martes, agosto 21, 2007

¿ EL FIN DE LA HISTORIA ?

Tomado de Cuba Encuentro.com

¿El fin de la historia?

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Las 'reflexiones' de Castro sobre la historia de Cuba: último intento de legitimarse.
martes 21 de agosto de 2007 6:00:00
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Por Miguel Fernández-Díaz, Pembroke Pines

El doctor Julio Ángel Carrera-Collado (Guanajay, 1923 – La Habana, 2005) enseñó por más de 20 años en la Universidad de La Habana. Su libro Historia del Estado y el Derecho en Cuba (Ministerio de Educación Superior, 1981) encauza la asignatura homónima de estudios jurídicos básicos y desarrolla en trece pasos la "pretensión secular de los Estados Unidos de América de apoderarse de Cuba".

( Una joven cubana descansa cerca de un mural dedicado al cumpleaños de Fidel Castro. (AP) )

Castro acaba de reciclarla como "constante pretensión" para dar inicio a su noveleta histórica por entregas "El imperio y la isla independiente" (Granma, agosto 15 de 2007).

Es difícil tragarse la guayaba de que Estados Unidos pretende aún apoderarse de Cuba. Desde 1962, la invasión yanqui no ha dejado de ser letanía pueril entonada sin haberse visto a un solo marine en zafarrancho de combate por Cayo Hueso. Entretanto, tres grandes invasiones demográficas se han llevado a cabo por iniciativa de Castro contra Estados Unidos: Camarioca (1965), Mariel (1980) y la Crisis de los Balseros (1994).

Por encima de la inconsistencia frente a la actualidad, Castro recicla la tesis de Carrera-Collado en contra de la propia historia. Oscar Pino Santos (Banes, 1928 – La Habana, 2004) demostró ya que aquella pretensión se extinguió en el mismo siglo XIX (El asalto a Cuba por la oligarquía financiera yanqui, Casa de las Américas, 1973).

Según Manuel Moreno Fraginals (La Habana, 1920 – Miami, 2001), Pino Santos era "la cabeza de la historiografía cubana", pero Castro no vacila en guillotinarla con su reflexión acerca de que Estados Unidos siempre pretendió y aún pretende apoderarse de la Isla. No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que aquí se esconde una pretensión constante de Castro: atribuir a otros sus errores políticos.

Castro repudió la condición externa más importante del desarrollo de Cuba: la cercanía geográfica y cultural de la mayor potencia mundial. Para llevar adelante sus aventuras personales acentuó tanto el nacionalismo como la amenaza yanqui, que terminaron empujando a los cubanos hacia un callejón sin salida, entre gastos militares y carencias de la gente.

Castro no supo ni quiso negociar con tino el diferendo Cuba-Estados Unidos a favor del bienestar de los cubanos. Por el contrario, su Estado totalitario fundió ideológicamente nación y revolución castrista. Así, el todo se volvió superior a la suma de las partes, esto es: a los seres humanos, de carne y hueso, que vienen dilapidando sus vidas entre proyectos y más proyectos titánicos.

Castro concibió el diferendo como historia de vida o muerte. Por casi medio siglo se empeñó en que no saliera de aquello otra cosa que más muerte y más historia.

Tucídides (¿460-396 adC?) vivió la Guerra del Peloponeso (431-404 adC) y escribió su historia simplemente porque consideraba que era digna de contarse.

Castro se puso ahora a dictar tramos de la historia de Cuba con el único fin de legitimarse: la república postcolonial habría existido tan sólo para darle paso a Él. Y él no puede menos que justificarse agitando la sempiterna imagen del enemigo exterior. Desde luego, ya no puede vivir sino del cuento.

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'Reflexiones', versión escolar

Un libro con los artículos recientes de Castro en la prensa oficialista integrará la lista de materias del nuevo curso escolar.

Yodel Pérez Pulido, Camagüey

martes 21 de agosto de 2007 6:00:00

Han sido los primeros en llegar. Los camiones de la Empresa estatal de Apoyo y Servicios a la Educación (EPASE) ya se movilizan en todo el país, esta vez con una antelación sorprendente en la distribución de los materiales escolares.

Unos paquetes muy bien hechos, casi frescos y provenientes de las empresas gráficas Alejo Carpentier, Haydée Santamaría y Nguyen Van Troi, sorprenden a las empleadas de servicios de las escuelas de todo el país.

Las "reflexiones" de Fidel Castro, publicadas en todos los sitios digitales nacionales, en todas las ediciones impresas existentes, integrarán ahora la bibliografía básica de las enseñanzas primaria y secundaria.

El libro, presentado en Camagüey como parte de las actividades del régimen por los acontecimientos del 26 de julio de 1953, había sido distribuido en los órganos de prensa y en las entidades de la administración central del Estado.

Ahora, esta nueva versión, mucho más completa y que incluye las más recientes elucubraciones del Comandante en Jefe, pasará a formar parte de los momentos de análisis político incluidos desde hace años en el horario lectivo de niños y adolescentes. Es probable, incluso, que ocupe las primeras reuniones de las direcciones provinciales de Educación en los albores del curso académico, a iniciarse el 2 de septiembre, si se tiene en cuenta que junto al libro han llegado a los almacenes las "guías de estudio".

Con tapa dura, hojas semiengomadas, letras tamaño 14 y con la foto de un Fidel Castro del pasado, la edición de lujo se aparta de las masivas y más recientes publicaciones del sistema editorial cubano, que para rebajar los altos costos editoriales utiliza papel deficiente e ilustraciones pedestres. A pesar de la urgencia, en esta ocasión no se han cometido rudezas e imperfecciones.

Un veneno eficaz

Como se sabe, el sistema de enseñanza en la Isla está basado en un descomunal diseño académico que conjuga los códigos políticos de la revolución y los contenidos y materias tradicionales.

Los niños aprenden primero el significado de los atributos y los colores del uniforme escolar antes que la redondez del planeta. Es un modelo de educación que privilegia las ideas de la dictadura ante la inmensidad del conocimiento universal. Mucho antes de saber el sinónimo de palabras tan nuevas como "patria" y "socialismo", ya son nucleados en una organización política que estimula el compromiso con la revolución y a la cual deben abonar 20 centavos mensuales.

Con el nuevo y más reciente "integrante" de su porvenir conocimiento, sabrán por qué ahora el etanol es la justificación que el gobierno ha encontrado para denunciar el encarecimiento del precio de los productos alimenticios, casi inexistentes en la Isla desde hace más de diez años.

Es una especie de nuevo veneno que integrará la larga lista de publicaciones con que generaciones enteras han sido manipuladas en Cuba, bajo el silencio de organizaciones internacionales de educación y cultura que han llegado, incluso, a elogiar este sistema de enseñanza y compararlo con los de países altamente desarrollados.

Pero la llegada del "cargamento" político a las escuelas también podría interpretarse como una carrera violenta del sistema editorial hacia la publicación masiva de ideología en forma de literatura.

Numerosos "programas de la revolución", como la formación intensiva de trabajadores sociales cubanos y venezolanos, las escuelas de instructores de arte, o las "nuevas" transformaciones en el sistema de enseñanza secundario, se han valido de libros políticos reeditados con urgencia y repartidos con el mismo carácter, para intentar renacer ideas supuestamente "empolvadas".

El grito del Moncada, por ejemplo, y todo el material que incluye la entrevista de Ignacio Ramonet a Castro y los encuentros con Hugo Chávez, son las "atracciones" de las bibliotecas escolares, entidades adjuntas al sistema educativo pero monitoreadas desde la Biblioteca Nacional José Martí.

La perspectiva caótica, la depresiva concepción del mundo que el convaleciente gobernante inserta en sus más recientes letras "reflexivas", serán bebidas con ignorante voluntad, a partir del próximo 2 de septiembre, por los que aún son obligados a decidir entre patria o muerte.