CUBA, UN ENIGMA ......
Nota del Blogguista
La mayoría del pueblo cubano, como todo pueblo que están bajo un régimen totalitario, ha aceptado, admitido o soportado al régimen castrista. No obstante, una parte del pueblo cubano, también como en todo pueblo, se ha opuesto a ese poder totalitario. Cuba tiene en estos 47 años más de 5000 fusilados, más de 2000 muertos en combates y asesinados extrajudicialmente así como muchas muertes más por haberse opuesto a esta tiranía castrista; fueron varias las decenas de miles de presos políticos en la década de los 60s y 70s. Hoy los más de 300 presos políticos hablan de aquellos hombres que llevan en sí el decoro de muchos hombres siendo la mayoría de ellos opositores políticos pacíficos.
La derrota de la oposición armada en las dos primeras décadas ( sobre todo en la más significativa: la primera), no es la causa fundamental por la que se ha tomado la opción pacífica en estas dos últimas década como la vía para cambiar ese régimen de oprobios. La necesidad y el deseo de evitar que nuevamente se instale por la fuerza mediante la vía armada un régimen no democrático que conculque las libertades y los derechos de los cubanos han sido las causas fundamentales por las que se ha tomado fundamentalmente esa vía.
José Martí, Apóstol de la Independencia cubana, también escribió el 20 de octubre de 1884, y después de un incidente desagradable con Máximo Gómez, sobre su determinación de: ¨no contribuir en un ápice por el amor ciego a una idea en que me está yendo la vida, a traer a mi tierra a un régimen de despotismo personal, que sería más vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta y más grave y difícil de desarraigar, porque vendría excusado por algunas virtudes, establecido por la idea encarnada en él, y legitimado por el triunfo¨ (Tomo 1, 177)
Quizás en esas palabras martianas se encuentre el porqué ese régimen de despotismo personal que ha desgobernado a la Isla durante casi medio siglo ha sido tan difícil de desarraigar.
Por otra parte, la solidaridad de los pueblos y gobiernos latinoamericanos y europeos con el pueblo cubano, salvo excepciones, ha sido bastante precaria ya fuera, en el caso latinoamericano, por creer que Cuba era un modelo y opción para eliminar sus problemas sociales nacionales o por miedo que la tiranía castrista les provocara desestabilizaciones, subversiones y revolucionesEn el caso europeo, fue, y hoy todavía lo es para algunos inconfesos como el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, la realización de una Utopía izquierdista que es válida para ciudadanos de segunda o tercera categorías aunque no para ellos.
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Cuba, un enigma......
Por Alejandro Miranda Lines (*)
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"..lo peor de Cuba no es su situación material por mala que se encuentre. Lo peor de Cuba es su situación mental. Los cubanos son un pueblo domesticado, un pueblo sin esperanza y sin sentido de lucha. Los cubanos perdieron su libertad hace muchos años y nunca han tratado de recuperarla. El culpable de esta atrofia mental es un régimen que apalea, que estereotipa y que miente. Un régimen de adoctrinamientos y prohibiciones...."
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Noticuba Internacional
Viernes, 22 de septiembre de 2006
El por qué de la longevidad del régimen comunista cubano es un enigma. Mayor resulta, para aquéllos que hemos visitado la isla y nos hemos dado cuenta de primera mano de la miseria, el caos y la destrucción que imperan en la que un día fue el paraíso del Caribe.
"En Cuba se paró el tiempo". Muchas veces se oye esa frase, pero su significado es difícil de comprender. Cuando se dice que se paró el tiempo se habla solo de los automóviles que circulan o de los edificios que son los mismos. Pero en Cuba no se paró el tiempo, ojalá se hubiese parado. Hay que estar allí para darse cuenta que el tiempo pasó como un huracán por toda Cuba. Aunque los carros y los edificios no cambien, el tiempo y la falta de cariño los han dejado en escombros. Pero, el tiempo pasó también por las mentes de la gente y estoes lo mas grave. Más de 35 años de un régimen de mediocridad, han dejado suhuella profunda. Hoy la gente es mediocre, porque sus líderes son su ejemplo.
Hoy los edificios se caen al suelo, porque no tienen dueño, porque nada importa.Cuba es el reino de la desesperanza porque el mediocre reina y a quien sobresalele cortan las alas inmediatamente.
Llegar a Cuba impacta, porque, aunque no la cuiden, sigue siendo bella por fuera. Pero hay sólo que asomarse un poco en su interior, para darse cuenta que las cosas no caminan nada bien. ¿Cuándo fue la última vez que usted visitó un país donde el único tema de conversación era la desgracia de su situación? Si se habla con la gente, y si la gente le habla a usted, solo escuchará de necesidades, de la mala situación, del sistema. No existe otro tema y esto resulta triste.
¿Cuándo fue la última vez que visitó un país en el cual deben construir muros y barricadas y patrulleras y leyes para que sus ciudadanos no se escapen? Mientras los países libres deben luchar para que inmigrantes ilegales no penetren sus fronteras, en Cuba deben luchar para que la gente no se vaya. No basta que más de un millón de cubanos no puedan vivir en su propia tierra, gran parte de quienes están allí quisieran irse.
En Cuba no hay libertad, no se puede opinar contra el gobierno, no se pueden formar partidos políticos, no se puede viajar libremente, no existen las elecciones libres, ni la libertad de prensa, no se pueden formar asociaciones laborales, no se puede.., no se puede..Nada se puede. En Cuba no hay fraternidad, se incentiva a los ciudadanos a delatar a sus vecinos por las pequeñeces más insignificantes y se fomenta el odio hacia los disidentes y hacia cualquiera que tenga un punto de vista "antirrevolucionario". Por último, en Cuba no hay igualdad. Los cubanos son gente inferior en su propia patria. Los turistas y extranjeros pueden circular libremente y tener acceso a bienes y servicios que los cubanos no pueden ni oler. Inclusive, entre los mismos cubanos, existen clases marcadamente diferentes. Los "macetas" en el turismo y aquéllos que trabajan para el gobierno viven mejor que el resto.
Resulta ofensivo verles por las calles con sus relojes Rolex y sus teléfonos celulares, no porque estas comodidades sean malas, sino porque están disfrutando de todas las creaciones del capitalismo que les niegan al pueblo y en contra de las cuales tanto han predicado durante tantos años. Contrario a esto, el resto del pueblo recibe salarios de hambre. No importando la actividad que desempeñen, un trabajador cubano gana alrededor de $12 por mes, una miseria en cualquier país del mundo. Al pueblo cubano, el sudor se lo pagan con hambre y con necesidades.
¿Qué justificación existe para mantener a un pueblo en este estado de falta de libertad? Si se viera progreso y prosperidad, tal vez se podría argumentar que el sacrificio de la pérdida de libertad tiene sus frutos. Pero no es el caso, en Cuba se pasa hambre. Un país que por su posición geográfica debería estar dentro del primer mundo, es una nación de necesidades y atrasos. No hay justificación para esta situación. Así como no hay justificación para mantener o cooperar para que se perpetúe este régimen tan injusto y nefasto.
Y en esto, al que le caiga el guante que se lo plante.
Para entender la situación de Cuba, hay que analizar de cerca el punto de partida. En 1959, Cuba era una nación cercana al desarrollo en muchos aspectos. Ocupaba los primeros lugares de América Latina en todos los índices económicos y, aunque esto no se comenta a menudo, también en los índices sociales. Cuba estaba sólo por abajo de Uruguay, Argentina y Costa Rica en el bienestar social de su pueblo y muy por encima de ellas en sus índices económicos. El verdadero problema cubano no era social, como lo han tratado de hacer ver; el problema era el gobierno de turno. La dictadura de Batista era progresista, pero cruel y corrupta. Removerlo del poder era importante para Cuba, pero hacerlo por medio de una revolución comunista era innecesario y ha resultado un total fracaso. Cuba hubiese sido una nación poderosa, si tan solo se hubiera tomado un camino racional y moderado. Existía la posibilidad de tomar algunas medidas sociales correctivas y de sanear la corrupción pública, pero todo dentro de un marco democrático y pacífico. El potencial de Cuba era ilimitado, su gente trabajadora y progresista, su posición geográfica inmejorable, su belleza natural, su avanzada infraestructura. Todo estaba servido para un glorioso futuro. Solo tienen que analizarse las tendencias de negocios de los últimos 35 años para realizar el potencial que tenía Cuba. Su belleza natural a solo 90 millas de
Estados Unidos la hubiese convertido en el centro turístico más importante de América y quizás uno de los más importantes del mundo. La fertilidad de sus suelos y su cercanía al mercado americano la hubiesen convertido en la capital de la fruta fresca de América, los contenedores de fruta hubiesen llegado a sus destinos sin necesidad de refrigeración. Empresas tan importantes como la Bacardí y muchas otras, de capital cubano, hubiesen tenido su base en la isla generando millones de dólares en exportaciones. No menos importante hubiera sido la actividad financiera. Cuba hubiese podido ser la capital de la banca latinoamericana, suplantando a lo que ahora existe en Panamá, Bahamas y Gran Caimán.
Por último, La Habana hubiese sido la puerta de entrada de Latinoamérica a Estados Unidos, cumpliendo la función que le tocó desempeñar a Miami, una ciudad que en 1960 no era más que un pueblito comparado con La Habana. Se podría seguir imaginando lo que pudo ser, pero veamos un poco lo que ¡es!
Hoy Cuba, a pesar de haber contado con millonarios subsidios rusos, no es ni la sombra de lo que era en 1959. Ésa es la primera prueba de que el régimen no funciona. Sin contar lo que pudo haber sido la Cuba de hoy, el país está peor que en el inicio del régimen. Culpan al embargo norteamericano, pero se olvidan de dos factores, uno es el subsidio y la impagable deuda rusa. El segundo es la razón detrás del embargo. Primero, el régimen cubano se benefició durante muchos años de los regalos que le hacía la URSS para mantener a un satélite estratégicamente importante para sus pretensiones comunistas en América Latina.
El segundo factor es la justificación absoluta que tiene el gobierno americano para embargar a Cuba. Si a usted un amigo le robara todo lo que posee, ¿volvería usted a hacer negocios con él? En los años 60 el gobierno cubano nacionalizó, mejor dicho robó, billones de dólares en activos propiedad de ciudadanos estadounidenses sin ninguna justificación. ¿No cree usted que Estados Unidos tiene derecho a proteger las inversiones de sus ciudadanos? Si algo parecido le sucediera a usted, ¿no esperaría que su gobierno le apoyara? Bueno, ¿Adónde están los millones de dólares que la URSS le regaló a Cuba en subsidios y en préstamos que nunca se pagarán? Ése es otro de los errores del régimen cubano. Gran parte de ese dinero se gastó en financiar el ejército más grande y poderoso de América Latina. Un ejército que ha cumplido misiones tan absurdas como pelear, y perder, en Angola y Etiopía. El resto se dedicó a armar y a entrenar a las guerrillas comunistas de Latinoamérica, las mismas que han sembrado terror, muerte y desolación en todos nuestros países.
Pero, dejando de lado lo antes discutido, lo peor de Cuba no es su situación material por mala que se encuentre. Lo peor de Cuba es su situación mental.
Los cubanos son un pueblo domesticado, un pueblo sin esperanza y sin sentido de lucha. Los cubanos perdieron su libertad hace muchos años y nunca han tratado de recuperarla. El culpable de esta atrofia mental es un régimen que apalea, que estereotipa y que miente. Un régimen de adoctrinamientos y prohibiciones que, lejos de buscar el bien colectivo, busca perpetuarse en el poder. Un régimen que hizo olvidar, con su propaganda, la diferencia entre el bien y el mal. Una pregunta obligada salta a la mente luego de ver tanta injusticia. ¿Porqué nadie hace nada para luchar contra estas atrocidades? Luchar desde adentro es difícil pero, si uno está dispuesto a tirarse al mar en una balsa, ¿por qué no arriesgarlo todo luchando por cambiar su país? Probablemente, porque sienten que la muerte sería más segura y lenta. Al menos en una balsa hay alguna probabilidad de sobrevivir. Esa es la desesperanza que han parido los cubanos en sus mentes.
Lo más difícil de comprender es la posición que toma la comunidad internacional frente a Cuba y a sus líderes. Los cortejan, los invitan, negocian con el hambre y la libertad ajena. Se sabe que Cuba presenta muchas oportunidades de negocios, pero dejar de lado los principios para ir en busca de dinero no es una posición respetable. Luego de ver lo que es Cuba, se entiende que cualquier persona que negocie con un régimen como el cubano va en contra de los más altos principios del ser humano. En contra de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad. En contra de la razón y de la justicia. ¿Será que a nadie le conviene una Cuba productiva y competitiva? ¿Será que la misma existencia de Fidel Castro le representa al resto de los países una segura entrada de dólares? En todo caso, la misma comunidad internacional que hoy persigue a Pinochet, debería ser igual de acuciosa en su condena al injusto régimen cubano.
Fidel Castro dijo hace muchos años, en su propia defensa, que sería la historia quien le juzgaría. Hoy llegó el momento de que la historia le juzgue y el resultado no es positivo. La historia tendrá que juzgarlo como el último de los tiranos militares de la América Latina del siglo XX, como el exportador de tristeza que ha sido. La historia tendrá que pedirle cuentas por el hambre y la falta de libertad de millones de cubanos. La historia deberá cobrarle la muerte que sembró y pasarle la factura de miles de exiliados que perdieron su patria a manos de la injusticia. La historia será implacable con el hombre que le negó a Cuba su gloria, que la sumió en el atraso y en la derrota de su propia
alma.
(*)costarricense
Fonte: NotiCubaInternacional
http:www.noticubainternacional.com
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