REPLICA DE JUAN MANUEL CAO AL HERALD
REPLICA DE JUAN MANUEL CAO AL HERALD
Estimado Humberto Castelló:
Como no conozco los mecanismos del periódico te pido que me ayudes a que esta carta llegue al Editor y los lectores. Necesito, por justicia mínima, ejercer mi derecho a réplica. Muchas veces he sido testigo de tu profesionalismo y por eso acudo a ti.
Carta al Editor.
El artículo firmado por el señor Oscar Corral en este periódico sugiere que yo le pregunté a Fidel Castro por Hilda Molina no porque estuviese interesado en la respuesta sino porque me pagaron para ello. En mi opinión el artículo intenta mostrar que Castro tenía razón cuando me acusó de mercenario en Argentina. Eso es falso.
Cuando vivía en Cuba y tenía 20 años de edad me encarcelaron por escribir una crítica del castrismo. ¿Quién me pagó entonces? Nadie. Todo lo contrario: puse en juego y perdí, mi carrera, mi trabajo y mi futuro en la isla. Escogí ser libre y lo pagué con tres horrorosos años de cárcel.
En el exilio también escogí ser libre. Hace unos 14 años me ofrecieron la corresponsalía de una cadena nacional de televisión. Me tentaban 80 mil dólares de salario anual, viajes y beneficios. Pero había una pequeña condición: tenía que referirme al dictador de mi país como “el presidente cubano”. Rechacé la generosa oferta. Nuevamente escogí ser libre y defender mi coherencia moral.
Durante los trece años que trabajé como reportero local fui sometido a todo tipo de presiones para que abandonara el tema cubano. Sobreviví gracias al valeroso apoyo de José Cancela y Luís Fernández Rocha, mis dos primeros gerentes en el canal para el que trabajaba. Roberto Vizcón, el mejor director con que lidié en esa época, siempre me decía: “Cao, si nos olvidáramos un poco de Cuba, estaríamos ganando el triple en otros mercados”. Tenía razón.
Hace apenas 8 meses perdí un salario de 110 mil dólares, y jugosos beneficios, debido, fundamentalmente, a mis diferencias de criterios sobre la cobertura cubana con la nueva gerencia de aquel canal. Ellos se buscaron un buen pretexto y adiós. El público de Miami no les creyó y protestó frente a sus instalaciones. Los detalles están publicados en el propio Herald.
Como ven, mi motivación en la vida no es el dinero. Mi motivación es Cuba y su libertad. Cuba y mi libertad de expresión. Estoy orgulloso de colaborar con TV Martí y de intentar quebrar la censura castrista. Podría ganar mucho más que los pobres once mil que me echan en cara, pero ayudo a mi pueblo por menos. La causa de Cuba no me da, me cuesta dinero.
Les pido encarecidamente que publiquen la aclaración porque muchos de los lectores de este periódico podrían ser también mis televidentes.
Y un último detalle. Todas las acusaciones de Fidel Castro contra mi dignidad son una débil justificación para no responder la simple pregunta que le hice en Argentina.
¿Por qué no libera a la doctora Hilda Molina? Sigo esperando la respuesta.
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