domingo, marzo 25, 2007

¡ ESTO ES CUBA, CHAGUITO !

Tomado de Cuba en el Mundo.com


¡ ESTO ES CUBA, CHAGUITO !

Ataques criminales con armas químicas !

Por Juan Vives
Mediterráneo, marzo 22

Corrían los primeros tiempos de la revolución y los consejeros de todo tipo de la URSS y de otros países socialistas, en menor número, llegaban a las costas cubanas y se asombraban de los que todavía quedaba de la reciente época capitalista.

Todos estaban a años-luz de las comodidades del mundo moderno; el comunismo era una sociedad colectivista que estaba lejos de satisfacer las ambiciones propias a todo ser humano.

Cuando después de la visita a Cuba de Anastas Mikoyán se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y la URSS, Alexander Alexeiv, que había sido --supuestamente-- corresponsal de la revista Novostni en México, pero en realidad alto oficial de la KGB, fué nombrado el primer embajador rojo en La Habana..


Yo lo había encontrado durante el viaje de Mikoyán a Cuba y lo más natural del mundo era que me invitara a la Embajada cuando tomó poseción del cargo. Querían estrechar lazos de amistad con los cubanos y muchos de nosotros fuimos a la Embajada y entramos en contactos con ellos por la misma curiosidad.

Para todo cubano cuando te hablaban de un ruso, era como si lo hicieran de un extraterrestre.

Recuerdo la primera vez que fuí a Moscú, los amigos me decían que tuviera cuidado, que le lavaban el cerebro a la gente y que podía regresar hablando ruso y que hasta se me olvidaría el español.

Esa primera visita a la Embajada, me quitó las pocas ilusiones que podía tener en cuanto al porvenir de la Humanidad bajo el comunismo. La Embajada estaba situada en una enorme mansión del Vedado que tenía una alta cerca de hierro forjado. Cuando llegué ya me estaban esperando y vino hacia mí un funcionario con una gran sonrisa con dos o tres dientes de oro que me dijo Andrei. Ya aquí me jodió que supiera mi nonmbre, enseguida vino lo que llamaban un hispano-soviético,que eran niños que partieron a la URSS durante la Guerra Civil española y que por fuerza se habían quedado detrás de la Cortina de Hierro.

Me dijo que el Embajador me esperaba y subimos al despacho; vodka, chocolates, jugos de frutas (no se de qué diablos eran), en fin hasta caviar, cosa que nunca había comido y me explicaron que se trataba de huevos de esturión.

Bueno después mucha agua ha pasado bajo el puente y lo que era un producto comunista se convirtió en algo de lujo y muy caro. Nunca me ha faltado e incluso ahora cuando llegan a los puertos franceses los barcos rusos, se puede comprar de contrabando las latas de caviar a buen precio.

Pero pasemos al objeto de mi gran primera desilusión.Yo tenía un Cadillac Fleetwood del 59, ejemplo del lujo, si se quiere, de la industria automotriz de la década del cincuenta.

Cuando salí del encuentro, las manos llenas de muñecas rusas, botellas de vodka y otras 'babiolas', me encontré a la mitad de la gente de la Embajada admirando el auto; arrancaron el motor y estaban como niños con un juguete, abrieron el capó para ver el motor, la caja atomática les era desconocida y el aire acondicionado era algo que desconocían hasta en las casas.

Los asientos eléctricos les daban marcha atrás y marcha adelante, los subían y los bajaban así como los cristales ...bueno descubrían el juguete y todos le pedían al “pirivotchi” (traductor en ruso) que le tradujera las preguntas que querían hacerme no solamente técnicas. Pensaban que yo era el hijo de un gran drigente para tener semejante auto. En resumidas cuentas esa gente estaba ”detrás del palo”.

Yo que no las tenía todas conmigo, después de este primer encuentro con aquellos hombrecitos todos vestidos igual con un trajecito de mala muerte tallado más bien para el invierno, con una corbata negra y todos con los mismos zapatos y asombrados de lo que era corriente ver a los cubanos pensé para mis adentros—si es esta gente son quienes nos van ayudar, vamos a salir de Guatemala para entrar en Guatapeor.--,el tiempo me dió razón. Nunca nadie tuvo tanta razón como Raúl Roa cuando dijo que Cuba era una revolución con “PACHANGA”. Ahora nos quieren presentar la historia heroica de un pueblo en lucha, y la realidad era una especie de circo carnavalesco en donde cada uno desfilaba una vuelta de pista, haciendo sumisión a una revolución en la que casi nadie creía realmente, pero para sobrevivir era necesario disfrazarse de rojo, ser "ñángara" y "come-candela".

Mientras tanto Fidel cometía errores graves en la economía y estaba detrozando el país con sus burradas de un dirigismo de mano de hierro, que nos llevaba directo contra un muro; pero la culpa la tenía el imperialismo americano. "La culpa de todo la tiene el totí".

Los discursos iban y venían y Fidel prometía chivas que darían más leche que una vaca, guanajos grandes como terneros y hasta cuanto le pasara por la cabeza cuando durante el discurso se empujaba su media botella de cognac. Lo del vasito de agua debajo de la tribuna, ni cojones, cognac a tutiplén que se empujaba el dictador en jefe.

A un buen número de nosotros se nos había movilizado para crear los cuadros militares de reserva, para en caso de guerra. Eso fué antes de crear las reservas y la Ley del Servicio Militar Obligatorio. Dos o tres meses de entrenamiento y quedabas fichado como oficial de reserva “en caso de agresión”. A mi me tocó ir a la Unidad Militar 2520, que era el Estado Mayor del Ejército del Centro. Su jefe era el comandante Ponce de León ('tronado' en los años 70) y como Jefe de Estado Mayor el 'borrachín' Primer Capitán, lCarlos "el Chino" Figueredo.

Me pusieron en la sección de operaciones, en donde un oficial ruso con su inseparable pirivotchi nos enseñaba el arte de dirigir combates y seguir las operaciones mediante mapas de estado mayor. En suma, a jugar a los soldaditos de plomo como los muchachos.

Por las mañanas las cosas iban más o menos, pero cuando los cursos comenzaban a las 3.00 de la tarde,el tovarich Coronel Mihail ya tenía un peo que ni sabía como se llamaba y aquello era un relajo de primera. A veces hasta se dormía y los cursos se acababan en el cuarto de cifrado que estaba aislado y sin ventanas, con una puerta blindada, pero con la calidad de tener un buen aire acondicionado. El jefe de clave y código, el sargento Gamboa,se las arreglaba todas las tardes para conseguir cajas de cervezas frías y los partidos de dominó eran endiablados. De preparación combativa ni un carajo. De todas maneras la mitad de los oficiales y oficiales de reserva no tenían el nivel para poder trabajar con los mapas de estado mayor. El ambiente era siempre de un relajo continuo y nunca en Cuba la gente se tomaron en serio las historias que los americanos nos invadirían un día.

Una tarde llegó un cable cifrado ultraconfidencial con prioridad 1, que era supuestamente la alerta roja. Todos nos precipitamos para ver de qué se trataba. En las semanas anteriores se habían encontrado varias lanchas rápidas abandonadas en las costas con potentes motores fuera de borda, lo que nos hacía pensar que a lo mejor se trataba de algo serio. En fin, un guajiro del pueblo de Perico en Matanzas, en los campos de caña del Central azucarero que ahora se llama España, Republicana, vió una avioneta pirata que lanzaba como si fueran unas burbujas de jabón sobre los campos.

Como Perico era el último pueblo que cubría el Ejército central, la cosa era de nuestra responsabilidad ¿Pero para hacer qué? Para allá salió la compañía de defensa química del estado mayor, que de química solo tenían unas viejas máscaras de gas que databan del antcristo, sin saber que hacer ni que carajo analizar. Y dale que en la caravana nos embarcamos para ver las cosas, la curiosidad siempre es más fuerte que todo. Cuando llegamos al Central enseguida los oficiales del G-2 que trasmitieron la información nos presentaron al guajiro que decía que vió la avioneta que lanzaba las burbujas como de jabón. Coño y si era un arma química, bueno no había ningún laboratorio y la idea que les vino a mente a los jefes del departamento de armas químicas, que sabían tanto de química como yo de la bomba atómica, fué poner a todo el mudo en calzoncillos en las zanjas de regadío a cazar renacuajos y meterlos em pomos para ver qué pasaría con los jodíos bichos.

Dos días cazando renacuazos y se le mandó una información a Fidel Castro que se estaba analizando la gravedad de la cuestion. Metieron los pomos con los renacuajos en la enfermería y el enfermero que era un laborantón que sacaba sangre para los analisis, hacía mear en un pomo y cagar en otro. Era el científico encargado de determinar si existía un peligro de guerra química o bacteriólogica.

Mientras tanto los renacuajos se transformaron y estaban de lo más contentos del tratamiento que se les daba y se convirtieron en ranitas de lo más simpáticas. Se le envió un telegrama a Fidel que el peligro había pasado y que todos los análisis eran correctos. Fidel felicitò con una carta a los soldados y oficiales que a riesgo de sus vidas habían enfrentado un ataque biológico del imperialisto yankee.

Luego se supo que el cabrón guajiro era un tremendo borracho, pero cómo dar marcha atrás y contarle a Fidel la superchería, a menos que la otra visión fuera una invasión de 'elefantes rosados'.

Esta forma parte de las agresiones criminales reportadas de los americanos contra Cuba ¡Esa es Cuba Chaguito !

1 Comments:

At 4:21 a. m., Blogger Fidel pro democracy said...

Coño me meo de la risa, pero te creo, eso puede ser verdad, que jodio estamos mi hermano.

 

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