ROMANCE DOLOROSO
ROMANCE DOLOROSO
Por Alfredo M. Cepero
Batallón 7, Brigada 2506
Nota: Escrito en las montañas de Guatemala el 18 de abril de 1961
Sobre el verde vertical
de montañas extranjeras
encontré doliente y triste
pedazos de mi bandera.
El viento desde el barranco
me trajo olores de selva,
jinetes de desengaño
rodaron por las laderas.
La sangre elástica y joven,
la sangre doliente y nueva,
abonó surcos de gloria
sobre el caimán de mi tierra
y le clavó al almanaque
una nueva fecha eterna,
en que flores de ilusión
fueron espadas guerreras.
Cuba esperaba a sus hijos
vestida de fiesta y risa.
Los niños cayeron todos,
como consigna divina,
con estrellas en las sienes,
luceros en la camisa.
La noche se puso triste
como una novia sin boda,
y con velos de celajes
la luna se cubrió toda.
De esperanza eran sus trajes,
de valor calzaban botas,
y en el corazón llevaban
el ideal como antorcha.
Como dientes infernales
las balas mordieron niños.
Mecánicos milicianos
se pusieron en camino,
como rifles, como tanques,
como muerte o asesino,
para pintarnos de rojo
el paisaje del destino
y beber en copa de odio
sangre preciosa de niño.
El sol camina de nuevo
sobre la noche siniestra
y la sangre de los muertos
suena a trompeta de guerra.
Cuba espera por sus hijos.
Sus hijos no pueden verla
con coronas de martillos
y cinturón de cadenas.
En mástil de dignidad
hay banderas de conciencia.
Sobre la noche de odios
un amanecer de ideas.
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