OBAMA EN EL HORIZONTE CUBANO
Tengo el criterio que no son válidas las palabras: ¨Durante medio siglo la dictadura castrista ha tenido en la Casa Blanca un inquilino confrontacional¨.James Carter y Bill Clinton son dos ejemplos que refutan.
Obama en el horizonte cubano
Por Pablo Alfonso
Diario Las Americas
Publicado el 11-08-2008
Aunque La Habana no lo admita en público la elección del senador Barack Obama, como nuevo presidente de los Estados Unidos, abre una interrogación en los círculos del poder castrista.
Si las promesas electorales de Obama en relación con Cuba se materializan, cuando asuma la presidencia el próximo mes enero, esa interrogación podría convertirse en desconcierto. La explicación no es muy compleja.
Durante medio siglo la dictadura castrista ha tenido en la Casa Blanca un inquilino confrontacional. Ahora, el nuevo presidente ha sugerido durante su campaña, que estaría dispuesto a discutir el diferendo político con Cuba. Dicho de modo más claro: alentar el diálogo y la negociación en lugar de la confrontación. Esa sería una propuesta inusual para el castrismo, que se ha retroalimentado siempre de la política de Washington.
Este es el marco general del asunto pero los detalles son más complejos.
Hay pocas dudas que Obama suspenderá las sanciones que en el 2004, el presidente Bush impuso a las relaciones con Cuba. En consecuencia los viajes y las remesas familiares a la isla, retornarán a la normalidad. De momento a la “normalidad” anterior a esa fecha que, dicho sea de paso, no supone ninguna “normalidad”.
De ahí en adelante, ese primer paso de Washington, quedaría condicionado a la reacción de La Habana, para continuar avanzando en el camino de la distensión. Es decir la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos no es un asunto unilateral, tiene que moverse en ambas direcciones. La futura administración, presidida por Obama, no es ajena a esa elemental circunstancia política.
La historia nos enseña que, aún en medio de la confrontación, administraciones republicanas y demócratas anteriores, intentaron más de una vez -con discreción y secretismo-, tender puentes hacia La Habana. Todas y cada una de ellas fueron “saboteadas” en su momento por Fidel Castro; porque la esencia política del régimen se ha alimentado siempre a expensas del “enemigo externo”, representado en concreto por Estados Unidos y en general por “el imperialismo”.
¿Está dispuesto el gobierno de Raúl Castro a cambiar esa histórica razón de ser? Porque no cabe duda de que “se necesitan dos para bailar un tango” y también para dialogar y negociar. ¿Está Fidel Castro fuera de las decisiones políticas del régimen y no cuenta ya su opinión a la hora de decisiones importantes? ¿Ensayará la dictura castrista nuevas coartadas para coartar cualquier iniciativa conciliadora de Washington? No es necesario alimentar hipótesis, sólo esperar que el tiempo defina las respuestas.
De momento la administración Obama hereda problemas mucho más serios y complejos que la relación bilateral con Cuba. Estoy seguro que tampoco es necesario detallar a los lectores de cuáles se tratan. En ese contexto la política hacia Cuba, e incluso, la agenda hacia América Latina no parecen estar entre las principales prioridades del nuevo gobierno.
Algunas voces que llegan desde La Habana han comenzado ya a cuestionarse cuál debe ser el enfoque del régimen ante un cambio de actitud en Washington. Me refiero a voces del entorno castrista.
Quizás la opinión más interesante quedó planteada en días pasados por Armando Hart Dávalos, uno de los históricos seguidores de Castro, ex de varios ministerios y altos cargos del Partido Comunista; y de hecho una especie de “ideólogo” del nacionalismo revolucionario cubano.
Creo que vale la pena reproducir partes del comentario de Hart publicado en Granma, a propósito de le elección presidencial de Obama:
“Si cumple su promesa, nacerá una nueva etapa en el combate ideológico entre la revolución cubana y el imperialismo. En ella, para alcanzar la invulnerabilidad ideológica a la que aspiramos, será necesario el diseño de una nueva concepción teórica y propagandística acerca de nuestras ideas y su origen”.
“Una amplia migración con distintos objetivos puede venírsenos encima y para ello debemos prepararnos culturalmente”.
“La supresión de las limitaciones económicas impuestas a los viajes a Cuba significará que alrededor de un millón de nacidos en esta tierra o sus descendientes pueden venir como turistas o por el interés de entrar nuevamente en contacto con el terruño y sus familiares. Cuba tendrá el reto inmenso de cómo enfrentar un tiempo nuevo en la lucha cultural contra el enemigo”.
¿Cuál será la decisión al respecto que tome Fidel Castro, quien todavía es el primer secretario del Partido Comunista de Cuba? Habrá que esperar; pero si los años, la enfermedad y las nuevas realidades no han modificado su pensamiento no es difícil aventurar una respuesta.
Concluyo con una anécdota contada en días pasados al diario El País por la Reina Sofía de España a propósito de Fidel Castro: Doña Sofía cuenta que en una ocasión le dijo a Castro ¿por qué no abres un poquito, un poquito? ¡Nooooooo, mi Reina!, respondió Castro. “Si ahora abro un poquito mañana van a querer un muchito”.
Fonte: Identificada en el texto
http://www.cubalibredigital.com
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home