viernes, marzo 28, 2008

LA DICTADURA DE LA CORRECCIÓN POLÍTICA

Tomado de http://www.patriadigital.com/



LA DICTADURA DE LA CORRECCIÓN POLÍTICA
La ideología de la neo .izquierda.

Por Orlando Fondevila

Vivimos en un mundo de paradojas y de falsedades. El mundo que se derrumbó estrepitosa y grotescamente con la caída del Muro de Berlín, lejos de sucumbir en sus lodos de horror, ha resurgido en forma de hedores que contaminan hasta la exasperación el pensamiento y la política occidentales. La izquierda roñosa y nostálgica de las ?glorias? pasadas, lejos de avergonzarse, o arrepentirse (arrepentirse de verdad), vuelve a sus astucias de siempre. Hociqueando en las sucias barreduras de la Utopía, continúa impenitente sus retoques, cambiándole los colores e intentando imponer (imponernos) su canon ético e ideológico. ¡Y pobre de nosotros que lo va consiguiendo!

La izquierda roñosa y nostálgica de las ?glorias? pasadas, lejos de avergonzarse, o arrepentirse (arrepentirse de verdad), vuelve a sus astucias de siempre. Hociqueando en las sucias barreduras de la Utopía, continúa impenitente sus retoques, cambiándole los colores e intentando imponer (imponernos) su canon ético e ideológico. ¡Y pobre de nosotros que lo va consiguiendo!Posicionada avasalladoramente en la Academia, la Universidad y la prensa, dicta sinuosa e inapelablemente su ley. Decide lo que es bueno y lo que no lo es, lo que debe ser creído y lo que debe ser negado. No admite discusión y castiga sin piedad a los infractores. Instaura la dictadura de lo políticamente correcto. Una dictadura terrible que cuenta con el consentimiento mayoritario de la coerción, sea por deformación inducida, o por medroso acatamiento.

Así, una de las paradojas de nuestro tiempo es la de que la historia la estén escribiendo los perdedores. Aquellos que fracasaron con la utopía maldita y fraudulenta del paraíso sobre la tierra y que en su nombre regaron los cinco continentes con más de cien millones de muertos. Los mismos (o sus descendientes ideológicos, camuflados o no) que instauraron por décadas un reino de terror, de miseria, de subversión ética y devaluación del ser humano, y que continúan hoy presentándose como los portadores únicos de la verdad, de la superioridad moral y de la decencia. En ese camino, empleando una dialéctica de baja estofa, justifican, esconden o dulcifican su terrible experimento histórico. Así, mientras no hay día en que no aparezcan en la prensa "noticias" o comentarios tendenciosos sobre Estados Unidos, o denigrantes de la sociedad del capitalismo liberal, apenas nos enteramos de lo que fue el socialismo real. En todo caso se desmarcan, por evidentes, de sus lados más siniestros. Reconocen los "errores" de Stalin y algunas cosillas más, pero de manera sibilina apuntan otros "aspectos positivos" que, nos dicen hipócritamente compungidos, se han perdido con los cambios operados en el antiguo bloque comunista. Por eso es tan untuosa y ambigua su actitud ante el régimen castrista.

La dictadura de lo políticamente correcto anatematiza sistemáticamente al capitalismo, al pensamiento liberal ?conservador, a la globalización. La izquierda llamada moderada no se atreve a defender el socialismo real, no nos muestra claramente sus propuestas, sino que nos vende de contrabando, con las etiquetas cambiadas, la mercancía socialistoide. Se trata de la misma estrategia que en su momento desarrollara el Komintern con su política de organizaciones filo -comunistas y presuntamente independientes como el Consejo Mundial de la Paz, la Federación Sindical Mundial y otras. Puro arte de seducción de mercadillo, pero enormemente eficaz. Fullería intelectual. Hoy nos apabullan Organizaciones ecologistas radicales, pacifistas, anti -norteamericanismo militante, multiculturalismo de pacotilla, alianzas de civilizaciones, feminismo radical y un largo etc. Toda una bien engrasada y coordinada maquinaria para la intoxicación y la manipulación. Son los defensores de todas las causas posibles, reales e inventadas, llevadas a extremos absurdos, extravagantes y ridículos.

El código de la dictadura de lo políticamente correcto establece un conjunto de mantras que deben ser asumidos de manera irrefutable por todo buen ciudadano. Se trata, en lo político e ideológico, de abrasar las conciencias. Algunos de los principales diktat son:-El principal obstáculo para la paz, el progreso y, en suma, para la felicidad en el mundo, son los Estados Unidos.

- El capitalismo, la globalización, el neoliberalismo y el mercado son los responsables de la miseria de los países que conforman el llamado tercer mundo.-Todas las civilizaciones, culturas y religiones son igualmente valiosas y respetables. Siempre, por supuesto, en detrimento de la civilización occidental judeo-cristiana.-El terrorismo islamista se explica, en última instancia, por la ofensa que esos pueblos y culturas reciben por parte de Occidente y, en primer lugar, de Estados Unidos. Realmente los Estados Unidos son el gran poder terrorista en el mundo.-El Estado de Israel es un engendro genocida y opresor del pueblo palestino. El terrorismo es el arma de lucha de los palestinos.-Hay que tener comprensión para regímenes como el castrista, o el del bolivariano Chávez, o el del cocalero Evo y otros similares. A pesar de sus defectos, estos regímenes solucionan problemas de esas sociedades. Tal vez no sean buenos para nosotros, pero sí para esos pueblos y culturas.

-La especie humana está en peligro. El planeta se está calentando como consecuencia de la acción del hombre, es decir, por la voracidad consumista irresponsable de la sociedad capitalista.-Es al Estado a quien debe corresponder el papel central en la vida de la sociedad. Todo lo que es importante debe esperarse de él. Al Estado compete la posesión y administración de las principales riquezas, así como el cuidado de los ciudadanos, incluso por encima de los individuos y de la familia. Es el Estado quien sabe mejor lo que es bueno para cada uno de nosotros.-Hay que combatir el fascismo, hay que estar vigilantes con los que defienden ideas de la derecha liberal, a quienes en propiedad hay que llamar fascistas. La lista podría ser infinitamente más larga y abarcadora. Y más infame y manipuladora.La batalla a la que nos enfrentamos es sumamente dura y compleja. Es en el campo de la cultura, de las ideas. Pero tenemos que librarla, porque en ello nos va la libertad.