ORADORES DE MASAS
Oradores de masas
Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Cuando la famosa actriz alemana Marlene Dietrich escuchó por primera vez en la radio un discurso de Adolfo Hitler, fue presa de un gran malestar. “Jamás podré volver a mi país –declaró- mientras semejante hombre fanatice a las masas “. Se hizo ciudadana norteamericana, pero volvió a sentirse berlinesa después de la caída del muro.
Adolfo Hitler, como otros que le han sucedido, había leído al psicólogo francés Gustave Le Bon, autor de Psicología de las multitudes, obra beneficiosa para los dictadores. Supo así el Fuhrer que sólo unas masas fanatizadas podían ser dirigidas a su antojo. Sus innumerables discursos dan fe de cómo habló sobre los temas más variados, siempre repitiendo una y otra vez sus ideas, adaptadas a cualquier público.
Consciente de sus limitaciones literarias, este orador de la violencia no ocultó su desprecio por los escritores, inmunizados contra su retórica. Los veía como “un reducido grupo de fatuos que quedaban fuera porque no comprendían al pueblo”. y dirigiéndose a ellos expresó: “Las grandes transformaciones en el curso de la historia no se han debido jamás a la acción de una pluma de ganso, porque la gran masa se rinde ante la fuerza mágica de la palabra hablada”.
A este ciego fanático, testarudo y egocéntrico, no le importó en modo alguno mejorar la vida de su pueblo, sino convertir a Alemania en una potencia militar y ensancharla, imponiendo sus ideas por encima de toda oposición. Analizados sus discursos por destacados especialistas, sabemos que tras la velocidad de su oratoria se ocultaba el cinismo y la simulación, alusiones vagas, defectos de estilo, falta de contenido real, pobreza de vocabulario, errores de construcción gramatical y sobre todo, una grandilocuencia vulgar y desagradable, expresada a gritos, y recibida por las masas como “notas salidas del corazón”.
No es de extrañar que como ocurrió en Alemania, la obra de Le Bon haya sido también fuente de inspiración en el continente americano. Pese a ser un libro difícil de encontrar -en Cuba nunca se ha editado en medio siglo de socialismo-, tanto Fidel Castro como Hugo Chávez se han convertido en los líderes políticos que más tiempo han dedicado a hablar a las masas. En el caso de Chávez, por ejemplo, hasta mayo de este año tenía acumuladas un total de 2,544 horas, equivalentes a 318 de jornada laboral, casi un año hablando 8 horas diarias. El líder cubano sobrepasa la cifra de 13 mil horas.
1 Comments:
Los artículos de esta señora son magníficos.
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