NO ESTAMOS LOCO
No estamos locos
Por Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión
LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Una vez conocí a un loco que usaba espejuelos sin cristales. Decía que para ver mejor. Incluso se ponía un par sobre otro porque requería de bifocales. Si le preguntaban por qué no empleaba unos espejuelos con un lente con tallado bifocal, entonces iniciaba un discurso ininteligible de consignas contra el bloqueo y el imperialismo.
Y ahora casi me vuelvo loco al escuchar las declaraciones de Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional de que en Cuba no hay presos políticos. A pesar que estamos habituados a esos desplantes esquizofrénicos del presidente del Parlamento, siempre nos impresiona por su carga de excentricismo.
El impacto de sus palabras no aniquiló las neuronas que me quedan en perfecto estado. Pero sí fue fuerte el sismo mental padecido al leer las declaraciones de marras. Porque hay que tener la cara dura para borrar de las cárceles a más de 200 presos por causas políticas, que honran con su calvario las prisiones de la isla. No obstante, las conmociones de la mentira chocaron contra el sistema anti sísmico este que cubano mantiene alojado en la neurona guardiana de la razón.
Ella me permitió, primero, recordar casos de presos políticos como el de Omar Rodríguez Saludes, condenado a 27 años de cárcel (una bobería si lo comparamos con la petición fiscal de cadena perpetua presentada ante el tribunal) por fotografiar derrumbes, basureros en las esquinas de La Habana, y atreverse a encabezar una agencia de prensa independiente nombrada Nueva Prensa Cubana; a Héctor Maseda, condenado a otra veintena de años, ingeniero convertido en dirigente liberal y luego periodista con artículos precisos sobre el desastre económico cubano.
También recordé al joven camagüeyano Normando Hernández, periodista independiente, editor de una revista de factura artesanal, condenado a veinte años, tan enfermo en la actualidad que está ingresado en un hospital militar, donde sigue preso. No dejó de pasar por mi mente Víctor Rolando Arroyo, economista, periodista independiente, inteligente en sus artículos de explicación de las barrabasadas económicas que dirigentes como el Sr. Alarcón propiciaron. Ninguno asesinó, ni robó, ni atracó un comercio, ni un banco, ni colocó una bomba.
Borrar a los presos políticos de las cárceles no es la mejor de las respuestas habituales de Alarcón. En la famosa reunión de la Universidad de las Ciencias Informáticas fue pródigo en dislates para responder a un joven estudiante que pidió aclaraciones sobre la eliminación de medidas que impiden a los cubanos viajar libremente al extranjero. No olvidaré jamás la respuesta del compañero Presidente: “Si millones de habitantes del planeta desearan viajar libremente se congestionaría el cielo de aviones; si todos pudieran viajar, las líneas de transporte no alcanzarían”.
Es para volverse loco.
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