domingo, julio 16, 2006

EL GOBIERNO ESPAÑOL MIRA YA AL POSCASTRISMO

Nota del blogguista


La política del gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero ha sido en muchos asuntos españoles una pol'tica que ha parecido para muchos, y para mí en particular, improvisada y no transparente; con los asuntos cubanos no podíamos esperar algo diferente.

El gobierno de los Estados Unidos y la inmensa mayoría de la Oposición interna y externa cubana están de acuerdo de que el pueblo cubano ( el que sobrevive en la Isla y el que vive, espera y auxilia en la diáspora), es el que debe decidir sobre el futuro de nuestra Patria. Un ejemplo de ello, es que se ha afirmado por los defensores del Embargo norteamericano que si en Cuba se liberan los presos políticos, se legaliza la formación de partidos políticos y se convoca a elecciones libres y democráticas , y portanto legítimas, con monitoreo internacional, ellos pedirán al Congreso norteamericano el fin del embargo independientemente de quién triunfe en esas elecciones.

El gobierno de los Estados Unidos, al igual que la Fundación Nacional Cubano Americana y otras organizaciones del exilio cubano, están por las indemnizaciones de las propiedades confiscadas, pero no quitándole las casas u otras propiedades a los cubanos de la Isla que ya las han pagado o las están pagando, como mentirosamente afirma la tiranía, sino pagándole las propiedades a los antiguos dueños mediante los cobros de aduana, etc. de la nueva República; las propiedades que fueron robadas y utilizadas por la tiranía y que se encuentran en su poder, si se les debe devolver a sus antiguos propietarios. Hay mucha mentira, manipulación y mala intención en esos " argumentos " de la dictadura totalitaria cubana, de los que se hacen eco políticos como la fuente consultada por El Pais.

Muchas de las medidas que han tomado los gobiernos de los Estados Unidos las veo, cuando las analizo integralmente, no como injerencias con relación a Cuba, sino como medidas para no dejar a la improvisación, en un muy difícil momento, el futuro del pueblo cubano y, principalmente, para que la mafia gobernante cubana respete la decisión que tome el pueblo cubano. La experiencia histórica cubana con respecto al comportamiento de los Estados Unidos en su relación con la Isla, habla en contra de ciertos temores y suspicacias que son, hasta cierto punto, lógicas de tener. Sobre esa relación se dijeron las siguientes palabras:

"Mantendrá el Gobierno las relaciones más cordiales en el orden diplomático y de los negocios, con las naciones amigas entre nosotros dignamente representadas, y sobre todo cultivará los grandes y vitales intereses que en franca y afectuosa correspondencia nos ligan a los Estados Unidos, no ya solo en consideración a las ventajas que deriva de ellos nuestra economía, sino por los incomparables servicios que el pueblo y el Gobierno americanos han prestado a la causa de la justicia, de la civilización y de nuestra nacional soberanía.
Y no os sorprenda esta sincera manifestación de quien siempre ha vivido inquieto y receloso en el temor de los grandes y los fuertes. Dos veces -una, por la ceguedad de nuestra vieja y orgullosa Metrópoli; otra por la ceguedad de enconos fratricidas-, vinieron aquí los americanos traídos por su fortuna o llamados por nuestras discordias, y siempre se retiraron de nuestro territorio, haciéndonos el doble beneficio de construir dos veces la república, y dejándonos en el corazón atribulado, desengaños y escarmientos; más en ambas ocasiones, motivos superiores de admiración y de gratitud por esa magnánima conducta que jamás en la historia habían observado los pueblos fuertes y triunfantes con los débiles, conturbados y decaídos" (Cuba: 1898-1921. Partidos Políticos y Clases Sociales, Jorge Ibarra, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992, 312)

Las anteriores palabras pertenecen a Manuel Sanguily como Ministro de Estado (responsabilidad que corresponde a la de Canciller o Ministro de Relaciones Exteriores en nuestros días) del gobierno de José Miguel Gómez, a poco más de una década de la imposición de la Enmienda Platt. He escogido estas palabras de Manuel Sanguily, y no las de cualquier otro patriota o ciudadano cubano, por la verticalidad que siempre mantuvo Sanguily en su quehacer político, y sobre todo, en contra de posiciones y acciones asumidas por el gobierno norteamericano, que lo eximen de ser calificado de lacayo o testaferro de los intereses norteamericanos.

El gobierno de Zapatero en sus dos años ya de legislatura no ha hecho prácticamente nada por la causa cubana. Por otra parte, solamente en una ocasión el PSOE, partido gobernante, elevó una iniciativa (conjuntamente con el PP, primer partido de la Oposici'on espanola, el CiU y otras fuerzas pol'iticas ), a favor de los presos políticos cubanos. Esa iniciativa consistía en pedirle al régimen cubano que les mejoraran las condiciones carcelarias a dichos presos, muchos de los cuales son presos de conciencia. Esta medida fue boicoteada por IU ( Izquierda Unida ), grupo político dirigido en el Congreso por Gaspar Llamazares, un simpatizante de la tiranía caribena, el cual paradójicamente pedía en esa mismas sesiones del Congreso de los Diputados, el acercamiento a de los presos terroristas de ETA a sus hogares en el País Vasco. El gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero podía haber negociado mejor con IU para que dicho boicot no se hubiera llevado a cabo .

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EL GOBIERNO ESPAÑOL MIRA YA AL POSCASTRISMO

ESPAÑA PROMUEVE EN CUBA UNA TRANSICION PACIFICA SIN DAR PROTAGONISMO AL EXILIO. EL GOBIERNO ESPAÑOL DICE NO TENER UNA HOJA DE RUTA, PERO TIENE SU PROPIA AGENDA DE COMO QUIERE QUE SEAN LAS COSAS EN CUBA


Por Perú Egurbide
El País
España
Infosearch:
José F. Sánchez
Jefe de Buró
Cuba
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Julio 16, 2006

Nosotros no tenemos una hoja de ruta, como la de Estados Unidos, ni la queremos tampoco.

Para España, el que tiene que decidir es el pueblo cubano", responde un diplomático con competencias sobre las relaciones con Cuba, cuando se le pregunta por lo que está haciendo el Gobierno frente al "desenlace fisiológico" del régimen de Castro. Y es cierto que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero no ha colgado en Internet una exposición de objetivos ni condiciones para ese proceso, como ha hecho el de Bush; ni ha designado un alto cargo para administrarlo, como el estadounidense Coordinador de la Transición en Cuba, Caleb McCarry. Pero de ahí a decir que España sea un observador pasivo de la transición cubana va un gran trecho.

En Madrid se considera que la sucesión de Castro ya está abierta. "Los propios dirigentes cubanos, notoriamente el vicepresidente, Raúl Castro, y el ministro de Exteriores, Felipe Pérez Roque, éste en la última asamblea del partido, han hablado sin tapujos del poscastrismo", señala una fuente autorizada de Exteriores. Todo el esfuerzo asumido en la Unión Europea para flexibilizar una posición común que sólo condujo a neutralizar a los embajadores en La Habana se ha explicado de modo oficial, precisamente, por la necesidad de mantener abiertos los canales de comunicación con las autoridades cubanas, sin perder los de la oposición, cuando existe la posibilidad de que los acontecimientos se aceleren en cualquier momento.

La diplomacia española cultiva especialmente a las dos personalidades citadas, que son vistas como centrales, y quizá alternativas, en el proceso que se abrirá tras la desaparición del viejo líder cubano. Pérez Roque podría ser el timonel de la nueva etapa si Raúl Castro, el hombre del aparato militar, falleciera antes del tránsito o fuera apartado del proceso por su propio hermano. Las visitas de altos cargos del régimen cubano a España son más frecuentes de lo que informan los medios, y cada escala suele implicar una entrevista con representantes del Gobierno. El mensaje que se le transmite ha sido explicado al Parlamento por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos: España quiere para Cuba un futuro de democracia y pluralismo, pero también de reformas, sin convulsiones ni estallidos de violencia que hagan más difícil la transición.


< Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Exteriores





El Gobierno estudia, en consecuencia, los medios y alternativas para realizar la política de apoyo a la democracia, a través de sus relaciones con el régimen y de sus contactos con la oposición. Al menos en este segundo campo, hay una línea de continuidad con la actuación del Gobierno precedente, que se concreta en el rechazo explícito de que el proceso sea protagonizado por el exilio...

Una tercera pata se apoya en las relaciones con EE UU. ...Cuba sigue siendo, por supuesto, un punto claro de divergencia, ya que Washington impone la presión donde Madrid trata de mantener abierto el diálogo. EE UU prioriza las indemnizaciones para los expropiados por la revolución. España tiende a pensar que el éxito de la transición está por encima de estos intereses. Pero la diplomacia española es consciente de que la transición cubana necesitará de un apoyo internacional, en el que EE UU tendrá un papel relevante, junto a los grandes países de la región, como México.

En coherencia con sus propios postulados, el Gobierno español tendrá que esforzarse por moderar la intervención estadounidense en el proceso, y para ello puede contar con los oficios de personalidades como Mel Martínez , el ex ministro de Urbanismo de Bush que hoy copreside el Consejo España-EE UU. Martínez ha mostrado cierta apertura al enfoque español de no cortar los puentes.

Éstas son algunas de las cartas que empiezan a insinuarse, aunque su efectividad y posibilidades no se verán hasta que comience realmente el juego..."