BARACUTEY CUBANO

Por Nicolás Águila

Hace menos de una semana salió la noticia. En algunos medios, incluyento éste, se destacó la parte positiva: "Diputadas españolas muestran su solidaridad con las Damas de Blanco". Muy santo y bueno. Todas las diputadas del PP y de CiU, más dos del PSOE, firmaron una carta de apoyo a Las Damas de Blanco, ese valeroso grupo de mujeres que marchan por La Habana pidiendo pacíficamente la libertad de sus familiares injustamente encarcelados durante la Primavera Negra de 2003.Las Damas de Blanco sufrieron recientemente un despiadado ataque por parte de la policía castrista cuando realizaban una sentada pacífica. El mundo entero pudo ver por televisión cómo eran desalojadas por la fuerza y llevadas a rastras hasta un ómnibus policial.

El hecho conmovió a la opinión pública y a todo aquel con un mínimo de sensibilidad, especialmente por tratarse de un grupo de mujeres indefensas que eran reprimidas violentamente por la fuerza bruta del castrismo. A todos conmovió, menos a la inmensa mayoría de las diputadas socialistas, que prefieren mirar para el otro lado. Resulta realmente escandaloso que sólo dos legisladoras del PSOE hayan suscrito el documento de solidaridad con Las Damas de Blanco, víctimas de la brutalidad del régimen cubano. Solamente un par de diputadas socialistas se atrevió a estampar su firma solidaria. Dos y nada más que dos, insisto. Qué vergüenza. La infamia es tanto mayor cuanto que no se trataba de una votación en el Congreso. En esta ocasión no tienen ni siquiera el alibí de haber tenido que acogerse a la disciplina partidista. Cuando se vota una resolución, se sabe que los partidos españoles votan en bloque según las instrucciones que les imparten desde arriba. Algo muy parecido al 'centralismo democrático' que rige en los partidos comunistas y que obliga a votar en contra de las propias convicciones.

( Diputadas socialistas )

Sin embargo, esta vez no se trataba de una votación, sino de una simple firma, y las diputadas no estaban obligadas a consultar a nadie más que a su conciencia. Las del PSOE decidieron así y todo no apoyar a las Damas de Blanco. Es decir, se pusieron del lado de los victimarios y no de las víctimas.Las organizaciones del exilio, especialmente en España, tienen el deber de expresar su malestar por la actuación insolidaria de las diputadas del PSOE. Máxime cuando éstas se declaran progresistas a tiempo completo y puntillosamente sensibles a los problemas de la mujer en todo el mundo. En todo caso, al menos se podría destacar la excepcionalidad de Yolanda Casans y Carmen Montón, las dos únicas diputadas socialistas que no tuvieron reparo en expresarles su apoyo a Las Damas de Blanco. Hay que agradecerles el gesto.