BARACUTEY CUBANO

Hace pocos días escuché, estupefacta, a una periodista venezolana, connotada antichavista que, teniendo un programa de radio, según dijo, entrevistó a un artista cubano residente en la isla. Dice que al momento recibió al menos 10 llamadas de cubanos del exilio criticando su posición, lo que ella no entendió y casi nos acusó de extremistas.

Al escuchar estas palabras, me pregunté si realmente nos entendían estos hermanos latinoamericanos que, a pesar de todo lo que están pasando, no acaban de comprender las verdaderas razones por las que no aceptamos nada que tenga que ver con el régimen castrista, ya sean estrellas de cine, cantantes, bailarines o payasos.

El mercadeo político que realiza el régimen cubano con sus artistas y deportistas es algo que ya conocemos, como también sabemos que algunos de ellos simulan aceptarlo, para vivir cómodamente, en comparación con ese pueblo sometido en todas sus formas. Pero en Cuba, simular para vivir mejor que otros, es un modo de consentir la dictadura, permaneciendo así en un mar de mentiras y absurdos, pero sobre todo, aceptando sus crímenes por carecer del valor para denunciarlos.

Y así existe un Silvio Rodríguez, quien visitara Chile para cantarles a los presos políticos, mientras en Cuba cientos de miles de cubanos han pasado por el presidio político sin que él haya tenido el valor para reconocerlo siquiera. En ese mismo saco estaría Pablito Milanés, así como decenas de ellos que apoyan, o simulan apoyar, a una dictadura que lleva ya medio siglo en el poder.

Ya la cadena Telemundo está anunciando una novela que tendrá en su papel protagónico a Fernando Carrillo, un actor pro-chavista que, además de apoyar verbalmente a su presidente golpista y fanfarrón, también participa en marchas y chanchullos publicitarios para que nadie tenga dudas de su preferencia por lo rojo rojito de su chavismo-comunismo que quieren llamar socialismo del siglo XXI. No sé cómo reaccionen los venezolanos aquí en el exilio, pero me imagino que no será nada agradable ver a este adulador de Hugo Chávez, oportunista y vividor, apareciendo como un verdadero artista, cuando ha sido capaz de apoyar a un régimen que ha encarcelado, asesinado y obligado a irse al exilio a centenares de venezolanos que no han aceptado ese régimen que han querido copiar exactamente del cubano.

Quizás a partir de ahora comiencen a entendernos un poco más, y el por qué no aceptamos a artistas aduladores del régimen. Por qué no entendemos que aquellos que viven halagando al sistema, tengan que aparecer en un exilio donde existen tantas y tantas víctimas. Porque aquí en este exilio hay muchas familias de fusilados, muchos ex presos políticos, muchos que huyeron en balsas y perdieron familias en el estrecho de la Florida, muchos que sufrieron golpizas, torturas, y eso es lo que quizás nos hace diferente.

Espero que esta periodista pueda comprendernos cuando vea el rostro de Fernando Carrillo, un servil adulón de un sistema que intenta socavar la libertad que todavía le queda al pueblo venezolano, pues más que a la novela, su semblante representa también al chavismo repulsivo que tanto halaga y del cual se nutre totalmente. Lo menos que ella hará, será apagar el televisor o cambiar el canal. Nosotros, los cubanos, aprendimos que llamar y protestar es más efectivo y lo seguiremos haciendo hasta por los mismos venezolanos.