LA ECUACIÓN DE POLIFEMO
Por Miguel Cossio
El ex embajador Manuel Rocha trajo pésimas noticias de Washington. La burocracia preferiría a Raúl Castro. Según algunos cálculos, con el general no se produciría una eventual fuga masiva de cubanos hacia las costas de la Florida. ¿Será?
''Hay una sola amenaza de parte de Cuba a la seguridad nacional de los Estados Unidos: que se pierda el control de la situación interna y se produzca un éxodo. La única manera de que los cubanos se queden allá es que haya un gobierno fuerte, y ése es el gobierno de Raúl Castro. Ningún funcionario del Pentágono, Homeland Security o los organismos de inteligencia se atreve a decirlo, pero lo que más le conviene a Estados Unidos es un gobierno de sucesión'', dijo en A mano limpia Rocha, un veterano diplomático retirado que trabajó en la Casa Blanca y en varios países de la región. Un hombre que sopesa cada idea antes de soltarla.
Ahora se explica porqué su amigo John Dimitri Negroponte, todavía zar de inteligencia nacional, elogió hace unos días la ''astucia de Raúl para demostrar que es el sucesor nato'' y ''la capacidad de cohesión de la elite'' cubana. Cobra sentido lo dicho por el general Michael D. Maples, jefe del espionaje del Pentágono, para quien el aprendiz de dictador tiene ``el firme control y mantendrá el poder y la estabilidad después de la muerte de Fidel Castro, cuando menos en el corto plazo''.
Wow!
Ellen Sauerbrey, secretaria de Estado adjunta para asuntos de Población, Refugiados y Migración, ha declarado que mucha gente en Cuba podría ver el fallecimiento de Fidel como una oportunidad para escapar y que por esa razón se está diseñando una estrategia para desanimar la migración masiva. Empero, Sauerbrey admitió que ''no podemos garantizar que no sucederá''. Por lo pronto, la funcionaria pidió este viernes a Canadá que acepte a 40 cubanos refugiados en la Base Naval de Guantánamo. En tanto, la armada ha comenzado a acondicionar ese enclave militar para trasladar allí a los eventuales balseros que capture en alta mar.
Al parecer, en las orillas del Potomac se ha echado mano al viejo ábaco para calcular el trinomio del poder cubano: partido-ejército-gobierno. General duro y eficiente, multiplicado por equis gambetas económicas, dividido por tiempo, igual a cero éxodo. Pragmatismo puro.
La ecuación soslaya, sin embargo, que el raulismo es el castrismo en su peor versión, y eso es mucho decir. Raúl es ordenado como Stalin, pero también muy gris. No entusiasma a nadie, carece de talento y oficio político para ofrecer esperanzas a la población, por falsas que sean.
Ya Harry Reid, líder de los senadores demócratas en el Congreso, sentenció que el presidente George W. Bush se encuentra tan ''consumido'' y ''abrumado'' por la guerra en Irak que no puede concentrarse en otros ''desafíos'' como Cuba y Venezuela. En su opinión, Fidel Castro y Hugo Chávez buscan ``dejar su marca izquierdista en las jóvenes democracias de América Latina''.
Tiene razón. El traspatio anda revuelto. Mientras Washington interpreta a Polifemo en el otro lado del mundo, Bolivia y Venezuela se hacen cosquillitas y retozan con impudicia política en la cama de la desestabilización regional.
Pero para Estados Unidos América Latina no es una prioridad estratégica. El embajador Rocha me lo explicó en una frase: Money talks. El dinero hace girar al mundo. La guerra en Irak y Afganistán devora $2,000 millones semanales; en una quincena ese gasto iguala los $4,500 millones que Estados Unidos destinó al Plan Colombia en cinco años. En el 2004 los empresarios estadounidenses invirtieron $60,000 millones en China y otra buena cantidad en la India, y apenas $34,000 millones en toda América Latina junta. El gran mercado está allá y no acá. En noviembre del 2006 el superávit de los países latinoamericanos en su comercio de bienes con Estados Unidos disminuyó un 11.5 por ciento. No hacen faltan más datos.
¿Dónde quedó el compromiso con la democracia en el caso cubano? Es retórico, dijo Rocha. ``Hasta ahora el presidente Bush no ha firmado ninguna instrucción para desestabilizar al gobierno de Raúl Castro, que sería el paso que conlleva ese compromiso''.
Polifemo era el más poderoso de los cíclopes. Mas Odiseo demostró que para ver el mundo se necesitan los dos ojos, y no uno.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home