WILLY CHIRINO COOLNESS
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El más reciente concierto de El Gigante de Consolación mostró sobre el escenario a un artista maduro, en control de todos sus atributos.
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Por Alejandro Ríos
Miami | 10/06/2009
En su más reciente éxito musical, Willy Chirino aboga por sustituir todos los apelativos que lo denotan, por una frase corta pero concluyente, como para pasar a la posteridad: "Ese es el mío". Suyo lo hicieron entre aplausos, vítores y bailes, más de 6.000 asistentes al American Airlines Arena (AAA) de Miami, como parte de su gira Pa'lante, el pasado sábado 6 de junio.
Los conciertos del cantante y compositor, con cerca de 40 años de carrera artística y nacido en Consolación del Sur, Pinar del Río, desbordan las fronteras de un espectáculo artístico para convertirse en una convocatoria social en el sur de la Florida, donde residen tantos de sus compatriotas.
Este fue producido, también, para que se escuchara en La Habana. Chirino había pedido al gobierno de Raúl Castro transmitirlo en una pantalla gigante, que estaría ubicada en una zona emblemática de los bailadores: la llamada Piragua, cerca del Malecón, a un costado del Hotel Nacional. Por supuesto, nunca le respondieron su solicitud, pero él se ocupó de dejar constancia durante el concierto.
Aunque el espectáculo no se haya disfrutado en Cuba, de manera inmediata —porque ya llegarán copias clandestinas en DVD, como suele ocurrir, distribuidas de manera furtiva—, lo que aconteció en el coliseo deportivo estaría fechado en una nación futura, donde todas las generaciones de cubanos, de adentro y de afuera, nacidos en la Isla o en otros países, se dieran cita para repasar algunos de sus infortunios; pero, sobre todo, para ser felices de haber escapado del dramático sortilegio de medio siglo sin posibilidades de ser libres.
Habana Abierta, Gema y Pánfilo…
El concierto del AAA logró sobrevolar las complicaciones del compromiso político anticastrista, sin hacer concesiones estéticas ni conceptuales. La música y las interpretaciones, irreprochables. Los comentarios de pesar fueron salvados por un sentido del humor campechano, sin trasfondo.
En este sentido, sin duda, el momento más dramático se lo regaló a las víctimas del remolcador 13 de Marzo, en una bella canción de Carlos Gómez, mientras las fotos de los fallecidos, entre los cuales figuraban numerosos niños, desfilaban por la pantalla central del evento.
Memorable fue la aparición del famoso personaje Pánfilo, en una pantalla pidiendo comida, al que Chirino llamó "héroe nacional" por atreverse a decir lo que otros deben callar.
Cuarenta y cinco minutos antes de que el "sonido de Miami" cautivara a la audiencia, el grupo Habana Abierta tuvo la responsabilidad de calentar los motores con muchos de sus éxitos. Gozaron del aplauso de sus fieles en la ciudad, adonde concurren de manera frecuente desde hace algunos años, y del asombro de veteranos del exilio histórico, que confiaban en Chirino, el anfitrión, para acercarse a unos ritmos y textos llegados de otra Cuba con la cual tratan de confraternizar.
( Willy Chirino, durante el concierto del 6 de junio en Miami. (PABLO LÓPEZ) )
Habana Abierta regresaría luego para interpretar su famosa Algarabía, junto a Chirino, quien la incluyera en su más reciente producción discográfica. Al final del movido segmento, Barbería, el más expresivo del grupo, radicado en Madrid, y Gema Corredera, calificada por Chirino como una de las voces contemporáneas más importantes, cantaron a trío otra de las obras conocidas del grupo. Con Gema hizo, además, un aparte íntimo, en el que dieron nueva vida al primer bolero reconocido del repertorio cubano.
Sin descanso
El Gigante de Consolación suele elaborar la nostalgia, no solamente recordando su repertorio extenso —donde asoman momentos de su vida, desde que llegara como uno de los niños de la Operación Pedro Pan—, sino que rinde tributo a sus accidentales raíces estadounidenses. De ahí suele emerger esa particular manera de la fusión que lo caracteriza, donde todos los ritmos tienen cabida.
En esta oportunidad hizo dúos virtuales para recordar, con Frank Sinatra, Elvis Presley y Los Beatles. En la última parte contó con la asistencia espléndida de sus cuatro hijas y de una nieta de 12 años que recién se inicia en las lides del canto. Interpretaron Because, a lo cual siguió una Eleonor Rigby tropical para la historia.
Durante las más de tres horas que duró el concierto, Chirino no descansó cuando se presentaban sus invitados, y mantuvo imperturbable lo que en inglés se conoce como "coolness", en su impecable vestuario, gestualidad y modo de dialogar con el público.
Hubo sobre el escenario un artista maduro, en control de todos sus atributos: sonero a la vieja usanza, con no pocas de las ventajas de la modernidad. Acompañado de una orquesta donde abundan los jóvenes talentos cubanos, que sonaban tan sólidos como una pared de ritmos sin fisuras.
En esta misma tesitura aparecieron sobre la escena el nicaragüense Luis Enrique, voz privilegiada de la salsa, y el consumado Issac Delgado, quien honra el universo artístico del exilio con su voz de seda, decoro y capacidad de convocatoria. Delgado encomió a Chirino como nudo de enlace entre todas las Cuba posibles.
Garantizando la autenticidad de este concierto, estuvieron los conceptos del guardián del legado de Celia Cruz, Omer Pardillo, y un conocedor del mundo del espectáculo como Nelson Albareda, junto al incansable Ever Chávez, de Fundarte, quien trajo los aires del nuevo arte cubano en las voces de Habana Abierta y Gema Corredera.
Antes de terminar con su más reciente éxito, Los campeones de la salsa, Chirino arrolló entre el público extasiado del AAA, haciendo un coro gigante con su nuevo himno y exigiéndole al dictador "que se vaya…". Mientras, allá en La Habana, cerca de La Piragua, en penumbra por los apagones, un grupo de jóvenes desafiaba las prohibiciones y bailaba en el Malecón al sonido de copia clandestina de Pa'lante.
© cubaencuentro.com
Pa´lante por Willy Chirino
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