CUBA: DE IMPUESTOS Y TRIBUTOS
De impuestos y tributos
Por Vladimiro Roca
8 de julio de 2009
La Habana – www.PayoLibre.com – Al comenzar a leer un artículo de plana completa aparecido en el diario oficial “Trampa”, quise decir “Granma”, titulado: El impuesto que no siempre se ha pagado; pensé que por fin se iba a poner en verdadera perspectiva uno de los muchos problemas del ¿sistema? económico impuesto por Fidel Castro (siempre con mis ilusiones de que dentro de las filas oficiales todavía quedan personas con vergüenza), sobre el impuesto que deben pagar empresas o entidades por el uso de la fuerza de trabajo.
Alega el citado artículo, con mucha razón, el desconocimiento de la población en “asuntos relacionados con la ley tributaria” y también “la ausencia de cultura en ese terreno” (el párrafo de mi ilusión, pues pensé que iba a ir al origen del problema).
A partir de aquí comienzan una serie de explicaciones con relación a la ley tributaria, las modificaciones que se le han hecho, irregularidades en los pagos, las multas que conlleva el incumplimiento de los pagos, etc.
El articulista exhorta a los trabajadores a aprovechar la jornada laboral, vinculando, hasta cierto punto, el no pago de esos impuestos a la baja productividad de los trabajadores cubanos. Lo cual no es del todo falso, pero lo aleja del quid del problema incluso desde la perspectiva marxista.
El escrito se desgaja en preguntas, conjeturas y ejemplos de varias entidades económicas, para validar que todos los sujetos económicos contemplados en la ley tributaria están obligados a cumplirla, como sucede en cualquier país medianamente civilizado y organizado.
Hasta ahí todo bien. ¿Dónde comienzan las trampas del artículo?
Bajo el subtítulo “¿QUIEN PAGA LOS PLATOS ROTOS?”, es donde el alumno aventajado de Barredo Medina parte el bate, como decimos en buen cubano; al decir “Pero al final es Liborio (el Estado) quien sigue pagando los platos rotos”. Ahora, según este mal hijo de buena madre, el personaje que desde el siglo XIX ha representado en las caricaturas políticas al pueblo cubano, representa al Estado totalitario. ¡Qué clase de descaro más grande!
Como su maestro, pretende desconocer la historia. En Cuba, antes del arribo de la pandilla castrista al poder, existía una cultura del impuesto, no sólo entre los empresarios sino entre los trabajadores, que sabían qué por ciento de descuento era para las vacaciones, para la seguridad social, maternidad, etc. Todo lo cual abolió el irresponsable en jefe para evitar tener que rendir cuentas y que los obreros no pidieran respuestas claras de qué se estaba haciendo con el dinero de sus impuestos.
( Liborio, personaje que representa al pueblo cubano )
Si en la actualidad no existe esa cultura, la responsabilidad es única y exclusivamente de los que desde hace 50 años desgobiernan el país y, aunque se autodenominan marxistas, no han tenido para nada en cuenta las pocas buenas enseñanzas de Marx. A continuación un resumen súper extractado de las mismas.
El hombre piensa según vive. El hombre primero piensa en llenar su estomago y luego en política. El sistema económico que no produce con eficiencia desaparece. Abogó por un Estado pequeño y barato al servicio de la sociedad, con funcionarios elegibles y revocables en todo momento, desde el más bajo hasta el más alto, mediante sufragio universal. Dijo, en la única referencia al sistema comunista, que rotas las trabas que encadenan a las fuerzas productivas, su libre accionar convertirán al mundo en la sociedad de la abundancia.
No le puede pedir, señor Pastor Batista Valdés, a un trabajador, al que su salario no le alcanza para cubrir siquiera las necesidades básicas, que aproveche mejor su jornada laboral, pues su mente estará en la forma de resolver el resto de las necesidades no cubiertas y, además, hará cuanto esté a su alcance para lograrlo, aunque para ello tenga que recurrir a actividades criminalizadas por el desgobierno actual, que sí son exclusivas de Cuba y otros países con gobiernos totalitarios, no como el impuesto sobre el empleo de la fuerza de trabajo.
¿Cómo se les puede pedir a los miembros del sistema empresarial del Estado que cumplan con la ley tributaria, si están viendo que los primeros violadores de la Constitución y todas las leyes son los privilegiados de la camarilla gobernante?
¿Cómo lidiar con un aparato centralizado, ineficiente por naturaleza propia, dirigido por un viejo caprichoso lleno de odio y maldad, que no hace otra cosa que llevar el país a la destrucción, en su afán de permanecer en el poder hasta su muerte, sin importarle los sacrificios y sufrimientos que impone al pueblo cubano?
Si realmente usted está preocupado por la situación del país y desea un mejor futuro para nuestro pueblo, abogue en sus artículos porque cese la persecución de las actividades económicas independientes de la población; por el cumplimiento de la Constitución y las leyes por parte de todos y cada uno de los miembros de la sociedad, comenzando por los que ocupan los más altos cargos, para que prediquen con el ejemplo. Abogue por la revocación y sustitución de la gerontocracia delincuente que impide el sano desarrollo de la sociedad cubana; por un Estado pequeño y barato al servicio de la sociedad, como pedía Marx, por el derecho de todos los cubanos a la libertad económica para desarrollar todas sus habilidades productivas, en beneficio propio y de toda la sociedad. Es posible que el gobierno no le haga caso, pero el pueblo se lo agradecerá por ponerse de su parte. Deje de ser cómplice de los que sólo quieren permanecer en el poder a cualquier costo.
Para terminar, toda la riqueza de la sociedad sale de las manos de los productores de bienes materiales (trabajadores, técnicos, empresarios, etc.), el Estado ingresa los impuestos que cobra a todos los entes económicos y que sirven para administrar los bienes sociales en beneficio de todos los miembros de la sociedad. El Estado cubano y quienes lo integran no son más que una tropa de parásitos que llevan 50 años chupándole la sangre al pueblo. Por eso, mientras subsista la situación actual, los platos rotos los seguirá pagando quien siempre los ha pagado: Liborio, el verdadero, el que representa al pueblo cubano, no su desvergonzada suplantación.
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