martes, septiembre 09, 2008

DOS CARAS TIENE CHINA

Dos caras tiene China


Por Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El cubano común, ese que sólo tiene acceso a la prensa castrista, no sabe que la República Popular China tiene dos caras. Como no puede estar bien informado sobre lo que ocurre en el mundo, apenas sospecha el por qué de las dos caras del gigante asiático.

Una de ellas, la socialista, representa a una dictadura unipartidista responsable de haber reprimido a los intelectuales, y de cometer crueldades con los disidentes, de invadir Tíbet, de saquear templos, clausurar universidades y masacrar a cientos de estudiantes durante una marcha de protesta.

Durante los Juegos Olímpicos, por ejemplo, bloqueó Google y YouTube para que no se expandiera la noticia de las revueltas ocurridas en varias de sus ciudades, sobre todo en Lhasa, capital de Tíbet, donde se lucha por la independencia.

La otra cara la pudieron contemplar boquiabiertos los asistentes a los Juegos Olímpicos de Beijing, considerados los mejores de la historia. En menos de 20 años China logró saltar a la modernidad gracias a las reformas capitalistas: privatizó la mayor parte de su economía y ha permitido que miles de chinos se conviertan en millonarios. Sólo así han podido sacar de la pobreza a cientos de millones de sus habitantes.

En 2005, durante una visita que realizara a Beijing un periodista de El Nuevo Herald, descubrió cómo en un estudio realizado por la Academia Nacional de Ciencias de la República Popular China en 2002, se aconsejaba a los dirigentes políticos cubanos que hicieran reformas de libre comercio si querían crecer económicamente.

Si el régimen castrista aceptó o no el consejo chino, nadie puede afirmarlo, aunque es de muchos conocidos que el sector militar cubano se ha convertido en el más poderoso de la Isla y muchas de las más importantes empresas están en manos de la plana mayor de Raúl Castro: generales y coroneles en activo o retirados.

En la actualidad China se ha convertido en un importante socio comercial de Cuba. Pero sólo eso. Igual que Estados Unidos o cualquier otro. Estos amigos millonarios, que se gastaron 40 mil millones de dólares en instalaciones olímpicas, no son capaces de regalar ni un alpiste ni en días de Pascuas. Son excelentes como administradores. Es por eso que venden, cobran y aconsejan. Nada más.

La idiosincrasia de estos pequeños y grandes hombres es precisamente poseer dos caras. Nunca se sabe lo que hay detrás de la palabra de un chino, de sus ojos, de su sonrisa. Preguntarnos cuál es su verdadera cara es imposible.