miércoles, junio 14, 2006

UNA TUMBA EN LUANDA

Una tumba en Luanda
Shelyn Rojas
14 de junio de 2006

La Habana – www.PayoLibre.com – En Cuba en los años 80, la mayoría de los hombres en edad militar fueron presionados para que prestaran sus servicios en la guerra de Angola. Una guerra que no les pertenecía y que se prolongó durante más de 14 años.
Froilan Osmany Rodríguez, quien estuvo en la guerra, fue testigo de muchas historias. Vio regresar a Cuba a soldados enfermos, en fase terminal, sólo así eran liberados de la misión.

<--- Puente sobre el río de Cuito-Cuanavale durante la guerra. Cuenta que un soldado, con cáncer en la garganta, fue traído a la isla y a los 6 días falleció. Ya no tenía salvación cuando le dieron la baja. Sin embargo, otra de las historias que conoce es la de alguien que aprovechó la cobertura de la guerra para realizar sus sueños. Luís Trufin deseaba visitar una tumba en Luanda, la de su padre, muerto en combate en 1979. Su única oportunidad era sumándose a la lista para la guerra. Lo que Luís desconocía era que solo saldría de Hamba, en la provincia de Huila, una vez terminada la misión. O muerto. Sin perder sus esperanzas hizo cuantas gestiones existían para conseguir un permiso para visitar la tumba donde descansaban los restos de su padre. Estuvo cerca de un año en esta empresa. Sólo recibió negaciones y evasivas por parte de sus superiores. Luís no desistió. Había arriesgado su vida para lograr ese objetivo. Antes de regresar, el tenía que visitar la tumba de su padre.
7 de diciembre de 1989, tributo en Cuba, a nivel municipal, de los supuestos restos de los 2077 combatientes cubanos que el régimen cubano admite como caidos en territorio africano --->


Un día encontró la solución. Con la culata se golpeó una mano, golpeó hasta fracturarse los dedos. Ni así salió de Hamba. Luís no se dio por vencido. Cada vez que le estaban sanando las fracturas, se volvía a golpear. Solo en Luanda podría recibir mejor atención médica. Así estuvo durante siete meses, hasta que lo evacuaron para operarle la mano en un hospital de la capital angolana. Ya estaba a punto de perder la mano. Luís no fue operado, tampoco perdió la mano. Siempre padecerá de ella. Pero finalmente pudo llevar flores a la tumba de su padre en Luanda.

CAMPAÑA CUBANA POR LA LIBERTAD DE LOS PRISIONEROS POLÍTICOS

"Acuérdate de los presos como si tú también lo estuvieras".
Hebreos 13-3