PARA LAS IDEAS, PALACIOS; NO CÁRCELES !
¡Para las ideas, palacios; no cárceles!
Por Oscar Sánchez Madan
Matanzas, 18 de marzo de 2007
Matanzas, Cuba - www.PayoLibre.com - Desde el pasado lunes 12 de marzo, más de un centenar de miembros de instituciones contestatarias cubanas efectúan a lo largo y ancho de la isla una cadena de ayunos con el propósito de recordar el cuarto aniversario del inicio de la ola represiva emprendida por la Policia Política que llevó a prisión durante la Primavera del año 2003 a 75 opositores y disidentes.
Agrupaciones como el Partido Democrático 30 de Noviembre ¨Frank País¨, la Asociación de Balseros y Derechos Humanos Paz, Democracia y Libertad, El Movimiento Femenino Martha Abreu, La Fundación Cubana de Derechos Humanos, el Partido Liberal de Cuba y el Movimiento Independiente Opción Alternativa, entre otras, le exigen a la dictadura la incondicional liberación de todos los encarcelados por razones políticas y de conciencia.
Con esta acción simbólica estos representantes de la emergente sociedad civil cubana, asistidos por la imprescindible solidaridad de sus hermanos del exilio, expresan su inconformidad con las monstruosas condenas de entre 6 y 28 años de cárcel impuestas por lo tribunales del régimen a un emblemático grupo de periodistas, bibliotecarios, activistas de derechos humanos, sindicalistas, opositores políticos e intelectuales que, con muchísima razón, fueron declarados por la reconocida organización de Derechos Humanos Amnistía Internacional, prisioneros de conciencia.
Los delitos cometidos por estos practicantes de la no violencia -según consta en las propias sentencias condenatorias de los tribunales que lo sancionaron-, consistieron en ejercer derechos fundamentales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El régimen castrista, sin embargo los calificó como "agentes al servicio de una potencia extranjera", por asociarse, reunirse y manifestarse pacíficamente; por expresar sus ideas de amor, paz y reconciliación y por criticar moderadamente a su gobernante.
Estos eminentes paladines de la libertad la Democracia y el Derecho fueron convertidos de la noche a la mañana en blancos de los infundados ataques de la poderosa maquinaria propagandística bolchevique y enviados en pocos días a las putrefactas mazmorras de la dictadura, lugar donde han sido víctimas de horribles torturas físicas, pero sobre todo, mentales durante los últimos cuatro años.
Para que se tenga una idea clara de los tratos crueles, inhumanos y degradantes que han recibido, basta señalar el caso del periodista independiente Normando Hernández, quien contrajo la tuberculosis debido a que fue recluido en una misma celda junto a un reo contagiado con dicha enfermedad. Pero por si eso fuera poco, es bueno recordar que Miguel Valdés Tamayo, uno de los representantes de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, falleció en La Habana el pasado mes de enero, luego de recibir junto a otros 14 confinados una licencia extrapenal por su grave estado de salud. Este hecho fue considerado por sectores de la oposición como un asesinato político.
El 18 de marzo del año 2003 fue la fecha en que las autoridades gubernamentales iniciaron aquella terrible oleada represiva que incluyó además de arbitrarias detenciones, prolongados registros de hasta 10 horas efectuados en decenas de domicilios en los que tropas de la llamada "División Nacional de Enfrentamiento de la Policia Política" y numerosos agentes del orden público incautaron fotos familiares, medicamentos, efectos electrodomésticos, material de oficina y una gran cantidad de libros. Pocas veces en la historia de la humanidad tuvo lugar un ultraje semejante a la inteligencia de un pueblo. No en vano los cubanos hemos bautizado aquel insólito proceder del régimen como "La Primavera Negra de Cuba".
En la actualidad, el pueblo cubano, que vive en medio del terror y de la miseria que le imponen desde hace más de 47 años los comisarios marxistas, se niega a permanecer en silencio ante las detestables consecuencias de aquel espantoso crimen. Por eso ya ha comenzado a retirarle su respaldo a la dictadura y a reconocer a los encarcelados y a quienes en la calle hablamos de libertad y democracia como a los auténticos defensores de los derechos Humanos. Su enérgico grito con el que invoca con mucha más frecuencia el patriótico ideario de nuestro héroe nacional José Martí se escucha ya en la escuela y en el taller, en la ciudad y en el campo y es que al arribar por cuarta ocasión al sombrío 18 de marzo son más los ciudadanos que dicen en voz alta: “!para las ideas, palacios; no cárceles!.
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