jueves, septiembre 11, 2008

OTROS HURACANES

Tomado de http://www.cubaencuentro.com

Otros huracanes



Por Yodel Pérez Pulido
08/09/2008 23:35

Que en medio de las intensas lluvias y vientos huracanados el pueblo cubano no tenga modo alguno para cocinar los alimentos, pues una inventada “Revolución Energética” culpó al gas licuado y al kerosene de todas las penurias y los hicieron desaparecer hasta convertirlos en ilegalidades en casi toda la Isla; es un huracán tan imponente como Ike.

Que un país que importa el 70% del petróleo utilizado en sus empresas generadoras de energía se sirva de la electricidad como fuente principal para que su pueblo cocine lo poco que tiene para llevarse a la boca, causa, desde algunos años, cuantiosos estragos, tan angustiantes como los de ahora.

Ike pasará a la historia como uno de los fenómenos naturales más potentes que el Caribe recuerde. Pero en la historia actual que los cubanos escriben todos los días hay otros fenómenos no menos fuertes.

- Las casas que se construyen en planes oficialistas, denominadas “construcciones de bajo costo” a base de ladrillo mal hecho y un simple barniz de cemento con tejas de aluminio y que ahora están destruidas parcial o totalmente en Las Tunas, Holguín, Granma, Baracoa... En el piso también, por suerte, aquellos actos políticos de entrega, llenos de consignas castristas como: ¡Sí se puede! y ¡Revolución es construir!

- Los edificios de arquitectura rusa, diseminados por toda la isla desde la década del 70, llenos de filtraciones, de paredes con grietas, sin ascensores, de escaleras rústicas, de balcones oxidados... repletos de desesperanzas y habitantes que han tenido que ser evacuados ahora porque ya no son lo suficientemente seguros.

- Las vías de transporte, nunca hechas con los materiales idóneos... La carretera central del gobierno de Machado: parcheada con chapapote y tierra, en un plan “glorioso” que el gobierno impulsó.

- Los millones de postes de madera que sostenían cables de tendidos eléctricos y telefónicos desde hace décadas en las principales ciudades y avenidas.

- El ineficiente y caótico sistema de alcantarillados que se desborda cuando las lluvias son medianamente intensas.

- Los edificios apuntalados por todas las urbes, los almacenes principales sin techos, las carnicerías y placitas siempre vacías e insuficientes para palear cualquier emergencia...

Son huracanes todos.
Es cierto, Cuba es una nación pobre y llena de dificultades y contradicciones, vulnerable a fenómenos devastadores por su fatal posición geográfica...ciclones que son capaces de elevar por los aires camiones, estatuas, fortalezas militares… pero hay asuntos inexplicables que se saben y

no se resuelven ni se resolverán aún en los periodos de crisis que se avecinan.

En Camagüey fue cortada la electricidad muchas horas antes de la llegada del ciclón... también cortaron la posibilidad de hacer comida durante la larga jornada que se ha vivido entre lluvias y vientos fuertes. Quien sabe cuando volverá el pan, si la panadería del barrio sobrevivió, si los hornos de leña conservan algún pedazo de madera seca…

El carbón siempre preferido de mi abuela para cocinar el arroz blanco apetitoso desapareció también tras la invasión de ollas arroceras y eléctricas que no solucionan ni sirven en los momentos de crisis y se rompen, se las roban, gastan...y también hicieron desaparecer a las legendarias y tristes cocinas "Pike".

Miles de los que hoy están evacuados lo han perdido todo o casi todo. ¿Dónde irán a parar durante meses? Ni el gobierno sabe. Son tantos los casos, las casas y las causas perdidas...

Ahora, cuando Ike desbasta aún más a nuestra Isla, los cubanos deberíamos pensar con ahínco en los otros ciclones... muy fuertes... que también arrasan y que están ahí… mucho antes que Gustav o Ike o Hanna...