CRONICA DE UN EVENTO ANUNCIADO
Tomado de http://belascoainyneptuno.blogspot.com/2008/04/crnica-de-un-evento-anunciado.html
Crónica de un evento anunciado
Ayer, en horas de la tarde y como parte de las actividades del Festival de Cine de La Habana en Nueva York, fue presentada en New York University (NYU) la mejor lograda obra de ficción de Estela Bravo. Este largometraje de fantasía parcial y desbordante se titula Fidel. Su contenido se podría resumir de la siguiente manera: “documental” donde la manipulación reina y la objetividad brilla por su ausencia.
Mi amiga y colega María Werlau, directora del Archivo Cuba, asistió a la presentación de Fidel. Desde aquí le agradezco la gentileza de compartir esta crónica del evento con los lectores de Belascoaín y Neptuno:
La sala estaba abarrotada y no había donde sentarse cuando llegué. Había sillas y gente parada hasta en los pasillos y la entrada. Por suerte, me colé por una esquinita de atrás. Me cogió bastante tráfico en el túnel para entrar a la ciudad, así que llegué cuando Estela Bravo estaba terminando de hablar antes de comenzar la proyección del documental. No sé qué dijo aparte de que fue a última hora que se decidió incluir una sección más larga sobre los logros de Fidel en África.
( María Werlau )
La película dura 90 minutos y debería titularse A Fidel Love Fest. Está muy bien filmada, con mucho pietaje original e histórico, mucho de Fidel en cámara en sus momentos más carismáticos, aparte de cuanto líder, intelectual y multitud dentro y fuera de Cuba que aparece adorándolo. El libreto está muy bien hecho para confundir al que no conoce la historia y presentar al líder en su infinita brillantez, avocado al bienestar de su pueblo, a la defensa de la revolución contra el imperio y los que se fueron. Por supuesto, cualquier viso de algo negativo es culpa del bloqueo, la CIA, etc., no sólo en Cuba sino en el Chile de Allende, etc. Hasta el Papa es usado para avalar a Fidel y denunciar el bloqueo. Hay algunos errores crasos (por ejemplo: los 20 000 muertos de Batista), pero éstos son pocos. Lo que sí hay es una enorme y consistente manipulación, y muy bien hecha, de hechos históricos que van desde la Sierra hasta el presente, así como la total omisión de cualquier cosa que pudiera presentar a Fidel en menos que luminosa brillantez, incluyendo la represión, los crímenes del régimen, el descalabro económico, y demás. El público parecía en su inmensa mayoría gran simpatizante de Fidel y algunos aplaudían enérgicamente durante la proyección. Ya para los últimos treinta minutos, miraba mi reloj con ansiedad, creía que no podría soportar más, me dio hasta dolor de pecho.
Al final, salí rápido y dejé unos volantes que hablan de la represión y las víctimas [ver volante aquí] en una mesa donde habían puesto panfletos sobre el Festival y salí a la acera, para interceptar al público que salía. Repartí los volantes a todos los que pasaron y vi que casi todos se iban leyéndolos. Algunos ya los traían de adentro, tomados de la mesa donde los dejé, así que al parecer los organizadores no se dieron cuenta de que eran un “outside job”. Cuando vi pasar al admirador más vociferante de Fidel, quien estaba cerca mío durante la proyección y aplaudía más que nadie, le dije: «Ah, vi que le gustó mucho la película, entonces por favor tome uno de estos volantes». Cuando lo leyó empezó a insultarme y me gritaba mientras se alejaba, pero no me viré y seguí con los volantes. Nadie más fue grosero conmigo.
Cuando se me terminaron los volantes, regresé al salón, donde quedaba alguna gente y me presenté a la mujer que dirige el festival, Carole Rosenberg, la presidenta del Friends of the Ludwig Foundation of Cuba. Comenzamos a charlar cordialmente y me contó cómo comenzaron con el proyecto de la Ludwig Foundation. Me explicó que su interés primordial era el arte, no la política, a lo cual le respondí que eso es prácticamente imposible, especialmente con respecto a Cuba. Luego cuando quedaba muy poca gente, vino a nuestro encuentro Estela Bravo y me saludó, dándome las gracias por haber asistido. De manera respetuosa, le dije que encontraba su película completamente parcializada y que me había causado mucho sufrimiento verla, pues no dudaba que Fidel tiene simpatizantes, tal como lo presentó, pero él también había y ha causado enorme sufrimiento y descalabro, lo que no figura en ninguna parte del documental, como tampoco aparecen opiniones divergentes sobre él. Entonces se viró y me presentó al marido —un argentino que escribió el libreto— y me dijo que le reclamara a él. Les dije que además también había encontrado algunos errores históricos puntuales, tales como aseverar que Batista había dejado 20,000 muertos. Bravo me dijo que en Argentina hay discrepancia sobre los números de las víctimas y después de un breve intercambio sobre esto, se fueron.
Hablé un poco más con la presidenta de la Ludwig Foundation, quien sentía mucho alivio de que no le hubieran hecho un piquete y siguió muy cordial. Le dije que mi objeción al documental no se trata de política, sino que va más allá a un asunto de derechos humanos fundamentales. Le pregunté si pondrían películas hechas desde la perspectiva de cubanos en el exilio y me dijo que sí, pero que nunca se las habían presentado. Creo que se deberían buscar varias películas sobre Cuba para presentarlas para el próximo festival.
Por cierto, me confirmó que Bravo y su marido viven en Cuba hace años. No he podido encontrar quién financió la película Fidel y los otros documentales que hace Bravo sobre Cuba y los oprimidos de América Latina. No dudaría que fuera el estado cubano, ya que al menos éste es pura propaganda a favor del régimen. Si alguien sabe algo concreto sobre esto, favor de escribirme a info@CubaArchive.org.
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