BARACUTEY CUBANO

June 14th, 2008

Cuba Democracia Ya! asiste horrorizada a la defensa del Che Guevara realizada por monseñor Carlos Manuel de Céspedes, vicario general de La Habana, y publicada por el periódico oficial del régimen, Granma, el pasado jueves 12 de junio de 2008.

De Céspedes habló en su artículo de “admiración” ante la “coherencia existencial e intelectual” del Che, así como “su sensibilidad social”.

Dijo que “casi todo en el Che debería ser contemplado a la luz de su opción coherente y radical por los pobres; de su pasión por lo que solemos llamar ‘justicia social’. Tan coherente y radical, tan acerina fue su pasión, que lo llevó a la ofrenda de su propia vida. Y cuando un hombre entero llega a esos extremos, las discrepancias con él adquieren otro tono, pues tal hombre merece, no sólo respeto, sino también admiración entrañable”.

Nuestra organización condena las palabras del dirigente eclesial cubano, por considerar que alaban el proceder del responsable de cientos de fusilamientos en Cuba y sirven de justificación para la utilización de métodos terroristas con fines políticos, como hizo el Che.

Nos llama la atención que un alto representante de la Iglesia Católica Cubana sea capaz de asumir lo que desde Roma tanto se critica: el relativismo moral.

¿Dónde queda el respeto de este religioso hacia las familias y sus víctimas? ¿Cómo desde la Iglesia de Cristo se puede dar cobijo a ideas que santifican la violencia como método de resolución de conflictos?

Desde CDY llamamos a la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba a desautorizar los planteamientos de monseñor Carlos Manuel de Céspedes, un vicario tradicionalmente plegado a los intereses de la dictadura de los Castro y ahora devenido defensor del Che Guevara, uno de los mayores terroristas latinoamericanos.

Rigoberto Carceller
Presidente CDY
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2 un católico // Jun 14, 2008 at 1:20 pm

La apología sobre la figura del cruel Ernesto Guevara que recientemente realizó en las páginas del órgano oficial de la dictadura castrista el Vicario General de La Habana, Mons. Carlos Manuel de Céspedes ha generado una amplia polémica y no poco desconcierto. El insólito hecho de que un sacerdote cubano diga que “tal hombre merece, no solo respeto, sino también admiración entrañable” está teniendo nefastas consecuencias no solo entre los que por ser cubanos o defensores de la libertad no estan de acuerdo con el régimen castrista que Guevara ayudó a implantar con su arma principal: el terror, sino entre los mismo fieles católicos. Las palabras del sacerdote han dado un duro golpe a la integridad y a la moral de miles de fieles católicos que saben muy bien -y veo que mejor que él- quien fue ese personaje y que hoy tienen que soportar semejante elogio. En pocas palabras: ha sido motivo de escándalo en el sentido que advierte la Biblia.

Sabemos que quienes saldrán en defensar de Mons. Carlos Manuel de Céspede esgrimirán que todo el mundo tiene derecho a expresarse libremente sobre cualquier tema o que es bueno no ver las cosas en blanco y negro, sino con matices. También habrá quien señale que la opinión del sacerdote no es la de la Iglesia cubana. Sin embargo, más allá de ello, lo cual serían puras justificaciones, la propia Iglesia debería plantearse la siguiente interrogante:
Ante la idea que el Che quería ayudar a los pobres debe preguntarse:
¿los hombres deben ser juzgados por sus acciones o por sus intenciones?

¿Podríamos ahora comenzar a hablar bien de Pinochet alegando que quería evitar que llegara el comunismo a Chile?

Pura hipocresía y descrédito.

Me duele porque es mi Iglesia, a la que amo con toda mis fuerzas, pero reconozco que de esta saldremos tocados.
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un católico // Jun 14, 2008 at 1:20 pm

La apología sobre la figura del cruel Ernesto Guevara que recientemente realizó en las páginas del órgano oficial de la dictadura castrista el Vicario General de La Habana, Mons. Carlos Manuel de Céspedes ha generado una amplia polémica y no poco desconcierto. El insólito hecho de que un sacerdote cubano diga que “tal hombre merece, no solo respeto, sino también admiración entrañable” está teniendo nefastas consecuencias no solo entre los que por ser cubanos o defensores de la libertad no estan de acuerdo con el régimen castrista que Guevara ayudó a implantar con su arma principal: el terror, sino entre los mismo fieles católicos. Las palabras del sacerdote han dado un duro golpe a la integridad y a la moral de miles de fieles católicos que saben muy bien -y veo que mejor que él- quien fue ese personaje y que hoy tienen que soportar semejante elogio. En pocas palabras: ha sido motivo de escándalo en el sentido que advierte la Biblia.

Sabemos que quienes saldrán en defensar de Mons. Carlos Manuel de Céspede esgrimirán que todo el mundo tiene derecho a expresarse libremente sobre cualquier tema o que es bueno no ver las cosas en blanco y negro, sino con matices. También habrá quien señale que la opinión del sacerdote no es la de la Iglesia cubana. Sin embargo, más allá de ello, lo cual serían puras justificaciones, la propia Iglesia debería plantearse la siguiente interrogante:
Ante la idea que el Che quería ayudar a los pobres debe preguntarse:

¿los hombres deben ser juzgados por sus acciones o por sus intenciones?

¿Podríamos ahora comenzar a hablar bien de Pinochet alegando que quería evitar que llegara el comunismo a Chile?

Pura hipocresía y descrédito.

Me duele porque es mi Iglesia, a la que amo con toda mis fuerzas, pero reconozco que de esta saldremos tocados.
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