martes, noviembre 06, 2007

LA COVADONGA PERDIÓ SU ORGULLO

La Covadonga perdió su orgullo


Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - En 1886, cuando los asturianos fundaron su propio centro de salud en la barriada habanera del Cerro, no imaginaron jamás que aquel hospital, llamado originalmente Quinta Covadonga (uno de los más famosos de Cuba) perdería su orgullo en los primeros años del siglo XXI.

En 1917 el Libro de Oro Hispano-Americano describía al hospital Covadonga de este modo: “En medio de bellos jardines que recuerdan los clásicos de Roma, se levantan los 18 modernos pabellones que componen este soberbio hospital”.

A lo largo del siglo XX, el hospital Covadonga contó con importantes remodelaciones y ampliaciones. En 1905, por ejemplo, se inauguró una moderna sala de hidroterapia y electroterapia y en 1921 un gran reloj lumínico sobre el edificio de la dirección. Puede decirse que durante la primera mitad de este siglo no cesaron las reparaciones, reconstrucciones y modernizaciones, así como arreglos de sus extensos jardines y calles interiores.

Fue en este histórico hospital donde el destacado científico cubano doctor Orfilio Peláez Molina, recientemente fallecido, inició sus estudios sobre la Retinosis Pigmentaria.

(Hospital Municipal de Centro Habana, antiguo Emergencias, también hecho un desastre )

En días pasados estuvo ingresado en ese centro hospitalario un vecino del municipio Playa. Quedó horrorizado con la experiencia. El hospital Covadonga, a pesar de que hace pocos años el gobierno del Principado de Asturias apoyó con financiamiento y recursos materiales la reconstrucción y modernización de este centro, hoy es uno de los más deteriorados del país.

Quienes lo visitan pueden comprobar que los baños están en muy malas condiciones, así como el suministro de agua y la higiene. La comida es de pésima calidad, las ventanas están rotas, así como las camas y los colchones. La asistencia médica no se considera buena porque está en manos principalmente de alumnos, aunque supervisados por los profesores.

Nadie se explica por qué el hospital Covadonga, con más de dos mil trabajadores, adolece de un abandono total desde el punto de vista ambiental. La higiene y el ornato público no pueden encontrarse en peores condiciones.

Pero Covadonga no es la excepción. También el hospital Calixto García, construido en 1914, adolece de los mismos males.

Actualmente (es una verdad de Perogrullo) los enfermos preferirían morir en casa que en un centro hospitalario cubano, y se preguntan, entre sorprendidos y molestos, cómo es que el gobierno es capaz de regalar hospitales a países latinoamericanos, teniendo los propios en tan pésimas condiciones.

1 Comments:

At 6:06 p. m., Anonymous Anónimo said...

La Quinta Covadonga vuelve a ser otra vez exponente de lo que los asturianos hicieron por Cuba.
En el Año 1996 el _gobierno del Principado de Asturias comenzó a preparar la donación para la reparación total de ese maravilloso Hospital, del que les cuento algún pormenor:
El día 4 de Abril del año 1895, Don Manuel Valle, entonces Presidente , informo a la Junta Directiva del Centro Asturiano de La Habana de la compra de la finca, en la Calzada del Cerro, que pertenecía a Doña Leonor Herrera, y que días antes habían firmado un contrato privado con Don Teodoro de Zaldo, esposo de Doña Leonor para la compra ahora hecha realidad.
El día 19 del mismo mes de abril, con la presencia de Doña Concha Heres, esposa del Sr. Presidente, y del Capitán General de la Isla Don Valeriano Weyler y Nicolan, se procede a poner la Primera Piedra de la Casa de Salud del Centro Asturiano de La Habana, llamándola COVADONGA, sin falta de ningún acuerdo para ponerle ese nombre, salió por propio sentir popular.
Dicha primera piedra fue tallada en roca Asturiana, con una tapa en la que están tallados los escudos de España y Asturias, y hoy el Hospital por la dejadez, falta de cultura por su historia, y un poco mas por la fobia a todo lo que ellos llaman capitalismo, globalización o algo por estilo, la botaron al basural de Marianao, menos mal que yo estaba allí para recuperarla, esta en lugar seguro y el día que proceda regresara al sitio del que nunca tuvo que salir.
Y aquí comienza la historia de la Restauración de este maravilloso Hospital,
El Gobierno Asturiano, en aquellos momentos con el Presidente Don Sergio Marques, y el Consejero de Cooperación Sr. Cañal, enviaron a La Habana al asturiano Bernardo Pedro Fernández Mayo(24-11-1945) que a fuerza de su trabajo y la dedicación y de pasar casi todas las horas del día a pie de obra, logro que 6 Pabellones del Hospital quedaran hermosos, limpios, y pueden dedicarse al tratamiento de los enfermos sin que lo clausure Salud Publica, casi todos los hospitales de Cuba hoy presentan unas instalaciones deplorables.
El primero en restaurarse fue el que mantiene el nombre de Don Manuel Valle, que junto con el 2º, que fue el José Antonio Echevarria, fueron re-inaugurados, en el año 1998, por el entonces Presidente del Principado de Asturias, Don Sergio Marques en compañía del Vice-presidente cubano y descendiente de padre Asturiano, Don José Ramón Fernández Álvarez, estos dos pabellones se reconstruyeron en el tiempo record de 9 meses, casi impensable dadas las carencia de casi todo en Cuba, aun pensando que desde España se mandaron en contenedores casi todos los recursos necesarios, ventanas, pintura, impermeabilizantes, cemento cola, cerámica, cobre, hierro galvanizado, y PVC para agua y desagües, lavabos, cerámica Sevillana, central digital telefónica, materiales para la confección de calentadores de agua solares, y un sin fin de pequeño material que se necesita para cada Pabellón, que tienen una superficie de 1625.44 m2.
Nada mas terminar estos dos, se empezó la reconstrucción de los dos siguientes, el Mario Muños y el J. Antonio Mella, en estos a pesar de que algunos trabajadores ya habían aprendido a trabajar con los nuevos materiales, tardamos dos años en terminarlos por los diferentes motivos, control de materiales, pasar los meses de verano sin trabajadores por dedicarlos el Comandante a reparar escuelas, y sobre todo por la ineptitud como dirigente de trabajo del director del Contingente Salvador Allende, Señor Aristide, persona inútil para cualquier menester, pero que era muy apoyado por la Directora y el Vicedirector del Hospital, la doctora Tania y el doctor Felpeto.
En el 2000 empecé la restauración del Asturias, mi obra hermosa y de la que estoy enamorado, esa duro casi 5 años, fue necesario echar de la obra al Contingente con su director a la cabeza para poder terminarlo, y cambie lo malo conocido por lo peor sin conocer, me adjudicaron a los hombre de Don Eusebio Leal, con la agrupación 4 de Monumentos, no eran empresa, eran una contrata que buscaba gente para trabajar sin tener idea de ningún oficio, el desvío de materiales,(robo) era tal , que no alcanzaba nada para poder terminar la obra. El intento de poner escayola para bajar los techos fue el desastre mayor, cada placa se coloca como quede sin juntas y sin igualdad, allí esta para verlo, lo único que quedo hermoso fue el teatro, me encerré con unos estudiantes de Arquitectura, que me ayudo Yoyo a buscarlos, y como lo pintamos como yo dije, con los colores que yo creí convenientes y quedo realmente hermoso, las butacas para el teatro las lleve en un contenedor desde Oviedo, aprovechando el cierre del Cine Ayala, le compre las butacas de las filas delanteras que estaban prácticamente nuevas, si puedo acompaño fotografías de este teatro; también le dedique dos meses a la reparación del reloj de este pabellón, hacia 24 años que no funcionaba, y con tiempo y cariño, sin ser relojero, lo puse a andar sin un minuto de fallo, lo desmonte todo, lo metí en Gas oil, afloje todas las piezas oxidadas, lo engrasé y lo puse en su sitio, es una hermosura escuchar sus campanadas después de tanto tiempo, unos Asturianos lo pagaron en el 1920 y otro lo reparo en el 2003, en los engranajes grandes de la cuerda y la campana esta mi nombre y la fecha grabados, así como el de Manuel que me ayudo a limpiarlo.
Después de esto empezaron todos lo grandes problemas, que al final me entristecieron tanto que decidí abandonar Cuba, el sitio donde yo fui muy feliz y en el que pensaba morir trabajando por los enfermos cubanos.
El siguiente Pabellón fue el Fajardo, en este se reunieron todos los males juntos, decidí quitarle el techo completo, tiene una superficie de 2.500m, aunque tiene un patio interior, gente sin ningún conocimiento estaba al frente de la obra, se pusieron a quitar las vigas de hierro con casi 100 años para venderlas y tiraron el frente del pabellón, con el derrumbe arrastraron las mangueras del cable del teléfono y terminaron por derrumbar la parte izquierda entera del portal de este pabellón, al no tener cuidado rompieron al retirar la columnas de hierro forjado que se habían caído , y pienso que hoy, cuatro años después de empezar la obra estará sin terminar si no lo han derruido del todo.
Mas tarde que este se comenzó el Lidia Doce, otro de los grandes pabellones, pues tiene una superficie parecida al fajardo y ese ya esta inaugurado.
Los males del los hospitales cubanos son los mismos que afectan a todas las empresas de la Isla, el sueldo es una miseria, cualquier trabajador de La Covadonga ganaba cuando yo me fui en el 2005 la cantidad de 148 pesos, que son menos de 6 dólares al mes, para poder subsistir venden medicamentos, detergente, gasolina, lo que pueden o si no cobran por cualquier trabajo que tengan que hacer a los que están ingresados, como trasporte en ambulancias lo que sea, y si el que era vicedirector, que parece que ahora lo tienen de ayudante se enteraba de algo, cerraba los ojos, creo que el era el capo de los negocios sucios del hospital, tal como la venta de alcohol , leche en polvo y otras cosas.
Yo le mande una carta al “Gallego “ Fernández explicándole muchas cosas, pero ellos están mas acostumbrados a vivir con mentiras, le contaron las cosas a su manera y parece que el culpable fuese yo, y yo soy el que mas quiso a La Covadonga y el que logro hacer con menos dinero las mejores y mas bonitas obras.
Y para demostrarlo solo hace falta ir y ver los pabellones reparados por mi y los que repararon las Juventudes Comunistas.
Espero volver y terminarlo

 

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