supuestos compañeros, pues no podrán confiar en nadie, y verán debajo de cada piedra un alacrán que les puede emponzoñar la vida. Y cuando se les pase el miedo, al recordar estos momentos quizás tarareen: "¿A quién cogió la rueda? Al negro ése".
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Doce años de cárcel para Juan Carlos Robinson, alto funcionario del Partido en Cuba
EFE
LA HABANA
Viernes 23 de junio de 2006
En un hecho sin precedentes, el gobierno cubano condenó a 12 años de cárcel a Juan Carlos Robinson Agramonte, hasta abril miembro del Buró Político y del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), por un delito de tráfico de influencias continuado, informaron ayer medios oficiales.
Robinson es el primer miembro del Buró Político condenado pero el tercero expulsado bajo alegaciones de abuso, corrupción o conducta impropia del cargo, tras los casos de Carlos Aldana, en 1993, y el ex canciller Roberto Robaina.
La condena contra Robinson fue dictada por la Sala Séptima del Tribunal Popular de La Habana durante un juicio celebrado el 16 de junio, tras un ''riguroso proceso investigativo'' realizado por los Organos de Instrucción Penal del Ministerio del Interior y la Fiscalía General de la República, informó ayer el diario oficial Granma.
Durante la vista oral, añadió el diario, Robinson se declaró culpable de un delito de tráfico de influencias continuado por el que fue condenado a 12 años de cárcel --frente a los 15 que solicitaba el fiscal-- e inhabilitación para ocupar cargos en la administración del Estado y organizaciones sociales y de masa.
''En la sentencia dictada quedó demostrado que Robinson Agramonte, en franco proceso de debilitamiento ideológico, con abuso de su cargo, olvido de sus altas responsabilidades y de la probidad exigida para un cuadro revolucionario, hizo uso de sus influencias con el propósito de obtener beneficios'', apuntó un comunicado del Buró Político publicado por Granma.
''Como ha sido práctica en todos los años de Revolución, en nuestro país nadie, con independencia de sus responsabilidades y méritos, puede violar la ley. Quien lo haga recibirá inexorablemente el peso de la justicia revolucionaria'', concluyó la nota oficial.
Robinson, que había sido secretario del PCC en Santiago de Cuba, fue separado del buró político y del Comité Central del Partido Comunista el pasado 26 abril, tras una reunión del máximo órgano de la dirección del partido.
Una nota oficial divulgada entonces le acusó de ``indiscreciones y reblandecimiento en sus principios éticos, que han puesto de manifiesto actitudes deshonestas incompatibles con la conducta de un comunista y menos aún de un cuadro del Partido''.
La condena contra Robinson coincide con un proceso de cambios en varias direcciones provinciales del PCC, el único de la isla.
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