viernes, diciembre 26, 2008

EL PERIPLO DEL GENERAL RAÚL CASTRO

EL PERIPLO DEL GENERAL


Por Oscar Espinosa Chepe

25 de diciembre de 2008

La Habana – www.PayoLibre.com – El General Raúl Castro visitó oficialmente Venezuela y Brasil entre los días 13 y 19 de diciembre y, participó en tres reuniones cumbres en Salvador de Bahía, Brasil. Es la primera salida al extranjero desde que asumiera el poder provisionalmente el 31 de julio de 2006 y su ascensión oficial el 24 de febrero pasado.

En Caracas fue recibido con altos honores por el Presidente Hugo Chávez, quien según algunos analistas temía que el primer país visitado resultara Brasil, debido a su indudable importancia y las cálidas relaciones del General con el Presidente Lula da Silva. Para el venezolano hubiera sido un golpe político fuerte, en un momento cuando su estatura política tiende a reducirse interna y externamente, al tiempo que empiezan a crecer las dificultades económicas por la caída abrupta del precio del petróleo, principal producto exportable de la nación sudamericana.

Para el Presidente Raúl Castro, las relaciones con Venezuela continúan siendo vitales por aumentar las dificultades también para Cuba, al acumularse los problemas por 20 años de “Período Especial”, el azote de tres potentes huracanes con enormes afectaciones y el comienzo de los efectos de la crisis económica global en un país que no tiene reservas ni se ha preparado para enfrentar tan compleja situación.

Venezuela constituye hoy para Cuba lo que fuera el bloque soviético hasta 1989, y de lesionarse los vínculos económicos, las consecuencias serían trágicas. Eso podría explicar la prioridad conferida a la visita a ese país y los llamados del General Raúl Castro a la amistad eterna, aunque muchas personas dudan de la profundidad de esos sentimientos hacia un personaje tan burdo.

Concluida su estancia en Caracas, el Presidente viajó a Salvador de Bahía, Brasil, donde participó en las Cumbres de MERCOSUR, como invitado, del Grupo de Río para confirmar la incorporación de Cuba y en la primera Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC). Además, se efectuó una reunión del UNASUR, que agrupa a las naciones sudamericanas, con el objetivo de nombrar al nuevo presidente de la Secretaría Ejecutiva, donde fue rechazado el candidato Néstor Kischner por Uruguay. Tampoco en el encuentro de MERCOSUR pudo acordarse la eliminación del doble arancel, ante la negativa de Paraguay, fundamentalmente. Esas disensiones muestran claramente la falta de unidad aún presente.

La reunión del CALC es un paso positivo para las coordinaciones entre los países de la región, fundamentalmente respecto a los países desarrollados cuando se ciernen los efectos de la crisis económica global. En esta oportunidad volvieron a manifestarse las posiciones extremistas de Venezuela, Ecuador y Bolivia con la intención de enfrentar este nuevo organismo a los Estados Unidos, sin tomar en consideración que también forma parte de América, tiene estrechas relaciones con casi todas las naciones al sur del Río Bravo, y que por su desarrollo tecnológico y riqueza puede ser una fuente enorme de progreso para toda la región, en el marco de relaciones sensatas y de respeto mutuo; además, de poseer una comunidad de 45 millones de personas de origen latino-americano, cada vez más influyente, sin incluir cerca de 12 millones de indocumentados que pudieran engrosar la mencionada cifra. Por tanto, hoy, resulta la magnitud de hispanos mayor del mundo, con la exclusión de México. Esto es más factible ahora con la nueva Administración de Barack Obama. Por suerte, en esas reuniones primó la sensatez y los criterios moderados del Presidente Lula y personalidades como la Dra. Bachelet, con posiciones de centroizquierda, y quedaron aisladas las posturas populistas.

La inclusión de Cuba en el Grupo de Río es positiva. Las intervenciones del Presidente cubano en las Cumbres y conferencias de prensa fueron relativamente moderadas, aunque no estuvieron exentas de expresiones desfasadas, como los ataques realizados a la Organización de Estados Americanos (OEA) y la aseveración de que Cuba nunca formaría parte de ella. Su visión sobre la organización fundada en 1948, parece responder a las concepciones de la Guerra Fría. Desconoce que actualmente es presidida por una personalidad prestigiosa, el Sr. José Miguel Insulza, y las naciones miembros no son títeres de ninguna potencia.

Respecto a las relaciones con Estados Unidos, el General Raúl Castro mostró una posición unilateral al juzgar el embargo como el único culpable de todos los problemas existentes en Cuba, sin considerar sus propios discursos donde ha indicado los graves problemas de la sociedad cubana, provenientes de la aplicación de un sistema disfuncional, principal responsable de la catástrofe nacional. A su vez olvida que ese país es el quinto socio comercial en el intercambio de bienes, y que más del 40,0% de los alimentos adquiridos en el exterior provienen de allí. Soslaya que uno de los principales ingresos de la isla son las remesas llegadas del vecino del Norte, el cual además constituye uno de los principales socios en la colaboración en las telecomunicaciones.

Asimismo, tuvo expresiones realmente desafortunadas con respecto a los presos de conciencia, reconocidos por la organización Amnistía Internacional, y políticos pacíficos. Propuso un canje por cinco presos cubanos sentenciados por espionaje en Estados Unidos, en la conferencia de prensa al concluir su visita a Brasilia. Un planteamiento absurdo, pues existe una gran diferencia entre ambos casos. Los prisioneros en Cuba alertaban pacíficamente sobre los problemas existentes y proponían soluciones en el marco de la reconciliación nacional, incluso el Presidente ha reiterado muchos de los asuntos que durante años han sido denunciados por los activistas pro democracia y el respeto de los derechos humanos. Debe recordar su discurso el 26 de julio de 2007, donde reconoció que el salario en Cuba no alcanza para vivir, que el principio socialista de distribución según el trabajo no funciona aquí, y su denuncia sobre el estado desastroso de la agricultura. Entonces prometió cambios estructurales y de conceptos.

El 24 de febrero al tomar posesión de la Presidencia, reconoció la existencia de prohibiciones absurdas que debían ser cambiadas. Asimismo en la conferencia de prensa antes citada, dijo que “hay que acostumbrarse a vivir en pluralidad…el mundo sería muy aburrido si todos tuviéramos que pensar igual de todo. La diferencia es una virtud, lo que hay es que saber llevar las discrepancias con altura, respetando a los demás, sencillamente; pero exigiendo que se nos respete”.

Precisamente esas palabras son la mejor defensa a los opositores pacíficos que hoy cumplen condenas injustas en condiciones infrahumanas por ansiar una Cuba democrática. Ahora que el país se ha integrado plenamente a la región, sería un hermosos gesto que el gobierno cubano reciprocara mediante el reinicio de las reformas prometidas, que podrían llevar a una sociedad plural con respeto de los derechos humanos, y los ciudadanos no fueran represaliados por expresar sus opiniones. Resulta una flagrante contradicción exigir pluralismo y respeto a la diversidad a escala internacional, mientras en el plano interno se mantienen en prisión a cientos de presos de conciencia y políticos pacíficos.