domingo, septiembre 07, 2008

LIBERACIÓN (NUESTRA VOZ DESDE LAS CÁRCELES EN EL XX ANIVERSARIO MOVIMIENTO CRISTIANO LIBERACIÓN)

LIBERACIÓN (NUESTRA VOZ DESDE LAS CÁRCELES EN EL XX ANIVERSARIO MOVIMIENTO CRISTIANO LIBERACIÓN)

2008-09-06

Por Regis Iglesias Ramírez
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(www.miscelaneasdecuba.net).- Ernesto Martini, Félix Rojas, Pedro Morales y yo andábamos por nuestros dieciocho años melenudos e irreverentes, rebeldes y contestatarios por naturaleza. Negados a ser masa dócil. Eran los años ochentas, no se hablaba en realidad mucho en aquellos años de silencio.

Sin embargo, recuerdo que allí andábamos como tantos efebos impetuosos en esas edades, y aquellos lugares del Parque 14, el Club Ferretero, la Casa de Cultura de Quinta Avenida, y donde quiera que las fuerzas obtusas de la represión intentaran desalojarnos, contestando a la furia arbitraria del poder, con la furia temeraria de los abriles incautos.

El mundo estaba cambiando pero no había cambiado aún. Las voces andaban ahí, clamando en el desierto. Venían de un Obispo Romano nacido en Wadowice, de un intelectual checo, un Lama exiliado, un electricista que proclamaba la Solidaridad entre los obreros. Del joven sudafricano Muncaseli Jack o de aquellos chilenos que decían No a la dictadura y hacían regresar pacíficamente la libertad.

Cayeron en nuestras manos, antes que cayera el Muro de Berlín, unas hojitas. Tituladas Pueblo de Dios, contestaban con firmeza, pero sin odio, las vergonzosas confabulaciones entre los poderosos, los aspirantes a poderosos y sus acólitos internos y externos. Lo mejor era que sus autores vivían en nuestra misma ciudad. Tenían nombres comunes: Oswaldo, Ramón, Alejandro, Santiago, Rolando, Fernando…. Se reunían en una tertulia llamada Peña Cristiana del Pensamiento Cubano, algunos ingenieros, médicos abogados católicos allá por la Parroquia El Salvador, en el habanero barrio del Cerro. No, no les hablaró del misticismo.

Pronto también nosotros sin amos, y creíamos, sin Patria, porque el amo se decía Patria, comenzamos entusiastas a ayudar en la distribución de aquella Prensa Independiente, tan pobre como digna, útil y esclarecedora de lenguaje fraterno y patriótico, entre amigos y vecinos.

Las dos páginas con tantas verdades fueron silenciadas, el pequeño conclave de pensadores libres dispersados porque llagas hace aquel clamor en algunos oídos. Mas cuando un espíritu se ha liberado de miedos, odios, egoísmos e ignorancias, brillará en la noche de la nada, su voz romperá el más absoluto silencio. El espíritu no se detuvo.

El día de la buena nueva no podía ser otro que el de La Madre de todos los Cubanos. Fue consagrada la Liberación a sus pies, para que todos sus hijos se reconocieran hermanos y con esta premisa, comenzara a ser tangible la libertad, ¿Les dije que no hablaríamos de Misticismo?

Había que andar caminos haciéndolo a cada paso, con el martirologio y heroísmo de muchos cubanos que nos inspiraban, pero quedaba mucho encono y la nuestra era, es, misión de amor, de esperanza. Solo así Cuba Libre podía reconciliarse con el futuro, dejando atrás el irreconciliable pasado.

La tarde que conocimos a Oswaldo Payá en el Parque de B en Lawton fue reveladora para Ernesto, Félix, Pedro y para mí. Dagoberto Capote, entonces vocero del Movimiento Cristiano Liberación, había acordado aquel encuentro con nuestro líder. Eran los días en que se iniciaría la campaña ciudadana de recogidas de firmas para un referendo sobre el Diálogo Nacional.

Oswaldo y Dagoberto tendrían algo menos de la edad que yo mismo tengo ahora. Iban con bigotes a la usanza de Walesa y nosotros melenudos, lampiños, recordaríamos más a unos jóvenes Rolling Stones. Deberíamos parecer un grupo bastante atípico y sospechoso a los vecinos más extremistas y fisgones del Parque de Lawton..

Habló Oswaldo con voz serena. Sus palabras cargadas de fe, esclarecedoras y sabias. Supimos, vaya novedad, pues algunos entre nosotros hacía apenas unos años habían asistido al Centro de Estudios Secundarios "Félix Varela" que a escasos metros de donde nos encontrábamos sentados se alcanzaba ver, sin que nadie entones les dijera nada al respecto; que el sacerdote bueno nos enseñó primero a pensar, naciendo el sentimiento de nacionalidad y patria cubana no de ideologías importadas y ajenas sino que la raíz germinada en Varela tenía a Cristo al centro, liberador de cada conciencia.

Nueva alianza; nuevo pacto que nos hacía libre del Egipto en nuestro interior, porque solo así libres, llegaríamos a la tierra cubana de promisión, construiríamos todos el Hogar Cubano.

El amo en nuestras conciencias no nos hacía reconocer la Patria común señalada por Varela, Luz, Saco, Aguilera, Martí, pero existía y solo esperaba el día en que las conciencias fueran libres reconociendo el Ágape al cual todos estábamos invitados.

Ah, misterio revelado que nos puso en marcha liberadora. La meta es Cuba y Cuba no puede ser más que ser libre y fraterna. Día a día, mes a mes, año tras año. Veinte años.

La peregrinación ha sido azarosa, nadie dijo que fuera a ser de otra manera. Fueron útiles los senderos, importantes los caminos, hasta estas avenidas que cada paso dado por miles de cubanos todos estos años han construido con valentía. Aún no termina pero está cerca la hora de llegar al Hogar Cubano.

Si, pensé no hablar de cosas místicas, pero la mística de liberación, sopla donde quiere, aquí ya lo ha hecho por dos décadas. Quizás más porque sopla de Varela a Martí. Sopló en la montaña aún cuando los ecos de la metralla absurda no reconocían que la libertad no se construye sobre cadáveres de hermanos, no con odios.

Desde los paredones al grito de ¡Viva Cristo Rey!, desde la celda de un fraile en la mazmorra; la protesta solidaria de un adolescente por un pueblo lejano invadido del tártaro soberbio, desde el testimonio de un joven estudiante defendiendo su fe, en el callado dolor de las madres, las esposas, los hijos de los héroes, en la diáspora que no olvida su origen, en la perseverancia de los cautivos. Allí sopla como rumor de todo un pueblo que en la voz de veinticinco mil cubanos libres clama por todos sus derechos, por su libertad y la reconciliación, sin odios pero sin miedos.

Hoy, discúlpenme si los he defraudado, ya que leyeron, sopla sobre mi, la mística del Movimiento Cristiano Liberación, y pienso en todos mis hermanos ausentes y presentes. Pienso en mis hermanos.

Regis Iglesias Ramírez
Movimiento Cristiano Liberación
¡Todos cubanos, Todos hermanos y ahora la Libertad!