CUBA: SOCIALISMO CERO
Cuba: Socialismo Cero
por Celso Sarduy Agüero
LiberPress- Buenos Aires- 6 de Enero de 2007 - Cinco meses después de la delegación "transitoria" del mando del Tirano Fidel Castro a su hermano Raúl va resultando evidente que la transitoriedad se va convirtiendo en definitiva, pues no parece factible que el Tirano retorne a cumplir una función pública.
El interinato, es, para muchos, el inicio de una transición política. El gobierno que surja luego de la muerte del Tirano tendrá que explorar alguna vía de legitimación ante el pueblo.
La vía más correcta sería liberar a todos los presos políticos y económicos (los encarcelados por ejercer actividades comerciales que son normales en cualquier país y están criminalizadas por la legislación socialista). Legalizar los partidos y organizaciones de la sociedad civil. Permitirles su acceso en igualdad de condiciones a los medios de comunicación y llamar a elecciones generales en un plazo de un año.
Otra variante, bastante probable, es que el dictador heredero pretenda perpetuarse en el poder apoyado por el ejército, el mayor factor de poder actual en Cuba (controla más del 80% de la generación de divisas del país). No obstante tendría que generar algún alivio a la agobiante vida cotidiana de los cubanos.
La mayoría de los analistas consideran a Raúl Castro más pragmático que su hermano, el dictador convaleciente, pues fue Raúl el arquitecto de las pálidas medidas de apertura económica que trajeron un respiro a la población, en medio de la gigantesca crisis producida por el fin del subsidio soviético, luego de la caída del Muro de Berlín.
Las opiniones están divididas, unos piensan que seguirá el "Modelo Chino" que consiste en economía de mercado para las ciudades y control político férreo sin ´libertades políticas de ningún tipo. Esta variante le permitiría a la cúpula gobernante conservar e incrementar su patrimonio a través de adjudicaciones y ventas de las empresas estatales sin ninguna licitación pública y concesión de permisos de inversión extranjera.
La segunda variante es el "Modelo ruso", donde la nomenclatura se apodera del patrimonio estatal, crea monopolios y permite escasa participación al capital extranjero. Se establece una seudo-democracia con la prensa amordazada y pocas posibilidades de cambio .
En ambos casos la sociedad cubana seguiría siendo una sociedad de status. Necesitamos volver a ser una sociedad de contratos.
También existen propuestas de la oposición dentro y fuera de Cuba que ofrecen alternativas económicas para salir de la actual crisis estructural del sistema Socialista.
Algunos postulan que el Estado debería entregar la abundante cantidad de tierras ociosas a campesinos u otras personas interesadas en explotarlas. También creen que el Ejército cubano debería autoabastecerse, al menos de alimentos, y los excedentes venderlos en el mercado. La mayoría coincide en que el gobierno debería permitir la creación de pequeñas y medianas empresas (PYMES) por ser éstas las mayores creadoras de fuentes de trabajo en cualquier economía libre.
Esta propuestas sin dudas son muy bien intencionadas, pero no van al fondo del problema que jaquea a nuestros coterráneos de dentro de la Isla. Veamos porqué.
En primer lugar la madre de todos nuestros males es el propio sistema Socialista imperante. El Socialismo no es, como muchos creen, "perfeccionable". La única mejora posible de un sistema antinatural como el socialista es comenzar por su destrucción. Esta pretendida ingeniería social que ha sustituido y criminalizado a la propiedad privada sobre los medios de producción y a su correlato: el mercado; fracasa estrepitosa y recurrentemente en cuanto lugar y circunstancia histórica ha sido ensayado pues intenta sin éxito coartar el innato afán de progreso y la natural interacción entre las personas que se da a través del comercio desde los albores de la civilización humana.
El Socialismo fracasa no sólo por carecer de cálculo económico, como dijera Ludwig Von Mises en su libro "Socialismo", publicado en 1922, sino también por su imposibilidad absoluta de satisfacer las necesidades de los individuos que son subjetivas e infinitas; mientras que la oferta de bienes y servicios que ofrece una economía centralizada y colectivista es paupérrima por basarse en los caprichos de los burócratas que dirigen la misma.
En el caso de Cuba, como ha sucedido en muchos otros países que han entrado en el sendero de la prosperidad, hay que demoler el sistema dirigista y colectivista, sustituirlo por una economía libre, donde todos y cada uno de los habitantes de la Isla puedan ofrecer los bienes y servicios que sean capaces y encuentren demanda de los mismos.
En primer lugar hay que derogar la Constitución Socialista y el Código Penal vigentes, por estar encaminados ambos a sojuzgar y oprimir a toda la población, con excepción de la burocracia político militar nucleada en derredor de los hermanos Castro. Inmediatamente derogados ambos instrumentos jurídicos debe ocupar su lugar la Constitución cubana de 1940, exceptuando los artículos que hayan caducado por el simple paso del tiempo. Esta Constitución en su casi totalidad preserva su vigencia por ser una Constitución que garantiza todos los derechos fundamentales de las personas y por haber sido redactada, discutida y aprobada en un ambiente de total democracia.
En cuanto a los Códigos Civil y Penal vigentes hasta la instauración de la dictadura en 1959, deben ser restituidos por contemplar ambos las garantías procesales y respetar los derechos que asisten a todos los ciudadanos en una sociedad libre.
Es esencial en todo el proceso de apertura sentar las bases jurídicas e institucionales que darán el marco referencial para el desenvolvimiento de una sociedad abierta. Es imprescindible poner en vigencia lo más rápido posible un sistema institucional que proteja la tenencia, usufructo y transferencia de la propiedad privada que es la piedra basal de la libertad económica y la condición sine qua non para la prosperidad..Sin reglas claras y seguridad jurídica no ocurrirán las imprescindibles inversiones, tanto nacionales, como extranjeras, que serán la fuente de creación de riquezas y trabajo para todos los cubanos.
Para ello es necesario retornar al Sistema Republicano, con su real separación de poderes. Retornar al sistema democrático representativo donde el ciudadano es el único soberano y el Estado está supeditado a éste. El Estado debe concentrarse en ser árbitro y garante del bien común. La creación de riquezas es inherente a la actividad económica privada.
El futuro gobierno democrático cubano deberá reinsertar al país al sistema financiero internacional, renegociar facilidades de pago para la abultada deuda pública cubana que ronda los 35 mil millones de dólares. sin contar la deuda en rublos convertibles contraída con la ex Unión soviética. El país dejará de ser un paria internacional y retornará al concierto de las naciones. Es imprescindible reanudar las relaciones diplomáticas y comerciales con los Estados Unidos de inmediato, este país ha prometido una ayuda de 80 millones de dólares para la transición democrática; probablemente aumente el tamaño de la misma si se emprende en Cuba progresos en esta dirección. No debemos olvidar la extraordinaria ayuda norteamericana ente 189 y 1902 cuando Cuba estaba en ruinas, luego de casi treinta años de guerras contra España. Ahora estamos en una situación parecida producto de medio siglo de Socialismo.
Nuestro país debe pasar a la vanguardia de los países más amigables con los inversores; para ello debemos crear un sistema impositivo sencillo y poco oneroso, que permita recaudar lo suficiente para mantener un Estado que garantice una educación y salud universales, pueda sostener un ejercito nacional pequeño y profesional que cuide nuestras fronteras y pueda colaborar en situaciones de catástrofes naturales y finalmente, crear una policía supeditada a las instituciones y respetuosa de los derechos humanos, que preserve la paz y el orden interior, proteja la propiedad privada y salvaguarde el Estado de Derecho.
Cuba debe colocarse entre los países más tentadores para los inversores de todo tipo, es la única manera de recuperar lo más rápido posible este medio siglo perdido. Deben tener igualdad de derechos los inversores nacionales y extranjeros. Estos últimos deberán repatriar sus ganancias sin obstáculos de ninguna índole. Acá nos sirve de guía el caso de los países del antiguo bloque comunista que son grandes receptores de inversiones, mientras los miembros más antiguos de la Comunidad Europea ven cómo se mudan sus empresas hacia otras latitudes con menor voracidad fiscal.
La industria turística tiene ilimitadas posibilidades. Si actualmente arriban a la Isla poco más de dos millones de visitantes al año para realizar un turismo de apartheid, alejado lo más posible de la verdadera realidad cubana y regenteado por un Estado policíaco; es difícil calcular en cuantos millones se incrementará en una sociedad libre de controles, que incrementará su oferta en cuanto a infraestructura y servicios ilimitadamente.
Otro aspecto muy importante debe ser la facilidad que deben tener todos aquellos que intenten crear un negocio o empresa. Con uno o dos trámites burocráticos debe ser suficiente, como ha sido la experiencia de Australia y de Estonia. Al respecto existe un excelente estudio del economista peruano Hernando de Soto, quien en su libro "El Misterio del Capital" demuestra palmariamente cómo son inversamente proporcionales el progreso y el bienestar al tamaño de la burocracia. De Soto ofrece ejemplos contrapuestos: países como Haití, obstaculizan la creación de una empresa con semanas de trámites para obtener un permiso, mientras en Australia con sólo dos trámites ya está en funcionamiento el nuevo negocio. La posición que ocupan cada una de estas naciones en el ranking mundial de desarrollo habla por sí solo del camino correcto.
Un aspecto no menor es la libertad de contratación y la desregulación del mercado laboral. La experiencia mundial demuestra que los países con leyes laborales modernas y flexibles son los que tienen menor desempleo y hasta pleno empleo en muchos casos. Las imposiciones gubernamentales solo sirven para fomentar la ilegalidad y el abuso, como ocurre con los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos y Europa.
Todos estos factores, entre otros, serán decisivos para la radicación de empresas, en especial las interesadas en exportar al mercado norteamericano. Una vez más la privilegiada posición geográfica de Cuba será de gran ayuda.
En cuanto a la recuperación de la agricultura es imprescindible que la industria agrícola pase a manos privadas, devolver las tierras confiscadas por la dictadura a sus legítimos dueños o sus herederos y licitar las tierras fiscales que resten. Siempre aparecerán interesados en explotarlas. La agricultura en manos privadas tiene altas posibilidades debido a la gran demanda de alimentos que existe actualmente en el mundo. Otros posibles desarrollos son la creciente industria de los biocombustibles, la gran demanda que existe de cultivos orgánicos a nivel mundial y el cultivo de frutas exóticas, entre otras.
Aunque es, como muchos de los temas aquí abordados, materia para un trabajo aparte, por lo complejo y extenso del asunto no puedo dejar de mencionar el gran problema de la vivienda en Cuba. El déficit habitacional supera ampliamente el millón de viviendas. La tasa de divorcios es altísima (60%), y disminuye aceleradamente la tasa de natalidad. La falta de viviendas muchas veces condena a las parejas jóvenes a vivir en el hacinamiento y a no poder proyectar un futuro familiar en la intimidad de un hogar. Por estas razones entre otras no menos graves, el problema de la vivienda debe considerarse tan seriamente como el de la salud y la educación y requerirá de alguna intervención del estado, conjuntamente con la iniciativa privada para ser paliado y para crear una sociedad de nuevos propietarios que pueblen el país. Hay interesantes experiencias como la chilena en la cual el gobierno junto a la iniciativa privada fomentan la construcción de viviendas a través de prestamos blandos a los futuros propietarios. En lugar de construir barrios que se convierten luego en ghetos, el estado financia la demanda permitiendo al futuro propietario elegir el lugar donde establecerá su propiedad.
Otra de las grandes tareas para sanar la economía es la eliminación de todas las organizaciones de masas, como son: los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Unión de Pioneros de Cuba (UPC), Unión de Jóvenes Comunistas (UJC),Partido comunista de Cuba (PCC) y otras que no son más que poleas del sistema totalitario y totalmente improductivas. Es preferible dedicar fondos para pagarles el sueldo completo durante un tiempo determinado, mientras se reinsertan en un empleo productivo. Esta medida cuenta con la ventaja de que no generan más gastos de luz, teléfono etc y pueden ser devueltos a su legítimos dueños o sus herederos las propiedades que funcionaban como sedes o centros de estas organizaciones, o caso de no encontrarlos, venderlas para aumentar los fondos del estado.
Un aspecto importantísimo para consolidar los valores republicanos y democráticos es la inmediata reforma de los planes de estudio vigentes. Estos han sido instrumentados para el adoctrinamiento marxista y han abordado la formación de las nuevas generaciones desde un verdadero reduccionismo cosmovisional que debe ser inmediatamente subsanado mediante la puesta en vigencia de programas de estudio que respeten el valor de vida y la libertad y preparen ciudadanos tolerantes y respetuosos de las instituciones republicanas y democráticas.
El progreso y el bienestar alcanzado por todos los países que respetaron a la libertad como valor intrínseco al ser humano han puesto al descubierto la naturaleza falaz y reduccionista del marxismo-leninismo, a la vez que se ha puesto en evidencia su naturaleza criminal, por ser la ideología que más muertos la ha costado a la Humanidad con más de cien millones de víctimas. Volver a incluir en la educación cubana la diversidad de interpretaciones de la realidad, la educación cívica y las asignaturas y contenidos filosóficos, históricos y literarios que han sido suprimidos durante estos años por la censura castrista permitirá formar a las generaciones que forjarán el futuro del país en libertad.
En este sentido y aunque sé que este tema de la educación en la Cuba futura merece ser abordado con mayor amplitud en un trabajo a tal efecto, considero importante adelantar que debe ser desmantelado el sistema de "Escuelas en el campo" implementado con un definido fin político: facilitar el adoctrinamiento de los educandos al alejarlos de la influencia familiar; a la vez que utilizarlos como mano de obra barata. Los alumnos podrán reubicarse en las escuelas más cercanas a su lugar de residencia y mantener así el necesario contacto con su núcleo familiar.
Respecto al capital humano con que cuenta nuestro país soy optimista. El cubano es una persona emprendedora e innovadora, como ha demostrado y demuestra cada día para saltear las vicisitudes que le impone el sistema totalitario.
Si hoy existe desidia en muchos sectores de la población se debe a la falta de futuro que le impone este sistema perverso, donde triunfan los peores y más inescrupulosos miembros de la sociedad, lo que son capaces de vender su alma al diablo y de paso ofrendarle el destino de los demás. Sin embargo, el pesimismo es un arma eficaz del régimen para intentar perpetuarse.
A diario se escuchan voces agoreras que intentan convencernos de que será muy difícil edificar el futuro con una sociedad acostumbrada a un empleo público e improductivo, "aplatanada" en la desesperanza y la doble moral, que se ha vuelto funcional al sistema, permeada por la corrupción, etc...No obstante, también es cierto que esa misma sociedad, es la que "resuelve" cada día inventando recursos contra la escasez, enfrentándose diariamente a la adversidad y aprovechando cada resquicio del sistema para emprender un negocio, aunque sea en la clandestinidad.
Cada vez que el régimen ha generado una mínima condición de libertad empresarial (generalmente para descomprimir la insostenible situación económica) han florecido paladares, bicitaxis, mercados campesinos, hosterías hogareñas, en suma verdaderos microemprendimientos, negocios que vuelven a demostrar la capacidad del cubano para progresar, su creatividad y su empeño en mejorar sus condiciones de vida. Los futuros empresarios cubanos están entre los que hoy arriesgan su libertad por intentar mejorar un poco su vida, mientras ofrecen bienes y servicios a los demás. Están entre los que hoy guardan prisión, son multados o denigrados por la maquinaria represiva y propagandística de este régimen absurdo.
En el exilio la Nación cuenta con más de dos millones de cubanos que hemos sido capaces de prosperar en más de 65 países, donde estamos diseminados, ¿por qué no lo vamos a hacer en nuestra Patria cuando retorne a la normalidad?
Si otros pueblos pudieron desatarse las ataduras y lastres de este sistema ominoso ¿por qué no vamos a poder hacerlo nosotros si siempre fuimos un pueblo cultivador del progreso?
Ha llegado la hora para Cuba: Socialismo Cero y Libertad!
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