BARACUTEY CUBANO

Nota del Blogguista

La tiranía está desesperada tratando de localizar a las personas que capturan, bajan de Internet o introducen videos anticastristas en la Isla así como aquellos que los distribuyen; para el DSE la tarea de neutralizar esa actividad es cada vez más importante.

En la década de los años 60s, los órganos de la Seguridad del Estado crearon guerrillas ficticias anticastristas formadas por combatientes del Ministerio del Interior para poder capturar o destruir algunas guerrillas de alzados que les eran muy difícil de aniquilar mediante las delaciones,los agentes infiltrados y las tropas de la LCB o Lucha Contra Bandidos. En Holguín, Camaguey y Pinar del Río se crearon esas guerrillas ficticias, las cuales fueron exitosas en sus objetivos. En Pinar del Río la más conocida fue la ¨Operación Comando ¨ que aniquiló a la guerrilla de Pedro Celestino Sánchez Figueredo.

Es posible que ese tipo de operación se esté llevando a cabo por el DSE para conocer y posteriormente neutralizar esas fuentes de información para el pueblo cubano.

Por Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Un amigo acostumbra a decir que en Cuba nada es como parece, y sin embargo, las respuestas suelen ser simples. Tal vez por eso no me ha sorprendido la siguiente paradoja. Desde hace varias semanas circulan por La Habana algunas noticias que podrían ser consideradas contestatarias al gobierno. Lo extraño del asunto reside en que las fuentes de distribución son conocidos informantes de la policía política (chivatos), ex-militares y personas con vínculos directos con el régimen.

La Caja de Pandora, como algunos denominan al conjunto de videos y diapositivas, pasa de mano en mano, y en los más diversos soportes informáticos, entre ellos DVD y memorias flash.

El contenido es diverso. Comienza con un corto de Producciones Sex Machine, titulado Brainstorm, de la serie de Cuentos de Nicanor, escrita y dirigida por el humorista Eduardo del Llano y protagonizado por los actores Luis Alberto García, Jorge Perugorría, Néstor Jiménez, Alberto Pujol, Adria Santana y el propio autor.

De igual forma aparece un material, presuntamente elaborado por el grupo de enfrentamiento a las drogas y a la corrupción de la fiscalía de Ciudad de La Habana, que expone los acontecimientos en torno al cierre de los paladares Hurón Azul, Calle 10, La Española y el decomiso de muebles, inmuebles y dinero que, según versión oficial, eran propiedad del ciudadano Juan Carlos Fernández.

Más adelante puede verse un documental de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal, titulado Conducta impropia, que relata la odisea sufrida por las personas no gratas al castrismo, y despachadas a los campos de concentración denominados Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), o condenadas al exilio.

También hay reveladoras entrevistas realizadas por Oscar Haza, conductor del programa A Mano limpia, de Miami, al Teniente Coronel Juan Reinaldo Sánchez, ex-escolta de Fidel Castro.

Después llega el turno al show del canal 41 Pellízcame que estoy soñando, del conductor Carlos Otero, en el que se festeja el aniversario 30 del programa Para bailar, uno de los más populares de la televisión cubana en la década de los 80, en el que aparecen sus fundadoras, las actrices exiliadas Lily Rentería y Cary Ravelo; además del cantante Dyango.

Prosigue el clip de Pánfilo, un cubano que, en estado de embriaguez, denuncia la carencia de alimentos ante la cámara de un encuestador.

Más adelante hay 5 segmentos de entrevistas realizadas por Ninoska Pérez en su espacio Última Palabra, a Carlos Calvo otro ex guardaespaldas de Fidel Castro escapado al exilio, y a Máximo García, jefe de la Unidad 861 de suministros del ex-dictador.

Fuera de contexto se puede ver una secuencia de videos, tomados por cámaras ocultas, que al parecer constituyeron la evidencia que incriminó a un grupo de trabajadores de la Empresa Telefónica ETECSA que se dedicaban a sustraer la recaudación de los aparatos tragamonedas.

Usualmente toda clase de filmes, compilaciones musicales y programas informativos, pirateados en su mayoría, suelen circular clandestinamente, o comercializarse en el mercado informal; aún cuando aborden temas censurados.

Es común encontrarse con vendedores callejeros, o acudir a algún banco de películas; pero, por lo general, pasan inadvertidos, sin penas ni glorias. Lo inusual de este caso es la aparición de material que recoge filmaciones y grabaciones de épocas diferentes, algunos con créditos de los órganos represivos, y materiales foráneos comprometedores para el régimen.

Repito, lo más significativo es que ahora son difundidos por personas vinculadas al régimen y no por los tradicionales distribuidores.