PIERDE TERRENO LA IGLESIA CATÓLICA EN CUBA
Agradecemos la expedita e impecable traducción de este artículo a nuestro amigo Alfredo M. Cepero quién me habló de este interesante, aunque doloroso, artículo de Ray Sánchez basado en una entrevista que le hizo a Monseñor Pedro Claro Meurice Estiú, quien fuera hasta hace poco Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Pierde Terreno la Iglesia Católica en Cuba
Marcha atrás en los progresos logrados desde la visita del Papa en 1998.
Por Ray Sánchez—The Sun Sentinel (9-30-2007)
Santiago de Cuba.-En una mañana de enero de hace casi diez años, el Arzobispo Pedro Meurice inició una misa papal en esta segunda ciudad en importancia de la isla acusando al estado de corromper las tradiciones morales de Cuba. La franqueza de su mensaje-- pronunciado en una provincia conocida como la cuna de la revolución de los hermanos Castro y ante el propio Ministro de Defensa, Raúl Castro—provocó el aplauso de muchos de los 100,000 participantes en la misa. El difunto Papa Juan Pablo II inclinó la cabeza en señal de aprobación.
Monseñor Meurice era un prelado apacible y privado, pero muchos líderes religiosos albergaron la esperanza de que la reacción a sus palabras y la visita del Papa traerían consigo un nuevo papel para la Iglesia Católica en la Cuba socialista.
A los 75 años de edad y retirado en esta ciudad de Santiago, Meurice nos dijo que sus esperanzas sobre un mejoramiento de las relaciones entre la iglesia y el estado han desaparecido. En los años subsiguientes—nos dijo—el estado ha ido despojando sigilosamente a la iglesia de todas las ventajas logradas después de la histórica visita del Papa en 1998.
“En fín de cuentas, no hemos logrado las cosas a las que teníamos derecho. A la Iglesia Católica no se le ha reconocido el derecho a evangelizar y a crecer sin temor a perder la libertad religiosa”, nos dijo Monseñor Meurice.
Según numerosos analistas, en el año y medio en que Fidel Castro ha estado enfermo y fuera de las actividades públicas la Iglesia Cubana ha sido sometida a hostigamientos como lo demuestran el cierre de la Revista Vitral y del Centro de Formación Cívica y Religiosa en la provincia occidental de Pinar del Río.
El último golpe se produjo a principios de septiembre cuando la Diócesis de Pinar del Río canceló una popular serie de conferencias sobre democracia y libertad de asociación. En abril, el nuevo Obispo de Pinar del Río, Jorge Serpa, dejó cesante al director de la Revista Vitral , Dagoberto Valdés, uno de los moderadores de esas conferencias. La revista se refería con frecuencia a temas de libertad y represión. Según su secretario, Monseñor Serpa se encontraba en Roma y no estaba disponible para hacer comentarios.
“Lo que pasó con Vitral y con el Centro Cívico demuestra las grandes restricciones que son aplicadas en este momento”, nos dijo Valdés. Y agregó: “Y estoy siendo prudente cuando uso la palabra restricción. Yo creo que estos servicios están siendo eliminados en su totalidad.”
Después de la revolución de 1959, Cuba se declaró oficialmente un estado ateo. Tanto los católicos como los creyentes de otras religiones eran mirados con sospecha y discriminados hasta el año 1992, cuando Cuba se declaró un estado secular y permitió que los miembros de distintas religiones ingresaran en el Partido Comunista. Sin embargo, las escuelas religiosas han estado cerradas desde 1960, cuando centenares de sacerdotes y laicos eclesiásticos fueron expulsados o encarcelados.
Muchos cubanos en ambos lados del Estrecho de la Florida albergaron la esperanza de que la visita de Juan Pablo II a la isla produjera los mismos resultados de su visita a su nativa Polonia y diera inicio al colapso del comunismo. Pero la Iglesia Polaca estaba mucho mejor organizada y era más fuerte que la Iglesia Cubana.
Con motivo de la visita del Papa a Cuba se lograron algunas pequeñas concesiones: El estado legalizó las navidades, se incrementaron las actividades misioneras en las zonas rurales, se permitieron procesiones religiosas en las calles y se permitió a los activistas religiosos difundir el evangelio de puerta en puerta.
Pero los cambios trascendentales que muchos esperaron jamás se convirtieron en realidad. Diez años más tarde, las iglesias están casi vacías durante las misas cotidianas con excepción de las celebradas con motivos de fiestas religiosas como las de navidad y las de la virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Como si fuera poco, “no se ha construido una sola iglesia desde el inicio de la revolución en 1959”, nos dijo Monseñor Meurice.
Por otra parte, el gobierno ha negado a la iglesia el acceso a la Internet y le ha limitado en forma estricta el acceso a los medios de comunicación del gobierno. Según Monseñor Meurice, a principios de septiembre se permitió por primera vez desde el inicio de la revolución que el nuevo Arzobispo de Santiago de Cuba se dirigiera por radio a sus feligreses con motivo de los festejos de la Virgen de la Caridad del Cobre.
En abril de este año, el Cardenal Primado de Cuba, Jaime Ortega Alamino, reconoció en La Habana que la iglesia se encontraba en una posición “delicada” después de anunciada la enfermedad de Castro en julio del 2006. Ortega declaró al periódico español “El País” que: “En un principio, cuando el Presidente de Cuba cayó enfermo, algunos creyeron que se produciría una crisis interna”. Y agregó: “Los obispos emitimos un voto estipulando que ninguna interferencia externa o cualquier otro tipo de crisis interna deberían alterar la paz y la coexistencia”. Ni Ortega ni sus voceros estuvieron dispuestos a hacer declaraciones sobre esta cita. Por su parte, un funcionario gubernamental familiarizado con los asuntos de las relaciones entre la iglesia y el estado nos dijo que los cambios recientes en la iglesia habían sido una cuestión “estrictamente interna”. Y, al mismo tiempo que nos pidió anonimato, agrego: “El estado no influyó en forma alguna en estas decisiones”.
Monseñor Meurice, por su parte, concluyó nuestra entrevista diciendo: “Debajo de la superficie muy poco ha cambiado. Aunque el estado ya no se profesa ateo, todavía existe un solo partido, el Partido Comunista.”
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