GRACIAS A QUE LLEGÓ OBAMA LOS NEGROS CUBANOS DE LA ISLA PUEDEN TENER EMPLEOS MEJOR REMUNERADOS
GRACIAS A QUE LLEGÓ OBAMA.
Por Guillermo Fariñas Hernández
Cubanacán Press.
Se ha obscurecido la empleomanía de las tiendas que venden en pesos convertibles. De pronto tras los mostradores se ven mayor cantidad de negros o mestizos, toda esta transformación comenzó sorpresivamente, cuando se conoció que las elecciones de los Estados Unidos de América las ganó Barack Obama.
El líder histórico de la todavía denominada Revolución Cubana, Dr. Fidel Castro Ruz. Ha afirmado cuando aun pronunciaba largos discursos, que en Cuba el socialismo abolió el racismo. A lo mejor esta es la percepción muy particular de Fidel, porque mayoritariamente estaba rodeado por escoltas de piel negra.
Pero todo el que posea dos dedos de frente y observe atentamente a la sociedad cubana. Podrá comprobar sin mayores dificultades, que el racismo como actitud psicológica es una cuestión arraigada en todos los estamentos sociales. La segregación por tener la epidermis más o menos oscura es visible y palpable.
Ser racista en Cuba es una manera de reciproca interpretación. Porque por un lado tenemos a los cubanos que discriminan y por el otro están los que son discriminados. Ambos grupos sociales creen tener la razón, por eso responden con el rechazo y la predisposición no verbal hacia el otro conjunto.
Con la caída del Campo Socialista Europeo a finales de la década de los años 80 del pasado siglo XX. El gobierno Castrista se vio en la necesidad de implementar el comercio minorista en divisas convertibles, así surgieron las popularmente denominadas “Shopping”.
Una Shopping es una tienda comercializadora de insumos de primera necesidad, pero solamente en pesos convertibles cubanos (CUC). A este tipo de centros comerciales tienen acceso todos los cubanos, pero muy pocos pueden darse el lujo de hacer compras exclusivamente en ellos.
Las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) son para los grupos económicamente privilegiados dentro de la sociedad nacional. Estos pueden ser desde los más altos cargos en la nomenclatura política, hasta los familiares de los cubanos enemigos del gobierno residentes en Miami.
Lo esencial para ser asiduo parroquiano a este tipo de establecimientos, es tener buena cantidad de dólares o euros en los bolsillos. Con ellos a la hora de comprar se diluyen las convicciones ideológicas y se imponen las visiones de una sociedad capitalista de consumo, según describe el Marxismo-Leninismo.
Esta área emergente de desarrollo económico fue tomada por los dirigentes designados por el líder y sus cercanos colaboradores. Estos a su vez trajeron para trabajar allí a sus familiares y amigos. En los años 90 de la pasada centuria era todo un gran privilegio, ser un simple dependiente de una tienda por dólares.
Como un gran por ciento de los cercanos al poder son personas blancas de piel, esto trajo que los empleados de esas mismas tiendas fueran en su mayoría de epidermis blanca. Se hizo muy raro ver a algún empleado de color negro y si los veías eran hijos o parientes de alguien de la nomenclatura.
En las calles el segmento negro y mestizo de la población cubana decía una frase a sotto vocee, como modo de evitar ser reprimido por los mecanismos de control social del estado. La misma rezaba: “Para trabajar en Cuba en una shopping, se necesitan dos cosas, la primera ser blanco y la segunda seguir siendo blanco”.
Ahora con la convincente e histórica victoria a presidente de los Estados Unidos de América del afronorteamericano Barack Obama, el pueblo cubano conoció realmente en que orilla existe más racismo. Debido a eso los chistes y comentarios referidos a la discriminación están de moda, entre los ciudadanos de la isla.
Este gobierno siempre ha sido oportunista políticamente. Hoy está enfrascado en lograr, que antes de terminar el primer trimestre del venidero año 2009, pueda exhibir que por lo menos el 40 % de los trabajadores de las tiendas por divisas convertibles sean de piel negra o mestiza.
Ya muchos de esos negros que estuvieron varios años congelados en las Bolsas de Empleo y que había perdido toda esperanza de poder laboral en ese tipo de centro comercial ahora se encuentran tras un mostrador. Pero no se dejan engañar por la supuesta bondad, ellos saben que están allí gracias a que llegó Obama.
Guillermo Fariñas Hernández
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