jueves, junio 18, 2009

OEA - CUBA : LA DEMOCRACIA SE HUNDIÓ EN HONDURAS

Tomado de http://www.correodebuenosaires.com.ar/opinion.asp



OEA-Cuba: La democracia se hundió en Honduras


Por Pedro CorzoJustify Full

Tras 47 años de destierro, Cuba podrá retornar a la OEA después que los cancilleres americanos reunidos en la 39ª. Asamblea de ese organismo, llevada a cabo en Honduras, en la ciudad de San Pedro Sula, revocaran la expulsión de la isla cárcel de la OEA de 1962. Sin embargo, el canciller argentino –un notorio ex guerrillero– ha permanecido impasible ante la situación de once millones y medio de cubanos que se encuentran prisioneros del sistema comunista que la nueva medida tiende a legitimar.

Empero, sí ha mostrado regocijo por la “liberación” transitoria de una médica con familiares residentes en Argentina a la que el tirano le ha permitido viajar a estas tierras para encontrarse con los suyos. Salta a la vista que la medida se muestra como un favor del tirano hacia el matrimonio Kirchner por el apoyo incondicional que los dos Presidentes han dado a su régimen. El Canciller tampoco ha dicho nada acerca del pago de un préstamo de mil millones de dólares que el dúo Perón-Gelbard le obsequiara a Castro y que hoy, con los intereses correspondientes sumarían más de cuatro mil millones.

CORREO DE BUENOS AIRES

La decisión de la Organización de Estados Americanos de revocar las sanciones que se dispusieron contra el régimen marxista leninista de Cuba en 1962, demostró que el sistema interamericano está en bancarrota y que quienes promueven la concertación totalitaria, a la vez que han sido efectivos en la conquista del poder en varias republicas del hemisferio, también lo han sido en paralizar y/o neutralizar a los enemigos naturales de sus propósitos.

Lo que no obtuvo Fidel Castro con balas, bombas y subversión, lo están conquistando sus herederos, entre otros factores, por el oportunismo, simpleza de pensamiento y acción de muchos de los que les rechazan. La oposición al denominado Socialismo del Siglo XXI, a veces queda por debajo de sus posibilidades. Ambiciones personales, intereses políticos, espíritu sectario, aliados inseguros y la miopía estratégica de la que adolecen numerosos dirigentes democráticos.

La OEA es una organización multinacional de carácter regional. Un foro que dice tener como fin fortalecer la paz y la seguridad, consolidar la democracia e impulsar el respeto a los derechos humanos. También indica que se preocupa por la gobernabilidad hemisférica, la solución de los diferendos entre países miembros y el desarrollo económico y social de las naciones que la integran de manera sostenible. De los numerosos acuerdos suscritos por los países miembros de la Organización de Estados Americanos, y organismos que la conforman, solo dos parecen contar con prestigio suficiente para poder influenciar en la conducta de sus integrantes.

Una de estas corporaciones es la Corte Interamericana de Derechos Humanos –San José Costa Rica, 1979– una organización judicial autónoma de la OEA, cuyo objetivo es la interpretación y aplicación de la Convención Interamericana de los Derechos Humanos. La otra entidad que se constituyó el 11 de septiembre de 2001, en Lima, Perú, el mismo día que ocurrieron los atentados terroristas en Estados Unidos, es la Carta Democrática Interamericana que proclama como objetivo principal el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática.

La carta establece que la ruptura del orden democrático –o su alteración– que afecte gravemente el orden democrático en un Estado miembro, constituye "un obstáculo insuperable" para la participación de su gobierno en las diversas instancias de la OEA. Esta resolución tuvo como precedente la cláusula democrática que los Jefes de Estado y de Gobierno de las América reunidos en la Tercera Cumbre de las América, adoptaron en Québec, Canadá, en abril del 2001. En la ciudad canadiense se acordó que cualquier alteración o ruptura constitucional del orden democrático en un Estado del Hemisferio, constituía un obstáculo insuperable para la participación del gobierno de dicho Estado en el proceso de las Cumbres de las América.

El documento que expone las causas que determinaron la suspensión del gobierno de Cuba de la OEA, no refiere las particularidades de la dictadura insular de aquellos tiempos, que en forma y contenido todavía se mantienen: fusilamientos, violación de los derechos humanos y la desestabilización del resto del hemisferio que La Habana ha propiciado desde que se estableció el totalitarismo. En ninguna parte de la resolución se alude a la dictadura que imperaba en Cuba, porque varias naciones del hemisferio padecían situaciones similares, y al igual que en la isla, los derechos de esos ciudadanos eran conculcados. Cuba fue suspendida de la OEA por tener un régimen marxista-leninista, un sistema que se calificó como contrario a los principios democráticos.

La Octava Reunión en Punta del Este, Uruguay, determinó la suspensión de Cuba exclusivamente por su adhesión al marxismo-leninismo y por la incompatibilidad de esa filosofía con el sistema interamericano, condición que todavía caracteriza el gobierno de la isla, por lo que queda preguntarse: ¿la decisión de San Pedro Sula de revocar la suspensión de separación de La Habana implica que el marxismo leninismo es en la actualidad compatible con los conceptos democráticos sobre los que se constituyó la OEA, y en particular los valores que representan la Carta Democrática Interamericana y la Corte Interamericana de Derechos Humanos?