REVOLUCION Inc.
Juan González Febles
LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Más que una idea o una entelequia, la Revolución a nivel global es otra transnacional. Como todas las de su tipo, sostiene intereses creados y tiene sus ejecutivos. Los ejecutivos de la empresa funcionan como lo hacen todos los ejecutivos de este mundo. Al igual que sus homólogos mueven recursos y apuestan: ganan o pierden.
La Revolución es la hija bastarda de las injusticias y las desigualdades. No puede prosperar sin ellas y nunca logra divorciarse definitivamente de sus orígenes. Sólo cambia el sentido y dirección de las injusticias.
Con el tiempo y en el poder, impondrán una versión más "adecuada" de las viejas injusticias y desigualdades: la suya.
Al igual que sus homólogos del mundo empresarial, los ejecutivos de la empresa suelen colocarse a buen recaudo. Se pierden soldados, gente de fila y se aceptan hasta pérdidas colaterales. ¿Hace falta algo más?
Poster del grupo troskista " Sendero Luminoso " que sembr'o de cad'averes al Per'u durante d'ecadas --->
Como todo negocio que se respeta, la Revolución tiene sus profesionales a tiempo completo. Vamos a referirnos a ellos: los llamados revolucionarios profesionales. Resulta extremadamente difícil encontrar un revolucionario profesional que haya trabajado en algún momento de su vida.
Son, en líneas generales, individuos que nunca intentaron encauzar una familia. Tipos trashumantes, de conductas sociopáticas y con cierta tendencia a la violencia. En relación al último punto, en la mayoría de los casos la alientan. La participación directa está siempre condicionada a la protección priorizada de sus valiosas personas.
Los revolucionarios profesionales tienen la mirada perdida en el horizonte. Allí donde nadie puede verlo, está todo. Esta singular visión aporta múltiples ventajas.
Se requiere un avance permanente hacia el horizonte. No se puede perder tiempo en tonterías. La Revolución se parece, en su definición, a la Felicidad: No es un fin, es un camino.
La revolución y la izquierda se mueven en espacios paralelos. Todos los izquierdistas apoyan a alguna revolución en mayor o menor medida. Este apoyo es directamente proporcional a la distancia a que el izquierdista esté de la revolución de que se trate.
Para un izquierdista europeo es de muy buen gusto apoyar a cualquier revolución que se desarrolle fuera del viejo mundo. Mientras más lejos, mejor.
El negocio revolucionario está en alza en América Latina. Como siempre, al frente de la empresa, los revolucionarios profesionales. Flexibles -todo en función de la supervivencia- han dejado de lado a Lenin y al inconveniente Stalin.
Nace Dietrich y resucitan a toda velocidad Gramsci, Trostky y si fuera necesario el indio Hatuey y Tupac Amaru. Desde beatos marciales como Cintio Vitier hasta muchachos con modales como Miguel Barnet. Revolución Inc. se renueva. ¡Renovarse es vivir!
1 Comments:
Arencibia, Me alegra ver en Baracutey a Juan Febles, así sin el Glez como siempre le dijimos. O mejor, Juanito. Mi socio Juanito. El jodedor Juanito. El ocurrente Juanito. Juanito el subversivo, el que no se dejaba tupir, el que supo siempre que aquello no servía, que todo era una farsa, una estafa, una mentira con barbas y galones, terror y tontería a partes iguales....
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Allá en el año 75, por esos azares de las ubicaciones me tocó ser compañero de trabajo de Juanito en un centro de documentación nada menos que en el puerto. Éramos unos bichos raros él y yo en aquel ambiente marítimo-portuario, más Rolando Cartaya que trabajaba ahí mismo pero en la revista del ramo. Todos recién graduados.
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De más está decir que los tres quedamos fuera a la primera 'racionalización', pero mucho que nos divertimos y jodimos la pita hasta donde se podía. Estuvimos 'disponibles' (léase desempleado) más de un año. Y Juanito y yo a veces recorríamos distintos centros buscando trabajo. Lo más cómico del mundo era ver al licenciado Febles solicitando empleo. Era todo un personaje.
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La última vez que lo vi en La Habana fue en los días de la perostroika. Estaba flaco pero con la ilusión del cambio. Muy distinto mi socio Juanito, pero el mismo ser humano ocurrente y genial. Hasta el forro como estábamos todos, pero más maduro y reflexivo. Ya en camino de convertirse en el certero periodista independiente que hoy nos conmueve con sus crónicas excelentes.
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Hace unos días leí un artículo de Luis Cino dando cuenta de que lo habían citado a un interrogatorio para darle una advertencia, para intimidarlo, vaya, para reducirlo al silencio.
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Desde aquí te expreso toda mi solidaridad y mi respeto hacia ti, Juan Gonzáles Febles. Y claro el mismo saludo de hermano para mi socio Juanito. Un abrazo, Nicolás
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