martes, enero 08, 2008

¿TIENE CUBA UN GOBIERNO MILITAR

Nota del Blogguista


Este artículo adolece de algunas imprecisiones y exageraciones.

Es cierto que la violencia armada ha estado bien presente en la historia cubana desde antes de 1959 pero no de manera ¨casi permanente ¨.

El factor militar en Cuba, como era usual en la inmensa de la mayoría de las repúblicas iberoamericanas durante buena parte de los siglos XIX y XX, desempeñó un papel importante (en Cuba menos importante que en otras repúblicas del entorno latinoamericano), pero calificar a los gobierno cubanos de ¨vocación militar¨es desmesurado, incluyendo hasta la etapa en que gobernaron ¨generales y doctores ¨. Los gobiernos de Tomás Estrada Palma y del ex Mayor General José Miguel Gómez, son dos primeros y evidentes contraejemplos para lo que plantea el señor Pino. El gobierno civilista de Alfredo Zayas pese al asesor norteamericano: ex mayor general Enoch Crowder ( asesor, llamado procónsul por J.A. Mella, que había llevado a cabo un destacado desempeño en Cuba, junto a los colaboradores cubanos, en tapar los huecos en la legislación electoral existente que habían traido como consecuencia la reeleción de Estrada Palma , y sobre todo de sus seguidores; en general la comisión presidida por él saneó la política cubana; Crowder posteriormente asesoró económicamente al gobierno cubano, en particular en lo referido a la banca ) fue un gobierno civilista donde Zayas no seguía docilmente las instrucciones del ¨proconsul ¨, en particular la número 13, como lo exagera La Política Cómica en una de sus caricatura, pese al empréstito de 50 millones de dólares, con J.P. Morgan, que le consiguió Crowder para su gobierno.

La Isla ha tenido la buena suerte, y no la mala suerte, de estar cerca de Estados Unidos y su órbita de influencia cuando hacemos el balance entre lo positivo y lo negativo que esa cercanía ha traido para Cuba tanto económica, política como culturalmente. Fuimos ciertos cubanos los que en ocasiones pusimos, total o parcialmente, nuestro futuro en lo que harían los EE.UU. en nuestros asuntos. Veamos un ejemplo de lo anterior cuando existía la Enmienda Platt como ¨justificación legal ¨para intervenir en Cuba:El proceder del presidente Teodoro Roosevelt durante "la guerrita de agosto" de 1906 .

El presidente Estrada Palma como los alzados contra él, pidieron la intervención norteamericana y fue el presidente Roosevelt el que trató de que la misma no se produjera. La carta de Roosevelt al embajador cubano Gonzalo de Quesada del 14 de septiembre de 1906 y su telegrama a Estrada Palma del 25 de septiembre de ese mismo año así lo muestran. Algunos fragmentos de la mencionada carta son:

" Solemnemente conjuro a todos los patriotas cubanos a unirse estrechamente para que olviden sus diferencias, todas sus ambiciones personales, y recuerden que el único medio de conservar la independencia de su república es evitar, a todo trance, que surja la necesidad de una intervención exterior para salvarla de la anarquía y de la guerra civil.

Espero ardientemente que estas palabras de apelación, pronunciadas en nombre del pueblo americano, por el amigo más firme de Cuba y el mejor intencionado hacia ella que pueda existir en el Mundo, serán interpretadas rectamente, meditadas seriamente y que se procederá de acuerdo con ellas, en la seguridad de que, si así se hiciere, la independencia permanente de Cuba y su éxito como República se asegurarán." (Pichardo, 283)

En el telegrama de Roosevelt a Estrada Palma del 25 de septiembre, éste le escribe en un tono invocatorio y suplicante:

" Bajo su gobierno y durante cuatro años, ha sido Cuba República independiente. Yo le conjuro, en bien de su propia fama de justo, a que no se conduzca de tal suerte que la responsabilidad por la muerte de la República, si tal cosa sucediere, pueda ser arrojada sobre su nombre. Le suplico proceda de manera tal, que aparezca que Ud. por lo menos, se ha sacrificado por su país y que lo deja aún libre cuando abandone su cargo." (Pichardo, 285)


Estados Unidos, como todas las potencias y hasta países que no son potencia, siempre han querido acercar su sardina a la brasa; pero culpar al supuesto injerencismo norteamericano de nuestros males, es no tener la madurez ni la valentía política de aceptar nuestros errores . Hoy muchos le adjudicamos solamente a Fidel Castro y a sus cómplices, la media centuria de tragedia cubana que hemos sufrido, cuando la realidad es que si bien ellos son los mayores culpables, fueron pocos los que no cedieron sus derechos arrebatados y se enfrentaron a la tiranía verdeolivo.

Por otra parte: el autor cae en errores históricos; un ejemplo: La huelga general dirigida por Rubén Martínez Villena ya había terminado producto de los que los comunistas llaman ¨ El Error de Agosto ¨, pues Villena , muy enfermo y cercano a la muerte, ya había pactado con el régimen a cambio de algunas pequeñas concesiones. Machado cede el poder por los estudiantes y, sobre todo, por la sublevación de los militares.
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¿TIENE CUBA UN GOBIERNO MILITAR

(Primera parte)

Por Alejandro Pino Uribe
El Rancahuaso
Chile
Infosearch:
Fidel Nuñez
Analista
Jefe de Buró
Latinoamérica
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Enero 8, 2008


Cuba ha vivido, casi permanentemente, en armas y analizar su historia sobre la base del gobierno “castrista” resulta algo simplista si, previamente, no conocemos su historia contemporánea más a fondo.

Hace algún tiempo publiqué, en este mismo medio, un artículo que ha causado mucha polémica que se tituló “La Cuba de Fidel”, en realidad se trataba de la primera parte de un trabajo de investigación más profundo destinado a conocer la vocación “militar” de los gobiernos en Cuba.

La isla caribeña ha tenido la mala suerte de estar cerca de Estados Unidos y su órbita de influencia. Siempre los gobiernos norteamericanos pretendieron manejar la política y la economía a su propio amaño, a su imagen y semejanza.

Por ello desde el periodista, poeta y abogado, que fue José Martí, Cuba ha vivido, casi permanentemente, en armas.

Analizar su historia sobre la base del gobierno “castrista” resulta algo simplista si, previamente, no conocemos su historia contemporánea más a fondo.

La mejor forma de llegar a la verdad es a través de las preguntas, ejercicio que los periodistas profesionales hacemos todos los días. Lo importante es hacerlas sin prejuicios o descalificaciones, solo con el sano propósito de analizar los acontecimientos en su justa dimensión y contexto.

A la pregunta que nos sirve de titular, la respuesta es claramente sí, Cuba tiene un gobierno militar desde el momento que, desde hace 48 años, su más destacada figura es el comandante en Jefe de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y que en su historia es un constante, los cuartelazos y golpes armados contra la autoridad de turno.

Con Castro, su dictadura, ha permitido un cierto grado de estabilidad con la secuela natural de sacrificio de las libertades que toda dictadura conlleva, violaciones a los derechos humanos, presos políticos y sin prensa libre y menos pensamientos diferentes. ¿Ha sido esto bueno para Cuba? No soy yo quien debe responder esta pregunta, ya lo dirán los comentarios que este artículo levante.

Por lo extenso de la materia, está dividido en dos partes. La segunda la podrán leer en algunos días más.

La verdad Cuba ha tenido muchos gobiernos militares antes que Fulgencio Batista Zaldívar, sargento del Ejército, gobernara como Presidente constitucional entre 1940 y 1944.

Posteriormente, Batista, el 10 de marzo de 1952, encabezó un golpe de Estado para instalar un dictadura militar de, aproximadamente, siete años. No era primera vez que emprendía este tipo de aventura. En su juventud formó parte de un grupo de militares “revolucionarios”, suboficiales, que combatieron en armas al General Gerardo Machado en 1933. Machado, militar y político, había luchado por la independencia cubana. Ocupó la presidencia de la República en 1925. Al inicio de su mandato pretendió obtener la derogación de la enmienda Platt, que autorizaba la intervención de EE UU en Cuba en determinadas circunstancias.

Pretendiendo prolongar su gobierno introdujo una reforma constitucional (1928) para permanecer en el poder, parecido a lo que está haciendo Chávez en Venezuela.

Una huelga general revolucionaria, con una fuerte participación del partido comunista de Cuba, de la cual formó parte Batista, obligaron a Machado a entregar el poder al general Herrera (1933) de manera provisional, asumiendo en cortos días, también como presidente provisional, definitivamente don Carlos Manuel de Céspedes y Quesada.

Las penurias de la Cuba, gobernada por militares, no terminan allí. Con un Presidente civil, las reclamaciones revolucionarias, desordenes y huelgas prosiguieron. También existía fuerte oposición a que el Congreso, que de hecho había quedado disuelto, continuase legalmente vigente, permaneciendo en sus puestos funcionarios electivos - gobernadores, consejeros, alcaldes, concejales y miembros de Juntas de educación -, así como los altos funcionarios de la administración y ciertos jefes y oficiales del ejército, todo lo cual sembró el descontento en la oficialidad joven de las Fuerzas Armadas de Cuba que amenazaba con rebelarse.

“El movimiento de la oficialidad joven no llegó a producirse, pero el de las clases y los alistados tomó gran fuerza y entró en acción en la noche del 4 de septiembre. Representantes del Directorio Estudiantil, la Unión Revolucionaria, el ABC Radical, Pro Ley y justicia y algunas otras agrupaciones, se reunieron apresuradamente en el “Campamento de Columbia” con el grupo de sargentos que habían asumido la representación de las clases y los alistados del Ejército.

Entre dichos sargentos se destacó como la personalidad más vigorosa y jefe reconocido de los mismos, el sargento Fulgencio Batista, llegándose al acuerdo, en la citada noche, de constituir la Agrupación Revolucionaria de Cuba, exigirle la renuncia al Presidente Céspedes y confiar el Poder Ejecutivo a un grupo de cinco personas (la Pentarquía), con un programa de renovación revolucionaria muy amplio. Los acuerdos y las resoluciones tomados en el Campamento de Columbia, apoyados por la mayor parte de las Fuerzas Armadas, constituyeron el paso inicial de la llamada "Revolución de Septiembre", en el orden militar. En el orden civil, representaron el comienzo de la "Revolución Auténtica". (Historia General de Cuba Dr. Ramiro Guerra y Sánchez, 1940)

Cuba, que luchó denodadamente contra la dominación de España, comenzaba a vivir la historia de someterse al gobierno de las Fuerzas Armadas, con breves períodos de auténtica democracia y la siempre amenazante sombra de su poderoso vecino del Norte.

¿Cómo llega el sargento Batista a convertirse en Presidente en 1940 y luego en dictador en 1952, para ser desplazado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias?

Recurramos a la “Historia Elemental de Cuba”.

“El movimiento iniciado por las clases y los alistados, que culminó en la revolución del 4 de Septiembre, alcanzó inmediatamente en lo militar resultados que fueron más allá de lo intentado y lo previsto por sus iniciadores.

Fue el primero, que las Fuerzas Armadas quedasen, de hecho, bajo la jefatura provisional de las clases de las mismas, con el sargento Fulgencio Batista reconocido como jefe superior.

El segundo, que los oficiales y jefes de las Fuerzas Armadas se negasen a cooperar en el movimiento y quedasen, también de hecho, sin el mando de las mismas.

El tercero, que la anómala situación que hubo de crearse, se resolviese en firme con un cambio completo en la organización y en el mando de las Fuerzas Armadas. La jefatura superior de las mismas se confirió por la Pentarquía al sargento Fulgencio Batista, elevado al grado de Coronel, único en la nueva organización. Todos los demás mandos y la oficialidad, de teniente coronel abajo, se confiaron a clases y alistados ascendidos a sus nuevos cargos.

Esta reorganización y transformación de las Fuerzas Armadas, se llevó a efecto con gran rapidez y un mínimo de dificultades porque los nuevos oficiales y los nuevos jefes contaban con la confianza de la tropa. Gracias a esto, la unidad y la disciplina del Ejército quedaron prontamente restablecidas”.

El gobierno colegiado de cinco miembros (Pentarquía) duró muy poco. Estados Unidos, una vez más, intervenía. Sus buques de guerra asomaban en la Habana y marcaban presencia en las Islas Cubanas.

Apoyado por los directorios estudiantiles y las Fuerzas Armadas, con Batista al frente, asumía el Gobierno Revolucionario del Dr. Ramón Grau San Martín.

Sin embargo el descontento prosiguió, agregándose a ello el no reconocimiento del gobierno por parte de Estados Unidos y otras naciones, con la sola excepción de México.

Atentados terroristas, el fuerte enfrentamiento a mano armada entre los antiguos jefes y oficiales del ejército con las tropas bajo el mando de Batista, huelgas generalizadas etc. determinaron que falto de medios para mantenerse en el poder, el Dr. Grau San Martín se vio forzado a abandonar la presidencia de la República. Su gobierno logró permanecer en el poder cuatro meses y cinco días únicamente.

Para entender la Cuba de hoy hay que bucear profundamente en su historia.

Probablemente nunca pudieron encontrar el camino de una auténtica libertad. Rebeldes por naturaleza no encontraban manera de gobernarse adecuadamente. La injerencia norteamericana ha sido permanente hasta el día de hoy.

Nuevamente, la necesidad de un brazo fuerte, llevó a otro gobierno militar.

Caído Grau San Martín, sectores revolucionarios trataron de sustituirlo como Presidente por el ingeniero Carlos Hevia, cargo que llegó a ocupar durante algunas horas. Al no encontrar apoyo fue reemplazado por un nuevo gobierno militar, constituido bajo la dirección del Coronel Carlos Mendieta y Montefur, el 16 de enero de 1934.

“El Coronel Mendieta unía, a su condición de jefe distinguido del Ejército Libertador, su larga experiencia en la vida pública como congresista y figura prominente del partido Liberal. Se había opuesto a la reforma Constitucional del 1928 y a la prórroga de poderes, había organizado el partido Nacionalista, y había tomado una activa y destacada participación en la oposición revolucionaria contra el Gobierno de Machado. Gozaba, además, de una reputación bien establecida de hombre de carácter firme y enérgico, y de ciudadano honesto y de rectos principios.

En las caóticas circunstancias que prevalecían al producirse la caída de Grau, el Coronel Mendieta parecía ser la personalidad política capaz de inspirar mayor confianza y de agrupar en torno suyo la gran mayoría de los elementos de orden de la nación.

Antes de decidirse a aceptar la Presidencia de la República, que le fue ofrecida en circunstancias que eran grandemente difíciles, el Coronel Mendieta tuvo la seguridad de que su Gobierno sería reconocido por los Estados Unidos, de que recibiría ayuda económica del Gobierno del Presidente Roosevelt y de que el Ejército Constitucional, bajo el mando del Coronel Batista, le prestaría el apoyo de las Fuerzas Armadas. En estas condiciones, y respaldado por un fuerte movimiento de la opinión pública, el Coronel Mendieta asumió la Presidencia en un ambiente de esperanza y optimismo”. (Historia elemental de Cuba)

Durante su gobierno se eliminó la enmienda Platt. Se firmó un tratado azucarero con Estados Unidos, muy conveniente para Cuba, con una importante rebaja de aranceles.

El Coronel Mendieta debió renunciar a la Presidencia de la República, el 11 de diciembre de 1935, debido a graves desordenes y falta evidente de apoyo militar y político, asumiendo el Secretario de Estado, Dr. José A. Barnet, funcionario que había sido durante varios años miembros del cuerpo consular y diplomático.

El Gobierno de Barnet comprendió el período del 11 de diciembre de 1935 al 20 de mayo de 1936. Se trató de un gobierno provisional que tuvo como principal misión la de preparar las elecciones presidenciales que se habían acordado efectuar durante el período del Gobierno de Mendieta. En las citadas elecciones fue electo Presidente de la República el Dr. Miguel Mariano Gómez y vicepresidente el Coronel Dr. Federico Laredo Brú.

Los militares seguían rondando y siendo parte de los sucesivos gobiernos de la Isla, pero por tratarse de un presidente de transición los ánimos se apaciguaron bastante entregando el mando, sin mayores apuros, al Presidente electo, Dr. Miguel Mariano Gómez, en la citada fecha de 20 de mayo de 1936.

El gobierno del Dr. Gómez duro poco más de tres años formada en ambas ramas del Congreso una fuerte mayoría contra el Presidente Gómez, se le acusó constitucionalmente de interferir con las facultades del Poder Legislativo, en virtud de lo cual el Congreso acordó la destitución del Presidente el 24 de diciembre de 1936.

El Coronel Dr. Federico Laredo Brú, con una larga lista de servicios a Cuba en las filas del Ejército Libertador, en diversos cargos importantes del Gobierno, en las actividades políticas durante largos años, ocupó la Presidencia en su carácter de Vicepresidente en funciones, al ser destituido el Dr. Gómez. Su período de Gobierno fue el más extenso de todos los posteriores al Gobierno de Machado, pues se extendió desde el 24 de diciembre de 1936 hasta el 10 de octubre de 1940.

Comenzaba el primer período de Fulgencio Batista, durante el cual le sorprende la II Guerra Mundial. De acuerdo con la política de la República de Cuba, de amistad y solidaridad con los Estados Unidos, el presidente Batista envió un mensaje al Congreso en solicitud de que declarase la guerra al Japón. Así fue acordado el 9 de diciembre, a las 48 horas del ataque japonés a los Estados Unidos. Dos días más tarde, el Congreso, también a solicitud del presidente Batista, declaró la guerra a Italia y a Alemania.

Unida a los Estados Unidos y a las demás Naciones en lucha contra las potencias agresoras, Cuba concertó y firmó en la Habana, el 7 de septiembre de 1942, un Convenio Secreto de Cooperación Militar y Naval con los Estados Unidos. De acuerdo con lo convenido, las fuerzas aéreas, navales y terrestres cubanas cooperaron con las americanas durante toda la guerra. Además, Cuba dio toda clase de facilidades a los Estados Unidos para establecer bases aéreas en San Antonio de los Baños, San Julián (provincia de Pinar del Río y el aeródromo de Camagüey.

Como dato anecdótico de esta participación cubana en la II guerra mundial podemos mencionar que en operaciones armadas fueron hundidos por los submarinos enemigos los buques cubanos Manzanillo y Santiago de Cuba, 12 agosto, 1942 y con pérdida de 31 vidas; Mambí, 13 de mayo, 1943, con 23 víctimas, y Libertad, 4 de diciembre de 1943, con 25 muertos y desaparecidos., entre las pérdidas mas significativas.