miércoles, diciembre 12, 2007

GALERÍA DEL HORROR

GALERÍA DEL HORROR


Por Jorge Olivera Castillo – Sindical Press

12 de diciembre de 2007

La Habana – www.PayoLibre.com – El Combinado Provincial de Guantánamo sigue siendo un motivo para el asombro, el preámbulo de un viaje supersónico que comienza en la perplejidad y termina en la consternación. Cuatro rectángulos de concreto perfectamente alineados, las casi invisibles alambradas en derredor, el imponente depósito de agua en forma de torre, unos puntos que la distancia quiere convertir en partículas ajenas e intrascendentes de la fotografía, pero que en mi memoria son las garitas con sus moradores de fusil en ristre y rostros sin espacios para una sonrisa.

Más allá otras prisiones con su arquitectura simple y sus mensajes tan efectivos para abrir las compuertas del pánico. Estoy en la órbita de un desastre. Kilo 8, Taco Taco, Boniato, La Pendiente, Aguadores, se añaden a éste universo creado en el hogar de Elizardo Sánchez Santacruz. “Es una muestra gráfica que evidencia la grave situación existente en el ámbito de los derechos humanos en Cuba”, me asegura el anfitrión.

No sólo se puede acceder a las cárceles de máxima seguridad que aporrean la conciencia con el mismo ímpetu de las palizas y maltratos ocurridos regularmente en esas zonas donde lo humano es letra muerta. En las paredes, como las únicas estrellas de ésta cosmografía están las instantáneas de los 61 presos de conciencia adoptados por Amnistía Internacional.

Algunos con una leve alegría tomada en los tiempos en que podían despertar junto a su esposa, jugar con los hijos, decirle a la madre una frase de cariño cualquier día de la semana. Otros, circunspectos, sin rastros de pesimismo, quizás sorprendidos por el flash de cámara, pero de ninguna manera aburridos o posando como héroes legendarios.

Hay sencillez y transparencia en las expresiones de quienes purgan extensas condenas por el hecho de llevar a la práctica las disposiciones de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

No hacen falta esfuerzos extras para sentir el eco de la inocencia en los instantes de ese contacto íntimo entre los personajes de las fotografías y quien los mira con los ojos del corazón.

Es también importante la acústica de los candados dándole el punto final al encierro, los cerrojos chocando con sus respectivos aros como puntuales artesanías del GULAG tropical conformado por más de 200 prisiones y campos de trabajo.

Eso sentí frente los retratos de Nieves Morejón, El Típico, Guamajal, Kilo 5 medio. Otras de las estructuras para mantener unas de las poblaciones carcelarias más numerosas del mundo. Entre 80 000 y 100 000 cubanos empotrados en esos edificios perfectamente visibles gracias a los servicios del buscador Google.

Tuve la oportunidad de ver al Combinado Provincial de Guantánamo de lejos, detenerme en sus perfecciones geométricas en las que no podía pensar mientras era uno de sus huéspedes. Repensar mis agonías, sacar experiencias bajo el polvo del olvido junto a viejos amigos y visitantes extranjeros. Eso hice en los interiores de una galería que abarcó, con singular tino, los pormenores de una tragedia nacional.

Guillermo Fariñas, Marcelo López, Martha Beatriz Roque, Félix Bonne, Vladimiro Roca estaban allí en calidad de sobrevivientes, con sus testimonios siempre frescos en la memoria del cautiverio y sus graves historias. Esta vez no eran figuras congeladas sobre el papel. Rememoraban la estancia en esos predios atrapados por la cámara aérea con precisión de francotirador.

¿Cuántos años estuviste en la cárcel de Boniato?, le pregunto a mi interlocutor. “Alrededor de cuatro años”, me responde. A pocos centímetros de distancia, el plano general de éste complejo de edificaciones congeladas sobre el papel y Elizardo Sánchez, con modestia, despejando mi interrogante.

( Prisión de Boniato )

¿Crees que haya una mejoría, en Cuba, en el campo de los derechos humanos? “Mi valoración a corto plazo es pesimista”, acotó sin titubeos uno de los principales organizadores de la exposición.

La iniciativa de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional ofreció una versión amplificada de lo que viene ocurriendo desde el advenimiento del totalitarismo. Una idea que esclarece y abre nuevos espacios para la reflexión y la solidaridad en torno a los hombres y mujeres encarcelados por oponerse a una dictadura.