domingo, agosto 23, 2009

CANCILLERES A LA MEDIDA

Diario Las Americas

Publicado el 08-22-2009

Cancilleres a la medida


Por Pablo Alfonso

Un artículo publicado en el diario español ABC me llevó a esta reflexión que incorporo hoy a mi columna de opinión. ¡No se asuste, esta “reflexión” no intenta copiar a nadie! Parafraseando a las aclaraciones que aparecen en algunas obras, advierto que cualquier semejanza en estilo o inspiración con otras “descargas” periodísticas es pura coincidencia. Cosas del verano que ya comienza a declinar.

El texto en cuestión tiene que ver con el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro. ¿Qué comparten en común los defenestrados cancilleres cubanos Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque, con Maduro? fue la pregunta que me sugirió su lectura.

¿Por qué Robaina y Pérez Roque? Por qué los tres forman parte de esa camada de “diplomáticos” que ha parido de urgencia el socialismo tropical, tanto en Cuba como en Venezuela.

El diario ABC despliega un titular a modo de revelación: “Nicolás Maduro, de conductor de Metro en Caracas a canciller de Chávez”. Bueno no es algo sin precedentes. Al menos en esa manía de los regímenes totalitarios que prefieren lealtades incondicionales a calificaciones profesionales.

Cuando en mayo de 1993, Robertico Robaina, fue designado ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, no tenía ni la más mínima experiencia diplomática para tan importante cargo. Se había graduado en Pedagogía, con especialidad en Matemáticas quince años antes. Contaba, eso sí, con la confianza y el respaldo del Máximo Líder. Se la había ganado como entusiasta dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Después que perdió la confianza y el respaldo del Jefe, sospechoso de veleidades reformistas Robertico cayó en desgracia. Ahora comparte su tiempo embadurnando óleos y laborando modestamente en una empresa estatal.

Felipe Pérez Roque, el sustituto de Robertico tuvo idéntica nulidad profesional de origen y también el mismo destino. Desde las filas de la Juventud Comunista, llegó al cargo de canciller por una cualidad especial: “Fiel intérprete del pensamiento del Comandante en Jefe”. Así lo anunció Granma, el órgano oficial del Partido. Cuando hace unos meses fue acusado – junto al vicepresidente Carlos Lage-, de hacer burlas crueles de la gerontocracia en el poder, el Comandante en Jefe le retiró su confianza, señalando que “la miel del poder por la cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno”.

( Nicolás Maduro )

Maduro, de 47 años, trabajó como conductor en el Metro de Caracas y era dirigente del ramo cuando el teniente coronel Hugo Chávez fracasó en su cuartelazo militar en 1992. Le fascinó la aventura golpista, se alistó en el Movimiento V República y se ganó la confianza de Chávez. Fue nombrado canciller en el 2006.

“En su biografía oficial no constan ni su año de nacimiento ni su nivel de estudios”, afirma el diario ABC. “Está casado con Cilia Flores, de 56 años, presidenta de la Asamblea Nacional, un cargo que también ocupó Maduro antes de acceder a la Cancillería”.

¡Sorpresa! Confieso que desconocía ese maridaje entre el funcionario diplomático del Ejecutivo y la jefe del Legislativo. ABC agrega que a Maduro no se le puede comparar con sus antecesores en el cargo, que le dieron prestigio a la diplomacia venezolana.

“La tarea del actual canciller es ejercer como la voz de su amo en política exterior”, afirma el artículo del diario madrileño el cual asegura que el ex conductor del Metro sí se ha revelado, como un brillante agitador, a la medida del presidente Chávez. “Y tal vez no necesite de otras virtudes, porque si brillase y le hiciera sombra a su comandante, no duraría mucho en el cargo”, añade ABC.

Es posible. Por lo pronto a Maduro le vendría bien repasar la historia y conducta de los dos últimos cancilleres castristas. Quizás así, su destino final no lo agarre por sorpresa.

Fonte: Identificada en el texto
http://www.cubalibredigital.com