FÁBULA DEL DRAGÓN Y EL CABALLO
FÁBULA DEL DRAGÓN Y EL CABALLO
Por Antonio Arencibia
Analista
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Enero 1, 2007
Del camino asiático comunista se requieren ciertas precisiones, aunque se haya debatido bastante en los últimos tiempos como una vía posible para los sucesores de Fidel Castro.
La oportunidad que condujo a reformas ulteriores en China se dio cuando éstas eran totalmente impensables. Fue en la época que ese enorme país estaba estremecido por el maoísmo furibundo de la Revolución Cultural que llevó a multitudinarias purgas de opositores a Mao Zedong en el seno del Partido Comunista Chino.
Siguiendo los consejos de Henry Kissinger, tras sus viajes secretos a China en 1971, la aplicación por parte del Presidente Nixon de la vieja máxima de profundizar los antagonismos entre sus adversarios, fue lo que dio lugar a la política de "acercamiento" chino-norteamericana de cara a los soviéticos. Entre la visita de Richard Nixon al gigante asiático en 1972 y la muerte de Mao transcurren solo 4 años; de ahí a la hegemonía de Deng Xiaoping y el comienzo de las reformas van otros 5 años. Desde el inicio de relaciones simbólicas mediante campeonatos amistosos de tenis de mesa hasta las profundas imbricaciones económicas de hoy han pasado tres décadas y media. En ese período, acicateado por incontables inversiones norteamericanas, europeas y del exilio chino en Hong-Kong y Taiwan, se tonificaron los músculos del animal dormido de la economía china resultando en un descomunal dragón de ojos rasgados y apetito voraz.
El resultado ha sobrepasado las expectativas iniciales y se ha convertido en un serio problema global. La China Comunista de hoy se ha lanzado a buscar alimentos para su "economía socialista de mercado" en todos los continentes. Respecto al África, la Cumbre China-África del pasado Noviembre en Beijing que contó con la presencia de numerosos Jefes de Estado y delegaciones de 48 países de ese continente, concluyó con grandes acuerdos económicos, sociales y culturales. Además de ofrecer un paquete de ayuda que incluye 3 mil millones de dólares en préstamos preferenciales a países africanos, se acordó aumentar el intercambio comercial entre el continente y China a 100 mil millones de dólares para el 2010, en el marco del Foro de Cooperación China África.
No en balde el editorial del influyente rotativo parisino "Le Monde" del 30 de diciembre de 2006 señalaba que:
"Pekín se comporta en África como depredador de materias primas, vendedor de productos made in China y sostén de regímenes dictatoriales y corrompidos. China se halla en camino de desplegar sobre el continente africano un neocolonialismo que nada tiene que envidiar al de los europeos o los norteamericanos. En la ONU, por lo pronto, Pekín defiende con uñas y dientes a uno de sus mas importantes proveedores de petróleo, Sudán, cuyo régimen, mezcla de tiranía islámica y dictadura militar es responsable de algunas de las peores atrocidades perpetradas en ese continente desde el genocidio de Ruanda"
Las fábulas europeas recogen leyendas referentes al celo extremo de los dragones por sus tesoros. El comportamiento del dragón chino no se aleja de esos relatos fantásticos como hemos visto en África y se confirma en América Latina:
La Jamestown Foundation señalaba su Reporte sobre China de Agosto de este año, que en el 2004 casi el 50 % de todas las inversiones chinas fueron destinadas a la región Latinoamericana. Tal interés quedó demostrado con el periplo del presidente chino Hu Jintao en aquel otoño por Brasil, Argentina, Chile y Cuba, y complementado a fines del 2005 por su visita a México. En el estratégico sector energético, desde 1993 China tiene comprados derechos petroleros en Perú por valor de 250 millones de dólares. En Venezuela en el 2005, invirtió 350 millones de dólares en 15 yacimientos. Hugo Chávez, por su parte, se ha comprometido a vender a China 100,000 barriles diarios de petróleo para lo cual ha contratado la construcción de 18 buques tanqueros chinos. No se pueden desdeñar los grandes contratos con Brasil en esta esfera económica firmados con la poderosa firma Petrobras. Además, desde el 2005 la Corporación Nacional de Petróleo de China mediante subsidiarias, gastó en Ecuador unos 1,400 millones de dólares en la compra de campos petrolíferos cuya exitosa prospección había corrido a cargo de corporaciones canadienses.
Con relación a Cuba, el artículo de Patricia Grogg desde La Habana, en Caribbean News que fuera reproducido por La Nueva Cuba, este 30 de Diciembre, se centra en el apetito chino por el níquel de la Isla, lo que ha permitido al gobierno de los sucesores continuar solicitando créditos para comprar desde ollas arroceras hasta tecnología especializada que requiere el Ministro Ramiro Valdés, para su labor de control sobre las comunicaciones nacionales y la Internet.
Los planes de expansión chinos en Cuba incluyen la construcción de una planta de ferro níquel, que se emplea para la elaboración de acero inoxidable. Hugo Chávez, reporta la periodista, ha revelado planes para integrar en tal aleación el níquel cubano y el hierro venezolano. Por otra parte, si llegase a concretarse la inversión china de mil millones de dólares en una nueva planta de níquel en Camaguey, eso podría significar elevar la producción cubana futura a 120 000 toneladas anuales.
Por todos los elementos antes apuntados, el "mensaje" de Fidel Castro al Presidente de la República Popular China, Hu Jintao, a través de una llamada telefónica al Embajador chino en La Habana ni es tan complicado ni sorprendente. Empecemos por suponer que fuera real la llamada y que se hiciera directamente y no por medio de uno de los ayudantes del dictador enfermo y obviemos por ahora si la comunicación fue mediante traductores o directa. La cuestión es que el mandatario chino es el único líder extranjero que ha recibido este tipo de salutación de Año Nuevo por parte de quien cada vez es más una evocación que un ser real en el escenario político cubano.
La felicitación, sea real o simulada, resulta un gesto patético, ya proceda del enfermo o de los que hablan a través de éste como si no fuese más que muñeco de ventrílocuo. Congratular por Año Nuevo al Presidente chino casi obliga a la reciprocidad. Agradecer la visita del ministro de Salud Pública a un hospital oftalmológico cubano en China, evidencia la pretensión de que tal tipo de colaboración se amplíe. La exclusividad de la felicitación confirma el papel creciente de la nación asiática como metrópoli, no solo de Cuba, sino hasta de Venezuela y Ecuador. En resumen: no tenemos que divagar tanto sobre la aplicación o no del "modelo chino" en nuestra patria. De lo que se trata es que el modelo chino ya se aplicó y está funcionando en la República Popular China y esto trae, como estamos percibiendo, perturbadoras consecuencias económicas y políticas para Cuba, América Latina y el mundo.
Hace muchos años, en nuestro país los clientes acostumbraban felicitar por Navidad a los bodegueros chinos para recibir a cambio un pequeño obsequio comestible o "aguinaldo" pascual. El presidente Hu Jintao debe haber recibido con la misma sonrisa irónica que sus paisanos del comercio minorista en la Cuba de ayer, este saludo por una festividad que no se celebra en China y que encierra un interés por parte de quien lo transmite. En fechas que van de fines de Enero y mediados de Febrero, con el primer día del año nuevo lunar empiezan las festividades en el milenario país. El próximo 18 de Febrero, en sus ciudades y dondequiera en el mundo que haya una colonia china, se celebrarán con estruendos de cohetes y golpes de gong los desfiles del dragón
Los occidentales, en general, ignoramos cual de los muchos animales correspondientes al calendario tradicional de la nación asiática será el correspondiente al 2007. Pero al menos los cubanos podemos estar seguros de que no será el año del "Caballo" Según la "charada" china, aporte de los asiáticos a la tradición popular cubana, este animal, simbolizado por el guarismo Uno fue asignado como sobrenombre a Fidel Castro en los primeros días de 1959.
Llama, por tanto, la atención este esfuerzo del dictador por congraciarse con los dirigentes chinos, en momentos en que va a cambiar de número, pues está a punto de trasmutarse, - siguiendo la Charada- , de Uno en Ocho: el "Muerto Grande". Mientras tanto está rindiendo las debidas pleitesías al Gran Dragón Rojo.
* Antonio Arencibia Rodríguez. Graduado de la Universidad de La Habana. Historiador y ensayista. Reside en Miami
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