viernes, septiembre 12, 2008

HASTA QUE LA OBSTINACION LO MENOSCABE

Tomado de http://www.patriadigital.com/


Hasta que la obstinación lo menoscabe

Por Luife Galeano

Omnipresente en sus reflexiones, el Máximo Líder continúa pudriéndose en una muerte lenta y desoladora. De la misma forma en que condujo al país, así se desencuaderna el dictador --el Coma Andante como lo llamó Zoé Valdés-- sin preocuparse lo más mínimo por dejar siquiera un atisbo de humanidad por el que recordarlo.

Solavaya, Comandante. Ande usted desmerengándose poco a poco y así le vaya en la vida. Lo triste es que tras el ciclón Gorki y sus sucesores, Gustavo e Ike, todavía suframos la inconmensurable soberbia del que nunca dará su brazo a torcer.

Rechaza usted la ayuda humanitaria porque no viene en forma de créditos sino en medicinas y alimentos. Rechaza usted la ayuda humanitaria porque no le levantan el embargo. Y, en definitiva, rechaza usted cualquier intercambio porque no acepta las reglas del juego sino que se enrosca en su sacrosanta voluntad.

Es curioso comprobar que el territorio libre de América vive sojuzgado por un dictador. Por un sátrapa que se ha dedicado a exportar el terror y la muerte por todo el globo terráqueo. Ahora, con el país en bancarrota y desolado por el paso de los ciclones, pide créditos pagar sufragar revoluciones. Solicita el levantamiento del embargo para ser más moroso que nadie y continuar en una tomadura de pelo que roza ya la cincuentena.

¡Pobre iluminado de visión estrecha! Mientras más se enroque en sus posturas intransigentes, más olvidado quedará por la Humanidad. Ni Chávez ni Putin lograrán mantenerlo a flote. Uno por incompetencia y otro por desinterés, lo terminarán abandonando hasta cumplirse aquello de que la Historia lo abducirá.

Lo triste y lamentable es que quien pagará las consecuencias de su comportamiento obtuso será el pueblo cubano. El que, parece, que se mantuvo a su lado esperando el milagro y ahora se debate entre emigrar o esperar a que llegue su muerte. No le extrañe, entonces, que ese pueblo despreciado termine ofreciendo café a cuanto benefactor venga de fuera para eliminar sus males y sus carencias.

Una vez resuelto el problema, esos mismos que cantaron consignas y agitaron banderas terminarán bailando sobre su tumba en pago a tantos años de sometimiento absurdo e innecesario.

Reflexione, usted que es tan dado al onanismo mental, en cómo resolver este último sacrificio al que somete al pueblo de Cuba sin que éste se lo merezca. Abra la mano, deje su soberbia a un lado y vea cómo el pueblo se lo agradecerá. No se refugie en cuarteles invisibles ni esconda la cabeza bajo tierra. No se esfuerce en demostrarnos su intransigencia hasta que la obstinación lo menoscabe. Ni sirve para nada, ni nadie se lo va a premiar sino con el desinterés y el olvido.

1 Comments:

At 8:37 p. m., Anonymous Anónimo said...

Por favor, no más fotos del anticristo.
Saludos
Felix

 

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