¿ Y EL COMANDANTE ?
¿Y el Comandante?
Por Juan Carlos Linares Balmaceda
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Cuando estudiaba Secundaria Básica un maestro de marxismo-leninismo afirmaba en cada clase: “El comunista verdadero sólo cree en lo que puede palpar”. Era la década de los años setenta y con esa matraquilla adoctrinaban a mi generación. Doctrina que si se aprendió bien, obliga a preguntar: ¿Habrá muerto Fidel Castro? Porque ni se oye ni se ve.
Tal vez sí, quizás no; más que su muerte física, lo que atiza el miedo en el séquito del patriarca es su muerte espiritual y lo que podría significar ésta para el mantenimiento del orden en la nación.
Se cumplirán cincuenta años de régimen el primero de enero, y con la celebración oficial quién sabe si se active el conteo regresivo para el anuncio del de la debacle de la revolución.
Atrás quedaron los “fabulosos logros” de la salud pública, educación y deporte, al igual que los interminables discursos del Comandante. Del presente se cuestiona, entre otras cosas, la escasez de médicos y medicamentos, los consultorios médicos abandonados y entregados como viviendas a familias que no tienen casa donde vivir, el déficit de maestros en las escuelas, los pobres resultados en competencias deportivas internacionales.
El deporte merece una mención aparte, para subrayar el derecho de los deportistas a ser considerados como personas y no como esclavos ganadores de medallas que no pueden decidir por sí mismos su afiliación política, el equipo que quieren representar o la competencia en que desean participar. Hoy que tanto se escucha de referendos y plebiscitos en América Latina, valdría la pena preguntar a los cubanos qué prefieren: ¿medallas deportivas o derechos políticos, económicos y civiles?
Aparecen carteles antigubernamentales por la Habana, y surge otra pregunta entre los opositores: ¿A quién culpar? ¿Que impugnar a garganta rota o mediante un graffiti en una pared?: Abajo Fidel, Abajo Raúl o Abajo Machado Ventura, Carlos Lage, Pérez Roque y etcéteras.
Los cuestionamientos se amontonan como la basura en las esquina de nuestras ciudades. ¿Cuál comandante o qué general administra la misteriosa reserva del Comandante? ¿Quién ordena las tenebrosas cruzadas policiales en contra de una población que sólo lucha contra el hambre?
A propósito de operativos policiales; en la terminal de ómnibus de Santiago de la Vegas ocurrió recientemente algo singular. Decenas de policías se encontraban apostados para cazar a cuanta persona bajara de los ómnibus con jabas o bultos. Una mujer bajó con un niño cargado y un bulto. Un policía se le acercó, le revisó el bulto y al ver que contenía viandas, se lo quitó. La mujer pidió al policía que le sostuviera al niño por un momento, y cuando el lo tuvo en sus brazos, ella dio media vuelta y se marchó; el policía hizo señas y otros uniformados la interceptaron.
-Usted está loca -gruñó el policía.
-Tú me quieres quitar la comida de mi hijo, por eso te lo dejo para que lo alimentes tú.
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